Cambio climático

Autores:

P. Romero
Grupo de Riego y Fisiología del estrés. Departamento de Bioeconomía, Agua y Medio Ambiente. Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA). Alberca, Murcia.

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Se trata de una iniciativa pionera en Cataluña cuyo objetivo es fomentar la innovación y la transferencia de conocimiento en un ámbito especialmente expuesto a los efectos del cambio climático: la vitivinicultura. La nueva Cátedra, impulsada por el Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès a través de la Fundación Pro–Penedès, estará liderada por el profesor de la Facultad de Enología de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Joan Miquel Canals, y por el decano de la Facultad de Turismo y Geografía, Òscar Saladié. Esta iniciativa busca abordar los desafíos sin precedentes que enfrenta el sector vitivinícola debido a los efectos del cambio climático.

La Cátedra sobre viña y cambio climático tiene como objetivo principal generar conocimiento científico y técnico para ayudar a las empresas vitivinícolas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Se enfocará en la investigación aplicada, la formación y la transferencia de conocimiento, promoviendo prácticas sostenibles y resilientes en el cultivo de la vid.

Entre las líneas de trabajo previstas se incluyen el estudio de variedades de uva más resistentes a la sequía y las altas temperaturas, la gestión eficiente del agua y del suelo, y la implementación de tecnologías innovadoras que permitan mitigar los impactos del cambio climático en la producción vitivinícola.

La creación de esta cátedra representa un paso significativo para fortalecer la colaboración entre el ámbito académico y el sector productivo, con el fin de garantizar la sostenibilidad y la competitividad del vino catalán en un contexto de creciente incertidumbre climática.

El presidente de la Fundación Pro–Penedès y alcalde de Vilafranca, Francisco Romero, ha afirmado que «en un momento en que ya es oficial que el VINSEUM será declarado Museo de Interés Nacional, impulsamos también la primera cátedra dedicada al mundo de la viticultura y el cambio climático, una iniciativa pionera y única en Cataluña». Romero ha subrayado que «este doble reconocimiento no solo reafirma nuestra identidad como capital del vino, sino que consolida nuestro compromiso con el territorio del Penedès intermediando el conocimiento, la investigación y la proyección del patrimonio vitivinícola, con la voluntad de preservar y fortalecer uno de los principales pilares económicos y culturales de nuestro país, y convertirnos en un referente nacional en este ámbito».

Por su parte, Josep Pallarès, rector de la URV, considera que es un momento clave para impulsar la cátedra: «La emergencia climática está transformando las condiciones ambientales que afectan el cultivo de la viña, con consecuencias directas sobre la producción, la calidad de la uva y la viabilidad económica del sector. En este contexto, la cátedra quiere generar conocimiento científico útil y transferible para que viticultores, técnicos, empresas e instituciones puedan tomar decisiones informadas», ha apuntado.

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El proyecto Biovidman ha llegado a su fin tras haber logrado unos resultados determinantes con respecto a la mejora de la futura disponibilidad de material vegetal certificado de las variedades de vid autóctonas de Castilla–La Mancha. Habiendo puesto el foco, especialmente, en conseguir su adaptabilidad al cambio climático e impulsar su potencial enológico, durante su ejecución se ha trabajado en la selección y preselección clonal de biotipos de ‘Bobal’, ‘Airén’ y otras variedades minoritarias. Precisamente, uno de los principales objetivos del proyecto era recopilar material vegetal antiguo de ‘Bobal’ con una mayor resistencia a la marchitez fisiológica, manteniendo unos buenos niveles de producción y calidad.

De esta manera, «se ha conseguido avanzar en la conservación de la variabilidad genética presente en los viñedos castellanomanchegos, concretamente a través de la mejora de la disponibilidad del material vegetal de estas variedades». Sin embargo, aún es necesario que pase más tiempo para que las plantaciones piloto alcancen la edad adulta y sea posible realizar la toma de datos y la caracterización agronómica y enológica de los biotipos seleccionados. Así, «será posible sentar las bases para una futura validación de algunos clones de estas variedades, que estarán mejor adaptados a los efectos del cambio climático y, además, permitirán producir vinos de alta calidad enológica». 
 

