Sanidad Vegetal

Como cada año, el día 12 de mayo se ha celebrado el Día Internacional de la Sanidad Vegetal (en inglés, International Day of Plant Health), debido a la inclusión de este importante hito por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El objetivo de esta conmemoración es aumentar la concienciación global sobre la importancia de mantener sanas a plantas y cultivos frente a plagas, enfermedades y otros factores que amenazan su desarrollo. Esta jornada, respaldada por organismos como la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (IPPC), cobra especial relevancia en un contexto global donde el cambio climático, la intensificación agrícola y el comercio internacional elevan el riesgo de propagación de agentes patógenos.

La campaña de la FAO para el 2025 se denomina ‘The importance of plant health in One Health’ y se traduce como la importancia de la sanidad vegetal en ‘Una sola salud’. Así, se ha querido remarcar que la sanidad vegetal es la base de la seguridad alimentaria y está estrechamente vinculada con la salud humana, animal y ambiental. La FAO ha apuntado que «las plantas sanas proporcionan dietas ricas en nutrientes para humanos y animales y ayudan a promover un ecosistema equilibrado. En cambio, las plantas infectadas por plagas pueden desencadenar una cascada de efectos negativos en el suministro de alimentos e inducir brotes de enfermedades transmitidas por patógenos nocivos».
 

80% de los alimentos, de origen vegetal

Cabe recordar que el 80% de los alimentos que consume la humanidad es de origen vegetal y el 98% del oxígeno ambiental es producido por las plantas. Sin embargo, se estima que se puede perder hasta un 40% de las cosechas debido a las plagas, lo que representa un obstáculo para alcanzar la seguridad alimentaria global, daña la biodiversidad y afecta negativamente a las economías y medios de vida de los miembros de la cadena, sobre todo de los agricultores.

La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) cuenta desde hace más de 10 años con una rama dedicada a la investigación centrada en esta área de protección de las semillas y plantas, para poner el foco en la salud de ambas.

Esta entidad ha indicado que las semillas constituyen el punto de partida de cualquier sistema agrícola; son el primer eslabón de la cadena de producción agrícola. Su calidad fitosanitaria «es crucial para garantizar cosechas con elevados rendimientos, estables y sostenibles, cosechas que sean capaces de alimentar a una población en crecimiento sin comprometer los recursos naturales. Una semilla libre de enfermedades es, en sí misma, una herramienta poderosa para prevenir la introducción y diseminación de plagas en los cultivos».

En este sentido, ANOVE no solo promueve y difunde información relacionada con la sanidad de las semillas, sino que «colabora activamente en actividades de investigación, desarrollo e innovación, brindando soluciones científicas en torno a la detección de patógenos y el estudio de las enfermedades transmisibles por semilla». Se destaca esta labor en el marco del convenio de cooperación INIA–ANOVE, que permite aunar el conocimiento del ámbito público y privado en la mejora genética vegetal y en la innovación aplicada a la sanidad de semillas.

En el marco del Día Internacional de la Sanidad Vegetal, la labor de ANOVE se alinea «con los objetivos globales de la FAO, destacando el papel esencial de las semillas sanas como punto de partida para una agricultura sostenible, resiliente y capaz de alimentar a las generaciones presentes y futuras».
www.anove.es

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El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) ha iniciado un contrato de investigación con la empresa S.A.T. La Plana de Burriana (Castellón), para evaluar el efecto de cubiertas plásticas metalizadas en la gestión de plagas y enfermedades en cítricos entre las que se encuentra el trips Scirtothrips aurantii.

Alberto Urbaneja, investigador del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología del IVIA, ha explicado que la citricultura en la Comunitat Valenciana está sufriendo la presión de plagas exóticas que amenazan la productividad y la sostenibilidad de los cultivos. «Una de las más alarmantes es el Scirtothrips aurantii, conocido como el trips de los cítricos de Sudáfrica, que causa daños significativos en hojas, brotes y frutos, y afecta tanto la calidad como el rendimiento de la producción», ha señalado. «La potencial introducción de 'Diaphorina citri' también representa una amenaza inminente que podría comprometer seriamente la viabilidad económica de la citricultura en la Comunitat Valenciana», ha añadido el experto.

