Fauna

Unió de Pagesos (UP) ha reclamado que se facilite al máximo la caza del corzo en las principales zonas vitivinícolas, ya que en estos momentos los daños que está causando están siendo muy importantes en los viñedos, especialmente en las comarcas tarraconenses del Alt Camp, el Priorat, la Conca de Barberà, Baix Penedès y las barcelonesas del Alt Penedès y el Bages. 

El sindicato agrario ha señalado que «el aumento de la población de corzo, junto con la falta de disponibilidad de verde debido a la sequía están provocando daños de entre el 50% y el 100% en algunas parcelas de viñedo». Estos animales se comen el brote lo que supone la pérdida de la uva y la cosecha, además los cortes comprometen la siguiente formación de brotes de la vid.

UP también reclama que la Comisión del Corzo analice con urgencia los puntos críticos y establezca las zonas donde es necesaria una gestión específica de este cérvido, tal y como se comprometió en el Consejo de Caza de Cataluña del pasado mes de enero, y que se pongan en marcha las medidas para controlar su población «porque se está convirtiendo en un problema igual de grave para los agricultores y ganaderos que el del jabalí».

Por todo ello, el sindicato agrio solicita que se establezca el mismo período hábil de caza del jabalí para el corzo en toda Cataluña, ya que su población y los daños que provoca se han incrementado y generalizado mucho. Esto significa que de septiembre a marzo se puedan cazar machos y hembras de corzos, ya que de noviembre a diciembre no se puede cazar ninguno de los dos, y de enero a marzo no se pueden cazar machos. 

Unió de Pagesos ha remarcado que hace ya tiempo que ha denunciado la dimensión del problema, ya que «los datos lo demuestran». Las capturas de corzo en toda Cataluña en áreas privadas de caza se han multiplicado por doce desde la temporada 2007/08, con 712 ejemplares capturados, pasando a los con 8.622 ejemplares capturados de la 2020/21. La temporada de caza 2021/22 las capturas han seguido aumentando, un 44% en Tarragona, principalmente en la Conca de Barberà y en el Alt Camp.

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El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (DACC) de la Generalitat de Catalunya ha puesto en marcha un ensayo con un producto natural que se aplica a las cepas del viñedo para protegerlo de los posibles daños de los corzos. Está autorizado en agricultura ecológica y actúa sobre los sentidos olfativo y gustativo, es decir, con un olor y un gusto que desagrada a los cérvidos y, por tanto, hace que no busquen el alimento en este cultivo.

La aplicación del producto la están realizando las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV) de las comarcas tarraconenses del Baix Penedès, Alt Camp y Priorat a través de una simple pulverización sobre las plantas. Hasta el momento, se ha ensayado en 3 parcelas donde habitualmente los corzos han producido daños. Pasados 30 días de la primera aplicación, se debe repetir el proceso y valorar sus resultados. Cabe resaltar que este producto se utiliza en Francia desde hace años con buenos resultados como método de control biológico.

En 2018, el DACC puso en marcha en el Priorat un Plan piloto específico que trabaja de manera coordinada (con ayuntamientos, denominaciones de origen, organizaciones agrarias) en la prevención y mitigación de los daños producidos por el corzo en los cultivos. Los objetivos finales son reducir los daños a la agricultura, disminuir la población de corzo en determinados lugares de la comarca y rebajar el riesgo de accidentes de tráfico y enfermedades. Ahora, con el nuevo marco del Plan estratégico de prevención de daños y control sanitario de especies cinegéticas 2025 iniciado el pasado año, se pretende dar un nuevo impulso para aplicar todo un abanico de actuaciones más amplio que permita limitar una proliferación desmedida de la población de corzo. Se trata de controlar de forma más eficiente los riesgos y los daños que genera en el Priorat principalmente, pero que se hará extensivo a las zonas vecinas.

 

Aumento de capturas

Las capturas de corzo en el Priorat han aumentado considerablemente con la ampliación del período hábil de caza, en el que se ha pasado de las 125 piezas abatidas en una temporada a las 350 de media en las últimas 4 temporadas de funcionamiento del Plan piloto. La función de intentar mantener en equilibrio las poblaciones se regula principalmente mediante la caza, aunque se trabajan y valoran otros aspectos como el acceso al alimento y al hábitat que encuentran los corzos. En este sentido, el último ensayo facilita que busquen el alimento en otros lugares que no sean el viñedo, justo en el período en el que este inicia el brote, que es cuando es más sensible. Además, este año, con el escenario de sequía actual, se prevé que los daños a cultivos originados por esta especie podrían aumentar considerablemente.