Aplicabilidad tecnológica y comercial

Los resultados obtenidos en el ámbito de la selección clonal y la recopilación de datos técnicos permitirán desarrollar soluciones innovadoras para la viticultura regional. En primer lugar, se podrá poner a disposición del sector un material vegetal certificado más tolerante a los efectos del cambio climático, ya que se han logrado preseleccionar biotipos con mayor eficiencia en el uso del agua y más resistentes frente a la marchitez fisiológica. Ambos factores son clave para garantizar la sostenibilidad del viñedo frente a las temperaturas extremas y la sequía.

Además, se ha avanzado en la optimización de la calidad enológica de las variedades mediante la identificación de biotipos con buen equilibrio entre acidez, concentración fenólica y perfil aromático. Esto facilitará «la producción de vinos más estructurados y con mayor diferenciación en el mercado». En lo referente a la diversificación del viñedo con variedades minoritarias, la selección de biotipos de ‘Moravia Agria’, ‘Tinto Velasco’, ‘Mizancho’, ‘Moscatel Serrano’ y ‘Montonera del Casar’, entre otras muchas, abre nuevas oportunidades para producir vinos con identidad varietal única y potenciar la oferta de productos diferenciados.

Finalmente, «se ha establecido una base científica para futuras validaciones en campo, ya que los datos obtenidos servirán como referencia para contrastar los resultados de las futuras evaluaciones en las plantaciones piloto, acelerando el proceso de homologación de clones».

Desde el punto de vista de la aplicabilidad comercial, estos resultados también representan una oportunidad estratégica para mejorar la competitividad del sector vitivinícola, con impactos directos en el mercado. Así, «la próxima homologación y certificación de los clones que se han generado permitirá ofrecer material vegetal de calidad para su comercialización, adaptado a las nuevas condiciones agroclimáticas y con garantías sanitarias».

Además, la selección de biotipos con características enológicas diferenciadoras facilitará la producción de vinos con mayor expresión varietal, favoreciendo su acceso y posicionamiento en mercados (nacionales e internacionales) de mayor valor añadido y más exigentes. En cuanto a la revalorización de variedades tradicionales, la certificación de variedades históricas con buen rendimiento y calidad «permitirá recuperar su cultivo, dotando a las bodegas de nuevas herramientas para innovar y ampliar su oferta de productos».

Por último, la mejora en la sostenibilidad del viñedo permitirá su mayor rentabilidad, ya que «la introducción de clones más adaptados reducirá la dependencia del riego y los tratamientos fitosanitarios, disminuyendo costes y aumentando la eficiencia de las explotaciones vitícolas».

El Grupo Operativo de este proyecto ha estado formado por Vitis Navarra, la bodega La Niña de Cuenca y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla–La Mancha (IRIAF–IVICAM). El agricultor Lorenzo A. López Orozco también ha participado en esta iniciativa, siendo el responsable de su coordinación técnica. Biovidman ha contado con una ayuda de unos 157.000 euros, cofinanciados por la Unión Europea (a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural –FEADER–), por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y por la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha.

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Bajo el título ‘Suelos Saludables para una Agricultura Productiva y Resiliente al Cambio Climático’, la Cátedra Fertiberia de Estudios Agroambientales celebrará el 10 de abril su 16ª jornada, cuyo objetivo es profundizar en las estrategias y tecnologías innovadoras para armonizar la productividad agrícola con la rentabilidad y la conservación de la salud del suelo.

El evento busca poner de relieve las últimas tendencias del sector agrícola, explorando las técnicas y productos más avanzados que permiten mejorar la productividad de los cultivos sin comprometer el equilibrio ambiental. En un contexto de preocupación por la sostenibilidad, la jornada ofrecerá un foro de reflexión sobre cómo lograr que la rentabilidad de la agricultura conviva con el respeto a la biodiversidad y la preservación de los recursos naturales.

