Florencio Romaguera, director de Rovensa Next Iberia y de Latino América
Entrevista a Florencio Romaguera, director de Rovensa Next Iberia y de Latino América
‘Nos hemos propuesto ofrecer biosoluciones desde la semilla hasta la mesa’
La unidad de negocio global del grupo Rovensa dedicada a biosoluciones para la agricultura sostenible, Rovensa Next, integrada por diez empresas, ha llegado a la península ibérica. Hemos aprovechado su presentación en sociedad realizada en el marco de Fruit Attraction 2023 para profundizar con el director de Rovensa Next Iberia, Florencio Romaguera, en las biosoluciones de biocontrol, bionutrición y bioadyuvantes que la compañía ofrece con el objetivo de ayudar a los agricultores y distribuidores en sus retos en materia de sostenibilidad.
¿Por qué surge y qué es Rovensa Next?
Es una unidad de negocio del Grupo Rovensa. Hasta ahora habíamos manejado tres unidades de negocio en las cuales teníamos bionutrición, Crop protection y biocontrol. Rovensa Next lo que hace es unificar las de bionutrición y biocontrol en una sola por el compromiso en la biotransformación que está sucediendo en el sector agrícola, y aprovechar la presencia global que tenemos para dar una oferta de mayor valor en cualquier parte del mundo.
¿A quién se dirige?
Rovensa Next está creada a partir del pensamiento y la necesidad que encontramos, primero, en el agricultor, segundo, en el medio ambiente y, tercero, en el canal de distribución que hoy tenemos, aunque también existen otros canales de distribución que están en el mercado pensando en este tipo de tecnologías.
¿La finalidad es aumentar la productividad?
Exactamente. Hoy en día el agricultor no lo tiene fácil ya que se enfrenta a un contexto de maximizar la producción sin perder un ápice de calidad en un entorno regulatorio cada vez es más restringido en función de las herramientas que ha ido manejando. Y eso deriva en otras acciones que vienen subsecuentes como son la resistencia de plagas y enfermedades en los cultivos; el aprovechamiento de los fertilizantes para evitar la sobrefertilización, evitar empobrecer el suelo y evitar dañar el agua, que afectan de una u otra forma al medio ambiente.
Al final están cumpliendo con los tres objetivos de la sostenibilidad, el social, el económico y el medioambiental, ¿no?
Ese es el compromiso que tenemos. Para nosotros la sostenibilidad no compromete a la efectividad y, por ende, a la rentabilidad del agricultor. La propuesta de valor no es solo ofrecer una biosolución sino integrarla en el manejo de un cultivo para que el agricultor obtenga una mayor rentabilidad cumpliendo con los compromisos de calidad de los consumidores y, asimismo, con el pacto medioambiental.
En concreto, ¿cuáles son las biosoluciones que ofrecen?
Nos hemos propuesto ofrecer biosoluciones desde la semilla hasta la mesa del consumidor. Por ello, necesitamos dar biosoluciones en la parte de biofertilización, y necesitamos entender y ofrecerlas en la parte de bioestimulación, que en la actualidad es necesaria para mejorar los rendimientos de los cultivos con las mismas variedades y superficies. Para lograr una baja carga de residuos debemos ofrecer biosoluciones en adyuvantes que mejoren la perfomance de los productos en bioinsecticidas, bioacaricidas, bionematicidas, biofungicidas, etc.
Parte del trabajo estratégico que ha llevado a cabo Rovensa Next o el Grupo Rovensa en sus adquisiciones ha sido capturar conocimiento, portfolio y tecnologías complementarias a su nacimiento. Hoy estamos en una situación de conjuntar todas esas tecnologías, productos y conocimiento lo que suma valor al mercado, porque no competimos entre nosotros, al contrario, agregamos el valor que cada empresa individual ofrece bajo un paraguas y una marca fuerte que pueda ser reconocida por nuestros usuarios.
¿Eso los ha llevado a hacer presentaciones a la carta en distintos países y zonas?
Más que a la carta lo que hacemos es que buscamos soluciones locales y las elevamos a nivel global. No soluciones globales para llevarlas a nivel local. Al final cada país tiene sus cultivos, cada agricultor tiene sus retos. Y en este marco de globalización incluso tenemos agricultores que producen en varias partes del mundo. Por eso no solo garantizamos que estamos ofreciendo la biosolución correcta en el país correcto, sino que ese agricultor puede producir con un paquete tecnológico para llevar sus frutas con una baja carga de residuos a cualquier parte del mundo.
¿Y cómo se puede hacer esta apuesta, con unos costes de producción cada vez mayores y ante un escenario de cambio climático?
Una de las grandes ventajas que tenemos es que nosotros nacimos verdes. Nuestro ADN está basado en biosoluciones. La primera empresa del grupo que empezó a trabajar en biosoluciones data del 1967, cuando en esa época casi no se hablaba del tema, y gracias a eso empezamos a existir y a ir creciendo. Por ese motivo, llegar a esta transición no nos cuesta, no hemos de hacer un cambio de rumbo interno. Y, además, tenemos unos sponsors que están alineados en los mismos valores y camino a seguir.
La ventaja es que tienen las ideas muy claras.
Sí. En este medio que hemos creado en Rovensa Next tenemos a personas que están apostando económicamente por llevar rápidamente al mercado este tipo de biosoluciones y personas que creen en las mismas desde que empezaron. Y esa simbiosis es la que te lleva a ser un referente en el mercado y ser pionero y líder, al mismo tiempo, en esta transformación.
Este año ha sido el de la implementación de estas soluciones. ¿Cuál es el objetivo para 2024?
Lo que queremos es acelerar el asentamiento de las biosoluciones. No solo creemos que es necesario para el negocio sino también para generar un legado para nuestra descendencia. Al final, no se trata solo de ayudar a los agricultores en este medio en el que están envueltos sino crear valor de cara al futuro. Tengo tres hijos pequeños y lo que quiero es que cada vez coman más sano, y quiero que el supermercado informe más y mejor de lo que estamos comiendo. En el caso de Rovensa Next somos un player estratégico porque nuestra fuerza viene de nuestro conocimiento y la especialización de nuestros equipos, que no solo van a ir a vender una biosolución, sino que harán un acompañamiento en el camino para que esa biotransformación se produzca de una manera gradual y que quede un poso para postreras generaciones.
El sector agrario está envejecido y muchos jóvenes no le ven futuro. ¿Cómo ve esta situación?
Cuando el reto de una compañía va más allá de vender un producto empiezas a mirar hacia atrás, por ejemplo, cuál es la media de edad de tu equipo, que en nuestro caso no sobrepasa los 40 años. Hay que ir cambiando el chip y cuando las nuevas generaciones consiguen entender que no se trata solo de agricultura, sino también de tecnología aplicada a la agricultura es cuando consigues su interés. Además, por ejemplo, tenemos proyectos de inteligencia artificial para acompañar ese conocimiento. ¿Eso quiere decir que se va a perder el trato humano? No, simplemente todo el conocimiento de la compañía va estar disponible en una tecnología que es presente y futuro. Tenemos que ir adaptándonos a los tiempos y la plataforma de Rovensa Next cubre las necesidades que la transformación agrícola necesita.
Isidre Font, Madrid.