Control biológico

El consorcio de 24 entidades de Europa, Asia y América que conforma el proyecto PRE–HLB, financiado por el Horizonte 2020 de la Unión Europea (UE), ha instado, durante una jornada celebrada en la Finca Sinyent (Valencia), de AVA–ASAJA, a que todas las autoridades comunitarias «estén lo mejor preparadas posible para tratar de evitar la llegada de los vectores y de la enfermedad del Huanglongbing (HLB), porque sería el infierno, y supondría un antes y un después en nuestra citricultura, que podría destruir el cultivo de los cítricos como ya lo ha hecho en otras regiones del mundo como, por ejemplo,California».

El investigador del CSIC, Leandro Peña, ha destacado en el acto inaugural que «el demonio está cada vez más cerca y cuando llegue podría ser demasiado tarde». No en vano, el vector Trioza erytreae se encuentra en el norte de España y en Portugal, próximo a los cítricos de Huelva, mientras que el vector Diaphorina citri (más peligroso por su adaptación al clima mediterráneo, según Peña) se ha detectado en Israel y ahora en Chipre, ya en territorio de la UE, de una manera extensa. Por ello, ha apremiado a «actuar ya, adoptando un plan de contingencia integral, que cuente con el favor del agricultor y que apueste por medidas a corto y largo plazo, como la biotecnología para hallar variedades resistentes a la enfermedad».

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha detallado que «este protocolo debe establecer normas de actuación a todos los agentes implicados e incluso a la sociedad en general, porque podría ocurrir que el HLB llegara a un jardín público o privado. Durante los cuatro años del proyecto hemos acumulado mucho conocimiento en varios continentes que hemos llevado a Europa. Ahora tenemos un tiempo precioso que no debemos desaprovechar».

Durante la clausura, el secretario de Agricultura de la Generalitat Valenciana, Javier Bartolomé, ha apuntado que «nos queda mucho trabajo tanto de investigación como de comunicación, ya que los agricultores y ciudadanos han de conocer la gravedad del asunto y las implicaciones que comporta a todos. Desde la conselleria vamos a ofrecer trabajo, presupuesto y voluntad».

El investigador del IVIA, Toni Vicent, ha subrayado, que «después de las últimas detecciones de los vectores en la UE, el riesgo de que acabe llegando el HLB ha aumentado exponencialmente». En este sentido, además de abogar

por la prevención, ha dado a conocer las diferentes estrategias que han mostrado algunas de las principales potencias citrícolas para afrontar el HLB. Por ejemplo, California lleva diez años realizando una eficaz barrera de contención y agrupando tratamientos coordinados mediante materias activas cuyo uso está prohibido en la UE. En cambio, la industria citrícola de Florida «está prácticamente extinguida a pesar de haber gastado dos billones de dólares en investigación y en prácticas que no han contribuido a la detención de la enfermedad».

 

Experiencia de Brasil

Juliano Ayres, investigador de Fundecitrus, ha expuesto la experiencia de Brasil en la lucha contra el HLB, donde desde su detección en 2005 ha enfermado al 38% de los árboles: «Hemos mantenido la producción citrícola (la mayoría se destina a zumo y no necesita tanta calidad como el fresco) a través del control del material vegetal, la eliminación de árboles infectados y tratamientos insecticidas coordinados para reducir el vector». Por ello y ante la aparición de resistencias, Ayres ha resaltado la necesidad de «seguir avanzando en la biotecnología».

Vicent Dalmau, de la Conselleria de Agricultura, ha reiterado que «cualquier gasto en prevención es el que mayor beneficio tiene», y ha enumerado las propuestas del proyecto PRE–HLB: establecer áreas de gestión en zonas pequeñas (comarcas), medidas para limitar el movimiento del vector durante el transporte de frutos desde el campo, eliminar parcelas de cítricos abandonadas dentro de la zona demarcada e impulsar la cría masiva y liberaciones de Tamarixia radiata para el control del vector Diaphorina citri, entre otras.

Los investigadores Alberto Fereres (CSIC) y Rapahel Morillon (CIRAD de Francia) han ahondado en los resultados de las experimentaciones desarrolladas que, siguiendo las directrices comunitarias, han incidido en el respeto al medio ambiente. La instalación de mallas fotoselectivas, plásticos plateados y blancos y partículas de caolín reducen el aterrizaje y asentamiento de vectores transmisores del HLB. En materia de control biológico, la suelta de Tamarixia dryi minimiza la población del vector Trioza erytreae en Galicia y Portugal. Además, se ha testado el grado de eficacia contra vectores de insecticidas naturales y biológicos.