Durante la jornada, expertos en sostenibilidad, innovación tecnológica y agroindustria compartirán sus conocimientos sobre las mejores prácticas para alcanzar el equilibrio esencial para el futuro del sector. Además, se abordarán las oportunidades que las innovaciones tecnológicas brindan para optimizar el rendimiento agrícola de forma sostenible a largo plazo.

El evento comenzará con intervenciones institucionales, entre las que destacan las de Elena Busutil, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; Óscar García, rector de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM); José Manuel Palacios, director de la ETSIAAB; Alfredo Segura, director comercial de Fertilizantes de Fertiberia; y Luis Sánchez, jefe de Sector en la Misión Suelos de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea.
 

Incremento del contenido de carbono en los suelos agrícolas

Posteriormente, se presentarán las primeras ponencias, con temas como el incremento del contenido de carbono en los suelos agrícolas, que será tratado por Carlos García, profesor de investigación del CEBAS–CSIC, y la importancia del microbioma para la salud del suelo, a cargo de Cristina Cruz, profesora en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa.

Tras una pausa, se presentarán nuevas ponencias, entre ellas la de Khalid Akdi Elaroussi, director general de Trichodex, que hablará sobre la regeneración del suelo y el papel del microbioma en la resiliencia agrícola; Rocío Vilches, de la subdirección general de Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Ministerio de Sanidad, que disertará sobre los productos fertilizantes a base de microorganismos y los requisitos de datos desde la perspectiva de la salud humana, y Soledad Sacristán, profesora asociada de la UPM, que abordará las múltiples facetas de los hongos endófitos, desde el promotor del crecimiento hasta su uso en biocontrol.

Por último, Javier López, responsable de Operaciones Agrotech de EOSOL presentará cómo la empresa ha digitalizado el suelo de España con Inteligencia Artificial después de más de 50 años de análisis de suelos.

El evento, que será moderado por Luis Montoto, corresponsal económico en ABC de Sevilla, lo cerrará Augusto Arce, director de la Cátedra Fertiberia de Estudios Agroambientales.

Este encuentro se perfila como un espacio único para compartir conocimientos y experiencias sobre cómo lograr un equilibrio entre productividad agrícola y sostenibilidad, con especial atención al cuidado de la salud del suelo.

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Del 29 de enero al 1 de febrero se celebra Agroexpo 2025 en la localidad extremeña de Don Benito, organizada por la Institución Ferial de Extremadura (FEVAL). En este evento en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX) ha organizado diversas actividades, entre las cuales una jornada técnica y tres talleres.

Así, el jueves 30 de enero, tendrá lugar en el Auditorio principal de FEVAL la jornada bajo el título ‘Innovación y Sostenibilidad en los regadíos: Soluciones Tecnológicas ante la escasez de agua y los desafíos del cambio climático’.

El objetivo es analizar los retos a los que se enfrentan los regadíos de Extremadura y presentar los proyectos y acciones de CICYTEX para abordar esta temática. El grupo de trabajo del área de Cultivos Leñosos y Hortícolas informará sobre estrategias ya estudiadas y que están dando buenos resultados, así como perspectivas de futuro.

Las estrategias y propuestas de las que se hablará en la jornada son: retos para los regadíos de Extremadura; estrategias frente a periodos de sequía; uso de cubiertas vegetales en viñedo; producción de bellota en regadío; tecnologías asequibles en la gestión del riego en explotaciones y Comunidades de Regantes; adaptación de los cultivos a olas de calor y ¿Riego sin regantes?, riego automatizado.

Por otra parte, CICYTEX ha programado tres talleres sobre digitalización y gestión del riego en cultivos de interés para el viernes, 31 de enero, en el stand de CICYTEX (Pabellón 3, número 358). Estos se centrarán en tres tipos de tecnologías o sistemas: tecnología LoRaWAN (sistema de comunicación de bajo coste económico y amplia cobertura en espacios abiertos); sistema VegSyst-DSS Suite (facilita la toma de decisiones en parcelas comerciales pues incorpora una base de datos sobre necesidades de los cultivos de agua y abonado), y aplicación Auravant para gestión de riego en Comunidades de Regantes.

