Ayudas

 

La Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR–COAG) ha criticado el hecho que «haya tenido que enterarse de los detalles de la ayuda a la vendimia en verde en la rueda de prensa de la consejera, ya que las Organizaciones Profesionales Agrarias no han podido participar en la redacción final de esta norma (al igual que sucedió el año pasado, con las ayudas a la destilación), no dando un plazo a las OPA para presentar alegaciones o propuestas de mejora». De esta forma, tras analizar los pormenores de la ayuda publicada, para la organización agraria «resultan perjudicados los viticultores profesionales, que son quienes más están sufriendo la actual situación de precios por debajo de costes, incluso en algunos casos sin bodega a la que llevar esta campaña sus uvas».

Desde que en 2020 se establecieran por primera vez en La Rioja ayudas para la vendimia en verde, la UAGR–COAG «las ha impulsado y defendido como el mejor elemento para evitar la acumulación de excedentes y garantizar un precio mínimo para compensar el trabajo de los viticultores». Es por ello que ha manifestado «su indignación por no haber sido tenida en cuenta durante el proceso de elaboración de la normativa que las pone en marcha». De haberlo hecho, «hubiera alegado contra algunas de las puntuaciones que se otorgan a los solicitantes, ya que el sistema elegido perjudica a viticultores profesionales que soliciten más hectáreas (ha)». Esto sucede porque se conceden 5 puntos a las solicitudes de menos de 4,5 ha, 1 punto entre 4,5 y 6 ha, mientras que se quedan sin puntos quienes pidan entre 6 y 10 ha (límite máximo por solicitante, tramo en el que por lógica deberían figurar los viticultores profesionales). En cambio, a los jóvenes agricultores y a las Titularidades Compartidas «solo se les dan 3 puntos, 4 a los agricultores con título de Explotación Prioritaria». Este sistema de puntuación se justifica «para que se reparta más la ayuda y llegue a todos los solicitantes», pero a juicio de UAGR–COAG esto puede llevar a que muchos viticultores profesionales «reduzcan sus solicitudes para obtener más puntos y garantizarse el acceso a la subvención». «Queremos una ayuda a la vendimia en verde sin cortapisas, que cada viticultor pueda solicitar hasta el máximo de 10 ha, si lo necesita, como el año pasado», ha apuntado el sindicato.

Además, al incentivarse que se presenten solicitudes para pocas hectáreas, es posible que estas acaparen todos los fondos procedentes de la Intervención Sectorial del Vino del Ministerio de Agricultura, de manera que, para completar el dinero con fondos 100% de La Rioja, a los agricultores profesionales se les concedería una ayuda ‘de minimis’, régimen más estricto, topado, y que compromete la percepción de estos apoyos en las próximas campañas.

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Las organizaciones profesionales agrarias de la Comunitat Valenciana (La Unió Llauradora, AVA–ASAJA, ASAJA Alicante, UPA–PV y CCPV–COAG) y Cooperatives Agro–Alimentaries han mostrado su «creciente indignación ante la falta de propuestas concretas por parte de la Conselleria de Agricultura para los productores vitivinícolas que están sumidos en una fuerte crisis y una situación desesperada». Según han indicado estas entidades, «los viticultores han sufrido una importante disminución de los ingresos como consecuencia del incremento de costes productivos y la meteorología adversa, fundamentalmente por la sequía».

La constitución de la Mesa Sectorial del Vino por parte de la conselleria el pasado 29 de febrero, y convocada porque «el sector del vino es estratégico para nosotros y uno de los pilares básicos de la agricultura valenciana», según las entidades representativas «no sirve de nada y puede quedarse en papel mojado si no se activan medidas de apoyo urgentes para el sector. Salvo las ayudas anunciadas a la destilación de subproductos de vinificación para la campaña 2023/24, por importe de dos millones de euros, y la apertura de la convocatoria de las ayudas a la reestructuración y reconversión de viñedo, pocas cosas más».

