Daños

Con el siguiente comunicado, la Asamblea de las Regiones Europeas Hortofrutícolas (AREFLH) confirma que, el pasado 7 de mayo, hizo una petición de ayuda y apoyo al Comisario Europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, solicitando una reacción institucional ante los gravísimos daños sufridos por el sector hortofrutícola tras las heladas de principios de abril.

Además de la activación de la reserva de crisis prevista en el reglamento 1306/2013, la AREFLH hizo las siguientes propuestas:

– La posibilidad de aumentar las ayudas para los gastos de los sistemas de alerta de heladas y de protección antihielo (hasta el 80% para esta categoría, frente al límite actual del 50% para las ayudas financieras de la Unión que establece el artículo 34.1 del Reglamento 1308/2013.

– Un reglamento único para garantizar el 85% del valor de la producción comercializada de los cultivos que se hayan depreciado al menos un 15% tras un evento o fenómeno.

– La creación de fondos de inversión destinados a limitar los daños causados por las heladas de forma prospectiva.

Habiendo sido todas las regiones miembros de la AREFLH duramente afectadas por el episodio de las heladas, la asociación ha querido interpretar las preocupaciones de sus productores y desempeñar un papel proactivo ante la DG Agri de la Comisión Europea, presentando estas propuestas específicas que, según la legislación vigente, pueden aportar una ayuda concreta y oportuna a los agricultores.

Tras esta acción proactiva de la asociación, la presidenta Simona Caselli declara lo siguiente:

«El cambio climático es, por desgracia, una realidad contra la que todos nos comprometemos a luchar a través de las buenas prácticas sostenibles más la innovación, pero también requiere una adaptación de las herramientas para un apoyo eficaz a los productores que ven sus cultivos tan fuertemente dañados. A la espera de los nuevos reglamentos de la PAC, actualmente en discusión en los trílogos, hemos pedido al Comisario Wojciechowski –que también se ha pronunciado recientemente a favor de las ayudas europeas a los agricultores afectados– que dé una señal inmediata al sector adoptando todas las medidas de apoyo ya posibles». 

La AREFLH quiere aprovechar esta ocasión para reafirmar su confianza en una respuesta rápida y eficaz del Comisario Wojciechowski y de las instituciones, y –quedando a disposición de los despachos de la Comisión para cualquier aclaración o discusión– espera una respuesta puntual a sus propuestas, que ayude al sector a superar este difícil momento.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha exigido a la Generalitat Valenciana y al Gobierno central que redoblen sus esfuerzos en la investigación y la autorización urgente de nuevos formulados para evitar la expansión de la mancha foliar del caqui (Plurivorosphaerella nawae) en las próximas campañas. Esta organización agraria ha advertido de «las nefastas consecuencias» que amenaza con provocar este hongo en el cultivo después de que técnicos de la conselleria de Agricultura informaran, durante una jornada fitosanitaria organizada por AVA–ASAJA en la Finca Sinyent, que en 2019 detectaron graves resistencias frente al grupo de fungicidas estrobirulinas –Azoxistrobin y Piraclostrobin– en varios términos de La Ribera Alta (Alzira, Benimuslem, Guadassuar y Massalavés) y que en 2020 comprobaran la extensión de estos fallos de control en la mayoría de las zonas productoras de caqui de Valencia.

Según ha explicado la organización, «muchos agricultores no lograron reducir la presencia de la mancha foliar del caqui en sus parcelas a pesar de incrementar el número de aplicaciones, lo que además comportó un mayor impacto ambiental y un sobrecoste económico». De cara a la presente campaña, la conselleria recomienda evitar el empleo de estrobirulinas o limitar su uso a una sola ocasión por campaña, mezclando el producto con un fungicida de otro grupo.

AVA–ASAJA considera más necesario si cabe «la puesta a disposición de nuevas alternativas porque de las otras materias activas fitosanitarias que aún están autorizadas –Difenoconazol, Bacillus subtilis y Mancozeb– esta última ya tiene fecha de caducidad: el próximo 4 de enero de 2022 estará prohibido su uso».

 

Puesta en marcha de estudios
Asimismo, la asociación ha informado que el cultivo del caqui se enfrenta a una incidencia sin precedentes de cotonets y moscas blancas que en el último ejercicio elevaron el desperdicio de caquis a pie de campo hasta las 85.000 toneladas. En ese sentido, ha pedido «la puesta en marcha de estudios sobre la función que desempeñan las hormigas en la propagación de estas plagas y, en su caso, la obtención de sustancias que reduzcan la población de tales insectos».