En respuesta a estos desafíos, y basándose en diversas investigaciones internacionales, el IVIA evaluará la eficacia de las cubiertas plásticas metalizadas en la gestión integrada de plagas y enfermedades en los cítricos. Además, analizará el impacto de estas cubiertas en aspectos fisiológicos del árbol, como el crecimiento y la producción.
 

Barrera física

Estas cubiertas plásticas metalizadas no solo forman una barrera física que limita el acceso directo de los insectos, sino que también los desorienta, logrando que el número de insectos que aterricen sea menor. «Su superficie reflectante desorienta a los insectos durante el vuelo, interfiriendo con su capacidad para localizar y colonizar las plantas hospedadoras. Esta disrupción es particularmente efectiva, al reflejar luz en el espectro visible y parte del ultravioleta desde el suelo, creando un ambiente visualmente confuso que reduce significativamente la incidencia de plagas en los cultivos tratados», ha subrayado Urbaneja.

Además de beneficiar la protección fitosanitaria, las cubiertas metalizadas «tienen efectos positivos en el microclima del cultivo, promoviendo un incremento en la temperatura del suelo, y reduciendo el estrés hídrico al mejorar la retención de humedad, lo que acelera el crecimiento y la producción de los cítricos».

El investigador, que ha insistido en que el efecto de estas cubiertas ya se había testado positivamente frente a otras especies de trips y pulgones, ha señalado que a que a largo plazo esta estrategia podría servir para regular la población del vector transmisor del HLB.
 

Estudio en dos campos

Estos ensayos se están realizando en dos campos de cítricos de S.A.T. La Plana de Burriana. En cada campo hay una zona control sin plástico, otra con plástico negro y otra con plástico reflectante, todo ello repetido cuatro veces. «En uno de los dos campos, de apenas un año y con planta joven, podemos analizar también cómo afecta la cubierta al crecimiento y a la entrada en producción. En el otro campo, de tres o cuatro años, que ya está entrando en producción, veremos cómo ambas coberturas plásticas pueden afectar la fructificación, tanto en maduración como en calidad», ha explicado Urbaneja.

Por último, el director del IVIA ha subrayado que «la detección del patógeno en los insectos vectores antes de que los árboles muestren síntomas permitiría una respuesta mucho más rápida y eficaz frente a la enfermedad».

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El empleo seguro y sostenible de drones para realizar tratamientos fitosanitarios en la agricultura mediterránea no solo es deseable sino también posible en un futuro inmediato. Ese es el objetivo que persigue el Grupo Operativo DRONSafe y que ha podido demostrar en una jornada teórico–práctica, a la que acudieron más de cien profesionales del sector, que tuvo lugar en la Finca Sinyent de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA).

Los socios del proyecto han explicado los retos, oportunidades y beneficios que abre esta tecnología dentro de un contexto legislativo que prohíbe, salvo una autorización excepcional de la correspondiente comunidad autónoma, el uso de drones al estar enmarcados, según la normativa europea, en los tratamientos aéreos. Además, los asistentes pudieron disfrutar de varias simulaciones de aplicación de fitosanitarios con distintos tipos de dron en parcelas de cítricos y comparar los resultados con técnicas convencionales de equipos terrestres.

La responsable de buenas prácticas agrícolas de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), que coordina la parte técnica del Grupo Operativo, Mamen Márquez, ha indicado que «DRONSafe es necesario para evaluar con suficientes datos la adecuada seguridad (tanto del aplicador como de los transeúntes) y respeto al medioambiente de las aplicaciones mediante drones de determinados productos fitosanitarios para el control de determinadas plagas y enfermedades. Con estas conclusiones tendremos la posibilidad de que el Ministerio de Agricultura y la Unión Europea autoricen este tipo de tratamientos con dron».

Por su parte, el responsable de innovación de AVA–ASAJA, Carlos Montesinos, ha manifestado que «la Finca Sinyent va a tratar de validar, en condiciones y cultivos característicos de la Comunitat Valenciana, que las aplicaciones de drones no suponen un mayor riesgo para las personas y el medioambiente en comparación con las pulverizaciones terrestres a las que estamos acostumbrados. Trabajaremos para demostrar a las administraciones y al propio sector agrario que se trata de una aplicación más rápida, segura, eficaz y que puede solventar muchos de los problemas de los agricultores».