Las organizaciones agrarias y cooperativas exigen al respecto «ayudas directas para paliar las graves pérdidas económicas ocasionadas por la sequía y los efectos de la guerra en Ucrania, ya que es uno de los pocos sectores que se ha quedado sin apoyos, mientras otras comunidades autónomas sí lo han hecho». Reclaman, asimismo, aprobar la vendimia en verde, como el año pasado, pero usando esta vez la media de rendimientos de las Denominaciones de Origen y no las de cada viticultor. Y piden flexibilizar el desvío de los fondos sobrantes del PASVE a otras medidas de apoyo, los ecorregímenes para el cultivo de la viña y las restricciones de plazos y condiciones en la poda y la fertilización del cultivo. Sobre la Política Agrícola Común (PAC) demandan especificar el concepto del pago de las transferencias de la PAC y/o posibilidad de ver en una App oficial todos los pagos que un beneficiario está cobrando.

También proponen «aumentar en todas las pólizas de seguro que tengan cubierto el riesgo de sequía hasta el 70% del coste a cargo de la subvención de las administraciones, que es el máximo que establece la legislación». Y han reclamado prorrogar la bonificación del gasóleo B.

Por último, señalan que «es necesario que la Generalitat apoye a los productores vitivinícolas, situados la mayoría en zonas de interior desfavorecidas, ya que los costes de los insumos les han aumentado hasta niveles insostenibles, sus producciones se han visto mermadas y además no pueden encontrar una salida normal al mercado».

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La Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) ha informado que el Banco Europeo de Inversiones (BEI), dedicado a servir a proyectos estratégicos de la CE, negocia la concesión al gobierno sudafricano de «multimillonarios créditos y ayudas para que sus principales infraestructuras logísticas ganen en eficiencia, usen renovables y para descarbonizar su economía». De hecho, la que fue aprobada a finales del año pasado en favor del Banco de Desarrollo del Sur de África supuso la concesión por parte del BEI de 300 millones de euros «para financiar proyectos privados vinculados con energías renovables». Ahora «el beneficiario será el propio Estado –que es el titular de la empresa pública Transnet, que explota los principales recintos portuarios y la red ferroviaria de este país– el que podría ser titular de estos préstamos en condiciones preferenciales». Este apoyo financiero «impulsará al sector minero local pero también al comercio hortofrutícola en el país que ocupa tras España el segundo puesto en el ranking de las principales potencias exportadoras de cítricos en fresco del mundo».

Intercitrus ha calificado esta iniciativa como «un despropósito» que acredita la «insensibilidad» con la que Bruselas trata a su sector productor pese a las protestas agrarias que siguen sucediéndose. Por ello su presidenta, Inmaculada Sanfeliu, ha reclamado a la Unión Europea «que demuestre ya con hechos su voluntad de poner fin a las asimetrías de obligaciones entre los productores comunitarios y los productores de terceros países».

Según recogía la prensa sudafricana, la operación que ahora se ultima con el ejecutivo presidido por Cyril Ramaphosa se enmarca en el acuerdo suscrito en 2021 para la promoción del Just Energy Transition Partnership (JETP, ‘Alianza para la Transición Energética Justa’). En virtud de este acuerdo Sudáfrica, Francia, Alemania, Holanda y Dinamarca, junto con la propia UE a través del BEI, así como EE. UU. y Reino Unido se comprometían a financiar 8.800 millones para apoyar los esfuerzos de este país en la ‘descarbonización’ de su economía.

«Las políticas verdes de la UE castigan a la citricultura europea doblemente. De un lado, lo hacen en el mercado europeo, donde el sector compite con todo tipo de restricciones y costosas obligaciones con los cítricos de países terceros mucho más baratos de producir y que no tienen que cumplir con tales requerimientos. Del otro, ahora también los recursos financieros que la UE pone al servicio de estas políticas sirven para potenciar a esa competencia desleal que no respeta, de manera flagrante y con alevosía, la propia normativa fitosanitaria europea», ha lamentado Sanfeliu en referencia al caso sudafricano. Para añadir que «solo en Bruselas podría ser concebible que el primer exportador de cítricos en fresco del mundo –España– acuda en auxilio del segundo –Sudáfrica– para ayudarle a mejorar su posición en el principal mercado –UE– sin exigir antes reciprocidad y acatamiento de la normativa comunitaria».

