Ferran Vila, Diego González y Gabriel Lucas Dimmock

Ferran Vila, Diego González y Gabriel Lucas Dimmock, tres sumilleres a fondo

¿Qué zonas vinícolas prefieren los mejores sumilleres de España? ¿Cómo preparan los concursos? ¿Con qué vinos celebran sus cumpleaños? Ferran Vila (Palol de Revardit, Girona), ganador del Campeonato de España de Sumilleres en 2022, el burgalés Diego González en 2019 y el mallorquín Gabriel Lucas Dimmock en 2021 cuentan sus preferencias a Enoviticultura. Lucas Dimmock representará a España en el campeonato europeo y González en el internacional.

 

¿Qué ha cambiado en su vida ser el mejor de España en su especialidad?

Diego González (D.G.): Pues creo que hay más cambio mío interno que de cara al exterior, me da un poco más de confianza para poder seguir adelante.

Ferran Vila (F.V.): Winelovers, amigos, compañeros de profesión, … prestan un poco más de atención a tu discurso (¡aun siendo el mismo!); de momento, no he cambiado ni mi filosofía ni mi estilo.

Gabriel Lucas Dimmock (G.L.D.): El tiempo… ahora tengo mucho menos tiempo libre (ríe). La verdad que para España es un título muy importante y sí, ha cambiado muchas cosas como entrevistas, invitaciones a eventos de bodegas españolas …ç

 

¿Qué botella le ha emocionado más y por qué?

D.G.: Yo creo que hay muchas, y el por qué suele ser muy similar, porque son compartidas en momentos especiales.

F.V.: Un espumoso formato Melchizedek (40 botellas estándar) de la D.O Cava. Celebramos los 40 años en compañía de amigos y familia (éramos 60 personas) y todos bebíamos de la misma botella.

G.L.D.: Me llamó mucho la atención una botella de la bodega Envinate, fue Taganan tinto 2011. La bebí con unos amigos y me sorprendió lo elegante, fina y compleja que era esa botella de fantástico vino, sin duda es una de las bodegas de España a tener muy en cuenta.

 

¿Cuándo bebió vino por primera vez y cuándo supo que sería sumiller?

D.G.: Vino por primera vez muy jovencito, en Covarrubias. Que quería ser sumiller lo supe en segundo de Dirección en Servicios de Restauración.

F.V.: Mi abuelo, a escondidas de mi madre, nos preparaba una merienda a base de vino tinto, que hacía el mismo con pan seco y azúcar… delicioso. En el 2000 obtuve el Diploma de Sumiller en Girona y a partir de ese momento me entró en serio el mundo del vino.

G.L.D.: Por primera vez, no lo recuerdo, pero seguramente mi padre me daría de muy pequeñito como hago yo con mi hijo… Supe que sería sumiller el primer día que fui a clase, yo no tenía ni idea de vinos, además no sabía qué quería ser, ya he comentado en otras entrevistas que yo era auxiliar de vuelo… Elegí apuntarme al curso de sumiller porque me lo recomendaron, pero nunca está uno seguro, y fue escuchar el primer día de clase y saber que esta sería mi profesión de por vida…

 

¿Qué zonas vitícolas en el mundo son las que más le interesan?

D.G.: Muchas, creo que es difícil quedarse con unas pocas, por decir una, el Loira.

F.V.: Intento apreciarlas todas en su globalidad (su historia, sus vides, sus costumbres, sus vinos, su geografía, su climatología e incluso su gastronomía). En general, me interesa la cultura del mundo.

G.L.D.: En la progresión como sumiller se van cambiando los gustos a medida que vas probando y descubriendo, si bien es cierto que Borgoña siempre es Borgoña…

 

¿Cómo entrena los concursos de sumillería?

D.G.: Con mis compañeros de la Asociación de Burgos, con Julia Scavo de Rumania, y con Gabi Lucas, que estamos codo con codo para apoyarnos, y con otros tantos que siempre están dispuestos a colaborar.

F.V.: Para la parte teórica me organizo un timing diario, semanal y mensual para abarcar todos los temas. Para la práctica, día a día entre servicios y controlando el tiempo de ejecución de las pruebas.

G.L.D.: Dedicando muchas horas de las que me gustaría estar con mi familia… Es mucho estudio, siempre empiezo por ríos y montañas, luego los pueblos, viñedos de norte a sur y demás características. Hay que memorizarlo todo, después quedan todas las curiosidades.

 

¿Con qué vinos celebró su último cumpleaños?

D.G.: Siempre me gusta hacerlo con espumoso.

F.V.: Desde el año 2000 nos reunimos la familia y cada uno trae ‘a ciegas’ el vino que le ha gustado más durante el año. Este último año solo había blancos (Empordà, Canarias, Loire, Puglia y Corpinnat).

G.L.D.: (Ríe) Casualmente este año con una botella que me regalaron el día anterior. ¡Un Moet Chandon Demi Sec!

 

¿Qué busca en un vino?

D.G.: Que sea lo más sincero posible.

F.V.: Fácil de beber, entender, explicar y si tiene historias detrás, mucho mejor.

G.L.D.: ¡Que sea bebible! La verdad, depende para que lo use, pero con que sea respetuoso con la zona de producción ya empieza bien. Me refiero a que un vino me gusta que me lleve al lugar de donde procede, si es una zona extremadamente cálida e históricamente sus vinos son cálidos y voluminosos me gusta que sea así, no que el elaborador cambie cosas en la bodega para que el vino sea más comercial.

 

¿Qué le gusta transmitir en una cata?

D.G.: La pasión que hay detrás de una copa, y que sean disfrutados.

F.V.: Una cata tiene que ser sencilla, amena e interesante. Los asistentes a la misma han de salir con algún tipo de input que recordar y poder transmitir a su entorno, aparte de haber probado vino…

G.L.D.: Cercanía, conocimiento, pero sin asustar, que la gente consiga entender el porqué de las cosas y que cada uno retenga lo que le sirva; no todas las personas han de saber mucho de vino, basta con que lo disfruten.

 

Los restaurantes, ¿conocen la cultura del vino?

D.G.: Cada vez más, creo que cada vez cuidamos más los detalles.

F.V.: Cada vez más cuidan la parte del vino e intentan hacer cartas con personalidad propia y no grandes listados de vinos.

G.L.D.: Muchos sí, cada día más.

 

¿Y el cliente final?

D.G.: Por supuesto, cada vez somos más inquietos.

F.V.: Actualmente, el cliente final tiene gran cantidad de información a mano y disponible en cuestión de segundos sobre el mundo del vino. Win to Win (cliente – Restaurante – camarero o sumiller). El cliente está abierto a probar la diversidad del vino.

G.L.D.: Igual, hay una muy buena tendencia hacia tener más información y mejores referencias de vino.

 

¿Qué necesita el mundo del vino en España?

D.G.: Que creamos en él y que dejemos de verlo como algo alejado, para interiorizarlo en nuestro día a día.

F.V.: España tiene de todo: historia milenaria vitivinícola, diversidad de zonas geográficas, tipología de vinos amplísima, producción y plantación de viñedos de los primeros del mundo… Un pequeño aumento de su valorización en los mercados no vendría mal.

G.L.D.: Que los españoles beban más vino.

Rosa Matas, Lleida.

Publicado en Enoviticultura nº77

 

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