El DACC, conjuntamente con el Instituto Catalán del Vino, promovió en julio de 2022 la constitución de la Mesa de Cogestión para el control de daños cinegéticos en la viña para debatir y proponer soluciones por los daños causados por especies cinegéticas. Esta mesa se enmarca en el Plan estratégico de prevención de daños y control sanitario de especies cinegéticas 2025 y la integra el sector vitivinícola.

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COAG ha indicado que «una inédita plaga de conejos híbridos, agravada por la sequía, dispara las alarmas entre miles de agricultores». Se trata de una mezcla de conejo de monte con doméstico, que es más grande, más voraz y con mayor capacidad para procrear y que «se ha convertido en un problema muy serio que a las administraciones se les ha ido de las manos».

«En la mayoría de las zonas las medidas que se han tomado hasta el momento han resultado claramente insuficientes para reducir la sobrepoblación de conejos híbridos y se requieren medidas excepcionales. Este animal se puede reproducir todo el año. Cada hembra puede tener 7 camadas al año, con una media de 6 crías, que en los casos más prolíficos pueden llegar a 13-14». Así de contundente se ha mostrado Pedro Gomáriz, responsable del Área de Fauna Salvaje de COAG y agricultor afectado por los daños de conejos en su explotación de limones ecológicos en Molina de Segura (Murcia). El municipio murciano es uno de los 1.436 en los que se ha declarado la emergencia cinegética por plaga de conejos, y que ya afecta a 10 Comunidades Autónomas (Aragón, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, La Rioja, Navarra y Región de Murcia). Esta organización ha señalado que más de un millón de hectáreas han sufrido algún tipo de daño, en la mayoría de los casos en cultivos de cereal, viñedo, leguminosas, olivar, frutales, almendros y hortícolas al aire libre y las pérdidas se elevan por encima de los 800 millones de euros. 
 

Quitar y replantar árboles 

«No solo producen daños en la producción, si no que en el caso de leñosos los daños son tan profundos que obligan a tener que sacar los árboles y replantar, con los gastos y pérdidas que eso conlleva. Hasta los 5-6 años no se empieza a tener una cosecha normal. A ello hay que sumar el aumento de costes en la lucha contra los mismos, como la colocación de vallados perimetrales o protectores para leñosos», ha afirmado Osvald Esteve, responsable de Fruta Dulce de COAG y productor en Lleida. 

«Nos enfrentamos a una inédita plaga de conejos híbridos nunca antes vista. Ha habido irresponsabilidad por parte de los ciudadanos (que abandonan conejos domésticos cuando se cansan de ellos como mascota) y de las administraciones, que han intentado moldear de forma artificial el mundo natural, permitiendo la proliferación de conejos sin control para alimentar a especies en peligro de extinción como el lince. La situación se les ha ido de las manos y ahora los que estamos pagando las consecuencias somos los agricultores y ganaderos», ha subrayado Javier Fatás, responsable de Medio Ambiente y Fauna Salvaje de la Ejecutiva de COAG.

Además, la sequía y el verano agravarán el problema. Los conejos arrasan la flora salvaje y se adentran en las zonas de cultivo en busca de más comida. Las altas temperaturas serán caldo de cultivo para que proliferen otro tipo de plagas y enfermedades ligadas a la sobrepoblación de conejos, derivando en una problemática de sanidad animal y humana.  

Ante la gravedad de la situación, COAG ha pedido una reunión con el Ministerio de Agricultura y reclama tanto al Gobierno como a las Comunidades Autónomas que pongan sobre la mesa de manera urgente medidas contundentes y eficaces. Entre las mismas, serían necesarias: 

– Control poblacional de los conejos: campaña de esterilización y eliminación de madrigueras.

– Indemnizaciones para los profesionales agrarios cuyas explotaciones se vean afectadas por la presencia de conejos. 

