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La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha denunciado «posibles prácticas especulativas» por parte de los compradores de almendra que «tienen paralizado artificialmente el mercado». En la actual situación de falta de oferta no se están produciendo operaciones de compraventa en las zonas de producción, «en lo que parece una situación orquestada y concertada para provocar una caída injustificada de los precios en origen», situación «recurrente año tras año en estas fechas de recolección de almendras».

Francisco Ponce, responsable estatal de Frutos Secos de COAG, ha manifestado que «queremos llamar a la calma a las personas productoras de almendra. No hay razones para que se produzcan bajadas de precio artificiales, como parece que quieren forzar los compradores». Para añadir que «reclamamos que las autoridades públicas en materia de competencia vigilen de cerca las posibles prácticas concertadas que se pudieran estar dando en los mercados en origen, así como demandamos el estricto cumplimiento de la ley de cadena, en un año en el que los costes se han incrementado y nuestros rendimientos han caído».

COAG ha indicado que en un escenario mundial de reducción importante de cosecha tanto en Estados Unidos (EE. UU.), como en el resto de países del arco mediterráneo, incluida España, y de aumento del valor del dólar respecto al euro, «no es comprensible la paralización que vive el mercado a nivel estatal sin que se produzcan operaciones».

En este sentido, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha recogido, en su previsión objetiva de producción para 2022, un 11% menos que la cosecha del año pasado (2.600 millones de libras frente a los 2.920 millones de libras de 2021), a causa de la sequía persistente en California y la falta de disponibilidad de agua para riego. A ello, se ha sumado la ralentización de las exportaciones americanas constatada en los meses de junio y julio.

En España, la Mesa Nacional de Frutos Secos también ha estimado una caída del 29,27% en la producción de almendra para la campaña 2022, debido a las fuertes heladas que afectaron principalmente a la mitad norte del país, y por otro, por el impacto de la sequía y la proliferación de enfermedades fúngicas en otras zonas de producción.

Por todo ello, COAG cree que el mercado «debería volver a la normalidad de sus operaciones, una normalidad que ha sido alterada nuevamente por aquellos que quieren quedarse en poco tiempo con el esfuerzo de todo un año de muchas personas productoras, y para ello exige a las autoridades de competencia que actúen frente a de lo que está sucediendo».

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La Comunitat Valenciana empieza de manera generalizada la recolección de las variedades tempranas de las frutas de hueso (melocotón, nectarina, cereza, ciruela y albaricoque) «con unas perspectivas de producción alarmantes». Según las estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA), «la cosecha autonómica sufre una merma del 60% a causa del continuado abandono de explotaciones y por los devastadores daños ocasionados por las adversidades climáticas, sobre todo las lluvias acumuladas en los meses de marzo y abril coincidiendo con las fases de floración y brotación de los frutos». Así, «hay campos que no recogerán ninguna fruta, siendo los casos de afección más significativos la cereza en las comarcas centrales y el albaricoque y el paraguayo en La Ribera».

Este descenso de aforo en esta zona «se suma a la escasez a mínimos históricos de fruta de hueso en el resto de regiones españolas, así como en otros países mediterráneos como Francia y Turquía, debido en este caso a los efectos de la ola de frío ártico a inicios de la primavera». Al respecto, «cabe destacar la pérdida de hasta el 80% de la cosecha en zonas de Cataluña, Aragón y Murcia, las principales áreas productoras del país».

Por ello, en este escenario de precaria oferta, AVA–ASAJA ha constatado un mayor interés comercial respecto a campañas anteriores hacia frutas de calidad con destino a los mercados de la Unión Europea y ha subrayado que «debe traducirse en un alza de los precios en origen que compense ese desplome de producción comercializada».

El responsable de fruta de hueso de la organización agraria, José Luis Sanz, ha indicado que «los precios ofrecidos a los agricultores por las variedades tempranas son más altos por calibre. El problema es que no tenemos ni la mitad de la cosecha habitual por culpa de las lluvias, del frío y del viento. El mercado deberá entender que esta campaña viene muy corta y si quiere lo poco que hay en el campo tendrá que pagar un precio digno».

