Novaterra avanza hacia la reducción de fitosanitarios en el cultivo del olivo y el viñedo
En los últimos cuatro años, un consorcio internacional de 23 entidades, bajo el nombre de Novaterra y liderado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha investigado cómo combinar diferentes estrategias para reducir el uso de fitosanitarios en los cultivos de la viña y el olivo. Los resultados, presentados recientemente, demuestran que integrar productos naturales con tecnologías de precisión y una mejor gestión del suelo permite reducir el uso de pesticidas de síntesis sin perder rendimiento ni calidad.
Novaterra ha incluido ensayos en fincas de España, Portugal, Francia, Italia y Grecia. Luis Asín, jefe del programa de Fruticultura del IRTA, ha señalado al respecto que «primero, hemos probado las diferentes estrategias por separado. Después, a lo largo del último año, hemos escogido unas cuantas fincas en las que integrar estas estrategias. Y se ha demostrado que es factible reducir el uso de fitosanitarios desde una mirada holística».
Para su ejecución, el proyecto ha contado con un presupuesto de más de 5,5 millones de euros, de los cuales 4,8 procedían de una ayuda de la Comisión Europea a través del programa Horizon2020 (referencia: GA 101000554).
Los resultados de Novaterra se han presentado el miércoles 26 y el jueves 27 de junio en las instalaciones del IRTA, en Caldes de Montbui, así como en una finca del espacio comunitario Agrópolis (Viladecans) y en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), en Castelldefels. A las jornadas han asistido unas ochenta personas, entre ellas representantes de las empresas, universidades y centros de investigación participantes del consorcio internacional, así como agricultores de olivo y de viñedo que valoran aplicar estas estrategias en próximas campañas.
Microorganismos, nanopartículas, feromonas y capturas masivas
Las estrategias estudiadas por Novaterra se pueden dividir en tres ámbitos. El primero es el uso de productos que no sean pesticidas de síntesis. Es el caso de los llamados agentes de biocontrol, organismos que compiten contra quienes causan las plagas o enfermedades. También, se han evaluado formulaciones basadas en nanopartículas de cobre o azufre, tecnología fungicida bastante reciente muy eficiente gracias a su tamaño microscópico. Otro ejemplo son las feromonas sin microplásticos y degradables, que se usan para confundir sexualmente a los insectos causantes de las plagas y evitar que los machos encuentren a las hembras para reproducirse. Por último, se ha probado la captura masiva mediante el uso de unas trampas que atraen a las plagas.
El segundo ámbito ha sido el de la agricultura de precisión. En él se ha probado maquinaria que aplica el producto fitosanitario sólo donde existe cultivo, evitando verterlo en espacios vacíos y adaptándose al volumen de la planta. Asimismo, los investigadores han evaluado un sistema de visión inteligente que, mediante unos sensores instalados en los tractores o maquinaria, detecta la presencia de síntomas tempranos causados por plagas o enfermedades. Estas y otras tecnologías de precisión buscan reducir, de forma significativa, el uso de fitosanitarios.
Aplicar productos naturales y utilizar tecnologías de precisión es más sencillo si el suelo está bien preparado. Ésta es la tercera estrategia que ha examinado Novaterra. Así, se ha estudiado el uso de infraestructuras ecológicas: zonas cerca o dentro de la fila del cultivo donde se cultivan plantas que son refugio de los enemigos naturales de los organismos causantes de las plagas. También se ha analizado el uso de un robot que contribuye al control de las malas hierbas para mejorar la diversidad y el ahorro de agua.
Combinar todo esto es la manera de hacer camino hacia la reducción del uso de los fitosanitarios. Aunque Europa ha dado este año un paso atrás ante la presión del sector, este camino se basa tanto en la optimización de la aplicación de los pesticidas de síntesis como en la optimización del uso del agua, los fertilizantes o la energía. Y es por eso que el IRTA, en proyectos futuros, tiene previsto ampliar estas investigaciones a más tipos de cultivos.