«El seguro agrario no está siendo una herramienta funcional para indemnizar las pérdidas de producción. Cuando un parte de siniestro es recurrente la subida de las franquicias y la bajada de los rendimientos (kilos de producción) que aplica Agroseguro impiden que los agricultores puedan contratar esa póliza. Por lo tanto, desde COAG reivindicamos otra fórmula para indemnizar esos daños, como el pago de indemnizaciones, hasta que no haya un control poblacional efectivo que reduzca la densidad de ejemplares por km2», ha apuntado Fatás. www.coag.org

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Bayer, en línea con su compromiso con la sostenibilidad, ha presentado en La Rioja el proyecto Dionisio, su iniciativa «para contribuir a la biodiversidad en fincas agrícolas en España». Se trata de «una acción colaborativa, impulsada de la mano de ARAG-ASAJA y la ONG medioambientalista GREFA en la que ya están participando cuatro fincas en nuestro país y que va a mejorar la salud de los ecosistemas».

La presentación se ha llevado a cabo en la finca ‘El Tordillo’, en Aldeanueva de Ebro (La Rioja), el primer viñedo en España que pone en marcha una iniciativa de estas características. Laura Diéguez, directora de Comunicación y Asuntos Públicos de Bayer en España; Richard Borreani, responsable de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Bayer Crop Science; Eduardo Pérez, presidente de ARAG-ASAJA y Víctor Rubio, enólogo de Viñedos Real Rubio han sido los responsables de dar a conocer el proyecto. 

La compañía ha señalado que el diseño e implementación del proyecto Dionisio «responde a un doble objetivo, dar a conocer que una producción agrícola intensiva puede preservar y promover la biodiversidad y, por otro lado, responder a las expectativas de la opinión pública y las exigencias legislativas sobre la promoción y conservación de la flora y la fauna autóctonas».

Para llevar a cabo esta iniciativa se han seleccionado cuatro fincas en España en las que se van a desarrollar estos Planes de Acción de Conservación para promover la biodiversidad en fincas agrícolas con sistemas intensivos.

«La puesta en marcha de estos planes responde a nuestro compromiso con los agricultores en España», ha explicado Laura Diéguez, directora de Comunicación y Asuntos Públicos de Bayer en España. Para añadir que «estamos en un lugar único y queremos que lo siga siendo, queremos preservarlo, y para conseguirlo debemos desarrollar proyectos que nos permitan asumir el reto colectivo no solo de mantenerlo si no también de mejorarlo, para nosotros y para las generaciones futuras».

Por su parte, Eduardo Pérez, presidente de ARAG-ASAJA, ha señalado que «el proyecto Dionisio demuestra que los agricultores somos parte de la solución. Estamos haciendo verdaderos esfuerzos para adaptarnos a uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector: mejorar y aumentar la productividad de alimentos sostenibles, sanos y seguros en un contexto que cada vez es más difícil».

‘Baydiversity’

El compromiso de Bayer con la protección de la biodiversidad en el entorno agrícola es total. Así, en 2011 la compañía lanzó la iniciativa ‘Baydiversity’ en Iberia, un proyecto transversal e innovador que «quiere mostrar la compatibilidad entre la productividad agrícola y la conservación de la naturaleza».

«Actualmente más de 70 fincas han contado con el asesoramiento de expertos propios y externos que forman parte de ‘Baydiversity’. Queremos sensibilizar al sector agrícola sobre la importancia de la biodiversidad, promover su conocimiento y fomentar su conservación y mejora», ha señalado Richard Borreani, responsable de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Bayer Crop Science en España.

Como se ha mencionado, el proyecto Dionisio se ha iniciado en la finca ‘El Tordillo’, una de las tres fincas que forman parte de Viñedos Real Rubio en Aldeanueva de Ebro. Para este proyecto se han destinado 10 hectareas de las 32 con las que cuenta la finca.

Como parte del proceso diseñado para la implementación del proyecto, «un equipo de especialistas ha analizado la flora y la fauna, ha elaborado un inventario y ha establecido una serie de prioridades y objetivos de conservación». En concreto, «con el objetivo de diversificar el hábitat se han instalado charcas para anfibios, cajas nidos para pájaros y murciélagos, hoteles de insectos, posaderos para rapaces y setos como refugio para polinizadores y otras especies».

«La puesta en marcha de estas iniciativas pretende aumentar la diversidad biológica. Es por eso que establecer cuáles son las prioridades de conservación y hacer seguimiento del impacto en la flora y fauna de los espacios es fundamental para asegurar que cumplimos los objetivos establecidos», ha concluido Borreani.

www.bayer.com

 

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