Sanz ha aprovechado para pedir a la gran distribución «máxima prioridad a la fruta de hueso de proximidad porque si la rentabilidad del cultivo se mantiene en números rojos como está sucediendo desde hace años, el abandono de campos seguirá aumentando y la fruta de hueso podría acabar desapareciendo de la agricultura valenciana más pronto que tarde». Un estudio de AVA–ASAJA, a partir de datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), ha revelado que la superficie dedicada a las frutas de hueso ha caído un 21% en la Comunitat Valenciana durante la última década, pasando de 14.933 hectáreas en 2012 a 11.782 hectáreas en 2021. La tendencia a nivel nacional «refleja un descenso menos acusado, del 10%, al disminuir de 148.302 hectáreas en 2012 a 133.410 en 2021».

Por su parte, el presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha advertido que «solo unos precios más elevados pueden compensar ligeramente la disminución de kilos, porque si no supondría una auténtica ruina para los agricultores. Aún así, habrá muchos que no tienen contratado el seguro y perderán la cosecha de todo un año». Para añadir que las empresas de la distribución «han de comprender la realidad del campo y han de saber que la estabilidad de la cadena agroalimentaria depende de la estabilidad de los productores. Con sus prácticas abusivas están rompiendo la cadena y esto solo puede traer para el país una pérdida económica, social y medioambiental»

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El sector productor exportador de frutas y hortalizas representado en la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (FEPEX) ha planteado un conjunto de medidas urgentes y extraordinarias para reducir los costes de producción tales como energía, combustibles, fertilizantes, plásticos o envases, que se han descontrolado en los últimos meses y amenazan la viabilidad de las explotaciones, empeorando la situación por las consecuencias del conflicto bélico de Rusia y Ucrania, que también ha provocado una fuerte caída de la demanda en Europa.

FEPEX ha indicado que el crecimiento de los costes se está produciendo en todos los insumos necesarios para la producción y comercialización de las frutas y hortalizas «destacando el precio de la energía, con un inasumible 134% más respecto al año pasado, los fertilizantes (+48%) y los plásticos agrícolas (+30%)». Pero, también se han producido «fuertes aumentos en insumos con un gran peso ponderado en los costes totales de la producción en origen, como los envases y embalajes (+ 30%), la mano de obra (+10%) o el agua de riego (+30%)». Ante esta situación, la federación propone «medidas que incidan directamente en la reducción de los costes de producción, ya previstas en algunos casos, pero pendientes de implementación como la bonificación del gasóleo, así como la bonificación de plásticos y fertilizantes utilizados por las centrales hortofrutícolas y las explotaciones en un 15%».  

Respecto a los ‘inasumibles’ costes de la energía se propone «la puesta en marcha de un modelo de contratación adaptado a las especiales características del sector, que permita la doble tarificación eléctrica a lo largo del año, prevista en la Ley 16/2021, discriminando por épocas de riego y no riego en las explotaciones y por campañas de actividad en los almacenes de manipulación». Asimismo, «reducir los costes energéticos que conlleva la desalación, y que son soportados por los regantes, subvencionando los costes energéticos de las desaladoras para situarlas al mismo nivel que las tarifas de las instalaciones de la Administración del Estado»

FEPEX plantea, al mismo tiempo, mejorar la disponibilidad de fitosanitarios eficaces, y en el ámbito de las organizaciones de productores de frutas y hortalizas se propone «mejorar y profundizar las medidas de gestión de crisis de mercado especialmente la retirada de producto, con destino a la distribución gratuita y a la alimentación animal».

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Unió de Pagesos (UP) ha pedido al Departamento de Acción Climática de la Generalitat de Catalunya, mediante una carta al secretario de Alimentación, Carmel Mòdol, que abra una investigación urgente, a través del organismo Cadecat, sobre el posible incumplimiento de la Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria por parte de los compradores de naranjas a los productores en esta comunidad autónoma. El sindicato agrario ha realizado esta demanda «debido a los precios extremadamente bajos en origen, con el objetivo de que la campaña de inspecciones y comprobaciones sea extensa, ya que la situación es generalizada por parte de las empresas compradoras».