Van dirigidos a agricultores, técnicos de cooperativas, empresas agrícolas y comunidades de regantes. Serán impartidos por Carlos Campillo, investigador del área de Cultivos Leñosos y Hortícolas; y Marina Corchado, técnico de apoyo a la digitalización en CICYTEX.
https://cicytex.juntaex.es/

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Además de las técnicas de vinificación, la calidad y tipicidad del vino están vinculadas al lugar donde se cultiva la vid. El clima, el suelo y la variedad son factores determinantes en la expresión del ‘terroir’. Además, el cambio climático está afectando la distribución de las variedades de vid en diferentes regiones vitivinícolas, ya que «las variaciones en las condiciones climáticas durante los últimos años han influido en la producción de uva».

Este estudio, titulado ‘Influencia de las condiciones climáticas asociadas con la altitud en la composición volátil de los vinos Cabernet Sauvignon de Argentina, España y Portugal’, investigó la influencia de algunos parámetros del ‘terroir’ en la composición volátil de los vinos de Cabernet Sauvignon. Para ello, se seleccionaron vinos procedentes de viñedos situados en Argentina, España y Portugal, con altitudes que oscilan entre los 2.400 y los 77 metros sobre el nivel del mar (m. s. n. m.), y con diferentes tipos de suelo y condiciones climáticas.

Los resultados obtenidos sugirieron que el lugar donde se encuentra el viñedo modificó significativamente la composición volátil de los vinos de Cabernet Sauvignon, ya que «todos los grupos químicos de compuestos volátiles cuantificados se vieron afectados». Los ácidos volátiles, compuestos C6, aldehídos, ésteres y terpenos mostraron las concentraciones más altas a 2.400 m. s. n. m., donde se observó la mayor amplitud térmica.

En Portugal, donde los viñedos analizados estaban situados a altitudes más bajas (77 m. s. n. m.) y bajo condiciones climáticas cálidas, se observaron altas concentraciones de alcoholes y lactonas. Asimismo, se encontraron concentraciones elevadas de alcoholes en vinos procedentes de viñedos situados a 413 y 155 (m. s. n. m.) en España.

El análisis de componentes principales mostró una correlación positiva entre los vinos de Cabernet Sauvignon ubicados a mayores altitudes y los terpenos. Por el contrario, los vinos elaborados con uvas cultivadas en condiciones de menor altitud «exhibieron una correlación con alcoholes y lactonas».

Este estudio ha sido realizado por el grupo de investigación MedWineQuality del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), en colaboración con la Universidad Nacional del Cuyo (Mendoza, Argentina). Los resultados obtenidos se han publicado en la revista Horticulturae, https://doi.org/10.3390/horticulturae10080870.

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El Comité Federal de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha aprobado por unanimidad una resolución para mostrar su solidaridad y apoyo a las víctimas de la DANA. «La pérdida de vidas humanas a consecuencia de una catástrofe meteorológica es un acontecimiento incomprensible que nos llena de tristeza, estupor e indignación», han asegurado desde esta organización. Para añadir que «queremos acompañar a las víctimas y a sus seres queridos, a los desaparecidos, cuya cifra aún se desconoce, así como a todos los afectados y afectadas en la Comunidad Valenciana, Andalucía, Castilla–La Mancha y Cataluña».

Los agricultores y ganaderos exigen la implicación de la Unión Europea en la prevención y respuesta a catástrofes como la DANA. Por este motivo desde UPA se ha reclamado que «debe establecerse un Fondo Climático» basado en la solidaridad, la unidad y la eficiencia de recursos. Ante la magnitud de los daños que estas tragedias provocan en el campo, «no puede dejarse en manos de fondos de carácter sectorial», han indicado. «Toda la capacidad económica europea debe ponerse al servicio de la reconstrucción y el futuro de las zonas afectadas».