 

Objetivos, dudas y experiencias

Las ponencias han ido a cargo del responsable de proyectos de I+D+i del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario (CTAEX), Antonio Sánchez, quien ha expuesto los objetivos, el alcance y los resultados esperados en DRONSafe; el gerente de ICEBE AGRO, Iván Carrillo, que ha aclarado dudas en torno a las normativas y prácticas de aplicaciones de fitosanitarios con dron; y de la investigadora del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), Patricia Chueca, que ha relatado las experiencias realizadas hasta el momento y ha recomendado la necesidad de configurar el dron en función del tipo de aplicación y plaga objeto.

Denominado ‘Aplicación de productos fitosanitarios con drones como herramienta para disminuir la exposición’, en DRONSafe participan socios a nivel nacional: AEPLA, CTAEX, la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas–Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA–CSIC), AVA–ASAJA, la Unión Agroganadera de Álava (UAGA), la Bodega Cuatro Rayas Sociedad Cooperativa Agroalimentaria y FTS AgroConsulting. Asimismo, cuenta con tres subcontrataciones técnicas: el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER–BRTA), la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla y el IVIA.

DRONSafe está cofinanciado al 80% por la Unión Europea a través del Plan Estratégico de la PAC–FEADER con un importe de ayuda de 584.391,17 euros.

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La Comisión de Gobierno de la Interprofesional Citrícola Española, Intercitrus, ha aprobado una extensión de norma para un completo programa de actuaciones estratégicas en favor del sector para las próximas cinco temporadas. En concreto, quiere financiar acciones de defensa fitosanitaria y de lucha contra plagas y enfermedades para afrontar así con mayores garantías la apertura total y globalización del mercado de la Unión Europea (UE) y el impacto del cambio climático. Junto a ello, se ha aprobado retomar campañas de promoción de envergadura en el mercado comunitario para incentivar el consumo de mandarinas y naranjas españolas, así como acciones de comunicación y mejora de la imagen de estos frutos.

Así, se pretende promover y que Intercitrus participe en la cofinanciación de proyectos de investigación estratégicos para el sector citrícola como la obtención de variedades resistentes o tolerantes frente a la amenaza del Huanglongbing (HLB), para el desarrollo de nuevas variedades sin semillas a través de métodos como el CRISPR (edición genética) o para la obtención de material vegetal mejor adaptado a estreses bióticos y a los cambios en el régimen de temperaturas y lluvias.

Este acuerdo le permitirá a la interprofesional citrícola relanzar su actividad y volver a acometer las campañas publicitarias y promociones que ya realizó entre las temporadas 1998/99 y la 2007/08. Estas acciones movilizaron anualmente recursos de entre 7,5 y 10,5 millones de euros. La extensión de norma --que es el instrumento que la legislación otorga a las interprofesionales nacionales con un alto grado de implantación (al menos del 75%), como Intercitrus, para obligar a cumplir sus acuerdos a todo el sector– se ha aprobado para las próximas cinco temporadas. Las aportaciones comenzarán a recaudarse cuando comience la campaña 2025/26, a razón de 0,0006 euros/kg, asumidas tanto por el productor como por el comercializador (esto es, 0,0012 euros/kg de mandarinas y naranjas) en la primera operación de compraventa en todo el país. Se trataría de la misma aportación que en el pasado y que ahora se dedicaría a costear, con el respaldo europeo y de otras administraciones nacionales o regionales, no sólo las promociones en la UE, sino también los de sanidad vegetal e I+D.
 

Convocatoria de ayudas comunitarias

Intercitrus elevará en breve la propuesta de solicitud de extensión de norma aprobada por unanimidad al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para que la valide. En un futuro próximo, la interprofesional podrá concurrir de esta manera a la convocatoria de ayudas comunitarias. Además, tiene previsto presentar y hacer partícipe del plan de trabajo desarrollado al resto de administraciones vinculadas, es decir, a los gobiernos autonómicos de las zonas con producción citrícola de Andalucía, Murcia, la Comunidad Valenciana y Cataluña. 