Intercitrus: «Solo Europa podría atreverse, en el contexto actual de justificadas protestas agrarias, a financiar a terceros países que se niegan a cumplir la normativa fitosanitaria europea para preservar la sanidad vegetal de nuestras plantaciones»

Intercitrus ha recordado que la pasada temporada, Sudáfrica acumuló la cifra récord de hasta 51 rechazos en puertos europeos «tras detectar la presencia en sus envíos de cítricos afectados por el hongo de cuarentena conocido como ‘Mancha negra’». Y, en la actualidad, «la CE no ha tomado aún ninguna medida para mejorar los controles o para garantizar una mayor fitosanidad a los citricultores europeos». Por otro lado, el país austral «acumula dos temporadas consecutivas sin cumplir en sus envíos con el ‘cold treatment’ que la UE reguló en 2022 para evitar la llegada de otra peligrosa plaga, cuyo combate también está regulado como prioritario por Bruselas, la ‘Falsa polilla’». Intercitrus ha reclamado que se impongan medidas para verificar en destino su cumplimiento y ha propuesto que «este tratamiento se extienda a las mandarinas y pomelos que también pueden hospedar y trasladar la plaga».

La respuesta de las autoridades y exportadores sudafricanos ante tales hechos, «ha sido de lo más beligerante: en 2022 su Gobierno denunció a la UE ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) porque cuestionaba el tratamiento de frío impuesto contra la ‘Falsa polilla’ y, en cuanto a la ‘Mancha negra’, amenaza con abrir otro panel en la OMC».

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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha activado, con carácter de urgencia, la medida de cosecha en verde en viñedos de uva para vinificación para el 2024, con una dotación presupuestaria de 21,4 millones de euros, en el marco de la Intervención Sectorial del Vino (ISV) del Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PAC).

La resolución de activación, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), se ha adoptado en respuesta a la solicitud presentada por cuatro comunidades autónomas, «con el objetivo principal de contribuir a equilibrar el mercado del vino». Este mecanismo, que se activa por segundo año consecutivo, «permite dimensionar la vendimia de 2024 a la capacidad de almacenamiento y comercialización para la próxima campaña, para evitar los efectos no deseados de una potencial sobreoferta de uva que lastre la renta de los viticultores».

Una vez publicada esta resolución, las comunidades autónomas «deberán publicar las respectivas convocatorias de ayudas a la cosecha en verde y el plazo para presentar las solicitudes, que deberán presentarse ante el órgano competente de la comunidad donde estén ubicados los viñedos antes del 30 de abril de 2024, en todo caso». La ejecución de la cosecha en verde deberá realizarse a más tardar el 15 de julio de este año.

Además, las comunidades autónomas que vayan a poner en marcha la cosecha en verde deben comunicar al MAPA, antes del 1 de marzo de 2024, la forma de pago elegida, el valor de los límites máximos o baremos estándar según corresponda, así como los criterios de prioridad que van a aplicar en su territorio y sus puntuaciones.

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La última reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, presidida por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha acordado repartir 45,84 millones de euros entre las comunidades autónomas para los programas de promoción del vino en mercados de terceros países para el 2025.

Las ayudas proceden del Fondo Europeo Agrícola de Garantía Agraria (FEAGA) para ejecutar en 2025, cuya convocatoria se realizó en septiembre de 2023. Con un presupuesto para esta medida de 55,59 millones de euros, las solicitudes presentadas han ascendido finalmente a 45,84 millones de euros. Por ello, Planas ha planteado a los consejeros autonómicos del ramo elevar la subvención al 50%, máximo permitido, para los 673 programas presentados por las autonomías, que «han mostrado su conformidad con la propuesta ministerial».

Esta línea de promoción y comunicación de los vinos españoles en mercados de terceros países está recogida en la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV), dentro del marco del Plan Estratégico Nacional de la Política Agrícola Común 2023–2027.