La organización considera urgente realizar una reflexión sobre nuestra capacidad de respuesta a las catástrofes climáticas. En este sentido, ha señalado que «es un hecho que en el caso de esta DANA las alertas no llegaron a la población con la antelación necesaria, y eso se ha traducido de la peor forma posible. España debe reforzar sus sistemas de alerta, mejorando los protocolos para coordinar toda la información que permita mitigar, en la medida de lo posible, los efectos dañinos de fenómenos meteorológicos extremos».

UPA ha puesto en valor la labor solidaria que «desde el minuto 1» están realizando los agricultores y ganaderos, poniendo sus tractores, su trabajo y sus vidas al servicio de la solidaridad con sus vecinos. «Como siempre hemos hecho, las familias agricultoras y ganaderas nos ponemos al servicio de nuestros pueblos para colaborar en la limpieza, recogida de materiales y transporte de los mismos», ha apuntado.

Asimismo, ha articulado un punto solidario de recogida de materiales necesarios en la provincia de Valencia, y colaborará con todas aquellas iniciativas en las que pueda aportar su ayuda y las de sus afiliados y afiliadas en toda España. Asimismo, llama a realizar «una reflexión profunda sobre el estado de nuestras infraestructuras hídricas y el funcionamiento de las mismas. Es necesario realizar inversiones y planificaciones que tengan en cuenta las nuevas condiciones climatológicas que afronta España, y muy especialmente el arco mediterráneo».

La organización ha resaltado, al mismo tiempo, la importancia de realizar una adecuada planificación urbanística, con decisiones coordinadas que tengan en cuenta la fuerza de la naturaleza y el curso de los ríos, con atención a las zonas rurales, por su vulnerabilidad.

«Los productores de alimentos reivindicamos nuestro papel en la sociedad, tanto en tiempos de normalidad como cuando se sobrevienen catástrofes. La disponibilidad de alimentación es, posiblemente, lo más estratégico que tiene cualquier sociedad. No demos por hecha nuestra propia existencia. Toda sociedad democrática e inteligente debe proteger a sus agricultores y ganaderos siempre. Pase lo que pase», ha concluido UPA.

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La Federación Española del Vino (FEV) ha organizado en la sede de la Asociación Española de Normalización (UNE), en Madrid, la jornada ‘Tecnología, formación y vino: Unidos contra el cambio climático’. El evento ha reunido a expertos, investigadores y representantes del sector vitivinícola para abordar los desafíos que presenta este fenómeno climatológico para los viñedos españoles y para el conjunto del sector, así como las oportunidades que la tecnología y la formación ofrecen para hacer frente a sus efectos a través de proyectos concretos.

Para poner en contexto la problemática que enfrenta el sector, la Dra. Emma Gaitán, responsable de proyectos en la Fundación para la Investigación del Clima, ha presentado un exhaustivo análisis sobre los escenarios futuros posibles y cómo los distintos cambios en el clima (aumento de temperatura, sequía, etc.) pueden impactar en los viñedos españoles según evolucionen una serie de parámetros bioclimáticos.

A continuación, se han dado a conocer los avances y resultados de algunos de los proyectos de I+D+i en los que está trabajando la FEV y que buscan dar respuesta a estos retos mediante herramientas tecnológicas y formativas. En primer lugar, algunos de los miembros del grupo operativo que está ejecutando el proyecto VID–Expert han presentado los avances realizados hasta la fecha para desarrollar un sistema inteligente de diagnóstico de la huella de carbono y mitigación del cambio climático en el sector vitivinícola a través de una herramienta digital que no solo facilite cuantificar las emisiones sino también ofrecer las medidas de mitigación adecuadas. En la mesa redonda han participado Julia Delgado (FEV), Cristina Escriche (INTERGIA), Miguel A. López (SATEC) y Xavier Bellón (UNE). Vid–Expert cuenta con una financiación de 599.444€ a cargo de la UE a través de la Asociación Europea para la innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícola, financiada por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) junto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La jornada ha servido también para presentar los resultados del proyecto Green Vineyards, que ha concluido con la creación de un programa específico de formación para aumentar los conocimientos y capacidades de los trabajadores del sector vitivinícola frente a los retos del cambio climático. Precisamente, sobre la necesidad de formación y profesionalización en este ámbito ha versado la mesa redonda protagonizada por Trinidad Márquez (FEV), José Manuel Delgado (UPA), Andrea Casquete (PTV), María Dolores Cima (UNIR) y Luis Buitrón (FEAE).

