En un año como el actual, donde la sequía está impactando más que nunca en el sector agroalimentario y ante un contexto regulatorio en Europa decisivo para el futuro de la agricultura en España, expertos en distintas áreas del agro y del clima han debatido sobre los principales retos a los que se enfrenta el campo con una mirada a 2030 en una jornada realizada en el Campus Tecnológico de Corteva en La Rinconada (Sevilla).
Ricardo Sierra, presidente de ASAJA Andalucía, comenzó la jornada enumerando lo que para él son las grandes preocupaciones en la actualidad, «el tema del agua es vital, tenemos que encontrar solución a corto y largo plazo; que las normas estén fundadas en criterios científicos, así como encontrar solución a la distancia del campo con las nuevas generaciones». Además, puso en valor «la resiliencia de los agricultores y del sector para adaptarse a todo ello».
El gran reto de la sequía
Mario Picazo, meteorólogo de eltiempo.es y miembro de la Comisión Interministerial para el Cambio Climático y la Transición Energética del MITECO, expuso el gran desafío climático al que se enfrenta el campo español. En este sentido, indicó que «llevamos dos años con el problema extremo del agua. Además, estamos energizando el planeta porque estamos consumiendo combustibles fósiles de manera frenética y esto está haciendo que muchas cosas hayan cambiado, como la circulación de la atmósfera, con unas corrientes en chorro que hacen que los periodos de intensas temperaturas y sequías sean frecuentes y prolongados. Todo ello son ingredientes desfavorables para un sector muy vulnerable como la agricultura». Asimismo, Picazo sostuvo que «el clima tiene una extremidad que no tenía antes y esto también es algo a entender y valorar. Nosotros somos los que tenemos que adaptarnos a él y será fundamental buscar soluciones que sean palpables, como la conservación del suelo y la digitalización».
Asumiendo la situación geográfica de España y la aparición de nuevas amenazas de plagas y enfermedades como consecuencia del cambio climático, desde ASAJA se puso encima de la mesa la necesidad de la toma de decisiones basada en la ciencia por parte de los organismos reguladores: «hemos sido beligerantes en contra de la polémica del uso de fitosanitarios. Además, no son lo mismo los problemas de la zona norte respecto a la zona sur hay más insectos. Hemos logrado impulsar la Ley de Restauración de la Naturaleza. Después de tantos años, creo que se ve un poco la luz y hay que ver si llevamos buen camino o no en este ámbito».
Nuevas técnicas de edición genética y el suelo como ‘el gran olvidado’
En el contexto de la propuesta de la Comisión de Europa de regular las técnicas de edición genética, Ricardo Serra afirmó que «la edición genética ha abierto la luz para ir por el buen camino. Ante la situación climática necesitamos cultivos que puedan adaptarse de manera más rápida a las nuevas realidades. Gracias a esta regulación se puede cambiar perspectiva».
Manuel Melgarejo, presidente de Corteva Agriscience para Iberia, comentó que, «contar con nuevas técnicas de edición genética nos va a permitir lograr variedades resistentes y optimizar los inputs y todo ello cuadra perfectamente con lo que la agricultura del futuro nos pide y con la seguridad y trazabilidad que demanda el consumidor. Es necesario que el agricultor europeo cuente con las mismas herramientas que ya están disponibles en otras partes del mundo».
Otro de los puntos clave en el actual contexto regulatorio es la importancia de contar con suelos sanos en la Unión Europea (UE) de aquí a 2050. Sobre ello, los participantes coincidieron en que el suelo ha sido el gran olvidado desde hace tiempo y que tiene un potencial muy grande para cumplir con los objetivos de sostenibilidad. Manuel Melgarejo, de Corteva, remarcó que «es importante recordar que el suelo es el origen de cualquier producción agrícola, da igual que sea herbácea o leñosa, y es lo primero que debemos cuidar: aportarle los nutrientes y el agua y, sobre todo, potenciar el bioma que es un elemento fundamental desde el que maximizar la productividad y minimizar el impacto. Es algo que tenemos claro desde Corteva y es una parte prioritaria de nuestra hoja de ruta en sostenibilidad con el desarrollo de herramientas eficientes para los agricultores».
En este sentido, Picazo, desde una perspectiva más científica, añadió que «el suelo es un gran sumidero de carbono y hay que mimarlo como ningún otro elemento de este planeta, no solo porque nos va a devolver mucho de ese carbono almacenado, sino porque podemos amplificarlo y también lograr que una productividad mayor».
Andrés García, director general de Garlan Sociedad Cooperativa, tras analizar los diferentes retos y líneas de acción, concluyó que «los suelos españoles están erosionados por un uso intensivo que ha pasado factura y esto está provocando que resuenen conceptos como la gestión del suelo a través de la agricultura regenerativa, que promueve la conservación de sus propiedades de distintas formas».
¿Cómo afronta el agricultor este contexto tan complejo?
Tras ahondar en las principales preocupaciones del sector, fue el turno de conocer la visión y preocupación directa del agricultor que está en el día a día en la explotación. El encargado fue García de Garlan, como máximo responsable de esta cooperativa con 750 titulares de explotaciones en el Norte de España. «La realidad de los agricultores y ganaderos está marcada por la incertidumbre del clima cambiante y extremo, la complejidad de la aplicación de la nueva PAC en Europa y la nueva normativa que tiene que cumplir un agricultor o ganadero y, la ambigüedad de la sociedad urbana ante la realidad que vive el campo», apuntó.