Finalmente, Iván Lütolf ha presentado una aplicación móvil diseñada por Locatec Aplicaciones Informáticas que «los agricultores podrán utilizar de manera sencilla para identificar el HLB y sus vectores mediante la inteligencia artificial».

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Con casi 40 años de historia, Bioplanet es el primer productor italiano de insectos y ácaros beneficiosos para el control biológico de plagas en agricultura.

La creciente demanda de herramientas de bioprotección en la agricultura, junto con la necesidad de aumentar las inversiones en producción y mercados, así como la larga colaboración entre Bioplanet y CBC BIOGARD®, han llevado a que la primera se una a la segunda lo que proporcionará a la empresa «un alcance internacional mucho más amplio».

Junto con Bioplanet, CBC BIOGARD® «ha logrado la consecución de su estrategia en bioprotección para la agricultura, reuniendo una gama única de productos sinérgicos y compatibles». En definitiva, «una amplia gama de productos de protección vegetal con bajo impacto para el medio ambiente, operadores y consumidores, desarrollados sobre bases científicas y producidos con los más altos estándares de calidad y confiabilidad».

www.biogard.es

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Investigadores del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de la Generalitat de Catalunya, el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) y la Universidad de Salamanca (USAL) han puesto en marcha el proyecto ‘GreenSuzukii: control biológico de Drosophila suzukii utilizando plantas como biofactorías de volátiles’.

La mosca de alas manchadas (Drosophila suzukii), que afecta a los frutos rojos, procede de Japón y se localizó por primera vez en España en 2008. En los años posteriores, los científicos comprobaron que este prolífero díptero, con ciclos de vida cortos y una reproducción muy rápida, ya tenía una amplia distribución en la península ibérica. Las hembras de esta mosca invasora inyectan los huevos en el interior de los frutos y, cuando salen las larvas, destruyen gran parte de los frutos hasta provocar efectos devastadores. Hasta ahora, «se han probado diversas estrategias sin éxito, como el uso de insecticidas de amplio espectro –que van en contra de las políticas ambientales europeas y generan resistencias– y cubriendo las plantaciones con barreras físicas».

En este proyecto se «quieren identificar las moléculas volátiles y aromáticas de las mismas plantas y frutos rojos víctimas de la plaga para encontrar a las que tengan mayor potencial repelente para la mosca». Además, se buscarán otras plantas que emitan también moléculas repelentes para el insecto e intercalarlas entre los cultivos. «El objetivo es implementar esta nueva tecnología en un programa de gestión de plagas que integre el uso del control biológico y los polinizadores naturales», han comentado Jordi Riudavets y Judit Arnó, investigadores del programa de Protección Vegetal sostenible del IRTA y coordinadores del proyecto.

En una primera fase, el IRTA evaluará el efecto de las moléculas orgánicas volátiles de frutos rojos sobre la mosca en sus invernaderos experimentales, y estudiará si este sistema es compatible con otros insectos que actúan como enemigos naturales de plagas, así como insectos polinizadores. En paralelo, el CRAG, centro consorciado CSIC–IRTA–UAB–UB, estudiará los mecanismos genéticos que hacen que las plantas emitan más o menos moléculas y en qué partes de la planta se generan y se acumulan más. «Tenemos estudios previos sobre las moléculas aromáticas y volátiles de las fresas, así que nos servirán como modelo para ver si actúan como repelente para la mosca y, después, lo estudiaremos en otros cultivos de frutos rojos», ha explicado Amparo Monfort, investigadora del programa de Genómica y biotecnología vegetal del IRTA en el CRAG.

Por su parte, científicos de la Unidad de Excelencia de Producción Agraria y Medio Ambiente ‘Agrienvironment’ del Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE) de la USAL identificarán otras plantas que desprenden moléculas útiles para el control de la mosca y que se puedan plantarse de forma intercalada entre los cultivos afectados. Los investigadores Óscar Lorenzo y Ricardo Costa de la USAL han indicado que pretenden «desarrollar las prácticas agronómicas más eficaces para hacer crecer y mantener estas plantas y estudiar las épocas del año que convendría plantarlas según el ciclo de vida de la mosca. Una de las dificultades para hacer frente a esta plaga es que la mosca tiene un ciclo de vida muy corto y eso hace que se reproduzca muy rápido».

