Agricultura

Laia Angrill «hay gente que aún duda de las capacidades que tenemos las mujeres para gestionar una explotación agraria o conducir un tractor»

El encasillamiento y la poca visibilidad social, la necesidad de una formación adecuada y la poca representación en los órganos de decisión, son algunos de los problemas de la mujer agricultora debatidos en una mesa redonda organizada por la Asociación de Micropueblos de Cataluña en el marco de la feria de Sant Miquel y Eurofruit. Organizada por la Asociación de Micropueblos de Cataluña, ha servido para poner en valor su papel.

Esmeralda Roureda, presidenta de JARC Lleida y primera mujer vocal de la historia del Canal de Aragón y Cataluña, ha explicado que como agricultora se ve perjudicada por las problemáticas que afectan al mundo agrario y que han incrementado los costes de producción (crisis sanitaria, guerra de Ucrania), por un lado, y por el hecho de ser mujer, por el otro. «Somos pocas, trabajamos 10 o 12 horas cada día, y muchas no estamos dadas de alta en la Seguridad Social», ha afirmado. Roureda ha lamentado también la poca representación femenina en los órganos de decisión de cooperativas, comunidades de regantes y organizaciones agrarias del mundo rural, con tan solo un 9%. Por ello cree que las mujeres deben jugar un papel clave en este ámbito y deben poder acceder a la formación que necesitan para trabajar en el sector, «que precisamente tiene una gran carencia de mano de obra». Al mismo tiempo, piensa que las mujeres deben empoderarse y creer en sus capacidades.

Otro ejemplo es el de Laia Angrill, que con tan solo 22 años es miembro de la Comisión Sectorial Lechera y de la Sectorial de Jóvenes de Unió de Pagesos (UP), y que cree que todavía hay que trabajar mucho para «cambiar la perspectiva de género para caminar hacia la igualdad y sensibilizar a la gente sobre el valor social que tiene nuestro oficio». Angrill, que se inició en el negocio familiar muy joven, cree que es fundamental fijar la población femenina en el campo para asegurar el relevo generacional y que una de las claves reside en el trabajo realizado en casa, más que el trabajo de las Administraciones: «hay que educar a las niñas que nacen en el campo, ya de pequeñas, para que conozcan bien y valoren este oficio».

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Mujeres del Mundo Rural en Cataluña, Dolors Català, defiende el asociacionismo, y ha explicado que el hecho de ser mujer no es ningún problema en el trabajo del día a día, pero que en cambio las entidades del sector agrario tienen una escasa representación femenina. Confía en que con las nuevas generaciones vayan cambiando los roles hombre-mujer con un equilibrio entre las tareas de casa y del campo y cree que «en el mundo rural las mujeres están más formadas que los hombres».

Finalmente, Núria Fontanet, coordinadora del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural en el Alto Pirineo y el Aran, ha señalado que, «aunque todavía hay camino por recorrer», en los últimos años se ha avanzado bastante en la tarea para visibilizar y poner en valor el trabajo de la mujer campesina, entre otros factores gracias a la Ley de 2015 de Igualdad de Género, la creación del consejo Asesor de las Mujeres, el Plan Estratégico para la Alimentación o el Plan Estratégico para la Ganadería Extensiva. 

Respecto a estadísticas, Fontanet ha indicado que, a nivel de Cataluña, un 60% de los titulares de las explotaciones agrarias son hombres, un 27% mujeres y un 13% personas jurídicas (sociedades, cooperativas, etc.). Por otro lado, a nivel del Alto Pirineo y el Aran, entre 2016 y 2022 un 66% de las solicitudes de instalaciones por parte de jóvenes son de hombres y un 34% de mujeres, «lo que contrasta con los datos de 1997, año en el que las solicitudes de mujeres no pasaban probablemente de un 5%».

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El regadío en España se encuentra asfixiado por los altos costes energéticos, que se han incrementado más del 90% en el último año. Así lo ha expuesto la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que ha reclamado al ministro de Agricultura, Luis Planas, un IVA reducido del 10%, «así como la puesta en marcha de la doble potencia, un sistema que permite establecer dos consumos diferentes al año coincidiendo con las épocas de mayor y menor necesidad hídrica para el regadío».

Actualmente, el regadío supone casi el 70% de la producción agrícola total. Por tanto, un incremento en los costes de producción, como es el caso del aumento del precio de la electricidad, «repercute directamente al precio que paga el consumidor por los alimentos, máxime en un contexto de inflación como el actual».

