Entrevista
Michele Bravetti, Ingeniero agrícola de la empresa H & B Agri–Services

‘El veto ruso no desaparecerá, no se podrán exportar allí más frutas y verduras europeas’

El ingeniero agrícola Michele Bravetti dio una visión muy amplia de la producción frutícola actual en diferentes países para definir las tendencias de futuro en el sector durante la jornada frutícola que el IRTA organiza anualmente en Mollerussa. Aprovechamos su presencia en este evento para conversar con él sobre este tema.

¿Cómo está la producción frutícola en el mundo?
Yo puedo hablar de los países que conozco directamente a través de los ojos de mis colegas italianos y extranjeros. Lo primero a resaltar es que nos encontramos en una economía globalizada, donde el factor más influyente de los últimos años ha sido el veto ruso, que ha provocado muchos problemas a las exportaciones de frutas y verduras europeas, sobre todo a los países meridionales de Europa como España, Francia e Italia. Tres años después del veto, Rusia empieza a ser, no digo autosuficiente, pero seguramente puede cubrir la mitad de sus necesidades con sus propias producciones o de sus países satélites como Kazajistán, Uzbekistán, Armenia y Azerbaiyán. De cara al futuro pienso que el veto ruso no desaparecerá, no se podrán exportar allí más frutas y verduras europeas.

¿Y qué solución han buscado los países europeos a este veto?
La solución que han buscado es la de encontrar otros mercados. Los mercados más interesantes si hablamos de melocotón y manzana son Brasil, India y los Países Árabes. India, un país muy grande que busca muchos productos procedentes de la Unión Europea, es un mercado muy atractivo, aunque hay una presencia muy fuerte de Estados Unidos y China, y no es muy fácil. Brasil tiene una temporada inversa a la de Europa y puede ser un mercado interesante. Por su parte, los Países Árabes son consumidores de fruta muy dulce, pero es verdad que los más ricos, Arabia Saudí y Emiratos Árabes, son inversores en el extranjero y empiezan a tener fincas muy importantes en superficie en países del Mediterráneo, como Marruecos para cultivar manzanas, peras, arándanos o ciruelas, o los Países Balcánicos, como Serbia para producir manzanas.

Cerrar un mercado es fácil, abrirlo mucho más difícil, ¿no?
Sí, es muy complicado, pero por ejemplo España está haciendo un buen trabajo con China, que es el máximo productor de fruta del mundo, para exportar melocotones a este país.
Un factor a tener en cuenta es el proteccionismo enmascarado que hay en algunos países, ‘las barreras fitosanitarias’, como es el caso de las cerezas en Francia, que para proteger sus producciones no permite las tratadas con dimetoato.

¿Y cuáles son los países con mayor potencial productor de cara al futuro?
Toda África del Norte es un área muy interesante y donde se está desarrollando mucho este tema. Por encima del resto destaca Marruecos, que es el país más abierto y estable. Señalar que cada vez hay una mayor ‘meridionalización’ de la producción. Es decir, que los países más meridionales producen mejor fruta, más temprana y a un precio más barato. Por ejemplo, un día de trabajo de un operario marroquí cuesta como una hora de un operario italiano.

¿Y para el consumo?
Los Países Árabes, África del Norte, con una población muy joven, y toda África Occidental, que también es un área en desarrollo donde el consumo se está recuperando.

Y a nivel de cultivos, ¿cuáles destacan?
El sector de los berries es muy importante, tanto arándanos, como frambuesas y moras. Estas últimas se producen, principalmente, en México, pero el consumo mundial está subiendo y por ello sería necesario empezar a cultivarlo en otros países. La producción de fruta de cáscara también destaca, porque las nueces tienen un mercado increíble, además de los pistachos, las almendras y las avellanas.

Precisamente en la zona donde nos encontramos, en Mollerussa, con el Canal Segarra–Garrigues, se está invirtiendo mucho en el pistacho. ¿Cómo lo ve?
Es un sector que está volviendo a ser muy interesante. Los principales países productores son Estados Unidos (California) e Irán, aunque con este último es difícil hacer negocio por la mala relación que tiene con los norteamericanos. Pienso que sería necesario que en Europa empezase a cultivarse un poco más el pistacho.

De cara al futuro, ¿qué cultivos son más los atractivos?
El kiwi es un cultivo muy importante para Italia, que es el principal productor y exportador en el mundo después de China, que no exporta nada, solamente consume. Por ejemplo, Nueva Zelanda y Chile juntos producen menos kiwi que Italia. El verde es el más conocido, pero el amarillo es muy dulce e interesante, aunque todavía es susceptible al PSA, la bacteriosis que más hace daño en este cultivo, y después una novedad comercial es el kiwi de carne roja, que es muy dulce y aromático, pero es el más susceptible de la familia de los kiwis al PSA.
Aquí, es puede ser una alternativa, pero precisa de ‘mucha agua’.

¿Afectará el cambio climático mundial a la producción de fruta?
Mucho, y ya lo está haciendo en la actualidad y afecta a todos los continentes. El cambio climático está ejerciendo una presión contraria a la ‘meridionalización’ ya que permite el cultivo más al norte de especies como el olivo y la viña. Por ejemplo, hoy en día ya es posible cultivar olivos en Reino Unido, cuando hace unas décadas era impensable.

¿Qué papel jugará la producción de fruta en un futuro?
Las producciones han de aumentar ya que habrá más población. La tendencia mundial es incrementar las superficies, como por ejemplo en los países meridionales donde la mano de obra es más barata. Económicamente hablando, el problema que más miedo me da es el desarrollo de la población en China e India, ya que casi la mitad de la población mundial estará solo en dos países, que son, al mismo tiempo, grandes consumidores y grandes productores. No sé si serán competidores nuestros o una oportunidad para el futuro, es difícil poderlo decir y prever en estos momentos.

Isidre Font, Mollerussa.

Publicado en Revista de Fruticultura nº59