Sanidad Vegetal

Los socios del proyecto SENSOPLAG han presentado al sector agrario, en la Finca Sinyent de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA), las tecnologías que han desarrollado durante los últimos dos años para lograr una aplicación más temprana, precisa y sostenible contra las principales plagas de los cítricos, como el ‘Cotonet’ de Sudáfrica, el ‘Trips’ de la Orquídea, el ácaro rojo oriental, así como amenazas aún no presentes en la citricultura valenciana como los vectores transmisores del Huanglongbing (HLB). 

El presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, ha manifestado en la inauguración de la jornada final de este proyecto que «la digitalización es una asignatura que todos debemos estudiar. En el caso de la agricultura, proyectos como este son necesarios para adaptarnos a las exigencias del Pacto Verde Europeo, ya que las nuevas tecnologías pueden acercarnos a la prevención y la lucha de plagas con mayor concreción y menor uso de productos fitosanitarios». 

El secretario autonómico valenciano de Agricultura, Javier Bartolomé, ahondó en este punto durante la clausura, al comentar que «hay que conseguir avances tecnológicos que permitan reducir costes de producción, teniendo en cuenta la estructura de las explotaciones agrarias valencianas, para mejorar la rentabilidad de los agricultores». 

Investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) han explicado sus colaboraciones en el marco del proyecto Sensoplag. Así, el investigador Enrique Moltó ha explicado la línea de trabajo sobre teledetección por medio de satélite e información de ortofotos para detectar estreses fotosintéticos que provocan la negrilla en los árboles. Por otra parte, Sergio Cubero ha mostrado a los asistentes «los prototipos diseñados de trampas inteligentes cromotrópicas, con placas solares y baterías de ultra bajo consumo, que facilitan a los agricultores o técnicos conocer la presencia de plagas sin necesidad de ir al campo». 

Lorenzo Cervera, responsable de proyectos del centro tecnológico AINIA, ha puesto en valor la experimentación llevada a cabo mediante la combinación de información proporcionada por un dron de ocho hélices que dispone de una cámara hiperespectral y multiespectral y de un vehículo autónomo sensorizado. A pesar de los problemas hallados para correlacionar los datos obtenidos con los daños de la plaga objeto, AINIA ha abogado por continuar esta línea de trabajo que acerca la tecnología al usuario.

Por parte de la Universitat de Valencia, Sheila Sánchez, ha mostrado el prototipo de narices electrónicas, que combinan sensores electroquímicos con ópticos. Los resultados son positivos porque detectan la presencia de ‘Cotonet’ de Sudáfrica y favorecen modelos de predicción.

Salvador Rodrigo, en representación de Locatec Aplicaciones Informáticas, ha avanzado el diseño de una aplicación móvil que, una vez finalizada, pretende facilitar al agricultor una guía informativa, una guía fotográfica, el reconocimiento de las plagas objeto basándose en un banco de miles de imágenes, el resultado con niveles de probabilidad y el envío de positivos. Esta firma ha elaborado una plataforma de integración de las tecnologías y un recomendador de tratamientos fitosanitarios para aconsejar el producto más adecuado con la menor dosis. 

Por último, el agente de innovación de AVA–ASAJA, Carlos Montesinos, ha destacado el papel de esta organización para coordinar estos trabajos y transferir los resultados a los agricultores de manera ágil y amena. El proyecto Sensoplag cuenta con la financiación de la Generalitat Valenciana, a través de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), y la Unión Europea.

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La Unión Europea (UE) interceptó el pasado agosto 11 cargamentos infestados de la plaga de cuarentena Phyllosticta citricarpa, el hongo causante de la mancha negra de los cítricos, en cargamentos procedentes de Sudáfrica con destino al mercado europeo: cuatro detecciones en limones, cuatro en pomelos, dos en naranjas y una en mandarinas. Estos 11 casos se suman a los 22 interceptados en los tres primeros meses de su campaña de exportación, de manera que Sudáfrica ha alcanzado este año 33 interceptaciones de mancha negra, frente a 1 en 2022, según ha indicado la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA).

Esta organización ha reiterado a la Comisión Europea que «cierre ya la frontera a las importaciones citrícolas sudafricanas porque el riesgo fitosanitario es intolerable y este país sigue demostrando que no es fiable a la hora de garantizar su seguridad fitosanitaria. Hace unos años Bruselas estableció el criterio para Sudáfrica de que si superaba las 5 detecciones de mancha negra habría que detener las importaciones». Por esa razón, «33 es una cantidad preocupante, una auténtica barbaridad, que no admite más complicidades ni dudas».

