El cava valenciano critica la propuesta de mantener el límite a nuevas plantaciones
El Ministerio de Agricultura ha propuesto formalmente limitar al máximo la autorización de nuevas plantaciones de uva destinada a la elaboración de cava. Según el borrador que este ha trasladado al sector y a las comunidades autónomas, la superficie disponible en 2019 para autorizaciones de nueva plantación en las zonas delimitadas por la D.O. Cava únicamente se podrá incrementar en 0,1 hectáreas, lo que implica en la práctica congelar el número de cepas. Esta restricción contrasta con el fuerte aumento que el Ejecutivo permitirá para nuevas plantaciones de uva para vinos en general, establecida en 4.747 ha más. Ante esta decisión, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) considera que los planes del gobierno central «se pliegan, de manera descarada e inaceptable, a los intereses de las bodegas catalanas aunque esa medida suponga impedir a la fuerza el crecimiento que están experimentando otras áreas españolas que están autorizadas para elaborar cava como Requena, donde los agricultores y las bodegas han encontrado una alternativa viable dentro de un contexto generalizado de crisis de precios en el mundo vitivinícola».
El presidente de la entidad, Cristóbal Aguado, ha señalado que «esta decisión del Gobierno parece anteponer las cuestiones políticas, porque a nadie se le escapa la influencia del conflicto catalán, por encima de razones objetivas de mercado». Para añadir al respecto que «el sector del cava valenciano se encuentra en plena fase de expansión, con una subida este año del 10% de las ventas y con una producción que ya alcanza los nueve millones de botellas. Tratar de cortar las alas a esa progresión a golpe de decreto y de manera artificial no solo constituye un nuevo agravio a la economía valenciana, sino también un insulto al sentido común. No se pueden poner puertas al campo y mucho menos frenar el crecimiento económico».
Aguado ha comentado al respecto que «muchos viticultores de Requena habían acometido inversiones importantes para reestructurar sus parcelas y destinarlas a la producción de cava, del mismo modo que muchas empresas del sector habían realizado un gran esfuerzo en la modernización y ampliación de sus instalaciones. Si la limitación del año pasado encendió las alarmas, su mantenimiento en 2019 vendría a confirmar el duro golpe a este colectivo emergente y eso es algo que no estamos dispuestos a consentir».