El ministro ha explicado en la Conferencia Sectorial la importancia de esta medida de apoyo para el sector, porque «permite mejorar el conocimiento de las características y cualidades de los vinos españoles para mejorar su competitividad, a través del impulso de programas enfocados a la apertura, diversificación y consolidación de mercados en terceros países».

 

Grupo de trabajo para los seguros agrarios

El ministro ha abordado, además, los 7 puntos que evocaron los consejeros del ramo en la reunión presencial celebrada en Madrid el pasado 18 de diciembre y sobre los que el MAPA está haciendo un seguimiento. Así, respecto a los seguros agrarios ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para evaluar las disfunciones por las nuevas líneas de aseguramiento y para analizar los estudios de evaluación de impacto climático. También ha mencionado la reciente aprobación del Plan de Seguros Agrarios para este año y que cuenta con una dotación de 284,5 millones de euros. El ministro se ha referido al esfuerzo del Gobierno que ha ido incrementando paulatinamente el presupuesto frente a los 211 millones de 2018.

La prórroga de la bajada del IVA de los alimentos básicos al 0%, así como la del aceite de oliva y las pastas al 5% estará en vigor hasta el 30 de junio. Además, fruto de los acuerdos parlamentarios y con ocasión de la convalidación del real decreto–ley 8/2023, el Gobierno bajará al 0% el IVA del aceite de oliva, porque, ha explicado el ministro, se trata de un producto «sensible para la mayoría de las familias españolas».

En relación a la Política Agraria Común (PAC), el ministro, ha recordado que en la campaña 2023 se han aplicado muchas flexibilidades para beneficiar a agricultores y ganaderos afectados por la sequía, entre ellas, la prórroga de la entrada en vigor del cuaderno digital, que jugará un papel clave en la digitalización del sector.

Además, ha subrayado que en febrero se reunirá el Observatorio de la cadena alimentaria para agilizar la publicación de los estudios de cadena de valor acordados.

El potencial del sector vitivinícola fue otra de las demandas planteadas por las comunidades autónomas. Planas ha remarcado que el ministerio mantendrá este potencial, con la extensión de los derechos de plantación de viñedo hasta 2045 y que, a través de la Intervención Sectorial del Vino (ISV) se mantendrá la cosecha en verde en caso de que sea necesario.

Por último, respecto a temas ambientales, ha explicado que «estamos en fase de consolidación de la PAC», que ha supuesto un cambio muy importante para los agricultores y ganaderos y en un contexto además muy complicado por las consecuencias de la guerra en Ucrania, que impactó en el sector agrario, motivo por el cual el Gobierno habilitó ayudas extraordinarias, también por la sequía, para apoyar a agricultores y ganaderos por 1.380 millones de euros.

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Unión de Uniones considera necesario que el sector productor de aceituna para aceite de oliva obtenga ayudas de Estado «con el fin de soportar los efectos de una segunda cosecha escasa derivada de la sequía y agudizada por los efectos de los conflictos internacionales que tensionan los mercados». Así se lo ha transmitido la organización a través de una Proposición No de Ley (PNL), remitida a todos los Grupos Parlamentarios presentes en el Congreso, y también lo ha demandado a la administración central a través del Ministerio de Agricultura. 

Las ayudas previstas por parte de algunas comunidades autónomas, más específicamente Andalucía y Cataluña, «no son suficientes para soportar la escasa producción y los elevados costes de producción, superiores en algunas zonas al 60%».

«En este escenario de falta de producción, los incrementos en los precios de la aceituna en origen no son capaces de compensar el incremento desmedido en los costes de producción, además ya por segundo año consecutivo», han señalado desde la organización. Por ello para Unión de Uniones, «arbitrar ayudas directas, en especial en las zonas productivas de secano y olivar tradicional, así como en aquellas con sequía hidrológica que no han podido contar con dotación de agua de riego, es urgente y permitiría sostener las rentas de este cultivo».

Los distintos operadores confirman también las menores producciones en otros países mediterráneos (Portugal, Grecia, Marruecos o Turquía), con fuertes y sostenidas subidas de los precios en los mercados finales.