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha señalado que «el caqui valenciano atraviesa una situación de emergencia sanitaria que pone en peligro su misma supervivencia. Es un ejemplo especialmente significativo de lo mal que lo están haciendo nuestros políticos en materia de sanidad vegetal. Ninguna fruta pierde tantos kilos en el campo por culpa de no disponer de soluciones contra las plagas y enfermedades». Para añadir que el IVIA «logró encontrar herramientas de control cuando se detectó un primer brote de mancha foliar hace varios años, pero las restricciones fitosanitarias nos han ido quitando armas y eficacia. Si no se consiguen alternativas, las resistencias serán más fuertes y la mancha foliar podría suponer una auténtica catástrofe».

Por otro lado, AVA–ASAJA ha señalado que el Gobierno acaba de aprobar un Real Decreto que podría introducir nuevas exigencias en las condiciones de almacenamiento, comercialización, control oficial y autorización de ensayos con productos fitosanitarios. Ante esta inminente normativa, Aguado ha lamentado que «nuestra clase política parece más preocupada por complicar la vida a los agricultores que por facilitarla. El Pacto Verde contempla recortes de materias activas y de fertilizantes absolutamente inasumibles mientras no dote al sector de alternativas sostenibles y eficaces. El Pacto Verde pasa por salvar los cultivos de las plagas y enfermedades». Porque sin cultivos, sin agricultura, «Europa ni podría preservar la sostenibilidad medioambiental, ni luchar contra el cambio climático, ni garantizar la soberanía alimentaria a todos los ciudadanos europeos».

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La agricultura valenciana sigue viviendo su particular primavera con un número récord de días lluviosos y cuatro tormentas de pedriscos en el último mes. Un nuevo temporal de granizo, acompañado de agua y aparato eléctrico, volvió a golpear frutas de hueso que están en una fase bastante adelantada de la recolección en la comarca de La Ribera Alta, según una primera estimación de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). Los términos municipales más afectados han sido el Marquesat (Alfarp, Llombai y Catadau), Benifaió, Alginet y Carlet.

El granizo supone un nuevo varapalo para muchos campos de melocotones, nectarinas, ciruelas y albaricoques, con afecciones graves de producción y con hojas en el suelo. El responsable de seguros agrarios de AVA-ASAJA, Isidro López, ha señalado que «aún es pronto para concretar el alcance de los daños y será dentro de unos pocos días, sobre todo a la hora de iniciar la recogida en cada parcela, cuando se sabrá con exactitud la merma de cosecha, pero lo que sí sabemos es que aquella fruta que ha recibido el golpe de una piedra sufrirá irremediablemente una rotura de la piel y ya no podrá ser comercializada». En cuanto a los otros cultivos, AVA-ASAJA ha constatado que los cítricos y los caquis no han sufrido daños similares porque «se hallan en una etapa mucho menos avanzada».

La tormenta de pedrisco se extendió a más puntos de la comarca e incluso de la Comunitat Valenciana, como L’Horta Sud y Los Serranos, pero sin consecuencias importantes para las producciones agrícolas. AVA-ASAJA recuerda que desde el pasado 11 de abril la región autonómica acumula siniestros por pedrisco en la Plana Baixa de Castellón, el Vinalopó Mitjà, la Vall d’Albaida, l’Alcoià, El Comtat, la Canal de Navarrés, La Safor y La Costera. Por ello, la organización agraria ha solicitado a las distintas administraciones medidas fiscales y ayudas directas a los productores damnificados: a los ayuntamientos les exige una bonificación del IBI Rústico, mientras que a la Generalitat Valenciana y al Gobierno les reclama exenciones a las cuotas de seguridad social y créditos bonificados.

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La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera que la campaña de fruta de hueso que está comenzando es clave para el futuro del sector. Una nueva campaña con rentabilidades mediocres o nulas «seguirá expulsando fruticultores y derivando a manos de grandes empresas la producción frutera del país, ahondando en la crisis económica de las zonas rurales, la pérdida de empleo y el abandono poblacional de estas áreas».