Según los expertos, el sector todavía está lejos de prescindir completamente de los pesticidas, pero aseguran que gracias a iniciativas como ésta podría reducirse su uso y hacer «que la naturaleza trabaje con y para nosotros». En fases más avanzadas y una vez se demuestre que la técnica es eficaz, «se trasladará a los agricultores y a la industria agroalimentaria para aplicarlo en condiciones reales y reducir el impacto de la plaga». Actualmente, la mosca de alas manchadas está distribuida por toda Europa y América, y se detectó por primera vez en la Península en 2008 en Cataluña, extendiéndose por todo el territorio rápidamente.

Este proyecto ha obtenido financiación de la Agencia Estatal de Investigación a través de la convocatoria de ‘Proyectos Orientados a la Transición Ecológica y la Transición Digital’ con Fondos Next Generation de la Unión Europea.

La Universidad de Salamanca ha sido la anfitriona a principios de febrero de la reunión de inicio del proyecto.

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Las jornadas internacionales en feromonas, control biológico y otras herramientas tecnológicas para el control de plagas, Agroferomonas 2022, ya tienen una veintena de ponentes confirmados. Expertos de Reino Unido, Italia, Chile y España forman parte del programa técnico de este evento que se puede consultar en la web oficial www.agroferomonas.com.

El congreso, que tendrá lugar los días 16 y 17 de noviembre en el Auditorio El Batel de Cartagena, se desarrollará en dos jornadas de ponencias técnicas divididos en cinco bloques temáticos y que finalizarán con mesas redondas. Las inscripciones ya están abiertas y el programa técnico definitivo se publicará en las próximas semanas.

Habrá un bloque dedicado a cultivos leñosos que incluyen a los cítricos, vid frutales o almendros. De momento, ya han confirmado su presencia Vicente Navarro y Sandra Vacas (CEQA), Alberto Fereres (ICA-CSIC) o Gianfranco Anfora (Universidad de Trento). 

En el de Innovación empresarial, además de la intervención de expertos de CBC Iberia, Bayer y Dow participará Inmaculada Garrido (Universidad de Córdoba).

En el último bloque del congreso centrado en las nuevas tecnologías para el control de plagas, contará con la presencia de Paco Calvo (Universidad de Murcia), Ricardo Ceballos (INIA Chile), John Pickett (Universidad de Cardiff), Alessandra Moccia (IBMA) y Mónica González (Agrobio).

Agromarketing España (www.agromarketing.es), organizadora de las jornadas internacionales, pretende refrendar el éxito de su última edición en Almería (2018) donde participaron casi un millar de profesionales y más de 30 expertos ponentes de todo el mundo. La empresa murciana retoma, de este modo, la organización de este evento tras la cancelación de su celebración por la pandemia que estaba prevista en junio de 2020 en la sede del Mercosur, en Montevideo (Uruguay), en colaboración con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de ese país.

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Corteva ha firmado un acuerdo definitivo para adquirir Symborg, compañía experta en tecnologías microbiológicas con sede en Murcia, y que posee una cartera diversificada, un proyecto emergente de control biológico y una base de empleados cualificados con sólidos conocimientos técnicos y experiencia en la generación de demanda.

Robert King, vicepresidente Ejecutivo de la Unidad de Negocio de Protección de Cultivos de Corteva Agriscience, ha manifestado que «la adquisición de Symborg es un paso importante en la estrategia de Corteva para acelerar el desarrollo de una cartera de productos biológicos de primera clase, como parte de las soluciones integradas que ofrecemos a nuestros clientes». Y ha añadido que «en los últimos tres años, Corteva ha establecido acuerdos de licencia y distribución con las principales empresas de productos biológicos, seleccionadas tras evaluar las tecnologías y demostrar la aceptación de los clientes. Esta adquisición muestra nuestra progresión para seguir como líder tecnológico en este segmento de rápido crecimiento».

Corteva colaboró por primera vez con Symborg para ampliar y llevar a los agricultores Utrisha™ N y BlueN™, optimizador de la eficiencia de nutrientes, como parte de un acuerdo de distribución entre las dos empresas. El innovador bioestimulante de origen natural «permite a las plantas fijar el nitrógeno del aire y ponerlo a disposición de la planta, proporcionando una fuente de nitrógeno alternativa y suplementaria y reduciendo potencialmente la emisión de gases de efecto invernadero por el uso de fertilizantes».