El plan de trabajo que está detrás de esta extensión de norma engloba acciones de prevención y mitigación del riesgo de entrada del HLB –entre otras plagas y enfermedades– y considera la colaboración con las diferentes administraciones y centros de investigación. Contempla también acciones en comunicación para mejorar la imagen de naranjas y mandarinas ante los consumidores, a través de la divulgación de informes médicos, de nutricionistas, especialistas en salud y alimentación y otros generadores de opinión. El objetivo de todo ello sería «elevar el nivel de conocimiento del público europeo sobre las bondades de nuestros productos, así como sobre los métodos de producción sostenibles, diferenciales de la citricultura europea».

Por último, Intercitrus cree que promocionar de forma genérica las naranjas y mandarinas europeas en el propio mercado comunitario beneficiaría fundamentalmente a las españolas, ya que «Italia, la segunda potencia citrícola europea, dirige casi toda la producción a su mercado doméstico y Grecia, la tercera, se concentra en otros destinos y tiene una producción muy baja y varietalmente poco adaptada a los gustos del mercado».

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El Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), junto con el Servicio de Sanidad Vegetal de la Junta de Andalucía, ha decidido organizar cuatro jornadas de transferencia del conocimiento para dar a conocer la situación de Scirtothrips aurantii en cítricos, una plaga de creciente preocupación en esta comunidad autónoma. En concreto, las jornadas se han programado durante marzo y abril en Almería, Córdoba, Málaga y Sevilla (ya celebrada), y tratarán aspectos como el reconocimiento, la biología, el manejo o las estrategias para el control de esta plaga, que exige una vigilancia constante y una estrategia de manejo eficaz para minimizar el impacto en la producción.

Así, además de las actividades ya celebradas en los centros Ifapa Las Torres (Alcalá del Río, Sevilla) e Ifapa de Palma del Río (Córdoba); las próximas tendrán lugar en la sede de Campanillas del centro Ifapa de Málaga, el 25 de marzo; y en las instalaciones de la OCA de Huércal–Overa (Almería) el martes 1 de abril, todas en horario de mañana.

Para abordar esta problemática, expertos del Ifapa y de empresas del sector la situación actual de la plaga, sus características biológicas y los daños que provoca, además de analizar las estrategias de control disponibles, desde el uso de materias activas autorizadas hasta los avances en control biológico. Estos encuentros, cofinanciados con los fondos europeos FEDER, están dirigidos a agricultores, técnicos y profesionales del sector citrícola que buscan información actualizada y soluciones para el control de esta plaga.

Los interesados en asistir a las diferentes jornadas pueden inscribirse a través del Portal de Actividades de Formación y Transferencia en la página web del Ifapa, o en el siguiente enlace: https://lajunta.es/5ghii
 

Una plaga de creciente preocupación

Scirtothrips aurantii, conocido como el trips sudafricano de los cítricos, es un insecto originario de África que afecta a los cítricos, en particular a naranjas y mandarinas. Esta plaga es altamente polífaga, ya que se alimenta de más de 70 especies vegetales que incluyen el mango, la fresa, la frambuesa, el arándano, el caqui o el aguacate.

En concreto, sus daños se manifiestan en la brotación y fruta, causando cicatrices superficiales en esta última que suelen formar un anillo alrededor del pedúnculo o en la superficie del fruto, lo que afecta a la calidad comercial de la cosecha. En España, la plaga fue detectada por primera vez en 2020 en Huelva y, desde entonces, se ha extendido a otras regiones andaluzas. 

Frente a esta amenaza, el Ifapa ha desempeñado un papel destacado en la transferencia de conocimiento sobre la situación y manejo de la plaga, en estrecha colaboración con la Red de Alerta e Información Fitosanitaria (RAIF), organismo encargado de su seguimiento. 

Este trabajo de transferencia ha contado con acciones de divulgación y asesoramiento técnico dirigidas a agricultores, técnicos y profesionales del sector citrícola andaluz con el objetivo de poner en su conocimiento la presencia de la plaga y de informar sobre las mejores estrategias de manejo. En este sentido, se está promoviendo una gestión integrada que minimice su impacto en la fauna auxiliar y favorezca prácticas sostenibles, reforzando así la capacitación del sector ante este nuevo desafío fitosanitario.