Para la organización agraria «es fundamental atender a esta situación de emergencia en el sector iniciando las inversiones precisas para garantizar la producción de aceite de oliva en todo el Estado con apoyos sociales que contribuyan a garantizar el aporte de agua en el cultivo y a mejorar el reparto de valor a lo largo de la cadena».

«Tenemos una superficie de más de 2,7 millones de hectáreas de cultivo, las consecuencias económicas, sociales y medioambientales de no atender a los retos que el cambio climático está suponiendo para este cultivo serían nefastas. Ahora es el momento de sostener la base social de este importante sector productivo que ha sido discriminado hasta ahora en la percepción de ayudas por la sequía. No basta con mirar al cielo para esperar las precipitaciones que rompan la tendencia de estas dos campañas desastrosas, se necesita un incentivo económico extraordinario para mantener las explotaciones», ha concluido Unión de Uniones.

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El Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE) y futura Intervención Sectorial Vitivinícola ha dejado sin ejecutar en 2023 otros 30 millones de euros y «ahonda en la infrautilización de los recursos para el sector, puesto que en la ejecución del programa en el pasado ejercicio ya se desaprovecharon 15 millones», según ha denunciado Unión de Uniones.

El FEGA ha hecho públicas las cifras de distribución de los pagos del PASVE en 2023. El montante total alcanza los 171,7 millones de euros, lo que supone 30,4 millones menos que lo permitido por la ficha financiera prevista para el 2023 que superaba los 202,1 millones de euros. Por medidas ejecutadas, el reparto de los fondos ha sido: Inversiones (27,08 % de los fondos), Reestructuración y Reconversión (26,10 %), Promoción (21,75 %), Destilación de Subproductos (17,77 %), Cosecha Verde (6,90 %) y Destilación Crisis (0,41 %).

La organización agraria ha criticado que, en un contexto de crisis profunda y prolongada, «el sector haya dejado de utilizar recursos comunitarios por valor de más de 45 millones de euros en los últimos dos ejercicios por la dejadez y rigidez de los mecanismos establecidos, por la indolencia de las administraciones públicas que veían venir esta situación y por la connivencia de agentes del sector que llegaron a desmotivar la aplicación de medidas de crisis como la vendimia en verde». Además, considera que «hay que hacer una reflexión profunda del porqué de esta situación y que se atiendan las demandas urgentes de este sector básico para la economía y el tejido social de muchas de nuestras regiones».

Para añadir que «en un escenario de producción escasa y existencias controladas, con bajos precios de uva y vino en origen, una intensa sequía y nubarrones en la demanda con un consumo nacional de vino registrando caídas cercanas al 5 % y una reducción en valor y volumen de las exportaciones como firme tendencia, que se hayan desaprovechado recursos por más de 45 millones de euros en estos dos últimos ejercicios cuando llevamos clamando por ayudas directas al sector por la sequía desde hace meses, dice muy poco de nuestros responsables políticos y administrativos, de su tino y pericia a la hora de dotar a este sector de algo más que un mero discurso enfundado en sucesivos y sugerentes planes estratégicos».

Unión de Uniones ha explicado que «la medida más infrautilizada del PASVE ha sido la de reestructuración y reconversión. La sequía y la falta de expectativas en los mercados de uva y vino están detrás de esta escasa ejecución con muchas decisiones productivas aplazadas».

En cuanto a la cosecha (vendimia) en verde es «absolutamente necesario que las administraciones públicas, en especial las autonómicas, corrijan los datos estadísticos desfasados, sesgados a la baja que han provocado su lábil acogida». Así, «algún que otro agente en el sector deberá reflexionar sobre los mensajes que fueron enviados a viticultores desmotivando e incluso penalizando la concurrencia a esta intervención que, junto con la reestructuración, beneficiaría, bien gestionada, al sector productor».