Además, las comunidades de regantes, al ser corporaciones de derecho público, «no pueden desgravarse el IVA y tampoco pueden facturarles a los regantes para que sean éstos los que perciban la deducción, por lo que el sistema actual convierte al IVA en un coste más para el productor. El sistema fiscal penaliza de esta forma el modelo de gestión del agua en España».

Al respecto, la normativa europea permite aplicar un IVA reducido del 10% para la electricidad, como se viene haciendo en otros países, como Italia. Asimismo, la norma comunitaria también contempla la posibilidad de contratar doble potencia, «además de seguir incentivando las energías renovables mediante ayudas directas al autoconsumo, contribuyendo a una reducción de los costes de producción y a una mejora del medio ambiente»

 

Ejemplo Coste Electricidad Comunidad de Regantes

 

ago-21

ago-22

Variación

Consumo (KWh)

411.675

534.702

29,88%

Coste Total Fact. (€)

40.680,16

102.727,73

152,53%

€/KWh

0,0988 €

0,1921 €

94,42%

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Rovensa, compañía especializada en productos agrícolas para la agricultura sostenible, ha anunciado la integración de Cosmocel, empresa de bioestimulantes especializados y productos de alta tecnología para la agricultura. El cierre de la integración está sujeto únicamente a la aprobación de las autoridades de competencia.

Con sede en Monterrey (México) Cosmocel, con más de 60 años de experiencia en el mercado, cuenta con una cartera de más de 100 productos abarcando bioestimulantes, soluciones de biocontrol y adyuvantes. Además, tiene más de 700 empleados, 3 centros de fabricación de última generación, 11 oficinas y 26 almacenes, y está presente en más de 50 países de Norteamérica, Latinoamérica, Europa, Oriente Medio y África del Sur. La compañía tiene una presencia fuertemente consolidada en el mercado en base a equipos locales y relaciones comerciales estratégicas, así como un equipo de I+D altamente profesionalizado.

Esta integración estratégica posiciona a Rovensa como líder mundial en BioSoluciones para la agricultura sostenible y está plenamente alineada con su estrategia de ofrecer a los distribuidores y a los agricultores soluciones innovadoras para aumentar la productividad de la tierra y la rentabilidad de la producción, logrando a su vez que los cultivos sean sostenibles con el fin de proteger y preservar el medio ambiente para generaciones futuras.

Cosmocel complementa la presencia de Rovensa a nivel global, «añadiendo nuevas áreas geográficas y un mayor peso en mercados estratégicos de América». Asimismo, «aporta mayor capacidad productiva en México, nuevas competencias en I+D e importantes sinergias de producto exportables al resto del grupo».

Eric van Innis, CEO de Rovensa ha manifestado que «esta integración estratégica pone de manifiesto nuestras ambiciones de crecimiento en el mercado internacional de las BioSoluciones y nuestro firme compromiso con la agricultura sostenible». Además, «la alta calidad y complementariedad en la gama de bioestimulantes y soluciones de biocontrol de Cosmocel, su cultura, su estrategia de mercado, la calidad y el compromiso de sus empleados y equipo de gestión, y sus capacidades de producción nos proporciona un posicionamiento único para ofrecer a nuestros distribuidores y agricultores las mejores soluciones naturales, aprovechando nuestra escala y capacidades globales». «Estamos decididos a ejercer un fuerte impacto en la agricultura sostenible, que debe ser a la vez productiva y regenerativa, en armonía con la naturaleza, para que los cultivos sean más resistentes al cambio climático, y en consecuencia alimentar al mundo garantizando equidad y salud», ha subrayado Van Innis.

Por su parte, el equipo directivo de Cosmocel ha señalado que «estamos convencidos de que esta integración beneficiará a Cosmocel y a todos los integrantes de la organización. Desde el inicio de las negociaciones, Rovensa demostró su claro compromiso y deseo de preservar tanto la cultura de empresa como la del equipo, lo que decididamente nos permitirá, junto con las demás actividades que realiza, seguir contribuyendo a impulsar la agricultura sostenible».

Las condiciones financieras de la transacción no han sido reveladas.

www.rovensa.com

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El Programa TalentA, puesto en marcha por Corteva Agriscience y FADEMUR (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales en España), está a punto de culminar su tercera edición. En este sentido, todas las interesadas en formar parte y optar a alguno de los premios para impulsar sus proyectos podrán presentar su candidatura hasta el 31 de enero. 

