La incidencia creciente de una enfermedad como la verticiliosis en los campos del olivar, así como la amenaza de nuevas enfermedades bacterianas como la Xylella fastidiosa, suponen un problema que el sector olivarero debe intentar detener para evitar que se produzcan importantes pérdidas económicas. Con los métodos tradicionales no es posible detectar los síntomas iniciales de estas enfermedades del olivar por lo que, en la mayoría de los casos, cuando estas se descubren ya es tarde. Es por esta razón que el centro tecnológico valenciano AINIA, junto con la empresa DOMCA, la Sociedad Cooperativa Andaluza (DCOOP), Laboratorios NEVAL, VISIONA Ingeniería de Proyectos y la asociación de fabricantes de soluciones de biocontrol (IBMA España) están trabajando en el proyecto Grupo Operativo SALUD OLIVAR ‘Desarrollo de estrategias innovadoras para el control de enfermedades endémicas y emergentes en olivo en España’ desde tres vertientes diferentes: la prevención, la detección temprana y el tratamiento de los árboles ya contaminados.
Con este objetivo este grupo supraautonómico de investigadores aplicará tecnologías innovadoras para la detección automática de síntomas de estas enfermedades mediante sistemas automatizados para la monitorización de cultivos y teledetección hiperespectral y térmica, junto con sistemas de biocontrol más sostenibles y naturales, que reduzcan el empleo de fitosanitarios químicos tradicionales para prevenir y controlar tanto enfermedades emergentes del olivo (como la Xylella fastidiosa o Síndrome del decaimiento rápido del olivo) como endémicas (verticiliosis).
Además, se van a desarrollar nuevos bioestimulantes para aplicar a los cultivos y poder aumentar la resistencia del olivo al estrés o mejorar la calidad de la cosecha de aceitunas.
Según datos de Eurostat, España es el país de la Unión Europea con más campos de olivar, con un 55% del total, distribuidos en alrededor de 4,6 millones de hectáreas. Sin embargo, su cultivo es complejo puesto que alcanza la cima de su productividad a partir de los 35 años de vida, siendo los primeros 7 años totalmente improductivos y presentando una productividad creciente a los 10 años, 15 años con los sistemas de cultivo tradicionales.
Estrategia integrada
Por este motivo, según ha explicado Ana Torrejón, del departamento de biotecnología de AINIA, “las enfermedades que amenazan al olivo son una de las principales preocupaciones de los agricultores; sobre todo aquellas que, por su virulencia, como es el caso de la ‘Xylella fastidiosa’ o verticiliosis, pueden llegar a destruir hectáreas de olivares en pocos años. Nuestro objetivo es desarrollar una estrategia integrada que permita dar respuesta al sector olivarero y de producción de aceite de oliva en la lucha contra estas enfermedades, para que pueda continuar progresando una industria de gran importancia en nuestro país”.
Por su parte, el técnico del departamento de Biotecnología de AINIA, Joaquín Espí, ha manifestado que “esta modernización de las prácticas de cultivo, repercutirá en toda la cadena de valor del olivo: desde el agricultor, pasando por el transformador de la industria oleícola o de aceitunas de mesa, hasta llegar al consumidor final; que podrá acceder a productos producidos de forma sostenible, libre de fitosanitarios químicos”.
Cabe señalar que el Grupo Operativo SALUD OLIVAR está cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020.