Durante los últimos meses, UP ha alertado sobre los precios bajos percibidos por los citricultores, en muchos casos entre los 8 y 12 céntimos el kilo de naranjas. En cuanto a las clementinas, el precio medio que pagan las empresas compradoras es, según el sindicato, de 30 céntimos el kilo, «pero hay que tener en cuenta que la cosecha 2021/22 ha sido muy corta, entre un 40% y un 60% respecto a una de media; por tanto, los ingresos se han reducido».

El sindicato ha seguido en las últimas semanas la evolución de los precios y ha comprobado que estas informaciones se reflejaban en las estadísticas oficiales de la consejería y del Ministerio de Agricultura (MAPA). Así, los precios en origen en el árbol publicados por el MAPA para los diferentes cítricos muestran un importante descenso respecto a la pasada campaña, sobre todo en la naranja, con precios de 5 céntimos el kilo para la ‘Navelina’, y de 9,38 céntimos para la ‘Navel’. El último precio percibido por los productores publicado por el Departamento de Acción Climática para las naranjas es de 11 céntimos el kilo, en diciembre de 2021.

Unió de Pagesos ha denunciado que este nivel de precios en origen en el árbol es «excepcionalmente bajo», muy por debajo del coste efectivo de producción. Otro dato a tener en cuenta es el coste medio asignado a ‘agua’. La Red Contable Agraria de Cataluña considera que para este grupo de cultivos es de 391 euros la hectárea (ha). En ese momento, hay precios de 50 céntimos de euro el m3 en las comunidades de regantes de la zona citrícola, lo que equivaldría a un coste de 3.000 euros por ha solo por este factor. 

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Unió de Pagesos (UP) ha constatado que el descenso de producción de la fruta de hueso esta campaña en Lleida (un 40% debido a las heladas y el granizo), a pesar de que conllevará una mejora de precios, «esta no será suficiente para compensar a muchas explotaciones».

El sindicato agrario, que ha valorado la situación del sector frutícola en el marco de la Feria de Sant Miquel en Lleida, ha señalado que excepto para la cereza, los precios de la fruta de hueso han sido superiores a la media de los últimos 7 años, «aunque hay que tener en cuenta que la agricultura no está recuperada de las crisis de precios en origen anteriores a 2020».

Por lo que se refiere a la fruta de pepita, UP ha indicado que la producción de manzana en Cataluña se recupera, diezmada fuertemente el año pasado a causa de enfermedades como el moteado. Sin embargo, las comarcas de Girona, la zona productora más afectada por el moteado del año pasado, este año han sufrido granizadas que dificultarán poder llegar a la producción de un año normal. En cuanto a precios, habrá que ver cómo evoluciona la campaña, aunque la producción de manzana en el ámbito de la Unión Europea (UE) se mantiene en la media de los últimos tres años, con unos 11,5 millones de toneladas (t), este año por las heladas en importantes zonas productoras que han mermado el potencial productivo.

No ha pasado lo mismo con la pera. El sindicato ha comentado que se prevé una caída del 27% respecto a la media del último trienio y del 28% en relación al año anterior, y se deberá comprobar «si la escasa producción tendrá una recuperación importante en el precio».

Ante esta situación en la que se encuentra el sector de la fruta, Unió de Pagesos ha reclamado a la administración el máximo porcentaje de ayuda para la inversión de los agricultores profesionales en el nuevo Programa de Desarrollo Rural (PDR). También exige más recursos de los fondos Next Generation «para instaurar el sistema blockchain en el sector con el objetivo de conocer los volúmenes de entrada y salida, estocajes, etc., de fruta».

Por último, el sindicato continúa defendiendo una reconversión varietal para el sector, «para ayudarlo a diversificar y poder alargar o acortar la campaña y desestacionalizar la producción», y también cree que «la investigación y la transferencia tecnológica han de permitir avanzar más en el uso de técnicas como la digitalización y la robótica».

Además, de esta rueda de prensa de UP, el certamen leridano, que este año ha vuelto a ser 100% presencial, ha acogido un gran número de jornadas y presentaciones, entre las cuales la presentación de un proyecto de robot para eliminar las malas hierbas y que, por tanto, erradica el uso de los pesticidas y ahorra gastos o las exhibiciones de vuelo de una cincuentena de aparatos, entre los cuales el DJI T6 Agras (con un sistema de detección capaz de esquivar obstáculos que le permite pulverizar incluso sobre árboles plantados en laderas inclinadas).

