El cambio climático puede adelantar la maduración de la uva hasta un mes en 50 años, según un estudio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El aumento de temperaturas a causa del cambio climático puede provocar un adelanto de hasta 16 días en la maduración de la uva en la Denominación de Origen Calificada (D.O.Ca.) Rioja en el año 2050 y de unos 31 días en el 2070. Así, queda reflejado en un estudio realizado por investigadores de la Universidad de la Rioja y de la Universidad de Lleida (UdL), que se ha presentado en el 21º congreso internacional GiESCO (Group of international Expertos for Cooperation donde Vitivinicultural Systems), celebrado en Tesalónica (Grecia). El estudio, titulado ‘Impacts of the projected changes in temperature under scenarios of climate change donde vine phenology of three red varieties cultivated in Rioja (Spain)’, analiza el efecto potencial del cambio climático sobre la fenología y la composición de la uva de las variedades Tempranillo, Garnacha y Cariñena cultivadas en la D.O.Ca. Rioja. 

La catedrática de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria (ETSEA) de la UdL, Concepción Ramos, y el catedrático de la Universidad de La Rioja, Fernando Martínez de Toda, han efectuado una proyección del aumento de temperaturas bajo dos de los escenarios de emisión de gases de efecto invernadero establecidos por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC): el RCP4.5 (escenario de estabilización de emisiones) y el RCP8.5 (escenario con un nivel muy alto de emisiones).

En un escenario de estabilización de las emisiones, los análisis que se han llevado a cabo prevén un adelanto de 8 y 12 días en la maduración del Tempranillo para el 2050, dependiendo de la zona en la que se localice la viña. Por su parte, las proyecciones para 2070 hablan de entre 11 y 17 días de adelanto. Si las emisiones no se estabilizan y el nivel llega a ser muy alto, la maduración de la uva puede adelantarse entre 13 y 16 días para 2050 y alcanzar los 20 a 31 días de adelanto en 2070. Así, por ejemplo, en el caso de la variedad Tempranillo la maduración se completaría entre finales de agosto y principios de septiembre.

 

Adelanto de la floración y envero
Además, el estudio predice un adelanto en las fechas de floración y envero (coloración) de la uva para las tres variedades estudiadas, siendo mayor el avance en las zonas cálidas que en las frías. La composición de la uva también sufriría cambios, consiguiendo antes el grado probable requerido, con un desacoplamiento entre los antocianos –pigmentos hidrosolubles– y los azúcares y con una menor acidez causada por el aumento de las temperaturas.

Ante estas previsiones, los investigadores consideran interesante «estudiar y desarrollar nuevas técnicas vitícolas de manejo de la vegetación con el objetivo de retrasar la maduración para que, bajo las condiciones climáticas futuras, las uvas maduren a temperaturas similares a las actuales», según han indicado. En este sentido, «proponen técnicas como la poda tardía, el severo recorte de los pámpanos y la poda mínima, que permiten retrasar la maduración de la uva entre 15 y 20 días». Al mismo tiempo, en el citado estudio se plantea el forzado de una nueva brotación de las yemas.

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