En el capítulo productivo, COAG ha señalado que en las zonas más tempranas de la Región de Murcia la cosecha ya ha empezado, aunque la campaña va retrasada unos 15 días de manera general. Se han producido daños por las inusuales heladas acaecidas en las principales zonas de producción. Así, en Murcia, el albaricoque temprano ha sufrido pérdidas de hasta el 60% y se observan daños en las variedades que llegarán en el mes de mayo de paraguayo, melocotón y nectarina. En Aragón y en Cataluña, se han contabilizado severos daños derivados de heladas de hasta un 50% de manera global en el Bajo Cinca, Baix Segre y Segrià, pero incluso mayores en albaricoque, llegando hasta el 70%.

En la campaña pasada se comprobó la importancia de este sector para la alimentación de la ciudadanía, ahora «solo falta que el reconocimiento llegue vía rentabilidad y que los compradores dejen de hacernos puré para luego sacar rentabilidades enormes a nuestra costa», ha manifestado Osvald Esteve, responsable estatal de Fruta Dulce de COAG.

En 2020, con una cosecha corta, «los precios no fueron suficientes para obtener una rentabilidad ni siquiera razonable. La gran presión de la distribución durante casi toda la campaña se tradujo en cotizaciones inferiores a lo esperado y, luego, el global de ingresos ha sido lamentable y la gente sigue bajando la persiana», ha añadido.

En este sentido, COAG solicita que al Ministerio de Agricultura que haga las gestiones pertinentes con la distribución comercial para evitar que se reproduzca el problema este año. Además, la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) debería realizar inspecciones específicas para controlar, «como establece la Ley de mejora de la Cadena Alimentaria, que los precios están cubriendo los costes de producción y que además son crecientes».

Por último, la organización agraria ha insistido en la necesidad de que las distintas administraciones implicadas a nivel estatal, regional y local coordinen los flujos de personas que buscan trabajo en el sector. «Esperamos que no se nos culpabilice de una situación que no es controlable ni achacable a los productores de fruta, especialmente en una campaña donde las necesidades de mano de obra se están viendo reducidas por los continuos daños climáticos», ha subrayado Esteve.

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Las tormentas de pedrisco fueron el riesgo meteorológico más dañino para el conjunto de la agricultura española durante el 2020, según ha informado Agroseguro en un comunicado. En concreto, esta entidad abonó a los productores asegurados un total de 227,4 millones de euros por los daños ocasionados por este tipo de fenómeno meteorológico, mientras que en los últimos 5 años las indemnizaciones por pedrisco se elevan hasta los 861 millones de euros.

Agroseguro ha indicado que en esta campaña, el área mediterránea resultó especialmente afectada por la presencia de este granizo grueso o piedra que cae con fuerza y causa grave perjuicio a los cultivos. Los productores asegurados de la Comunidad Valenciana y Cataluña recibieron indemnizaciones por valor de 36,4 y 34,2 millones de euros, respectivamente. La tercera autonomía más castigada fue Castilla-La Mancha, con 32,8 millones, y a continuación, Aragón, con 30,3 millones de euros. Asimismo, el total de las indemnizaciones superó los 25 millones de euros en el caso de Murcia (26,8) y de Extremadura (25,6 MEUR).

La producción que más sufrió las consecuencias de las tormentas de pedrisco en el pasado ejercicio fue la fruta en general (fruta de hueso y de pepita, cítricos, caqui, cereza…), con 135,8 millones de euros en total, y, en concreto, las producciones de fruta dulce agrupadas bajo la línea de seguro de frutales (melocotón, albaricoque, pera, ciruela y manzana), con 89,9 millones. La uva de vino registró daños por valor de 33,5, mientras que los cítricos se situaron en el entorno de los 20 millones de euros.

Los productores de estas líneas aún tienen abierto el periodo de suscripción del seguro agrario con cobertura de pedrisco (módulo P). La uva de vino se puede asegurar hasta el 30 de abril. La línea de seguro de frutales cierra su periodo de suscripción también el 30 de abril en buena parte de España, excepto el valle del Ebro o la comarca leonesa de El Bierzo, que lo hacen el 20 y 30 de mayo, respectivamente.

Durante el pasado año, las tormentas de pedrisco se iniciaron más temprano que en otras ocasiones, ya que según ha indicado Agroseguro, esta entidad recibió los primeros partes de siniestro durante el mes de enero. Desde entonces, se repitieron hasta finales de año, resultando junio y julio los meses más dañinos, con casi 100 millones en indemnizaciones, debido a las intensas tormentas registradas en junio en el valle del Ebro y el levante, que dejaron graves siniestros en producciones de fruta de hueso, cítricos y uva de mesa; así como a las sufridas en julio en Valencia, Ciudad Real y Cuenca, con fuertes daños en la uva de vino.