Por su parte, Jesús Juárez, socio fundador y CEO de Symborg, ha señalado que «nuestro objetivo siempre ha sido apoyar a los agricultores de todo el mundo con soluciones biológicas de vanguardia. Esta motivación, junto con un equipo altamente cualificado, nos ha llevado a convertirnos en un actor clave para la agricultura sostenible». Además, «la integración con Corteva se convierte en una oportunidad para reforzar nuestro impacto en el campo, ayudando a los agricultores a afrontar los retos actuales y futuros. Y más allá, una oportunidad para dar respuesta a una sociedad que demanda alimentos seguros y sostenibles».

Tras el cierre del acuerdo, las instalaciones de Symborg en Murcia, España, y las filiales en EE. UU., México, Perú, Chile, Brasil, Francia, Turquía, China y Australia «se convertirán en elementos clave de la cartera de productos biológicos de Corteva». Los términos y condiciones financieras del acuerdo no han sido revelados.

www.corteva.com

www.symborg.com

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El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de la Generalitat de Catalunya ha liderado diversos estudios «con el objetivo de demostrar que atraer insectos polinizadores y depredadores de plagas puede ser una buena estrategia para favorecer la biodiversidad de plantas silvestres en los cultivos». Así, mediante el control biológico «se quiere reducir el uso de pesticidas, que pueden tener efectos negativos en la salud humana, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación de los recursos naturales».

Durante años, la estrategia que ha predominado en la agricultura para combatir las plagas se ha basado en aplicar productos fitosanitarios. Las normativas actuales obligan a los agricultores a utilizar fitosanitarios específicos para insectos concretos, mientras que hace unos años se aplicaban productos que eliminaban cualquier especie de insecto cercano. Además, cada vez hay menos fitosanitarios autorizados y los insectos se vuelven resistentes. 

Por este motivo, uno de los retos del IRTA es estudiar estrategias para favorecer el control biológico por conservación y conseguir que la aplicación de fitosanitarios sea una práctica excepcional. «El control biológico puede ayudar a reducir los picos de las plagas. La fórmula consiste en ponerlo fácil para que los insectos depredadores de las plagas se instalen en los cultivos», ha explicado Georgina Alins, investigadora del programa de Fruticultura del IRTA. En un trabajo previo, científicos de este centro de investigación, la Universidad de Lleida (UdL) y la Autónoma de Barcelona (UAB) identificaron en una guía que publicaron las especies de plantas que atraen a los enemigos naturales de las diferentes plagas. Así, en el caso del pulgón gris de los manzanos, los sírfidos y los parasitoides son los mejores aliados porque los adultos se alimentan de polen y néctar, y las larvas son las que realizan la acción del control biológico. Anteriormente, en la finca de Jaume, en la llanura de Lleida, trataron de enriquecer los márgenes con caléndulas y crucíferas, pero el efecto no fue suficiente. Por eso, en el marco del proyecto SUSFRUIT ahora prueban la efectividad de intercalar bandas florales con los cultivos, siempre velando para que sean compatibles con la maquinaria de trabajo, es decir, «con el espacio calculado para que pase el tractor y no las pise», explica Georgina Alins. En otoño, sembraron una mezcla de semillas de caléndula, rúcula, manzanilla, veza, trébol y acelga. Uno de los retos es conseguir que las plantas crezcan bien y se implanten.

Colocar bandas florales en los cultivos es una práctica aparentemente sencilla, pero para los campesinos es un esfuerzo añadido porque deben modificar las tareas de poda y de siega. Sin embargo, el resultado final será «una riqueza de plantas e insectos que beneficiará a los cultivos de muchas maneras y equilibrará el funcionamiento del ecosistema agrícola», ha puntualizado Jordi Cabrefiga, investigador del IRTA, que realiza un estudio similar con bandas florales en una finca de manzanos de la Tallada d’Empordà (Girona).

