La vendimia se retrasará en Cataluña y la Comunidad Valenciana unas dos semanas, volviendo a su calendario tradicional

La vendimia de este 2018 se prevé en Cataluña, de manera general y en todas las denominaciones de origen, más cuantiosa y con un retraso de entre una y dos semanas respecto a la del año pasado, lo que supone un regreso al tiempo normal de vendimia de los últimos años, es decir, mediados– finales de agosto o comienzos de septiembre, si no se repiten olas de calor las próximas semanas. Excepcionalmente, puede ser que no tengan una recuperación igual los viñedos que han sufrido una sequía severa en los últimos años.

Por territorios, en la Terra Alta se prevé una cosecha superior a la del año pasado y con un inicio de la vendimia una semana retrasado, según la cooperativa Unió. La misma fuente valora que tanto en la D.O.Ca. Priorat como en la D.O. Montsant se prevé que las cosechas recuperen las fechas de inicio de los últimos años, con dos semanas y 10 días de retraso, con respecto al año pasado, respectivamente, y una producción superior a la del 2017.

En el Empordà, los Servicios de Sanidad Vegetal y del C.R.D.O. Empordà calculan una cosecha buena, superior al año pasado en rendimiento, una producción global en la media de los últimos años y un comienzo de la vendimia una semana más tarde respecto al 2017, y, por tanto, más próximo a las fechas tradicionales, entre el 15 y el 20 de agosto.

Costers del Segre estima una cosecha superior al año pasado, con un estado sanitario muy bueno. El Departamento de Agricultura informó que la granizada del 20 de julio, con un grado de afectación entre el 30–50% en más de 400 hectáreas, principalmente en la subzona de Raimat, puede suponer una pérdida leve de cosecha, que se estima en torno al 3%.

La Conca de Barberà calcula iniciar la vendimia entre la última semana de agosto y la primera de septiembre. La salida de uvas ha sido correcta, a excepción de la variedad Trepat, como consecuencia de la sequía. En esta misma zona, hubo tormentas con granizo o piedra muy local (Solivella y Sarral) y leves, y habrá que esperar para ver si varía el volumen final.

En el Pla de Bages, el C.R.D.O. estima que la vendimia se iniciará en los últimos días de agosto, como tradicionalmente. De momento, se calcula una cosecha entre un 20–30% superior al ejercicio anterior, aunque en parcelas puntuales habrá una pérdida importante a causa de la cantidad de uva afectada por mildiu, un hongo que ataca las hojas y las uvas de las cepas.

Asimismo, el C.R.D.O. Alella prevé una subida de la producción de alrededor de un 10% respecto del año pasado. El mildiu ha afectado a algunas variedades, pero sin un impacto grave, y se espera que sea una buena añada.

En el Penedès hay viñedos con una afectación de mildiu importante, tanto en hoja como en fruto, aunque no se espera que esto afecte la calidad de la vendimia, pero sí que podría suponer una pérdida puntual de uva. Los técnicos deberán de determinar qué volumen de cosecha puede disminuir por este hecho.

 

Excelente calidad en las viñas valencianas
Por otra parte, los viticultores valencianos volverán esta campaña a recoger la uva en las fechas de antaño –principalmente a mediados de septiembre– recuperando así el calendario tradicional tras varios años de adelantos continuados debido al clima. Según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA), la vendimia reunirá una excelente calidad y una producción global en la Comunidad Valenciana similar a la media de la última década.

La comarca de Utiel–Requena, principal zona productora de uva en la región, sufrirá una sensible merma en los viñedos de la variedad mayoritaria Bobal a causa de los efectos de la marchitez fisiológica que vino provocada por los episodios bruscos de frío. Sin embargo, la cosecha más prometedora de los últimos tiempos en otras variedades como Tempranillo, Garnacha o Macabeo (destinada esta última a la elaboración de cava) compensarán el descenso de la Bobal y situarán el aforo total en unos niveles parejos a la media histórica, es decir, en torno a los 200 millones de kilos.

Las estimaciones efectuadas por AVA–ASAJA en otras comarcas valencianas, como la Hoya de Buñol, La Ribera, La Costera o la Vall d’Albaida, albergan unas perspectivas similares e incluso mejores. Tanto es así que en algunas zonas se prevé un incremento de la cosecha del 10 al 30%, si bien la evolución de las lluvias en este tramo final del verano será determinante para confirmar esta tendencia. En líneas generales, AVA–ASAJA calcula la cosecha valenciana de uva en unas cifras cercanas a los 300 millones de kilos.

«Septiembre vuelve a ser el mes de la vendimia –explica el responsable de la sectorial del Vino de AVA–ASAJA, José Luis Robredo–. No hay que preguntarse el por qué este año vamos retrasados, sino por qué en los años pasados íbamos tan adelantados». Respecto a las previsiones de cosecha, Robredo matiza que «mientras que en buena parte de España las lluvias primaverales dejaron atrás definitivamente la sequía, en muchos viñedos de la zona todavía padecemos un grave déficit de precipitaciones y estamos continuamente mirando al cielo para ver cuánta lluvia cae o si suceden más adversidades climáticas antes de que acabe el proceso de maduración de la uva».

A lo largo de la presente campaña se han sucedido múltiples siniestros derivados del frío, el calor y la piedra que han afectado a la uva en varias comarcas valencianas. El último ejemplo, según la organización agraria, sucedió el pasado viernes 17 de agosto cuando una intensa tormenta de pedrisco golpeó unas 1.500 hectáreas de viñedo en la comarca Utiel–Requena. Los términos municipales más afectados fueron Utiel (Las Casas, Las Cuevas y Los Corrales), Caudete de las Fuentes y Venta del Moro. El grado de afección fue variable y llegó a alcanzar el 80% de la producción en Las Casas de Utiel y la pedanía de Pedriches en Venta del Moro.

Sobre las estimaciones favorables de producción que se prevé tanto en el conjunto de España como en otros países como Francia e Italia, los viticultores temen que los operadores comerciales traten de imponer una tendencia a la baja de los precios en origen. No obstante, desde AVA-ASAJA se recuerda que la campaña empezará con las bodegas prácticamente vacías, sin stocks de años anteriores, y que la oferta perfectamente podrá ser asumida por la demanda mundial de vino español que no deja de crecer y conquistar mercados.

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