El programa nació en 2019 con el fin de poner de relieve el papel clave que las mujeres rurales desempeñan en el sector y apoyarlas en el desarrollo de sus proyectos a través de formación, visibilidad y financiación. Desde su creación se han recibido más de 130 candidaturas de emprendedoras de todo el país con proyectos que van desde la producción sostenible de quesos, el deshidratado solar de frutas y verduras hasta la promoción del bienestar animal y la alimentación saludable del ganado, entre otros.

Además, esta fórmula ha traspasado fronteras y, a nivel internacional, el programa ha sido instaurado en países como Portugal, Rusia, Hungría o Argentina y ya son más de 500 mujeres rurales de distintas nacionalidades las que se han sumado a TalentA.

Cabe señalar que puede presentar su candidatura cualquier mujer rural emprendedora, que cuente con un proyecto innovador en el ámbito agrario o agroalimentario. Las participantes deben desarrollar su actividad en entornos rurales de no más de 20.000 habitantes, excepto para las islas y barrios o pedanías rurales con más dispersión geográfica. Los proyectos deben encontrarse en una fase inicial de preparación y planificación, o pueden estar ya en desarrollo, pero buscan iniciar una nueva línea de negocio o mejorar la que tienen.

Toda la información y los pasos a seguir para completar el proceso de presentación de candidaturas están disponibles en la misma web del programa (www.programatalenta.es). Al finalizar el periodo de inscripción se evaluarán los proyectos ganadores por parte de un jurado que se basará en criterios como la innovación, la lucha contra el despoblamiento, el impacto y la sostenibilidad, el empoderamiento económico y la posibilidad de réplica del negocio. El primer premio está dotado con 8.000 €, así como el acceso a la lanzadera de emprendedoras rurales RURALTIVITY, de FADEMUR, que incluye un programa de mentoring y de capacitación. Además, los tres proyectos finalistas podrán acceder a una campaña de difusión y visibilización entre instituciones, medios de comunicación, en redes sociales y entre asociadas de Fademur.

Las premiadas se anunciarán el martes 8 de marzo de 2022, Día Internacional de la Mujer.

www.programatalenta.es

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Artículo de opinión de Cristóbal Aguado Laza, presidente de AVA-ASAJA 

 

Los datos son escalofriantes. En 2021 el sector agrario valenciano acumuló unas pérdidas de 640 millones de euros: 230 por problemas de mercado, 250 por plagas y enfermedades, 100 por adversidades climáticas, 35 por daños de fauna salvaje y 25 por robos. Además, la brutal escalada de los costes de producción supuso para la agricultura valenciana unos sobrecostes de 500 millones, entre el encarecimiento de la energía eléctrica (+270%), el gasóleo (+73%), los abonos (+48%) y los piensos (+25%).

Este dramático balance ha tenido su reflejo en las tierras dejadas de cultivar, más de 2.000 hectáreas el último año, de modo que la Comunidad Valenciana ya roza las 165.000 hectáreas improductivas, consolidándose de manera cada vez más destacada como el farolillo rojo de España y de Europa. Triste honor que igualmente ostenta en envejecimiento de la población agraria (más de 63 años de media) y en falta de relevo generacional. Porque, ¿qué joven en su sano juicio va a apostar por un sector sin garantías de viabilidad?

En la era de la sostenibilidad, nuestro campo no es sostenible porque le falta la pata económica, sin la cual es imposible mantener la social y medioambiental. Y no puede serlo porque las legislaciones puestas en marcha por las distintas administraciones son un auténtico fracaso. En Valencia, la Ley de Estructuras Agrarias no tiene aún proyectos ejecutados, mientras las florituras de la Ley de la Huerta marchitan a los agricultores que son los que mantienen el paisaje. En Madrid, basta con ver los precios de ruina de la naranja y el caqui para comprobar que la nueva reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria nace prácticamente muerta. Y Bruselas, con sus acuerdos comerciales con países terceros y la pérdida tanto de mercados interiores como exteriores, o replantea su concepto de la Unión Europea (no puede ser solo un club de mercaderes) o la decadencia de Europa será cada vez más visible.

Sí, el sector productor tiene sobrados motivos que explican su situación desesperada. Pero me gustaría centrarme principalmente en dos asuntos. El primero es el mayor hachazo que el Gobierno pretende asestar al seguro agrario en sus más de 40 años de historia. ENESA, órgano autónomo del Ministerio, ha traicionado a los agricultores secundando a Agroseguro en sus planes para recortar las coberturas del seguro de cítricos.