Transformar los espacios agrícolas convencionales en refugios para todo tipo de animales hace que las fincas generen espacios amigables con el medio ambiente y potencia la biodiversidad de muchas especies. Las bandas florales, por ejemplo, también pueden ayudar a desviar la actividad de algunos animales que estropean los cultivos, como los topillos, que se alimentan de las raíces de los manzanos, a la vez que se favorece la presencia de sus depredadores, como rapaces, reptiles o pequeños mamíferos como el turón europeo. «En lugar de eliminar el topillo, le ofrecemos las raíces de las bandas florales para que siga teniendo alimento y no afecte a la producción de fruta, favoreciendo al mismo tiempo la presencia de sus depredadores», ha apuntado Cabrefiga.

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Los meandros del río Ebro han conformado algunos de los paisajes de viñedos más espectaculares de la D.O.Ca. Rioja, dando origen a algunas de las marcas históricas más emblemáticas. Meandros como el que alberga los viñedos de 11 viticultores de la pedanía de Laserna –7 de ellos, pequeñas bodegas familiares–, en el extremo oriental de la Rioja Alavesa, y que ha puesto en marcha un proyecto colaborativo pionero denominado ‘Laserna confusión’.

El objetivo en las 60 hectáreas de viñedo que suman estos 11 viticultores es mejorar la calidad de sus uvas y vinos aunando esfuerzos en un territorio donde resulta especialmente complejo.

Coordinado por la empresa Garañango, su responsable Elena Recio ha indicado que ‘Laserna confusión’ es «un ejemplo de apuesta por la innovación y por la sostenibilidad en el cultivo del viñedo, ya que utiliza métodos de confusión sexual (control integrado de plagas) con la colaboración del líder a nivel mundial en la fabricación de feromonas ‘Shin Etsu’ y el Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Álava». Pero es sobre todo «un ejemplo de cómo puede conseguirse una mayor eficacia en el control de una de las plagas más perjudiciales para la calidad de la uva, como es la ‘Lobesia botrana’, conocida como ‘polilla del racimo’». Para añadir al respecto que «mediante la liberación de feromonas sexuales a través de difusores colocados sobre una zona amplia de viñedo, se consigue controlar la polilla del racimo, siendo los beneficios comunes para todos los participantes en el proyecto. Además, gracias a esta técnica es posible reducir el uso de fitosanitarios».

Entre esos beneficios, destaca la ausencia de Botrytis –propiciada en el 90% de los casos por las heridas causadas en la baya por la Lobesia botrana–, que la responsable de Garañango resume con la frase «vendimiar por calidad, no por sanidad», es decir, poder completar el proceso de maduración hasta alcanzar su punto óptimo, sin riesgo de podredumbre que ‘obligue’ a anticipar la vendimia. Y por supuesto, todos los que tienen relación con las prácticas sostenibles y de respeto al entorno ambiental derivados de minimizar el uso de pesticidas, cuyos residuos también inciden en la calidad de las elaboraciones.

Las 60 hectáreas de viñedo con las que se ha puesto en marcha la iniciativa en esta campaña 2021 serán ampliables hasta 160 e incluso 225 en un futuro próximo con la incorporación de otros propietarios del entorno, que permitan completar el área perfectamente delimitada que conforma el meandro de Laserna. Asimismo, a raíz de esta iniciativa colaborativa pionera, se han creado 3 zonas nuevas en la Rioja Alavesa para la implementación de proyectos similares de viticultura sostenible para el control de la Polilla del racimo.

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La Consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, Mireia Mollà, ha presentado un nuevo sistema para reforzar la lucha contra la plaga de la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata) basado en la utilización de hongos entomopatógenos y que vendría a reforzar aún más la eficiencia del programa que viene aplicándose ya contra el referido insecto mediante la suelta masiva de machos estériles.

El proyecto presentado, que todavía se encuentra en fase experimental, consiste en infectar a los machos esterilizados con el mencionado tipo de hongo, que es inocuo para las personas, pero capaz de producir una elevada mortalidad en las poblaciones silvestres de Ceratitis. La liberación de estos insectos esterilizados e impregnados con hongos entomopatógenos, provoca una enfermedad letal en los individuos silvestres, tanto a través del apareamiento con las hembras como en la formación de los grupos de machos que compiten por esas hembras.

La Consellera ha explicado que «se trata, en definitiva, de desencadenar un contagio en las poblaciones de mosca utilizando a los propios ejemplares estériles como vectores de transmisión de la enfermedad, lo cual complementaría y optimizaría todavía más la eficacia del programa contra la Ceratitis que se sigue en la Comunitat Valenciana».