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El sector citrícola valenciano valora de manera positiva que la Comisión Europea haya decidido, según ha avanzado el diario Castellón Plaza, prolongar tres años más, del 31 de marzo de 2025 al 31 de marzo de 2028, los controles fitosanitarios sobre los cítricos de Sudáfrica, Argentina, Brasil, Uruguay y Zimbabue, entre otros países terceros, para evitar la entrada y propagación de la enfermedad de cuarentena de la mancha negra de los cítricos (Phyllosticta citricarpa).

Esta medida responde a las demandas que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha venido trasladando a las administraciones, en representación de ASAJA Nacional, y que entregaron sus dirigentes personalmente el pasado mes de noviembre junto a representantes de ASAJA Bruselas al comisario de Agricultura (en ese momento aún designado), Christophe Hansen; a las direcciones generales de Agricultura, Comercio Internacional, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea (CE); al COPA–COGECA; a europarlamentarios españoles de varios grupos políticos y a funcionarios de la Representación Permanente del Gobierno de España ante la Unión Europea (UE).

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha manifestado que «esta decisión comunitaria está en concordancia con nuestras reivindicaciones y con las necesidades reales que tiene el sector citrícola valenciano, español y europeo para garantizar su seguridad fitosanitaria. Hay que mantener las medidas de prevención, siempre bajo el aval de los científicos, mientras los países terceros no sean capaces de reducir el riesgo de introducirnos plagas y enfermedades de cuarentena que no están presentes en Europa».

Aguado también se ha mostrado «satisfecho porque este paso va en la dirección que hemos pedido a Madrid y Bruselas para defender las medidas fitosanitarias de la UE frente a la mancha negra y la falsa polilla (‘Thaumatotibia leucotreta’) que el Gobierno de Sudáfrica ha denunciado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC)». En este sentido, el Gobierno español y la CE «se han comprometido con nosotros a que van a defender nuestros intereses en los paneles abiertos en la OMC y esta prórroga de los controles a la mancha negra es un anuncio que coincide con ese mensaje de apoyo».

A instancias de AVA–ASAJA, el COPA–COGECA también ha solicitado a la CE que vuelva a establecer en su normativa un número tope de detecciones de una determinada enfermedad o plaga a partir de la cual, según el riesgo que considere inasumible la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), deban cerrarse las fronteras a las importaciones de un país tercero.

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Los distintos colegios que forman parte de la Interprofesional Citrícola Española, Intercitrus, han alcanzado un acuerdo global para llevar a cabo una campaña de promoción del consumo de naranjas y mandarinas, establecer medidas destinadas a evitar la presencia de semillas en los frutos (a causa de la polinización cruzada) y desarrollar proyectos de investigación en materia de sanidad vegetal, especialmente para la prevención del Huanglongbing (HLB), considerada la peor enfermedad en la actualidad de la citricultura mundial.

Con este acuerdo, Intercitrus logra desbloquear las negociaciones de los últimos años y llegar a un consenso por unanimidad entre los representantes de los productores y comercializadores. El primer paso será la aprobación de una extensión de norma que permita aportar financiación para impulsar las iniciativas pactadas en aras de beneficiar al conjunto del sector citrícola.

De este modo, con los fondos recabados a través de la extensión de norma y las subvenciones complementarias que establezcan las diferentes administraciones (Unión Europea, Gobierno de España y gobiernos autonómicos con zonas productoras de cítricos), la interprofesional pondrá en marcha una ambiciosa campaña de promoción con el objetivo de incentivar el consumo de naranjas y mandarinas españolas. Según los plazos previstos, espera que la campaña promocional pueda empezar a partir de la próxima temporada 2025/26. 

La extensión de norma también favorecerá el estudio de proyectos de I+D+i agraria enfocados en la sanidad vegetal, es decir, dirigidos a la prevención y lucha contra plagas y enfermedades que afectan a los cítricos. A juicio de Intercitrus, este trabajo de investigación, preferentemente en colaboración con universidades y centros públicos, «resulta fundamental ante la escasa disponibilidad de soluciones autorizadas de contrastada eficacia en la Unión Europea y el riesgo de entrada de nuevas plagas y enfermedades de cuarentena». En este sentido, «hará hincapié en las medidas preventivas del HLB y sus vectores transmisores, al tratarse de una enfermedad sin cura que, de acabar implantándose en Europa, sentenciaría a muerte buena parte del sector citrícola en apenas una década».