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El cambio climático trae de cabeza a bodegas y viticultores de nuestro territorio. Desde hace algunos años, los elaboradores se esfuerzan por encontrar la manera de hacer frente a una compleja realidad que se traduce en aumento de las temperaturas, escasez de agua y desequilibrio climatológico. El Marco de Jerez se protege de sus devastadores efectos con la mirada puesta en la sostenibilidad y en el desarrollo progresivo de prácticas ecológicas.

A pesar de que el tradicional sistema de criaderas y soleras implica una continuidad en el envejecimiento de los Vinos de Jerez y por tanto dificulta la aplicación de los procesos de certificación ecológica, el Marco «está llevando a cabo multitud de iniciativas en todas las fases del proceso de elaboración que suponen una decidida apuesta por la sostenibilidad». Entre otras cosas, el territorio de la Denominación de Origen tiene ya más de 500 hectáreas de viñedo en cultivo ecológico. El peculiar clima de la región, cálido y con el predominio de los vientos secos de levante, permite reducir de forma significativa el uso el uso de herbicidas y pesticidas, al verse sus viñedos menos afectadas por las enfermedades típicas de la vid, frente a otras regiones más húmedas.

Principales prácticas sostenibles en el Marco de Jerez:

Optimización de recursos hídricos. Algunas de las prácticas más eficaces son con frecuencia el resultado de conocimientos ancestrales. Tras la vendimia, los viticultores excavan piletas rectangulares en las calles del viñedo para retener y almacenar el agua de lluvia del otoño e el invierno. Esta técnica tradicional conocida como aserpia o aserpiado impide que el agua corra sin control y se desperdicie entre las pendientes de los cerros. En primavera, se allana la superficie del suelo para aprovechar el agua almacenada durante los meses de más calor. Se trata de un uso eficaz y sostenible de los escasos recursos hídricos con los que cuenta el Marco de Jerez, donde la pluviometría se reduce progresivamente y el sol brilla 300 días al año.

Nuevas variedades para el futuro. Uno de los avances más destacables en materia de sostenibilidad en el Marco de Jerez lo protagonizó en 2022 la autorización, por parte del Consejo Regulador, del empleo de nuevas variedades de uva para la elaboración de Vinos de Jerez. A las tradicionales ‘Palomino’, ‘Pedro Ximénez’ y ‘Moscatel’, se suman desde hace dos años otras variedades que también tiene un carácter histórico, pero cuyo uso fue abandonado a principios del pasado siglo, tras la plaga filoxera. Los estudios más recientes demuestran que la ‘Beba’, la ‘Vijeriega’ o la ‘Perruno’ son variedades locales que pueden ofrecer nuevas perspectivas de futuro para los viticultores, especialmente en las nuevas condiciones climáticas.

El ‘velo de flor’ como preservante natural. Una de las grandes ventajas con las que cuentan los Vinos de Jerez y la Manzanilla desde el punto de vista de la sostenibles radica precisamente en ese fenómeno natural característico del Marco de Jerez que es la llamada crianza biológica. Se trata de unas levaduras naturales que se producen en el interior de las botas formando el llamado ‘velo de flor’, que no sólo protegen al vino den la oxidación, sino que hace innecesaria la adición de sulfitos a lo largo del proceso de crianza. En definitiva, el velo de flor hace de los Vinos de Jerez un producto mucho más natural.

