La afectación por la Covid–19 en las centrales es inferior a las ratios de población infectada del Gobierno, según Afrucat

Afrucat, Asociación Empresarial de Fruta de Cataluña, ha realizado una primera valoración de la afectación de la Covid–19 durante los últimos quince días en una muestra representativa a las principales empresas frutícolas catalanas con el resultado de 110 trabajadores que han dado positivo de entre los más de 3.500 de la muestra. Esta ratio de aproximadamente un 3% se encuentra lejos del 5,2% de la población que ha estado infectada, según los datos que el gobierno español publica en el último Estudio de Prevalencia, y «más lejos aún del 10% que el mismo gobierno atribuye a los trabajadores de los servicios esenciales».

Manel Simon, director general de Afrucat, ha manifestado al respecto que «conocemos el número de infectados porque estamos trabajando con total transparencia para no haya ningún brote en ninguna central y estamos haciendo test de manera periódica y cumplimos un protocolo muy exigente que nos hemos autoimpuesto». «A la vista de los datos, y dado que ninguna central ha registrado una infección generalizada entre sus trabajadores, pensamos que las infecciones provienen de contagios en el ámbito social o de ocio de estos trabajadores y que no se ha dado en el lugar de trabajo. De hecho, creemos que la situación que se está dando en el Segrià no se trata exclusivamente de un problema del campo ya que muchas infecciones no están relacionadas con este sector». Simon ha añadido que se está trabajando con total normalidad en la campaña desde hace más de dos meses, con centrales a pleno rendimiento y que estos nuevos contagios difícilmente se han ocasionado en el lugar de trabajo.

Estas detecciones responden a un perfil de trabajador joven, la mayoría de veces asintomático y en una proporción similar de trabajadores del país y los llegados de fuera. Se trata de personal de línea de confección y también de personal del área comercial (sin contacto con la planta industrial) o personal de oficina (también sin contacto con la producción).

En muchas ocasiones, las empresas frutícolas han realizado por decisión propia test masivos en las plantillas de la mano de sus servicios de prevención y de las mutuas. En todos los casos de detección, el trabajador que da positivo se aísla, así como también se aísla a los trabajadores más próximos a él en su lugar de trabajo. Hoy en día las centrales frutícolas son auténticos búnkeres donde no está permitida la entrada de personal ajeno. Las empresas han gastado millones de euros para proteger a los trabajadores y minimizar los contactos.

 

Un protocolo para las centrales de fruta
Antes de comenzar la campaña de la fruta, el 17 de abril, Afrucat publicó el primer protocolo para centrales frutícolas frente a la Covid–19 revisado y validado por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya y validado y recomendado por la UGT. Este protocolo, seguido por la práctica totalidad de los asociados a la entidad, detalla un conjunto de medidas estrictas para la protección de la salud de los trabajadores y trabajadoras de las centrales frutícolas.

A la entrada de las centrales se toma la temperatura a los trabajadores y trabajadoras a diario. En las líneas de confección, los/las envasadores/envasadoras trabajan con mascarilla y guantes (que se cambian a menudo) y, en general, están separados por mamparas de plástico que se pueden limpiar. La limpieza de manos es periódica y el gel hidroalcohólico se encuentra al alcance de todos los trabajadores. Se organizan turnos para que los equipos no coincidan y se han cerrado zonas comunes como cafeterías y comedores.

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