Durante la democracia española, todos los gobiernos han venido haciendo un esfuerzo importante para ir ampliando y adaptando las coberturas a las necesidades reales de los productores. Los diferentes ejecutivos entendieron que el seguro es la mejor manera de garantizar la renta ante adversidades climáticas y no tener que poner fondos extraordinarios en caso de un siniestro grave. Pero, por primera vez y desoyendo las demandas del sector, ENESA elige dar prioridad a la cuenta de resultados de las grandes aseguradoras antes que ponerse del lado de los agricultores y ganaderos. Si no cesa al director de ENESA y si consume dicho retroceso en el seguro, este Gobierno no será progresista, sino retrógrado.

Hacia atrás como los cangrejos también vamos en la lucha contra las plagas y enfermedades agrarias. Europa ha suprimido dos terceras partes de las materias activas fitosanitarias en apenas una década, y lo ha hecho además sin proporcionar alternativas o estrategias de prevención y control eficaces. El resultado es que, mientras la clase política monta campañas contra el desperdicio alimentario, a pie de campo nunca antes se han perdido tantas cosechas por falta de soluciones.

El principal dolor de cabeza en 2021 fue el Cotonet de Sudáfrica (Delottococcus aberiae) que continúa su expansión por la citricultura valenciana y española. Otros cotonets, junto a moscas blancas y la mancha foliar (Mycosphaerella nawae), ponen contra las cuerdas el cultivo del caqui, puesto que esta pasada campaña echaron a perder la mitad de la cosecha autonómica. En el cultivo de la viña, los ataques de mildiu fueron especialmente virulentos. En el arrozal valenciano, hubo una multiplicación récord de malas hierbas que diezmó la producción y disparó los costes en mano de obra…

Las amenazas más letales de la agricultura mundial nos tienen metido el susto en el cuerpo. La Xylella fastidiosa (el ébola del olivo la llaman en Italia) llegó en 2021 a la provincia de Valencia, tras superar la zona demarcada las 135.000 hectáreas en Alicante. El vector transmisor Trioza erytreae del Huanglongbing (HLB) ha bajado hasta el Algarve portugués y ya acecha los cítricos de Huelva. Finalmente, la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta) puede entrar en cualquier momento mientras Bruselas siga resistiéndose a aprobar, tal como recomienda la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la obligatoriedad para que los cítricos sudafricanos con destino a la Unión Europea apliquen el tratamiento en frío.

Si 2021 ha sido un año negro, 2022 no se presenta mejor. Ante la subida inasumible de los costes de producción, habrá que plantearse reducir en un porcentaje importante los insumos (fertilizantes, energía, agua, etc.) porque no podemos repercutirlos en los precios que percibimos. No niego la parte de culpa del propio sector, creo que los agricultores debemos estar más unidos e ir todos a una. Criticando en el bar o insultando en el whatsapp no vamos a ningún lado. Cada productor debería asociarse a la organización profesional reconocida que más le guste, participar en las sectoriales y sumarse a las movilizaciones. Lo otro es ahondar en la división del campo, lo que nos haría aún más débiles.

Si la pandemia lo permite, estamos estudiando con el resto de asociaciones la convocatoria de nuevos actos de protesta en la Comunidad Valenciana. Asimismo, el 20 de marzo todo el sector agrario culminará la campaña SOS Rural con una gran manifestación en Madrid para defender un futuro, sí, un futuro, digno del medio rural.

 

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Los Colegios de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Alicante, Aragón y Asturias han creado la fundación Agricolae Mundi, una entidad solidaria cuyo objetivo es utilizar el conocimiento de los ingenieros agrícolas para impulsar experiencias agronómicas tanto en España como en países en vías de desarrollo, «que puedan ser fuente de formación, trabajo y alimento para las comunidades donde se ubiquen».

En la actualidad, Agricolae Mundi ya trabaja dando apoyo a dos proyectos nacionales, en Asturias y en Alicante, y uno internacional, en Mozambique. En Asturias, se trabaja en la instalación y desarrollo de huertos escolares para su explotación por estudiantes con déficit de atención. En Alicante, la finalidad es convertir una finca con cueva habitable, pozo de agua de riego y terreno para cultivo, en residencia para enfermos mentales con dificultades; allí se proyecta instalar placas fotovoltaicas, huerto para autoconsumo y un cultivo de aromáticas.