Finalmente, ante esta situación –se señala desde la organización– «es preciso abrir un debate que adapte el PASVE a las necesidades reales del sector, planteándose, incluso, ayudas para el abandono del cultivo por parte de viticultores que se jubilan en zonas con muy bajos rendimientos y sin relevo generacional alguno».
www.uniondeuniones.org

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha lanzado una dura crítica al Gobierno porque vuelve a dejar fuera a los productores de la uva y del olivar de las ayudas publicadas el 28 de diciembre en el Boletín Oficial del Estado, a través del Real Decreto–ley 8/2023 por el que se adoptan medidas para afrontar las consecuencias económicas y sociales derivadas de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, así como para paliar los efectos de la sequía.

La organización presidida por Cristóbal Aguado lamenta que el Gobierno central «haya olvidado de nuevo a dos cultivos fundamentales para la agricultura valenciana como son la uva y el olivar en las ayudas por la sequía, pese a que ambas producciones se han visto gravemente mermadas por la falta de lluvias en los dos últimos años. Mientras otros cultivos y ganaderías se beneficiaron de ayudas directas en anteriores decretos, el Ministerio de Agricultura pierde otra oportunidad para resarcirse de su error y vuelve a discriminar de manera arbitraria la uva y olivar».

El responsable de la sectorial del vino de AVA–ASAJA, José Luis Robredo, recuerda que «la sequía es la principal causa de la reducción global de un 40% en la cosecha de uva en la Comunitat Valenciana. Esta importante merma, unida a la crisis de los precios sobre todo en vinos tintos, deja un paisaje desolador con cepas secas y uvas por vendimiar. No entendemos, pues, que el Gobierno se haya olvidado de este cultivo en las ayudas por la sequía y la guerra».

Por su parte, Luis Julián Pérez, responsable de la sectorial del olivar de AVA–ASAJA, explica que «la producción de aceitunas en el campo valenciano ha sido la mitad de una cosecha normal, debido a la falta de precipitaciones, y que en algunas comarcas interiores como Utiel–Requena la merma asciende hasta el 80%. A pesar de los elevados precios del aceite, hay tan poco que vender que todos los días recibo llamadas de agricultores desesperados porque están metidos en préstamos de modernización y no pueden llegar a fin de mes».

AVA–ASAJA también afea al Gobierno que excluya a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) de las exenciones aprobadas al regadío pese a los negativos efectos de la sequía en el campo valenciano. El ámbito territorial de aplicación de las medidas únicamente comprende las demarcaciones hidrográficas del Guadiana, del Guadalquivir, del Segura y del Ebro.

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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha publicado el listado definitivo de los 64.660 titulares de explotaciones agrícolas productores de frutales y frutos de cáscara, que recibirán un total de 70.321.240 euros de la ayuda extraordinaria para compensar la situación causada por la sequía y a las consecuencias del conflicto bélico en Ucrania. Los importes serán ingresados en las cuentas corrientes de los agricultores antes de que acabe el año.

Esta ayuda cuenta con un presupuesto de 81.082.911 millones de euros con cargo a la reserva de crisis agrícola de la Unión Europea, conforme a la asignación establecida para España.

La misma se concede de oficio a las superficies de frutales (de pepita, de hueso, tropicales y/o cítricos), y/o de frutos de cáscara que hayan percibido ayudas directas en la campaña de la Política Agraria Común (PAC) 2023 y que se encuentren ubicadas en las zonas de afectación de la sequía establecidas en el Anexo II de la Orden APA/871/2023, de 20 de julio.

Dichas zonas de afectación se han establecido a nivel de provincia y son:

A. Zona de afectación alta: Álava, Almería, Barcelona, Enclave de Treviño en Burgos, Girona, Granada, Huesca, La Rioja, Lleida, Málaga, Navarra, Tarragona, Teruel y Zaragoza

B. Zona de afectación media: Albacete, Alicante, Badajoz, Cádiz, Cáceres, Ciudad Real, Castellón, Córdoba, Cuenca, Guadalajara, Huelva, Jaén, Murcia, Sevilla, Toledo y Valencia.

Los importes unitarios establecidos por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), en base al listado provisional de beneficios y superficies publicado, son los siguientes:

– Para las explotaciones que cuenten con la mayor parte de su superficie de frutales y frutos de cáscara declarada en la campaña 2023 en las provincias de la zona de afectación alta, 270,902544 euros por hectáreas (€/ha)  para frutales y 90,629215 €/ha para frutos de cáscara.