Los resultados preliminares de este nuevo procedimiento se conocerán este año y a partir de los mismos se podrá realizar una evaluación detallada de su alcance.

Mollà, acompañada por el secretario autonómico de Agricultura, Roger Llanes, y el director general de Agricultura, Antonio Quintana, ha visitado las instalaciones de la bioplanta ubicada en Caudete de las Fuentes (Valencia) donde, desde 2007, se lleva a cabo el desarrollo y tratamiento de los insectos para su esterilización y posterior suelta masiva. Los machos, al ser estériles, no logran fecundar a las hembras silvestres, que ya no pueden causar daños en los cultivos al depositar sus huevos en el fruto porque lógicamente esos huevos son inviables.

Los éxitos obtenidos con este método de lucha biológica, que se refuerza con el reparto masivo de trampas entre los agricultores, «son apabullantes». La consellera Mireia Mollà ha señalado al respecto que «gracias a este sistema, totalmente respetuoso con el medio ambiente, se ha conseguido reducir en más de un 95% las aplicaciones de insecticidas por medio aéreos, al tiempo que el descenso de las poblaciones de mosca del Mediterráneo donde se liberan machos estériles se aproxima al 50%».

Además, y con el objeto de contribuir positivamente a la preservación del medio ambiente, la bioplanta de Caudete de la Fuentes maneja un proyecto para instalar, entre otras cosas, placas solares, una marquesina fotovoltaica, una caldera de aceite término alimentada con biomasa y un sistema de depuración de aguas que permitirá mejorar al máximo la eficiencia energética de sus instalaciones. 

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El Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARP) de la Generalitat de Catalunya ha realizado, en una finca de Tortosa (Tarragona), las primeras liberaciones del insecto parasitoide Anagyrus aberiae en campos de cítricos catalanes para el control de la plaga del Cotonet de les Valls o de Sudáfrica, Delottococcus aberiae. Esta plaga provoca graves deformaciones en los frutos en crecimiento y hace inviable su comercialización.

El Cotonet de Sudáfrica es una plaga de los cítricos que fue detectada por primera vez en la península ibérica en el norte de la provincia de Valencia en el año 2009. Desde entonces, se ha extendido por los cítricos de Castellón y Valencia. La primera detección en Cataluña se produjo en 2018, y actualmente hay constancia de 14 focos distribuidos por las Terres de l’Ebre.

Durante los últimos meses, el IRTA ha iniciado en sus instalaciones de Amposta, por encargo del DARP, un proceso de cría de este insecto parasitoide para iniciar liberaciones de manera regular a los campos de cítricos afectados por la plaga. Dada la ausencia en Cataluña de insectos parásitos autóctonos eficaces contra esta plaga, se autorizó la importación de Sudáfrica, zona de origen del Cotonet, para realizar estudios de especificidad, y recientemente se ha autorizado la cría y la liberación en el campo.

Actuaciones como esta se enmarcan dentro de una estrategia de fomento del control biológico y alternativo que está llevando a cabo el Departamento de Agricultura, que permite reducir el uso de productos fitosanitarios y obtener alimentos de alta calidad sanitaria y medioambiental. Así, se está promoviendo con éxito en determinados cultivos la lucha alternativa al uso de los plaguicidas convencionales: captura masiva, confusión sexual con feromonas y lucha biológica. Este fomento se hace mediante las ayudas agroambientales a diferente tipo de cultivos que otorga el DARP a los agricultores con un importe anual de unos 3,7 M€ para implementar técnicas alternativas a la lucha química. También se implementan a través de las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV). 

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El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha destacado en un debate en el Senado que la lucha eficaz contra la plaga del ‘cotonet’ de les Valls pasa por adoptar una estrategia integral a lo largo de todo el año. En su intervención, en respuesta a una interpelación del Grupo Popular, ha indicado que los diferentes tratamientos fitosanitarios empleados, entre ellos, el metil-clorpirifos, sustancia peligrosa para la salud humana, no han impedido la dispersión de la plaga, debida, sobre todo, al transporte entre parcelas afectadas.