Cabe señalar que entre el 7 de abril y el 30 de agosto se recibieron siniestros por pedrisco todos los días, con un total de 169,5 millones de euros en daños.

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A pesar de que el pasado fin de semana el calendario marcó el inicio de la primavera, el termómetro registró temperaturas más propias del invierno, con hasta –5ºC, tal y como ya ocurrió en abril del 2020, según ha informado Agroseguro. Así, desde el jueves 18 de marzo las temperaturas iniciaron un brusco descenso (más acentuado por la noche) y se mantuvieron bajas los días posteriores, sobre todo el 19 y 20. Todo ello ha provocado heladas de forma generalizada en buena parte de la Península Ibérica y ha causado daños en algunos cultivos.

La principal zona agraria afectada ha sido el valle del Ebro. En concreto, en las provincias de Lleida y Tarragona, así como en las comarcas aragonesas de Litera, Bajo Cinca, La Almunia y Calatayud, las heladas pueden haber causado daños en fruta de hueso (albaricoque, melocotón, nectarina, paraguayo y cereza) y en almendro.

En el arco mediterráneo también se han registrado heladas importantes, sobre todo en las zonas más frías de la Comunidad Valenciana y en el norte de la Región de Murcia, siendo asimismo los frutales y el almendro las producciones más afectadas.

Aunque en menor medida, el centro peninsular también se ha visto afectado por las bajas temperaturas, y se esperan daños en estas mismas producciones en las zonas más frías de Albacete, en Extremadura (también en viñedo) y en León. Por su parte, el interior de Andalucía ha registrado, asimismo, ciertos daños.

Los peritos de Agroseguro han realizado las primeras visitas a las parcelas afectadas, por lo que, de cara a la óptima planificación de las tasaciones, es importante que los agricultores remitan los partes de siniestro tan pronto como constaten los daños en sus parcelas.

Las heladas que se producen una vez iniciada la primavera son especialmente dañinas para los cultivos, y se han convertido en una constante de los últimos años. Desde Agroseguro se hace hincapié en que los daños ocasionados por estos fenómenos atmosféricos están cubiertos por el sistema de seguros agrarios, por lo que es importante contratarlos para estar protegidos. Cabe recordar que hasta mañana, 25 de marzo, está abierto el periodo para contratar el seguro de uva de vino con cobertura frente a la helada.

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Las principales organizaciones profesionales agrarias de la Comunitat Valenciana –la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), La UNIÓ de Llauradors i Ramaders y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos del País Valencià (UPA-PV)– han lanzado en un comunicado conjunto un mensaje muy crítico a la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), órgano dependiente del Ministerio de Agricultura, y a la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) «por no ajustar el seguro del caqui ni a la realidad vegetativa del cultivo ni a las necesidades reales de los agricultores».

El sector productor valenciano reprocha «la negativa» de ENESA y Agroseguro a su reivindicación de «prolongar del 20 de febrero que dicta la disposición vigente hasta el 31 de marzo el periodo de contratación del seguro del caqui». Según apuntan estas tres asociaciones, «la actual fecha resulta excesivamente prematura porque muchos productores aún no han cobrado las liquidaciones de la última cosecha debido al retraso del pago por parte de determinados operadores y porque en estos momentos todavía hay numerosas explotaciones donde no se han finalizado ni siquiera las labores de poda, lo que evidentemente dificulta la previsión de un aforo de producción a asegurar».

Por su parte, el director de ENESA, Miguel Pérez, ha rechazado un cambio en la fecha de contratación «alegando que se produciría un solapamiento del riesgo con el periodo de suscripción». A pesar de ello, las organizaciones agrarias han constatado que en otros seguros «sí se da esta circunstancia sin mayor problema y destacan el ejemplo de la cobertura de los cítricos ante el riego de pedrisco y cuyo plazo de contratación no acaba hasta el 15 de septiembre, es decir, en un momento mucho más flexible en el que el productor ya puede efectuar una estimación aproximada de su producción».