– Para las explotaciones que cuenten con la mayor parte de su superficie de frutales y frutos de cáscara declarada en la campaña 2023 que se encuentran dentro de la zona de afectación media, 135,451272 €/ha para frutales y 45,3146075 €/ha para frutos de cáscara.

Se conceden ayudas cuando el importe a percibir resulte igual o superior a los 200 euros, y hasta un máximo de 70 ha por beneficiario, en las que se prioriza la superficie de frutales.

En el caso de los titulares que han presentado alegaciones que tienen que ser estudiadas, estas han sido remitidas a las comunidades autónomas para su análisis. Posteriormente, se procederá a la resolución de estas y, si procede, al pago de la ayuda correspondiente.

Asimismo, el FEGA tiene previsto publicar una nueva resolución provisional complementaria con aquellos titulares que, teniendo derecho a la ayuda por cumplir los requisitos establecidos, no se incluyeron en el listado provisional publicado en el pasado noviembre al no haberse finalizado los controles de las ayudas directas de la PAC y que han sido remitidos con posterioridad por las comunidades autónomas.

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El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha publicado el listado provisional de 71.044 titulares de explotaciones agrícolas productores de frutales y frutos de cáscara, que podrán recibir la ayuda extraordinaria para compensar la situación por la sequía y a las condiciones derivadas del conflicto bélico en Ucrania, que suman 81,08 millones de euros.

Esta ayuda extraordinaria se concede de oficio a las superficies de frutales, y comprende los cultivos de frutales de pepita, de hueso, tropicales y/o cítricos, y/o de frutos de cáscara que hayan percibido ayudas directas en la campaña de la Política Agraria Común (PAC) 2023 y que se encuentren ubicadas en las zonas de afectación de la sequía establecidas en el Anexo II de la Orden APA/871/2023, de 20 de julio. Estas son:

– Zona de afectación alta: provincias de Álava, Almería, Barcelona, Burgos, Girona, Granada, Huesca, La Rioja, Lleida, Málaga, Navarra, Tarragona, Teruel y Zaragoza.

Zona de afectación media: provincias de Albacete, Alicante, Badajoz, Cádiz, Cáceres, Ciudad Real, Castellón, Córdoba, Cuenca, Guadalajara, Huelva, Jaén, Murcia, Sevilla, Toledo y Valencia.

Las ayudas se conceden en los casos en los que el importe a percibir resulte igual o superior a los 200 euros, y hasta un máximo de 70 hectáreas por beneficiario, en las que se prioriza la superficie de frutales. Los importes unitarios establecidos por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) en base al listado provisional de beneficios y superficies publicado en esta resolución, alcanzan los valores siguientes:

a) Para las explotaciones que cuenten con la mayor parte de su superficie de frutales y frutos de cáscara declarada en la campaña 2023 en las provincias recogidas dentro de la zona de afectación alta, se establece un importe unitario de 270,902544 euros por hectáreas para frutales y 90,629215 euros por hectárea para frutos de cáscara.

b) Para las explotaciones que cuenten con la mayor parte de su superficie de frutales y frutos de cáscara declarada en la campaña 2023 en las provincias recogidas dentro de la zona de afectación media, se establece un importe unitario de 135,451272 euros por hectárea para frutales y 45,314608 euros por hectárea para frutos de cáscara.

La relación de titulares de explotaciones agrícolas que pueden optar a las ayudas, junto con el número de hectáreas de frutales y de frutos de cáscara computadas, así como la cuantía de la ayuda a percibir, se pueden consultar en el tablón de anuncios de la sede electrónica del FEGA.

Los interesados disponen de un plazo de 10 días hábiles (del 3 al 17 de noviembre inclusive) para realizar alegaciones, que deberán presentarse exclusivamente a través del formulario de alegaciones de la sede electrónica del FEGA. Está previsto que los beneficiarios que estén al corriente de sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social y que no presenten alegaciones puedan percibir estas ayudas en la segunda quincena del mes de diciembre.

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