Control de la huella de carbono. Junto a todos estos factores naturales y tradicionales que inciden en el carácter sostenible de las Vinos de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar, cada son vez más bodegas que controlan su propia huella de carbono y trabajan de forma constante para reducirla. Como ejemplo, en la actualidad, se utilizan botellas cada vez más ligeras que disminuyen el peso de los palés y contribuyen a un considerable ahorro de la energía invertida en el transporte.

Gracias a estas prácticas tradicionales y ecológicas, el Marco de Jerez se sitúa a la vanguardia en lo que a sostenibilidad se refiere, asegurando una larga vida a estos vinos únicos.  
www.sherry.wine/

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El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) ha presentado en Mollerussa (Lleida) la red RegAssist, iniciativa que debe servir de apoyo al sector agrícola para optimizar el uso del riego y la gestión de recursos hídricos, sobre todo en las actuales condiciones de sequía e incertidumbre climática. El acto ha tenido lugar durante la visita de Carmel Mòdol, secretario de Alimentación del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya y vocal del Consejo de Administración del IRTA, que ha destacado que «desde el Govern hemos querido trabajar con el IRTA para dar asistencia al sector y avanzarnos en las futuras situaciones de problemas con la disponibilidad de agua en agricultura».

A pesar de que RegAssist utiliza diversas tecnologías avanzadas para crear predicciones y una simulación en tiempo real del estado hídrico del campo, «el punto clave es la creación de una red de personal técnico e investigador especializado, con equipos localizados en varios puntos del territorio catalán, que podrán ofrecer apoyo a los agentes implicados con la gestión de los recursos hídricos de cada zona».

Josep Usall, director general del IRTA, ha explicado que «el embrión de RegAssist empezó el año pasado con la colaboración y el apoyo a las comunidades de regantes. Comprobamos lo importante y beneficioso que era el diálogo constante en el terreno, y cómo la recogida de datos ‘in situ’ y el uso de nuevas tecnologías podía ayudar al sector a disponer de una mejor información para optimizar el uso del agua».

El concepto de fondo no es nuevo: las estrategias de riego inteligente hace tiempo que se han demostrado eficientes, y tienen efectos positivos sobre la producción, la calidad de esta y la sostenibilidad ambiental. El agua, como recurso escaso y valioso, se utiliza de esta manera de una forma precisa y con el mayor ahorro posible. Jordi Oliver, coordinador de la red RegAssist, ha señalado que, «desde 2023, el IRTA hace un acompañamiento especial al sector, en previsión de una muy probable situación de sequía, pero este apoyo había estado más centrado en las áreas de Lleida y Girona. Ahora, con RegAssist, se extenderá al resto de Catalunya».

La red de técnicos especialistas se distribuirá por todo el territorio atendiendo a las diferentes necesidades y condiciones de cada zona: en el área de Lleida, donde se cultivan frutales y cultivos extensivos; en el Ebro, con el arroz y los cítricos; en la viña del Penedés y los olivos, avellanos y hortícolas del Camp de Tarragona; en el Baix Llobregat y el Maresme, con hortícolas y frutales; y en Girona, con frutales y extensivos. Además, se trabajará en el estudio de fuentes alternativas al agua de los embalses, como el uso de aguas regeneradas o subterráneas.

«RegAssist ha nacido para facilitar y mejorar la transmisión y la aplicación de conocimiento y tecnologías desarrolladas en el ámbito de la investigación del riego», ha apuntado Oliver, que ha añadido que «se pretende transferir conocimiento científico y técnico a todos aquellos agentes interesados: comunidades de regantes, cooperativas agrícolas, ADVs, ECAs, asociaciones agrarias, empresas agrícolas... en estrecha colaboración con los agentes e instituciones que dependen de la administración pública, ya desplegados y con experiencia en el territorio, como la Oficina del Regante u otras entidades públicas».