El director general de Fira de Lleida, Oriol Oró, ha mostrado su satisfacción por «haber podido reprender la actividad ferial presencial después de muchos meses de prohibición» y por la «presencia ‘masiva’ de público, unes 100.000 personas».

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Recuerdan la obligatoriedad de formalizar contratos y fijar los precios antes de la entrega de la uva

 

La Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) ha constatado en las últimas campañas una mejora en la formalización de contratos y en los plazos de pago entre los distintos los eslabones de la cadena del sector del vino. Ante el inicio de la vendimia, la agencia advierte de que se trata de una excelente oportunidad de seguir avanzando y anima a los operadores que detecten incumplimientos de la Ley de la Cadena a que pongan las correspondientes denuncias.

En los últimos seis años, la AICA ha realizado casi un millar de controles en el sector vitivinícola. En concreto, 656 inspecciones a viticultores y a las ventas que realizan a los bodegueros, y otras 275 en bodegas para analizar tanto las compras a sus proveedores como las ventas a sus clientes.

Una de las consecuencias de estos controles es el continuo proceso de mejora en la contratación, aunque persisten aún en la cadena vitivinícola ciertas deficiencias en la fijación del precio de los contratos, especialmente en los momentos iniciales de las campañas.

Por ello, ante el inminente inicio de la vendimia, la AICA hace un llamamiento al sector y recuerda que, de acuerdo a la Ley de la Cadena Alimentaria, es obligatorio la formalización de un contrato por escrito antes de la entrega de la uva de vinificación y que el viticultor conozca previamente el precio, que debe ser abonado en el plazo máximo de un mes desde la fecha de entrega.

No formalizar contratos y pagar fuera de plazo suponen una infracción grave de la Ley de la Cadena Alimentaria. Además, desde la introducción el año pasado de las medidas de reforma de esta norma, los precios de venta en el primer eslabón no pueden estar por debajo de los costes de producción.

La agencia juega un papel clave para el establecimiento de unas relaciones comerciales justas y equilibradas en el sector agroalimentario. Su papel se verá reforzado además con la nueva Ley de la Cadena Alimentaria, actualmente en tramitación parlamentaria. Para ser una herramienta útil y eficaz, la AICA requiere la colaboración e implicación de todos los agentes interesados, por lo que anima a los operadores que detecten anomalías en el cumplimiento de la ley a denunciarlas.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) advierte de que la nueva campaña de la almendra empieza con una significativa reducción de la oferta mundial, debido a la histórica sequía en el estado norteamericano de California y a las heladas primaverales en Europa, que ya se está traduciendo en el inicio de una recuperación de los precios en las principales lonjas españolas.

Las menores previsiones de aforo se acentúan en tres de los cuatro países más productores de almendra del mundo: Estados Unidos, España e Italia. En primer lugar, Estados Unidos, que concentra más del 80% de la cuota del mercado global y actúa prácticamente en posición de monopolio, pronostica un descenso al menos del 10% respecto a la cosecha del año pasado a causa de la falta de precipitaciones en los valles de California y al agotamiento de muchos de sus acuíferos, una situación dramática ante la que incluso hay agricultores que han decidido arrancar almendros por los temores de déficit hídrico a largo plazo.

En cuanto a Europa, que supone en torno al 6% del mercado internacional de la almendra, las drásticas heladas acontecidas durante la pasada primavera, junto a otras adversidades climáticas y la incidencia de plagas y enfermedades, auguran una disminución de la producción de entre el 12 y el 20%, según zonas, en España (segundo país productor del planeta) e Italia (cuarto país productor).

AVA–ASAJA prevé que la cosecha de almendra en la Comunidad Valenciana sea, en un cómputo general, similar o ligeramente inferior al ejercicio pasado debido a la entrada en producción de las nuevas plantaciones y a pesar de los daños ocasionados por los hongos, los temporales de pedrisco y el avance de la Xylella fastidiosa y la avispilla del almendro, esta última presente ya en doce comarcas valencianas.