La tecnología es clave
Otro de los bloques clave fue el de la tecnología y la agricultura de precisión para lograr los retos de sostenibilidad. Jorge Martínez Guanter, responsable de Agricultura Digital de Corteva en Iberia, incidió en las tecnologías presentes y futuras del campo, así como el enorme valor del dato y las herramientas digitales para optimizar los recursos y ser más eficaces en el trabajo diario: «Lo esencial es entender el papel clave de la tecnología para la optimización de los insumos. Optimizar es dar al campo los insumos que necesita, solo cuando los necesita y en la cantidad necesaria. Estamos en un contexto de cambio y lo estamos viendo a nivel climático y regulatorio. Hay que conseguir afianzar esa parte tecnológica para poder ser sostenibles y realmente producir con la eficacia que busca la sociedad y la eficiencia que busca el agricultor». Ante ello, desde Garlan confirmaron que «la sostenibilidad, no es una opción, sino la opción; y la digitalización y la tecnología son las caves para para lograr producir más con menos».
En cuanto a ejemplos concretos, «las tecnologías que se están desarrollando y que tienen un grado alto de madurez son principalmente para la monitorización de cultivos desde tecnologías de satélites, drones que observan el cultivo y otros sensores que miden constantemente su evolución», apuntó el experto en agricultura digital.
Mirando más al futuro, Guanter señaló que otro aspecto interesante para el campo es la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA). «Ya no es tan futurista. Hablamos de sistemas que ayudan a la toma de decisiones y procesan una enorme cantidad de datos que sería imposible hacer de otra forma. Estos sistemas no van a sustituir en ningún caso al técnico, pero sí lo van a complementar». Para subrayar que «la evolución de estas tecnologías es lo que nos va a permitir lograr la sostenibilidad y controlar la sanidad del producto, llevándonos a una mayor sostenibilidad económica de las producciones, clave para el mantenimiento del sector».
¿Qué demanda el consumidor y cómo responde el sector?
La población mundial sigue creciendo a un ritmo alto. Se estima que la población mundial aumentará casi 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, pasando de los 8.000 millones actuales a los 9700 millones en 2050. Además, el sector es consciente que esta población creciente es cada vez más exigente: aspira a alimentos seguridad y calidad y a estar más informada de lo que come.
Manuel Melgarejo remarcó que «el crecimiento de la población es otro detonante añadido al cambio climático. Corteva es ciencia, tecnología e investigación desde distintos ángulos y nuestro objetivo pasa por transformar la ciencia en soluciones para que ayuden al agricultor a hacer frente a todos los retos y que a su vez generen un impacto positivo en la sociedad».
Por otro lado, ética y transparencia fueron dos tendencias comentadas durante la jornada. Para Ricardo Serra, de ASAJA, «hay que hacer un esfuerzo de divulgación de lo que hay detrás de cada producción, desde la regulación agraria para lograr los estándares de seguridad alimentaria exigidos y el esfuerzo que ello conlleva para los agricultores cumplir con ellos».
En este sentido, Jorge Martínez, de Corteva, añade la derivada tecnológica a la ecuación: «las grandes plataformas de consumo ya están demandando huella de carbono e hídrica de producto y, en base a eso, negocian precios».
En cuanto a la huella de carbono, Serra expuso la necesidad de contar con organismos independientes que se encarguen de certificar y avalar los procesos. «Solo así lograremos una mayor transparencia del mercado como ya existe en otros sectores y países», dijo.
Relevo generacional
El envejecimiento del sector agroalimentario es un rasgo característico tanto de la UE-27 como de España: en nuestro país más del 33 % de las personas empleadas tienen más de 50 años y el 41% de los titulares de explotaciones agrarias tiene más de 65 años.
García, desde Garlan, considera que la clave está en «lograr la dignificación del sector agroalimentario a través de la comunicación y desde el propio sector. Necesitamos hablar más de soberanía alimentaria, y sobre todo hacerlo desde dentro. La tecnología va a estar presente, pero el relevo generacional de las explotaciones es clave. Las personas son necesarias para lograr el éxito y afrontar los retos, junto al acompañamiento de los técnicos».
Corteva, por su parte, sostuvo la importancia de poner en marcha acciones que, aunque no lleven a la solución final del problema, puedan servir de palanca: «la realidad es que el sector está envejecido, pero con la nueva agricultura hay opciones. Creemos en el convencer a través de la transmisión de conocimiento y para ello contamos con ejemplos como nuestra red de Cátedras Corteva, con distintas universidades españolas, que busca generar un impacto positivo a las posibles nuevas generaciones del campo. Asimismo, a través de programas como Puebla o TalentA impulsamos proyectos de emprendimiento de jóvenes y otros perfiles clave como las mujeres rurales que pueda fomentar su futuro profesional en el campo».
Andrés García incidió en que «las cooperativas serán fundamentales para lograr el relevo generacional. Ante una necesidad que no se cubre, la realidad del entorno rural cambia, cuando queda una superficie de cultivo libre de la explotación familiar y la llegada de grandes industrias. De ahí la necesidad de mayor cooperación».
Por último, Jorge Martínez, de Corteva, puso una nota de optimismo a través de la tecnología: «A día de hoy se están formando perfiles, como ingenieros de telecomunicaciones, informáticos, electrónicos que están viendo en la parte de tecnología y digitalización una oportunidad. Hay focos con atracción hacia el sector que pueden tratar de revitalizarlo».
Alianza entre Corteva y Eltiempo.es
Esta iniciativa se enmarca dentro del acuerdo conjunto entre la compañía agrícola referente en tecnología aplicada a semillas, protección de cultivos, agricultura digital y soluciones biológicas, y Eltiempo.es, portal digital líder en meteorología y cambio climático. Una alianza llevada a cabo en 2022 a raíz de la preocupación de ambos agentes ante temas relacionados con la sostenibilidad, cambio climático y futuro del campo en España.
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