Asimismo, Sudáfrica encabeza el ranking mundial en incidencias comerciales, registrando en el último mes un total de 153 incumplimientos de requisitos especiales o de documentación, números de unidad de producción no válidos o no incluidos en listado, fechas de vencimiento, presencia de mercancías no mencionadas, declaraciones adicionales inadecuadas o inválidas, desajustes en los medios de transporte declarados, etc. AVA–ASAJA ha subrayado que «Sudáfrica evidencia su manifiesta incapacidad para exportar productos agrarios conforme a la ley o, en el peor de los casos, su nula voluntad de hacerlo».

 

Respuesta ‘insuficiente’

Ante la campaña informativa y reivindicativa emprendida por AVA–ASAJA sobre las interceptaciones de plagas y enfermedades en los cítricos de Sudáfrica y Egipto, la directora general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, Sandra Gallina, ofreció una respuesta que la organización agraria califica de «insuficiente».

Respecto a Sudáfrica, Gallina afirmó en una carta dirigida al presidente de AVA–ASAJA, Cristóbal Aguado, que «la Comisión ha instado a Sudáfrica a reforzar las inspecciones de los frutos para garantizar el cumplimiento de la legislación de la UE o, si fuera necesario, a detener el comercio». La organización considera que «la Comisión ya tiene más que suficientes pruebas para constatar que Sudáfrica no puede o no quiere garantizar la seguridad fitosanitarias de sus cargamentos, y ya tiene más que suficientes motivos para cerrar la entrada a los mismos».

En cuanto a Egipto, en cuyas naranjas la UE detectó por primera vez la mancha negra, Gallina contestó a AVA–ASAJA que «la Comisión se puso inmediatamente en contacto con la organización nacional de protección fitosanitaria (ONPF) de dicho país para solicitar que se investigara la constatación. Egipto no ha detectado la plaga durante las investigaciones y ha confirmado que no se tiene constancia de la presencia de mancha negra en su territorio. Egipto reforzará el seguimiento de esta plaga y ya ha solicitado asistencia técnica a la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) para un programa nacional de vigilancia».

Al respecto, la organización agraria valenciana ha indicado que «no es la respuesta que espera el sector citrícola. Independientemente de las investigaciones que quieran realizar Egipto y otras entidades, debe ser la propia Comisión Europea, con sus propios inspectores técnicos, quien tendría que enviar una misión inspectora a la zona citrícola egipcia de donde salió esta primera interceptación de mancha negra, en el momento de maduración de los frutos que es cuando se puede visualizar la enfermedad, para conocer el alcance real del problema. ¿Acaso no es lo que hacen otras potencias como Estados Unidos o Japón? ¿O es que aquí somos más ingenuos y nos creemos ciegamente lo que nos dicen los países terceros?».

 

Nueva ‘campaña de desinformación’ de Sudáfrica

Por su parte, la interprofesional citrícola Intercitrus ha denunciado la «enésima campaña de desinformación promovida por la Citrus Growers Association (CGA) de Sudáfrica» con la intención de ocultar la infección desatada en el norte y en el este del país y el fracaso de sus sistemas de lucha contra la mancha negra. Así ha reaccionado la presidenta de esta interprofesional, Inmaculada Sanfeliu, tras conocer el anuncio realizado por esta entidad y por la Fresh Produce Exporters’ Forum (FPEF) –la empresa responsable de la sanidad vegetal de los cítricos sudafricanos– que indicaron que las exportaciones de naranjas a la UE concluirán de manera adelantada el 15 de septiembre. Concretamente, «será a partir de tal fecha cuando la FPEF dejará de realizar las inspecciones y expedir los certificados para los envíos con destino a Europa, pero sólo los de las naranjas procedentes de zonas del Cabo Oriental, donde esta plaga supuestamente sí está declarada oficialmente». Según Intercitrus la medida tendrá un efecto muy limitado y difícilmente contribuirá a reducir el riesgo fitosanitario: no afecta al resto de cítricos que también sufren la enfermedad (mandarinas, limones o pomelos); el grueso de la campaña de naranjas está ya acabado en esa provincia sudafricana; los buques que partan desde tal fecha servirán para mantener el suministro hasta los primeros días de octubre y a partir de entonces, o antes, la oferta de este cítrico podrá provenir de las provincias declaradas exentas que son también las más tardías (Cabo Occidental y Cabo del Norte).