AVA-ASAJA, LA UNIÓ y UPA-PV auguran que si ENESA y Agroseguro mantienen sus trabas y su falta de sensibilidad hacia los productores, unido a la grave crisis de rentabilidad que atraviesa el cultivo del caqui y las restricciones de movilidad derivadas de la Covid-19, «podrían ocasionar un descenso en los niveles de contratación del seguro del caqui donde, sin duda, el principal damnificado de ello sería el agricultor».

En cambio, «agradecen y elogian» la medida que la conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana ha tomado por la cual «todas las pólizas que los asociados suscriban a través de sus organizaciones profesionales agrarias se beneficiarán de una subvención adicional del 20%».

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Muchos fruticultores han comprobado numerosos daños provocados por los conejos en frutales jóvenes a pesar de las protecciones, una vez desaparecida la nieve que dejó el temporal ‘Filomena’ tras su paso, que en muchas comarcas aragonesas llegó a espesores de 20 y 30 centímetros. El suelo cubierto hasta una altura más alta de lo habitual dejó los troncos expuestos a los conejos que, también por la nieve, vieron desaparecido su sustento habitual.

Apenas dos días han bastado para que cientos de árboles hayan visto sus cortezas raídas. Muchos de ellos morirán sin remedio. Algunos podrán salvarse si el daño no ha llegado a rodear por completo al árbol. «Los árboles en los que los conejos han conseguido dar la vuelta completa al tronco del árbol morirán sin remedio ya que la corteza tiene una parte interna, denominada floema, que es la encargada de actuar como línea de suministro de savia. Al haber desaparecido, no es posible que la savia ascienda», ha explicado, Agustín Sánchez, gerente de la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Margen Derecha del Ebro (AEAMDE).

La agricultura lleva muchos años manifestando los numerosos daños de especies cinegéticas como el corzo o el conejo. Poblaciones que en muchos casos son muy complicadas de estabilizar y de impedir su crecimiento. Tras un 2020 conviviendo con la pandemia, un Estado de Alarma con un confinamiento de tres meses y una reducción significativa de movilidad el resto del año, las poblaciones han sufrido un numeroso incremento a ojos vista y los daños se hacen cada vez más cuantiosos. Un hándicap más para la fruticultura, que afrontará otra campaña en situación muy similar a la pasada.

Tras la declaración de zona catastrófica, muchos daños deben ser recogidos y auxiliados, el sector confía en que algunos de estos ‘inesperados daños’ tengan también un hueco.

 

Más de 46.000 ha de olivos afectadas en Cataluña
Por otro lado, la consellera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà, ha fijado en más de 46.000 hectáreas las afectaciones en el cultivo de olivo en esta Comunidad Autónoma debido al temporal Filomena. Jordà, que ha visitado fincas de olivos de la comarca de las Garrigues para conocer de primera mano algunos de los daños originados en este cultivo, ha explicado que «la nevada se ha producido cuando se ha terminado la cosecha. La del año pasado está salvada, pero hemos de ver cuál será la afectación en la de este 2021».

En el marco de las visitas, Jordà se ha comprometido «a trabajar y buscar soluciones para recuperar el potencial productivo de las zonas afectadas por el temporal y encontrar de manera conjunta medidas estructurales a corto y medio plazo».

Técnicos del Departamento de Agricultura han realizado, una vez deshelada la nieve, la valoración de los daños que la nevada del 9 y 10 de enero ha dejado principalmente en el cultivo del olivo. El cálculo total es de 46.383 ha: 34.633 en la zona de Lleida, 8.750 en las Tierras del Ebro y 3.000 en el campo de Tarragona. Las comarcas más afectadas son las Garrigues, el Segrià, Urgell, la Terra Alta, la Ribera d’Ebre y el Priorat.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha informado que la gota fría del 5 de noviembre ha causado daños de gravedad en una superficie superior a las 800 hectáreas de cultivo, provocando más de 62 millones de euros en pérdidas de cosechas, sobrecostes de tratamientos para salvar el arbolado y reparaciones de las infraestructuras agrarias dañadas. De todas formas, los daños reales se podrán observar en unos quince días por lo que no se descarta que estos aumenten hasta los 80 millones de euros.

Los daños cuantificados solo en mermas de cosecha ascienden a 42 millones de euros, principalmente en La Ribera, L’Horta Sud, La Safor y La Marina. Los cítricos son el cultivo más afectado, con unas 15.000 hectáreas damnificadas y 20 millones de fruta que no llegará a los mercados, mientras que el caqui, que también se encuentra en plena campaña de recolección, tiene 4.000 hectáreas gravemente perjudicadas y sus pérdidas rondan los 12 millones.