En cuanto al proyecto internacional, se trata de un desarrollo agrícola en Mozambique, ‘Agropecuaria San Francisco’, impulsado por una comunidad de religiosos franciscanos. El proyecto, denominado ‘UTUNBU’ (soy porque somos), contempla actuaciones de desarrollo sobre 206 hectáreas en el centro del país. El objetivo es instalar una unidad de producción agropecuaria modelo y una escuela profesional de referencia para toda la región, en base a dos grandes pilares: el desarrollo económico local y la educación de los habitantes de la zona.

«Los ingenieros agrícolas somos profesionales con un amplio conocimiento del sector agroalimentario y uno de nuestros valores está en el asesoramiento de cómo mejorar procesos para que los cultivos sean más eficientes, sostenibles y productivos», ha señalado Miguel Agulló, presidente de Agricolae Mundi y del Colegio ITA de Alicante (COITAGRA). Para añadir que «pensamos que el éxito del enfoque de nuestros proyectos es que, pese al gran impacto que pueden generar, en el fondo son muy sencillos. Y esto es así porque queremos impulsar actuaciones posibles y estables que puedan ser mantenidos por la población local, para que cuando terminemos nuestra labor, esta perdure sin necesidad de nuestro apoyo constante».

Aunque Agricolae Mundi está impulsada por profesionales colegiados de ingeniería agrícola y que nutren en un mayor número la fundación, la entidad también está abierta a cualquier persona, empresa o entidad con inquietudes en el mundo de la cooperación, bajo la figura de miembro, socio, patrocinador, técnico cooperante o voluntario.

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Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha hecho, como cada mes de diciembre, balance del año agrario y político. Para esta organización agraria el 2020 «ha supuesto uno de los mayores desafíos que se recuerdan para agricultores y ganaderos, que han tenido que afrontar la crisis aparejada al coronavirus, partiendo de una mala situación que se manifestó con miles de tractores en la calle». Asimismo, «las negociaciones sobre la futura PAC y su aplicación en España, el amago de reforma de la ley de la cadena alimentaria y la asignatura nuevamente pendiente de poner urnas en el campo han marcado este año».

Unión de Uniones considera que este 2020 acaba como empezó, con una gran crisis para el sector que se ha visto agravada por la llegada de la Covid–19, «cuyas medidas de seguridad han marcado gran parte del ritmo de los mercados», a pesar de que el Ministerio de Agricultura haya presentado, en su primera estimación, una renta agraria en crecimiento, del 4,3 %, algo que la organización cree «muy lejano» a la realidad de los agricultores y ganaderos.

El cierre de la hostelería, los mercados, el aumento de los costes de producción por las restricciones a la hora de organizar el trabajo y la ralentización de la exportación han hecho que muchos sectores que ya estaban en crisis, lo estén aún más.

Uno de estos, el del vino venía con la previsión de una buena campaña que obligaba a redefinir su situación. Si bien España es uno de los principales productores de vino a nivel europeo, destinaba poco más de la mitad que Francia en presupuesto para medidas de mejora, 90 millones frente a 170 millones del país vecino.

Por otra parte, Unión de Uniones ha destacado que climatológicamente el año no ha sido particularmente malo a nivel general, aunque algunos cultivos se han visto fuertemente dañados, como los cítricos y el caqui en Comunidad Valenciana, o la fruta dulce en Cataluña. Además, cabe resaltar la gran incidencia que en Cataluña, La Rioja o Castilla y León, ha tenido el mildiu en el viñedo, cultivo que, junto a los frutos secos, ha tenido afectaciones importantes también por el pedrisco en Castilla–La Mancha.

 

Complicaciones comerciales y logísticas
La organización agraria ha constatado, según datos de Datacomex, que las exportaciones del sector agroalimentario (excluido pesca) habrían alcanzado en los tres primeros meses del año los 20.453 millones de euros, una cifra inferior al histórico de años anteriores. Las complicaciones comerciales y logísticas que ha traído la pandemia se han unido a los aranceles impuestos por la administración Trump y a un veto ruso con el que no acaba. «Y sin embargo», critican desde Unión de Uniones, «sufrimos los efectos de unos acuerdos de libre comercio con países terceros que acaban siendo una competencia tremendamente desleal con nuestras producciones», como en los cítricos o la almendra, «víctima esta última de especulación y cuyos precios han caído cerca de un 85% este año». Igualmente, lamenta que finalice el año «sin un acuerdo sobre el Brexit, que tendrá impacto en la economía de muchos productores, una PAC verde, pero etérea y una ley de la cadena alimentaria aún con grandes deficiencias».