El responsable de la sectorial de frutos secos de esta organización agraria, Armando Boullosa, ha manifestado que «los factores objetivos del mercado apuntan a unas mejores perspectivas comerciales para la campaña valenciana de la almendra. Los productores tocamos fondo el año pasado, con caídas interanuales de las cotizaciones de hasta el 40% en algunas variedades, y necesitamos como agua de mayo volver a percibir precios dignos para poder recuperarnos. La temporada ha comenzado con una tendencia alcista, empujada por el encarecimiento de la almendra californiana, y esa evolución debería continuar e incluso profundizarse porque la oferta será insuficiente para cubrir una demanda que no para de crecer por las propiedades saludables de la almendra y su creciente versatilidad en usos alimentarios».

En este sentido, AVA–ASAJA recomienda a los agricultores que defiendan un precio justo con firmeza y tranquilidad, al tiempo que solicita a la industria agroalimentaria valenciana que otorgue prioridad a la compra de almendra autóctona, que presenta una mayor calidad, seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental, frente a importaciones foráneas como la californiana. Boullosa subraya que «el desplome del volumen procedente de California va a notarse en el mercado y es una buena ocasión para revalorizar y consumir nuestra almendra, cuya calidad es de las mejores del mundo. Si tan urgente es luchar contra el cambio climático empecemos por elaborar nuestros turrones y productos alimenticios con almendra de proximidad que garantiza los estándares más exigentes. No tiene sentido recurrir a almendras venidas del otro lado del Atlántico, producidas bajo graves sequías y con normativas más laxas, cuando al lado de casa tenemos una producción excelente en todos los sentidos».

Esta organización agraria también demanda a las administraciones medidas de apoyo tales como un plan de reestructuración a fin de mejorar la capacidad competitiva de las explotaciones, impulsar la investigación de soluciones a las plagas y enfermedades del almendro, facilitar las condiciones de cultivo en ecológico, mejorar las coberturas del seguro y finalizar de una vez por todas el proceso de erradicación de la Xylella fastidiosa en la Comunidad Valenciana.

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Unió de Pagesos (UP) ha denunciado la situación que están viviendo muchos productores de cítricos de las comarcas del sur de Tarragona, que ven como las empresas con las que habían suscrito contratos de compra–venta, y que normalmente se hacen cargo de cosechar la fruta, están incumpliendo los términos acordados.

El sindicato agrario ha indicado que esta situación, que afecta principalmente a productores individuales que no pertenecen a cooperativas u organizaciones, «hace que o bien quede en los árboles una parte de la producción que, en algunos casos, oscila entre el 40 y el 70% del total o bien los productores se hagan cargo de los costes de la recolección sin saber si podrán recuperar o no la inversión hecha y poniendo en peligro la viabilidad de muchas explotaciones». El comercio «también está reduciendo unilateralmente los precios que constan en los contratos».

Hasta el momento, el incumplimiento de contratos se ha dado en el cultivo de mandarinas, el mayoritario en Cataluña, «donde las pérdidas sobre los ingresos esperados podrían superar los 7 millones de euros y dejar cerca de 40.000 toneladas sin cosechar». Los agricultores socios de cooperativas o de organizaciones de productores sí cosechan sus fincas, aunque habrá que analizar posteriormente a qué precios liquidarán estas a sus socios.

La problemática que denuncia el sindicato contrasta con el buen inicio de la campaña de cítricos, en octubre y noviembre pasados, en que el precio de naranjas y mandarinas en España y en el resto de Unión Europea (UE) evolucionó positivamente respecto al año pasado debido al aumento de demanda por la Covid–19, evolución que prevén se alargue aún las próximas semanas. Además, a diferencia de otras campañas, el otoño pasado se redujeron las importaciones de países de fuera de la UE como Egipto y Sudáfrica, y el aumento de las importaciones en verano fue absorbido por la demanda, por lo que no se ha producido saturación de mercado que justifique la ruptura de contratos que denuncia el sindicato.

Ante la situación creada el sindicato reclamará al DARP que a través de CadeCat, y si es necesario también la Agencia de Información y Control de Alimentos en el ámbito supraautonómico, lleven a cabo una campaña de control del cumplimiento de los contratos de compra–venta de cítricos, inspeccionando y sancionando posibles infracciones. Además, UP reclama la importancia que desde todas las instancias se promueva y facilite el consumo de proximidad, de los productos catalanes.