Al desperdicio de estas producciones, la organización agraria ha agregado 5 millones que los productores afrontarán en concepto de tratamientos fungicidas y revitalizadores con el objeto de salvar la próxima campaña e incluso la vida del arbolado. Además, advierte del riesgo que corren cientos de parcelas, sobre todo de cítricos y caquis, porque si se mantienen anegados varios días pueden producirse problemas irreversibles de asfixia radicular.

En el apartado de infraestructuras agrarias, las estimaciones de AVA–ASAJA cifran en 15 millones los sobrecostes del sector agropecuario valenciano a la hora de reparar caminos, canalizaciones, márgenes, invernaderos, casetas y almacenes, instalaciones de riego, etc.

Por todo ello, la organización reclama a Agroseguro que agilice las peritaciones de los campos afectados y el pago de las correspondientes indemnizaciones porque muchos agricultores están descapitalizados para acometer las actuaciones necesarias sobre los cultivos y las infraestructuras de sus explotaciones.

Al mismo tiempo, AVA–ASAJA exige a la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana que se implique con la puesta en marcha de una línea especial de ayudas que permita a los productores de estas zonas más castigadas paliar parte de las pérdidas de cosechas, los sobrecostes por tratamientos, la reposición de arbolado, en su caso, y las reparaciones de las infraestructuras. Por lo que respecta al Ministerio de Agricultura también solicita medidas fiscales como la reducción del IBI Rústica, la condonación de las cuotas de la Seguridad Social y el módulo cero en la próxima declaración de la renta.

AVA–ASAJA ha aclarado que las lluvias han tenido consecuencias favorables en otras áreas agrarias, al recargar los acuíferos tras unos meses de sequía, limpiar los árboles y mejorar la calidad de los frutos. La reducción del volumen de determinadas variedades de cítricos y de caquis, debido al temporal, puede tener repercusiones comerciales que se traduzcan en una escasez de oferta y en un repunte de las cotizaciones en origen. 

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La tormenta de pedrisco que descargó el pasado viernes sobre la comarca de La Ribera Alta provocó pérdidas superiores a los cuatro millones de euros en una superficie de 2.000 hectáreas de cultivos, principalmente caquis y cítricos, según las primeras estimaciones efectuadas por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA).

La piedra causó devastadores daños, con una afección media del 50% y en los peores casos hasta el 100% de la cosecha, en plena campaña de recolección de caquis y variedades tempranas de mandarinas y naranjas. Tanto es así que, según testimonios asociados de AVA–ASAJA, la intensa tormenta destrozó campos enteros que iban a ser recogidos a partir de ese día, es decir, algunos agricultores no han llegado a recolectar nada por solo tres días.

La franja afectada fue estrecha, de apenas un kilómetro de ancho, pero larga ya que incluyó numerosos términos municipales de La Ribera Alta tales como Benimodo, L’Alcúdia, Massalavés, Guadassuar, Alzira, Benimuslem, Alberic y Carcaixent, entre otros.

AVA–ASAJA subraya que muchos agricultores han perdido buena parte o incluso la totalidad de la producción en una temporada donde, tanto en el caqui como en los cítricos, los precios en origen son razonables debido al equilibrio entre la oferta existente y la demanda empujada por el Covid–19.

En el caso del caqui, la piedra se convierte en la gota que colma el vaso porque viene a agravar la drástica disminución de cosecha tras los efectos de la anomalía climática en primavera y la incidencia sin precedentes de las plagas y enfermedades (cotonets, moscas blancas y necrosis foliar) que se sitúa en el 50% del aforo potencial del cultivo. A las parcelas que alcanzan un 100% de afección, cabe sumar muchas otras con niveles de daños del 70 u 80% donde tampoco entrarán los collidors porque los costes de mano de obra no permiten compensar los ingresos previstos.

La organización agraria solicita a Agroseguro que agilicen las peritaciones para abonar las indemnizaciones oportunas, mientras que a las administraciones les reclama la puesta en marcha de medidas fiscales para paliar las pérdidas de los agricultores afectados, entre ellas una contundente rebaja de módulos de cara a la próxima declaración de la renta.

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