La organización lamenta la confirmación de la pérdida de presupuesto para la PAC, con un recorte del 10,2% en términos constantes respecto al periodo anterior 2014–2020. «Ha sido para nosotros un año de intenso trabajo en el Plan Estratégico de la PAC», apuntan desde la Unión de Uniones, que valora positivamente la inclinación por parte del Ministerio de Agricultura a vincular las ayudas a un modelo profesional de agricultor genuino y aplicar mecanismos de redistribución de los pagos directos.

El ministro de Agricultura suspende 2020 para esta organización «en democracia, con otro año en blanco en cuanto a la puesta en marcha de elecciones en el campo». «Planas habla más que hace», señala la Unión, para añadir que mientras sea el Ministerio de Agricultura quien decida con quién negocia y no los agricultores y ganaderos, «muchas cosas se quedarán sin arreglar».

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La compañía Syngenta ha presentado los resultados de su plan de compromisos con la agricultura sostenible en España y Portugal, ‘The Good Growth Plan’, así como los nuevos objetivos con los que la empresa se compromete para 2025.

Pilar Gimenez, directora de Asuntos Corporativos en Syngenta España, ha enmarcado ‘The Good Growth Plan’ en «un contexto claro de apuesta por la sostenibilidad agrícola en toda Europa, plasmado en los últimos 10 años en la Política Común Europea y que ha supuesto que la innovación y la tecnología ya no se centren solo en la productividad de las explotaciones agrícolas sino que busquen la sostenibilidad real a medio y largo plazo. De hecho, en este momento todas las nuevas estrategias europeas como el ‘Pacto Verde’, ‘De la granja a la mesa’ e incluso la PAC tienen al igual que nosotros la sostenibilidad en su foco central».

Al respecto, Pilar Gimenez ha destacado que Syngenta lleva años adaptándose a esta realidad con la puesta en marcha en 2013 de su plan de compromisos por la sostenibilidad “The Good Growth Plan’ que «tiene un encaje perfecto en este nuevo marco europeo y que se basa en una apuesta por la innovación y en la introducción de nuevas tecnologías en el campo». La responsable de Syngenta tiene claro que «el Cambio Climático nos obliga a todos a seguir avanzando en esta senda de la sostenibilidad y de la inversión en innovación».

Resultados tras siete años de implementación de “The Good Growth Plan”

El director general de Syngenta, Robert Renwick, ha indicado que la crisis de la Covid-19 ha puesto sobre la mesa, además, dos realidades claras, como son «la importancia vital de la agricultura para la economía y para la seguridad alimentaria de un país; y la necesidad de apostar por la ciencia y la innovación para conseguir superar estos difíciles retos. Esa es precisamente la apuesta de Syngenta con su ‘The Good Growth Plan’ iniciada en 2013 y que se renueva ahora hasta 2025».

Renwick ha afirmado que se han conseguido casi todos los objetivos planteados para 2020, y en particular en España y Portugal, donde en la red de explotaciones de referencia de ‘The Good Growth Plan’ se ha conseguido avanzar en cuatro áreas clave: la productividad, la protección de suelos y el agua; la formación de los agricultores y la biodiversidad.

El director general de la compañía ha destacado que estos buenos resultados no hubieran sido posibles sin la implicación de todo el sector: agricultores; distribuidores; técnicos y equipo comercial; organizaciones agrarias como Asaja, UPA, cooperativas; asociaciones como la AEACV (Agricultura de Conservación y Suelos Vivos); universidades como la UPC (Universidad Politécnica de Cataluña), Universidad de Córdoba, la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid (ETSIA), etc.; o centros de investigación como el CSIC.

El nuevo ‘Good Growth Plan’ para 2025

Syngenta se compromete en este nuevo plan para 2025 a invertir unos 2.000 millones de dólares en agricultura sostenible y poner a disposición de los agricultores dos avances tecnológicos cada año. Los nuevos compromisos se dividen en cuatro áreas distintas: acelerar la innovación para los agricultores y la naturaleza; luchar por una agricultura neutra en carbono; ayudar a las personas a mantenerse seguras y saludables, y establecer alianzas para frenar el impacto del cambio climático.