Planas ha advertido, asimismo, sobre el riesgo que supondría una autorización excepcional del metil-clorpirifos, sustancia prohibida por la Unión Europea (UE), ya que cualquier mínimo residuo que pudiera detectarse conllevaría el rechazo de los productos españoles por parte de operadores y autoridades de los países de destino. De acuerdo con la legislación comunitaria, está prohibido comercializar productos que contengan residuos de esta sustancia. Por este motivo, el ministro ha señalado que si supiera que esa es la mejor solución la tomaría, «pero no la tomo por responsabilidad», ha sentenciado.

El ministro ha remarcado la necesidad de contar con un plan de lucha integral, puesto que el uso del metil-clorpirifos no ha resultado ser eficiente para evitar la propagación de esta plaga. El Delottococus aberiae, conocido como ‘cotonet’ de Les Valls, además de afectar a cítricos, provoca daños en caqui y níspero. Hasta ahora se ha detectado en la Comunidad Valenciana y, también, en la provincia de Tarragona, en Cataluña.
 

Uso de sustancias no tóxicas
Planas ha subrayado la necesidad de hacer frente a esta plaga mediante sustancias no tóxicas, a través de productos fitosanitarios alternativos, organismos de control biológico y métodos biotecnológicos de control poblacional mediante la feromona de la plaga. También ha hecho hincapié en la necesidad de no olvidar las medidas de bioseguridad, ya que es evidente que la plaga se ha transportado de unos lugares a otros.

Asimismo, ha explicado que esta plaga apareció en España hace doce años y que los diferentes tratamientos fitosanitarios empleados no han impedido su dispersión. Ante la eventualidad de su posible extensión fuera de estos territorios, en septiembre de 2020 el Comité Fitosanitario Nacional (órgano de coordinación nacional en materia de sanidad vegetal) puso en marcha un plan de acción para la lucha frente al ‘cotonet’, cuyas medidas deben ser aplicadas en todas las comunidades autónomas en las que se constate la presencia de esta plaga.

Además de las medidas sanitarias en cultivos, el plan incluye una estrategia de bioseguridad e higiene para las cajas y envases empleados en la recolección de la fruta con el fin de evitar así la dispersión del ‘cotonet’. También recoge medidas aplicables a la maquinaria y medios de transporte hasta las centrales de envasado o producción.

Respecto a la denegación de la autorización, por parte de la Unión Europea, del uso de metil-clorpirifos para combatir la plaga de ‘cotonet’, Planas ha puntualizado que la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, siglas en inglés) consideró que esta sustancia suponía un riesgo potencial grave para la salud de las personas, por lo que propuso su «no renovación». Dicha propuesta fue votada y aprobada por el Comité Permanente de la Cadena Alimentación y la sustancia fue cancelada. Ante esta situación, el ministerio ha estado trabajando, en coordinación con la Comunidad Valenciana, en métodos biológicos de lucha mediante la realización de ensayos que permitiesen la autorización del organismo de control biológico Anagyrus aberiae, un depredador natural cuyas sueltas comenzaron a realizarse a partir de septiembre de 2020. También se ha autorizado, de manera excepcional, el uso de feromonas para el control de la plaga.

Por último, el ministro ha destacado la importancia de observar las recomendaciones comunitarias en materia de sanidad vegetal para que los productos españoles sigan siendo un referente de seguridad y calidad, tanto a nivel europeo como mundial.
 

AVA-ASAJA denuncia falta de acción política
Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reacciona al debate en el Senado sobre la lucha contra el ‘cotonet’ denunciando «la falta absoluta de acción política por parte de todos los niveles para prevenir la llegada de esta plaga a la citricultura valenciana en 2009, para eliminarla en los pocos campos donde fue detectada y para ofrecer a los agricultores herramientas de control verdaderamente eficaces».

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha indicado que «el alcance tan catastrófico que este ‘cotonet’ procedente de importaciones citrícolas de Sudáfrica está provocando en nuestras cosechas es consecuencia de la incompetencia de las distintas administraciones y de su escandalosa negativa para atender debidamente las demandas que desde el sector agrario les hemos ido trasladando». Para matizar que «en este momento únicamente sería factible mantener la autorización, con carácter excepcional, del Clorpirifos y otras sustancias contra el ‘cotonet’ para el mercado nacional, pero si queremos enviar nuestros cítricos más allá de los Pirineos, destino donde exportamos más del 90% de la cosecha, debemos tener claro que en ningún otro país de la Unión Europea podrían detectarse residuos del Clorpirifos y similares porque rechazarían los pedidos. Por tanto, hay que medir muy bien las consecuencias».

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