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El comité de stocks de Afrucat, Asociación Empresarial de Fruta de Cataluña, ha constatado que si el ritmo de ventas de manzanas se mantiene como en las últimas campañas, las existencias en las cámaras catalanas se agotarán antes de final de campaña.

«El descenso general en la producción española y europea, que presentaban las primeras previsiones de cosecha del mes de agosto, se ha visto confirmado e incrementado por las cifras finales de cosecha que hemos recogido esta misma semana. En estos momentos, se constata una subida en las cotizaciones de la manzana vendida en palot que se traduce entre un 15 y un 20% por encima de los precios que se pagaban la semana pasada», ha señalado Manel Simon, director general de Afrucat.

Asimismo, Afrucat ha destacado que nos encontramos en el mes del año en que menos manzanas se venden y que el momento álgido de su comercialización -febrero y marzo- aun está por llegar.
 

Producción definitiva
Los datos de julio mostraban una bajada de la producción del 16% de manzana. Al igual que en la fruta de hueso, las heladas y, en el caso de pepita, también las lluvias afectaron al cuajado, penalizando de manera importante la producción. A las heladas se sumó el granizo en verano, que dañó gran parte de la fruta que todavía no se había recolectado.

Finalmente, la producción catalana de manzana del 2020 ha sido de 235.676 t, un 25% inferior respecto a la campaña pasada.
 

Previsiones europeas
La producción europea de manzana publicada en agosto de 2020 en el Congreso de Prognosfruit era un 1% inferior a la de la campaña anterior (10.711.000 t). Una cifra estimada que se mantenía similar tras la última actualización dada a conocer el pasado mes de diciembre. Sin embargo, algunos de los principales países productores como Italia, Francia, Alemania y España han corregido a la baja sus producciones.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha detectado en plena campaña citrícola un número creciente de incumplimientos por parte de operadores comerciales de diferentes condiciones acordadas en los contratos de compraventa de cítricos (naranjas y mandarinas).

La principal práctica abusiva que ha constatado esta organización agraria «es la pretensión de algunos comercios de rebajar de manera unilateral la cotización pactada con el productor al inicio de la temporada, cuando las perspectivas eran más optimistas debido al tirón de la demanda de cítricos en Europa a fin de prevenir resfriados y virus como el Covid-19». En algunos casos, los agricultores alertan de que el nuevo precio ofrecido por sus frutas se sitúa incluso por debajo de los costes de producción –entre 0,22 y 0,26 euros por kilo según variedades– «lo que les arrojaría pérdidas y multiplicaría el abandono de campos».

AVA–ASAJA ha indicado que la peor evolución de los precios en origen «se ceba en las variedades Clemenules y naranjas Navelina que han sufrido consecuencias de las lluvias y se encuentran en avanzado estado de maduración». El clima de nerviosismo generado «se ha extendido al resto de citricultores y está provocando dificultades en la comercialización».

El presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado, ha recomendado «tranquilidad a la hora de defender un precio digno porque tenemos una cosecha corta que lo será aún más en la segunda mitad de la campaña». Aguado ha pedido al ministro de Agricultura, Luis Planas, que «se ponga las pilas para hacer que la nueva reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria sirva realmente para garantizar que los precios cubran al menos los costes de producción, cosa que no ha ocurrido con la uva para vinificación ni ahora con los cítricos». Además, ha reprochado a la Unión Europea y al Gobierno español que «continúen impulsando acuerdos comerciales con países terceros que abren las puertas de par en par a cítricos cultivados en unas condiciones de competencia desleal en términos fitosanitarios, laborales y medioambientales, como sucede actualmente con las importaciones de Egipto, Marruecos o Túnez».

AVA–ASAJA ha detectado, asimismo, otros incumplimientos de contratos de compraventa que perjudican a los productores, tales como el retraso e incluso la anulación de la recogida de los frutos, comunicaciones de destríos excesivos en el almacén de confección, el impago de las cosechas dentro de los plazos establecidos por la Ley de lucha contra la morosidad, etc.

Por ello, ha puesto a disposición de los agricultores sus servicios técnicos para asesorarles y ayudarles a la hora de trasladar ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), órgano dependiente del MAPA, este tipo de infracciones para que abra una investigación y, en su caso, imponga sanciones al operador comercial.

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