Durante la presentación virtual que ha tenido lugar a través del canal de Youtube de Syngenta en España, se han mostrado algunas de las iniciativas de referencia en el plan, como el programa ‘Poliniz-up’, desarrollado junto a la UPA para aumentar las poblaciones de polinizadores en los espacios agrícolas. Una iniciativa que ya ha presentado los primeros resultados con la localización en los nuevos hábitats generados de más de 150 especies nuevas de polinizadores, muchos de ellos especies endémicas en la península ibérica.

Entre otras iniciativas destacadas en la presentación, desde Valladolid se ha enseñado uno de los ensayos que se está desarrollando en un olivar intensivo para fomentar la biodiversidad a través de la siembra de cubiertas vegetales y una de las aplicaciones digitales para probar la nueva APP ‘Run off tool’, desarrollada por Syngenta para conocer los riesgos de escorrentía y evitar la erosión de las parcelas agrícolas.

Giuseppe Natale, CEO de Valagro, compañía recientemente adquirida por el Grupo Syngenta ha participado en la presentación afirmando que «el Good Growth Plan supone una apuesta clara por la sostenibilidad a través del complemento una oferta conjunta de agricultura integrada con innovaciones biológicas a nuestros agricultores».

‘Soil Farming’ o ‘Cultivando el suelo’, es otra de las iniciativas que Syngenta pone en marcha en España y que consiste en cultivar una parte de la finca en laboreo convencional y otra en laboreo de conservación con el protocolo Syngenta (sus semillas y recomendaciones de tratamientos, así como el fomento de los polinizadores plantando márgenes multifuncionales).

En el apartado se seguridad en el trabajo, se ha presentado una de las novedades tecnológicas que vienen para asegurar el buen uso, seguro y responsable de los fitosanitarios. Se trata del sistema CTS o  ‘Sistema Cerrado de Transferencia’, una herramienta diseñada para evitar la exposición y contacto con el producto, además de asegurar el lavado y reciclado adecuado de los envases por completo. En palabras de Robert Renwick, «Syngenta ha demostrado su compromiso con la sostenibilidad desde sus inicios, y así lo demuestran los resultados del Good Growth Plan desde 2013.  Con las inversiones futuras, la empresa demuestra su apoyo a los agricultores para enfrentar los múltiples desafíos que representa el cambio climático, con un plan de sostenibilidad para el largo plazo».

www.syngenta.es

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Un estudio elaborado por la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), sobre la base de los últimos datos oficiales publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), indica que un 6,6% de las grandes empresas agrarias obtienen ya el 42% del valor de la producción que se genera en el campo español. Bajo el título ‘Esenciales. La agricultura española ante calamidades que afectan a la seguridad nacional’, los Servicios Técnicos de esta organización han analizado las claves estratégicas de un tejido productivo fuerte y asentado en el territorio para responder a crisis como la de la Covid–19, al tiempo que se advierte de los peligros para la seguridad alimentaria de España y Europa de la creciente concentración de la producción en manos de sociedades mercantiles multinacionales. 

Según los datos actualizados del MAPA, en nuestro país hay un millón de explotaciones agrarias, el 93,4% con titular físico y el 6,6% son empresas, unas 65.000 sociedades cuyo objeto social principal es la producción primaria. «No son tanto las producciones agrarias en sí las que están en peligro, sino los agricultores y ganaderos del modelo social y profesional de agricultura frente a la concentración de la producción y la creación de oligopolios, que estimulan la entrada de fondos de inversión», ha dicho Miguel Blanco, secretario general de COAG. Para a la pregunta ¿qué ocurriría si la producción agraria y la alimentación estuvieran en manos ajenas en una calamidad aguda o prolongada, si no dispusiéramos de sistemas productivos diversificados y propios en la UE, en los que el modelo social y profesional es el predominante? responder que «las consecuencias podrían ser devastadoras. Hemos sido esenciales para evitarlo. Claro ejemplo es el coste de vidas, pero también el coste económico y social derivado de la falta de elementos de protección sanitaria en el inicio de la pandemia».

El propio Parlamento Europeo, en dos recientes documentos (julio y octubre de 2020) ha señalado entre los elementos sobre los que hay que poner el foco como riesgos estructurales «la creciente concentración de la producción agraria hacia oligopolios: desaparición del modelo europeo de agricultura que conduciría a la despoblación rural, a la degradación medioambiental y cultural y al aumento del desempleo rural».

Además, el informe ‘Esenciales’ recoge un análisis DAFO de la caracterización del sector agrario español, sobre la base de los trabajos realizados por MAPA para la elaboración del Plan Estratégico de España para la futura PAC. Desde el punto de vista económico nuestro sector agroalimentario es vulnerable en su conjunto por sus propias características:

– Escasa rentabilidad de las explotaciones de menor dimensión económica, acentuada en secano, y muy condicionada por su elevada atomización.

