Cataluña plantea arranques de fruta de hueso para salvar la crisis estructural

Sobra fruta de hueso siempre. La Conselleria de Agricultura de Cataluña considera que sin la eliminación del mercado de las 80.000 toneladas que absorbía Rusia antes del veto de 2014 no se puede afrontar la crisis. Ha planteado al Ministerio de Agricultura que negocie con la UE la posibilidad de retirar 80.000 toneladas ya en junio y que, en caso de que no sea posible, proponga a la Comisión el arranque de 2.000 hectáreas y un plan de reconversión.

Estas medidas forman parte del Plan de Acción de la Fruta Dulce 2018–2020 presentado por el director general de Alimentación, Calidad e Industrias Agroalimentarias del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Carmel Mòdol, que contempla una previsión de inversión de 19,5 millones de los que seis millones corresponderían a la Generalitat de Catalunya, 4,5 al Estado y el resto a la Unión Europea.

«Cataluña es una especie de gigante frutícola, pero un gigante con pies de barro, y queremos que tenga unos pies sólidos, fuertes, y que le permitan correr y ganar el futuro, por eso hay que reforzar la estructura productiva, el comercio, la internacionalización y la innovación», afirmó Mòdol.

El plan, planteado para hacerlo realidad desde este año hasta el 2020, contempla 10 medidas y 32 acciones específicas y gira en torno además de al plan de arranque al fomento del consumo, a la mejora de las exportaciones e inspecciones.

El documento, en el que han participado 70 personas, recoge las debilidades del sector de toda la fruta dulce. El desequilibrio estructural entre oferta y demanda, la sobreproducción y el excesivo crecimiento en algunas especies y variedades que han provocado una comercialización de la fruta a precios poco rentables para los productores y la fragmentación de la oferta que genera incentivos a la venta oportunista son algunas de las dificultades.

Otro de los puntos flacos es la pérdida de consumo interior que la Conselleria atribuye a la poca promoción y diferenciación del producto, la pérdida de calidad en algunos casos y la priorización del sector hacia la exportación.

El diagnóstico de las dificultades recalca que una parte importante de las plantaciones están envejecidas, la práctica extendida de la venta a resultas o la falta de controles de la calidad por parte de la administración.

 

Primeras críticas
Las primeras críticas al plan han llegado de la sectorial de fruta dulce de la organización agraria JARC. La organización considera que la política agraria aplicada al sector de la fruta dulce solo está beneficiando las estructuras creadas para facilitar la comercialización, cuatro grandes empresas del sector y algún grupo inversor que apuesta puntualmente para la agricultura.

JARC se queja de que, en Europa, con el beneplácito y el apoyo del Estado y de Cataluña, se apuesta por un modelo de fruticultura sin fruticultores, ya que el apoyo económico no llega al campo, en tratarse de ayudas que no son finalistas.

JARC no ve con buenos ojos que hace unos años se destinara presupuesto para incentivar nuevas plantaciones de fruta dulce, y ahora el dinero se dirija a sacar adelante un plan de reconversión varietal.

Según la organización, esta es una muestra más del desbarajuste que impera en los círculos de decisión, que solo termina favoreciendo a cuatro empresas grandes.
Rosa Matas, Lleida.

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