Una tercera iniciativa acordada en el seno de la interprofesional es el planteamiento de medidas, dirigidas al Ministerio de Agricultura y los gobiernos de las comunidades autónomas con zonas productoras de naranjas y mandarinas, que «persiguen reducir notablemente el problema de polinización cruzada entre plantaciones de cítricos y, por tanto, la presencia de semillas en las frutas que perjudican el consumo, sobre todo entre los más jóvenes».

La primera propuesta es la «creación a nivel nacional, por comunidades autónomas, de un mapa de riesgo de polinización cruzada y de un mapa citrícola, los cuales deberían servir de herramienta para la toma de decisiones. A partir de la campaña 2026/27 la interprofesional sugiere un plan de reconversión varietal citrícola, cuya prioridad sería la reconversión voluntaria de variedades híbridas polinizantes».

Además, propone una línea de ayudas para enmallado en época de floración citrícola para cualquier variedad híbrida polinizante, estuviera ya establecida o de nueva implantación. Las medidas contemplan programas de investigación para estudiar la adaptabilidad de maquinaria para hacer sencillo y económico el enmallado de los cítricos y líneas encaminadas a reducir o evitar la polinización cruzada de cítricos.

El presidente de Intercitrus, Celestino Recatalá, ha valorado «positivamente que los miembros de la interprofesional hayamos remado en la misma dirección, siendo conscientes de que vamos en el mismo barco, para llegar a un acuerdo global que sea beneficioso para todo el sector. Ya estábamos trabajando en temas comunes como la seguridad fitosanitaria y la defensa de las medidas establecidas por la UE ante los dos paneles abiertos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) a iniciativa de Sudáfrica. Ahora hemos dado un nuevo paso que espero que cuente con el apoyo de las administraciones y acelere la necesaria labor de Intercitrus en favor de la citricultura española».

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Hasta el siglo XXI la bacteria Xylella fastidiosa, que provoca la letal enfermedad de Pierce en viñedos, se consideraba un patógeno exclusivo de América del Norte. Esta situación cambió de forma radical con la detección del primer caso en Mallorca en 2017 y, recientemente, en Portugal e Italia. Las cepas infectadas por esta enfermedad producen pocos frutos y de poca calidad, sus ramas necrosan y caen, llegando a morir a los pocos años. Un panorama que el cambio climático empeora y por el que el sector vitivinícola está preocupado «debido a las pérdidas millonarias que ha visto que acarrea en campos enteros de olivos y almendros, ya que las plantas afectadas han de ser arrancadas de inmediato».

Entre los brotes europeos de la enfermedad de Pierce analizados, con muestras de Italia, Francia, Alemania y España, se ha rastreado el origen de la bacteria Xylella fastidiosa hasta California (Estados Unidos). En un trabajo científico que aplica modelos epidemiológicos a la investigación histórica, científicos del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC–CSIC–UIB), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat de les Illes Balears (UIB), han querido saber cómo Europa se libró de la enfermedad hace 150 años.

La nueva investigación, publicada originalmente en la revista científica especializada ‘Proceedings of the Royal Society B.’, aclara un suceso histórico curioso: a mediados del siglo XIX, la exportación de nuevos linajes de parras desde Norteamérica al sur de Francia introdujo múltiples organismos insólitos hasta ese momento en los campos europeos. Ello ocasionó un declive masivo en la industria vitivinícola de la época, debido sobre todo a la plaga de la filoxera en la península ibérica, provocada por un pulgón que aniquilaba las plantas devorándolas por la raíz. Sin embargo, Xylella fastidiosa no se propagó por el Mediterráneo en 1875 y «no ha habido rastro de la enfermedad de Pierce hasta casi 150 años después».
 

El clima, barrera natural

El primer autor de este nuevo trabajo, Eduardo Moralejo, del Grupo Tragsa, ha señalado que probablemente fue el clima europeo de la época, de «temperaturas más frescas», lo que impidió que la bacteria X. fastidiosa se expandiera por el continente. «El clima fue una barrera natural frente a la enfermedad», ha detallado el científico. Así como que «las zonas de EE. UU. desde donde se exportaron los nuevos injertos para los viñedos franceses no habían contraído todavía la enfermedad de Pierce».

