La añada 2024 de la D.O.P. Jumilla, calificada como ‘muy buena’
Un total de 13 catadores que forman parte del comité de evaluación del panel de cata del Consejo Regulador de la D.O.P. Jumilla se reunieron en el Museo del Vino de Jumilla para valorar, en estricta cata a ciegas, 34 muestras representativas de la añada 2024. Una añada que cierra un ciclo de sequía extrema, «donde los rendimientos han sido muy bajos, reduciendo drásticamente la producción del viñedo en secano, mayoritario en la denominación, y en la que, a pesar de las complicaciones meteorológicas, el buen papel de enólogos y viticultores para elaborar vinos de gran calidad ha sido crucial, con la selección de uva de calidad y el cálculo de los tiempos óptimos de maduración del viñedo». Además, la aparición de las lluvias a finales de septiembre resultó en una vendimia en dos partes, que mejoró mucho la acidez de la ‘Monastrell’, que venía sufriendo por la sequía prolongada desde 2022.
El jurado ha coincidido en valorar la añada como ‘muy buena’, y ha destacado la calidad de los vinos tintos, «con frescura, buena acidez, y una marcada presencia de fruta». En cuanto a rosados y blancos, todos han coincidido en su gran frescura, cuerpo y carnosidad, «que se mantiene con una intensidad en boca y aroma sobresaliente».
El presidente del Consejo Regulador, Silvano García, acudió a recibir al panel de cata, agradeciendo la labor que realizan para mantener y asegurar la calidad del vino con D.O.P. Jumilla, «resaltando su formación continua durante todo el año».
El total de viñedo viejo en esta D.O.P. supone más de 20% de la superficie. Se estima que gran parte de esta viña vieja está plantada a pie franco, al menos 1.000 hectáreas, destacando que el 89% es ‘Monastrell’, 6% ‘Airén’ y 3% ‘Garnacha tintorera’.
Las características climáticas, con escasas precipitaciones que apenas alcanzan los 300 mm al año y las más de 3.000 horas de sol permiten unas condiciones idóneas para el cultivo ecológico, mayoritario en esta denominación de origen.