 

Conocimiento técnico y científico

La idea es que los productores y las comunidades de regantes puedan disponer de todo el conocimiento técnico y científico para saber con precisión qué cantidad de agua necesita cada cultivo, cómo debe aplicarse para mejorar la eficiencia en el uso del agua, y que fases del desarrollo de cultivo son las más indicadas para reducir su uso minimizando efectos adversos en la producción o calidad del producto. Gracias a la presencia de equipos especializados en las principales zonas productoras de Cataluña, «se puede ayudar a identificar las vulnerabilidades y oportunidades locales, realizar pruebas piloto, y acompañar en la implantación de infraestructuras». La sede de coordinación de la red RegAssist y la mayoría del equipo humano se encuentran en Lleida, en concreto en el IRTA Fruitcentre.

Para realizar este trabajo es necesario recoger datos en el terreno y efectuar un análisis previo que permita una correcta planificación, así como establecer planes de contingencia para episodios de escasez de agua como el actual. Las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura (teledetección, Inteligencia Artificial o Big data), junto con la estadística y la informática «se revelan claves para la agricultura del futuro, acelerada por las necesidades del presente».

A través de RegAssist, «los distintos agentes interesados e implicados tanto en la gestión como en el uso de agua en la agricultura, dispondrán de información que permita elaborar recomendaciones en el uso del agua siguiendo criterios científicos y técnicos basados en la larga experiencia en investigación del IRTA y en las últimas tecnologías». La información sobre estas recomendaciones, el estado actual del suelo y las previsiones de futuro «formarán parte de un ‘gemelo digital’, una simulación en tiempo real del estado del campo y de sus necesidades hídricas. Esta información la podrán tener a través de plataformas digitales».

El IRTA ha informado que para alcanzar los objetivos este 2024, «está desplegando una red de técnicos especializados en el ámbito hídrico distribuida por todo el territorio catalán, con una visión de futuro y una labor de transferencia bidireccional de información». En 2025 se espera tener una implantación completa de la red y un funcionamiento normalizado en el territorio, que vaya más allá de la emergencia actual por sequía.

Cataluña tiene unas condiciones singulares a la hora de plantear sus necesidades de agua, con áreas muy diferenciadas. En las cuencas catalanas del Ebro, la mayoría de demanda de agua es para la agricultura (un 95%), pero en las cuencas internas está más disputado con la demanda industrial y doméstica (un 44%, debido sobre todo a la gran área urbana de Barcelona y su entorno). Ello hace que «las principales instituciones que gestionan las cuencas, la Agencia Catalana del Agua y la Confederación Hidrográfica del Ebro, a menudo enfrenten circunstancias distintas». Aparte de esto, aunque la mayoría del terreno es de secano, la mayor productividad se da en los terrenos con regadío, que ocupan un 27% de la superficie agrícola.

«La escasez del agua y las previsiones de un futuro aún más incierto, hacen necesarias las prácticas centradas en la optimización del agua que tenemos, tanto para asegurar la viabilidad económica de algunos cultivos, como incluso para a la propia supervivencia de los cultivos leñosos. Pensamos en un sector vitivinícola que enfrenta grandes pérdidas, o en los problemas de una olivicultura que ha disparado el precio del aceite, situaciones que llegan muy directamente a toda la ciudadanía», han indicado desde el IRTA.

La situación de sequía extrema en la que se encuentra Cataluña desde el año 2021 es la más longeva e intensa desde que se tienen registros fiables. Por este motivo, «el conocimiento coordinado y acumulado de nuestros científicos y técnicos permite idear estrategias de riego específicas para alcanzar el ahorro de agua sin repercutir negativamente en los cultivos, o incluso consiguiendo lo contrario», ha manifestado Jaume Casadesús, jefe del programa Uso eficiente del agua en agricultura en el IRTA, equipo que lleva más de 30 años trabajando en la mejora de la gestión del agua de riego y la eficiencia de la producción agrícola. Y ha concluido subrayando que «con RegAssist, damos un paso más en este trabajo y nos preparamos para gestionar mejorar un recurso tan escaso y valioso como el agua».

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