Por su parte, Manuel Matías, coautor del estudio y líder del equipo, ha destacado entre las múltiples coincidencias históricas del trabajo, que la masiva importación de vides norteamericanas resistentes a la filoxera se realizó durante la década de 1870 para luchar contra esta plaga que arrasaba en ese momento los viñedos del sur de Europa.

Al respecto ha comentado que «la importación masiva de vides se debió a su resistencia a la filoxera, precisamente porque históricamente habían convivido, por eso sorprende que la ‘Xylella’ no se implantase en Europa, ya que se trataban de parras potencialmente infectadas». Y ha alertado que las conclusiones de la investigación sirven de advertencia para el futuro de las epidemias. «El aumento de las temperaturas provocadas por el cambio climático, muy pronunciadas especialmente a partir de 1990, hace más probable la propagación de la enfermedad de Pierce en zonas que antes no estaban afectadas», ha subrayado el experto.

El análisis de la filogenia de la Xylella fastidiosa ha permitido «rastrear el último antepasado común» y datar su origen a 1884, en California. Desde donde, en menos de una década, «se propagó de Napa Valley, una zona todavía hoy reconocida por sus viñedos, al norte del estado».

Por su parte, el investigador del IFISC–UIB–CSIC y coautor del análisis, Àlex Giménez–Romero, ha sostenido que existen pocos ejemplos documentados que concreten los procesos por los que «se paraliza o propaga una enfermedad a nivel geográfico». Por esta razón, es necesario aplicar modelos matemáticos que «aúnen historia, estadística y genética de plantas» para explicar por qué, cuando la enfermedad de Pierce ya era un problema en EE. UU. hacia finales del s. XIX, Europa permaneció al margen. Los viñedos europeos esquivaron esa pandemia gracias a sus «condiciones climáticas, la mayoría por debajo del umbral necesario para desarrollar la enfermedad», ha resumido el experto.

Finalmente, Giménez–Romero ha insistido en que la industria vitivinícola y las autoridades «deben conocer el fenómeno» de la enfermedad de Pierce y ser conscientes de que «Europa se enfrenta a un riesgo inminente de epidemias, especialmente en las regiones del sur».

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La Conselleria de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca ha publicado en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) una actualización de la situación de la plaga provocada por el insecto Scirtothrips dorsalis y ha adoptado medidas urgentes para su control en aquellos municipios en los que se ha detectado su presencia.

Se trata de una plaga que afecta a diversos cultivos como cítricos, fresas, tomate y vid, entre otros. Fue detectada por primera vez en nuestro país en 2016, en Alicante. Tras varios años de seguimiento, en 2024, el servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura ha detectado que se ha expandido en distintos puntos de la Comunitat Valenciana.

En la actualidad, y tras múltiples prospecciones y revisiones por parte de los técnicos de Sanidad Vegetal, se ha confirmado su presencia en 48 municipios de las tres provincias de la Comunitat Valenciana. En concreto, 32 en Alicante, 12 en Valencia y 4 en Castellón.

Incluida en la lista de plagas cuarentenarias de la Unión Europea, se localiza principalmente en las hojas jóvenes, flores y frutos en formación de los vegetales hospedantes. Los ataques de este trip se han observado en las etapas de floración, fructificación y desarrollo vegetativo de las especies hospedantes.

Para controlar su expansión, la resolución de la Conselleria de Agricultura ha establecido las medidas fitosanitarias de control obligatorias tanto para las zonas infestadas como para las zonas tampón. En las zonas infestadas se exigirá la aplicación de tratamientos fitosanitarios en los cultivos afectados, la instalación de trampas adhesivas cromotrópicas de monitorización, así como la limpieza y desinfección de maquinaria, herramientas y vehículos utilizados, para prevenir el movimiento accidental del organismo.

Para la erradicación en almacenes, centros de distribución y viveros, «se obliga a poner en marcha tratamientos fitosanitarios que aseguren la correcta eliminación de la plaga de todos los lotes de ramas y flores cortadas contaminadas, o a su destrucción en caso de no poder aplicar el producto fitosanitario, además de llevar un control exhaustivo para garantizar que el material vegetal que salga de sus instalaciones se encuentre libre del organismo nocivo».