– Los costes de producción se sitúan por encima de los de un importante número de terceros países, con una tendencia creciente, mientras que en los ingresos son decrecientes por la imposición de unos precios a la baja.

– Posición de debilidad del sector productor frente a los demás eslabones de la cadena, en capacidad de negociación.

– Aumento de la brecha digital y falta de conectividad. Escasa digitalización en agricultura e industria agroalimentaria.

 

Vulnerabilidad a desastres naturales
Asimismo, existe una elevada vulnerabilidad de determinados sistemas agrícolas, ganaderos y forestales a desastres naturales, de mayor frecuencia e intensidad y al cambio climático, que puede llevar incluso a su desaparición, en caso de que no se produzca una adecuada adaptación. También se advierte una gran desconexión del ciudadano con los sistemas alimentarios, particularmente, en relación a la importancia de la producción primaria agrícola y ganadera como proveedores de alimentos, y al modelo de producción europeo.

En el capítulo de propuestas, el informe elaborado por COAG subraya la necesidad de proteger a las explotaciones que han resultado más dañadas por los efectos de la pandemia para que puedan seguir adelante, en el marco del modelo de agricultura social y profesional mayoritario en Europa. En este sentido, y de manera paralela a los sistemas sanitarios, es necesario recalcar que los sistemas alimentarios «son esenciales y demasiado importantes para dejarlos en manos de un libre mercado desregulado, que sólo busca la rentabilidad, en muchos casos a costa de los intereses de la ciudadanía».

Por último, se aboga por una transformación digital inclusiva, que permita que todas las explotaciones puedan beneficiarse en igualdad de oportunidades. Se debe aprovechar el despegue del comercio electrónico en alimentación para establecer estrategias específicas y concretas para los sistemas alimentarios territorializados y para los canales cortos de comercialización en el marco de posibles calamidades.

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Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, coincidiendo con el Día Mundial de Alimentación celebrado el 16 de octubre, ha insistido en denunciar la excesiva concentración que existe en la distribución en nuestro país, resaltando que el 50% de la alimentación está en manos de tan solo cinco operadores.

Esta organización agraria, que viene denunciando la urgencia de definir la posición de dominio y sancionar sus abusos, critica que, a nivel estatal, cinco grandes grupos copan el 49,9% de la cuota de mercado de la alimentación, destacando el grupo Mercadona con un 24,7% y el grupo Carrefour con un 8,6%, según los últimos datos ofrecidos por la Consultora Kantar.

Asimismo, de acuerdo con información de esta misma fuente, el mercado de gran de consumo habría crecido un 13,7% y se espera que cierre este 2020 con un crecimiento del 14,7%. A pesar de todo, este incremento no se traslada a los productores de los alimentos, con una brecha de precios de origen–destino que llega al 46% y que imposibilita que se mejore la renta de agricultores y ganaderos.

Unión de Uniones ha señalado que «ni las Directrices europeas ni las leyes estatales están consiguiendo revertir esta situación». Para añadir que «en estos momentos, cuando en España la Ley está abierta en canal en el Congreso, es el momento de abordar los problemas de raíz para lograr un reparto más equitativo a lo largo de la cadena».

Al respecto, la organización está participando activamente en el proceso de modificación que en este año 2020 está sufriendo la Ley 12/2013 sobre cadena alimentaria, enviando enmiendas tanto al Proyecto de Ley de medidas urgentes para el sector agrario como al Anteproyecto de Ley de reforma de la ley y reuniéndose con todos los grupos parlamentarios para trasladar las demandas del sector.

Entre otros temas, la organización agraria reclama que se incluya la definición de posición de dominio en el sector agroalimentario en base al 8% de la cuota de mercado, similar a lo que acontece en otros sectores estratégicos de la economía española como el sector energético.

Unión de Uniones critica que esta excesiva concentración sucede de igual forma a nivel europeo en los países del entorno, por lo que conviene hacer una transformación profunda para no caer en un mercado viciado de precios marcados por este factor, disminuyendo el poder negociador de otros eslabones de la cadena.

Por todo ello, la organización insta a los poderes públicos en todos los niveles a hacer una revisión profunda del modelo que está imperando, a pesar de las leyes, y que genera un fuerte desequilibrio a lo largo de toda la cadena alimentaria. 

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