Por su parte, en las zonas tampón, «se implementarán medidas de vigilancia intensiva, con la colocación de trampas adicionales para la detección temprana de la plaga y se realizarán inspecciones de herramientas, maquinaría y vehículos».

Asimismo, y para el resto del territorio no afectado, «se ha dictaminado la necesidad de que los titulares de las parcelas, así como los operadores profesionales, realicen prospecciones para detectar cualquier signo de infestación y, ante la existencia de inicios, lo comuniquen al servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura».

 

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El kiwi es uno de los cultivos emergentes y en expansión en nuestro país y, en particular, en la Comunidad Valenciana, por su rentabilidad y posibilidad de ser una alternativa a los cítricos, y porque se trata de una de las frutas tropicales y exóticas más demandadas en el mercado europeo por su alto valor nutricional.

En 2012, las plantaciones de kiwi en Italia (tercer productor mundial tras China y Nueva Zelanda) se vieron afectadas por una grave enfermedad de etiología desconocida que afectaba a las raíces, conocida como ‘Moria’ o síndrome del decaimiento del kiwi (KVDS). La rapidez de su expansión generó que en 2020 ya se asociaran a este síndrome una reducción del 10–25% de la superficie cultivada en ese país y unas pérdidas económicas de 300 millones de euros. Si bien el papel de la microbiota del suelo aún sigue siendo desconocido, «pronto se observó que el estrés por encharcamiento en el entorno de la raíz estaba claramente asociado con el KVDS».

En 2020, se detectaron las primeras plantaciones afectadas por decaimiento del kiwi en Valencia, en concreto en las variedades ‘Dori’ y ‘Hayward’. Los síntomas iniciales fueron clorosis, marchitez, pérdida de masa foliar, reducción del tamaño de los frutos, muerte regresiva de ramas, y, finalmente, el colapso total de la planta afectada, que se produce a las pocas semanas de observarse las primeras manifestaciones del síndrome, especialmente durante el verano que es la época de máxima evapotranspiración de la planta. Aunque no se han observado estos síntomas en otras regiones productoras de kiwi en España, «los síntomas observados en Valencia son similares a los descritos para KVDS en Italia».

Para investigar los principales estreses abióticos y los organismos implicados en el síndrome del decaimiento del kiwi en zonas afectadas en España y encontrar las mejores medidas de control integrado para asegurar el futuro se ha puesto en marcha el proyecto MORIAKiwi, con la participación del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), y que tiene una duración de tres años. El equipo de investigadores del IVIA está formado por Ana M. Pérez (investigadora principal) y Antonio Vicent, de la Unidad de Micología del Centro de Protección Vegetal y Biotecnología, y Mary Rus Martínez, del Centro de Citricultura y Producción Vegetal.

MORIAKiwi tiene como finalidad:

– Evaluar y describir las comunidades de hongos y oomicetos presentes en las raíces y el suelo en las plantaciones de kiwi que muestran síntomas de KVDS, y compararlas con aquellas comunidades presentes en áreas asintomáticas utilizando un enfoque convencional y de secuenciación masiva.

– Confirmar los postulados de Koch: comprobar la patogenicidad de los hongos y oomicetos detectados en las plantaciones de kiwi que muestran síntomas de KVDS para así poder determinar qué organismos son responsables de los síntomas observados en las zonas afectadas.

– Dado que ciertos patrones han mostrado tolerancia al KVDS, evaluar la susceptibilidad o tolerancia de los patrones de kiwi cuando se enfrenten a estreses abióticos como el encharcamiento y la clorosis férrica. Se estudiarán las respuestas fisiológicas, bioquímicas y moleculares de las plantas ante condiciones abióticas adversas que pueden limitar su cultivo.

– Se recopilarán datos de la incidencia de la enfermedad y se realizarán estudios epidemiológicos.

– El objetivo final es desarrollar u optimizar un control integrado del KVDS, mediante el uso de medidas agrícolas, agentes de control biológico y la evaluación de patrones tolerantes al estrés abiótico y biótico.

MORIAkiwi es un Proyecto de la modalidad RTA (PID2023–147748OR–I00) concedido en la convocatoria de los Proyectos de Generación de Conocimiento 2023 y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España y la Agencia Estatal de Investigación.

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