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El mediterráneo y la Unión Europea (UE) siguen siendo la única gran zona de producción citrícola que se resiste a sufrir la presencia de la enfermedad más devastadora, que es la causada por la bacteria Candidatus liberibacter que provoca el Huanglongbing o HLB (también conocido como Greening o ‘Dragón amarillo’). Pero esta situación está ahora doblemente amenazada, según ha señalado Intercitrus en un comunicado. De un lado, por la ya conocida expansión en el norte de España y por casi todo el litoral atlántico de Portugal de la Trioza erytreae –el insecto vector de la cepa africana ‘más benévola’ del HLB– y ahora por la presencia, por primera vez en territorio UE, de la Diaphorina citri, «que es el psílido asiático portador más eficiente de la cepa más agresiva y letal para los cítricos». 

Así lo acaba de confirmar en su último reporte la Organización Europea y Mediterránea para la Protección Vegetal (EPPO, por sus siglas en inglés), que ha apuntado que el insecto ha sido localizado en Chipre y confirmado por el laboratorio europeo de referencia. Un hallazgo que añadir a la detección de este mismo vector, confirmada en enero de 2022, en Israel, lo que ratificaría su capacidad para expandirse en el Mediterráneo. En cuanto se trata de un insecto regulado como de cuarentena, portador de una enfermedad cuya prevención, combate y detección está tipificada como ‘prioritaria’ –el HLB–, las medidas de erradicación a adoptar en Chipre deberán ser inmediatas. Por ello, la interprofesional Intercitrus reclama a la Comisión Europea (CE) que, para asegurarse de su grado de cumplimiento y dada la gravedad de lo acontecido, «abra una investigación sobre el origen del foco (que la EPPO no detalla), supervise y colabore financieramente en la ejecución de estas acciones». 

En este sentido, la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu, ha manifestado que «la presencia en nuestro país de uno o peor, el riesgo cada vez mayor de tener los dos portadores del HLB, nos hace pensar que la llegada de la bacteria más temida, frente a la que no hay cura y que ha sido capaz de reducir a la práctica nada la citricultura de Florida y menguar de manera patente la de Brasil, podría ser solo cuestión de tiempo». Por esta razón, la interprofesional reclama a las autoridades de las autonomías con producción de cítricos, al Gobierno y a la CE que contribuyan a reforzar «de inmediato» las medidas de prevención y las líneas de investigación abiertas para la lucha biológica contra estos vectores, para la obtención de patrones o variedades resistentes o tolerantes a la enfermedad, así como los controles en campo para su detección precoz y los fijados en frontera para evitar su acceso. 

Intercitrus, incluso y dado también el beneficio global para la sanidad vegetal de la producción hortofrutícola europea, ha reclamado a la CE que estudie la posibilidad de seguir el ejemplo de otras potencias occidentales, como EE. UU., Australia o Japón, «e introduzca algún requisito para fiscalizar la introducción de material vegetal en los equipajes de los pasajeros que accedan a la UE». Esta medida «sería clave con tal de evitar la entrada del HLB o de sus vectores a la citricultura europea porque para ello es primordial controlar que en el tráfico comercial o en el movimiento de personas no haya material vegetal hospedante». Asimismo, «añadida a las restricciones y controles vigentes, de otro lado, sería coherente con el hito que supuso aprobar, para la prevención de la ‘Falsa polilla’, el tratamiento de frío para las naranjas». 

Además, un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA)–Universidad Jaume I y de la Universidad de Florida, ha acreditado que el patrón sobre el que se asienta la inmensa mayoría de naranjos y mandarinos en España –el Citrange carrizo– «es un hospedante extremadamente favorable para el desarrollo y reproducción» de esta psila.

En efecto, el vector originario de Asia es el responsable de la expansión de la enfermedad en dos de las principales y más avanzadas zonas productoras del mundo: Brasil y Estados Unidos. La estrategia seguida en el primer caso, basada en la constante renovación, arranque del arbolado infectado cuando no abandono y ampliación a nuevas plantaciones, pero, sobre todo, en el ‘bombardeo’ de las fincas con tratamientos fitosanitarios contra el psílido, tuvo relativo éxito durante décadas y permitió a la industria de Brasil consolidarse como primer exportador de zumo de naranja del mundo, pero la fórmula parece haberse agotado. En Florida, por su parte, se confirmó la presencia de HLB en 2005 pero la enfermedad debió asentarse años antes: en la campaña 1997/98, alcanzó su récord de producción con 12,3 millones de toneladas; en la actualidad esa cifra se ha reducido a 740.534 t.

«España, en caso de que el HLB llegase, difícilmente podría contener la enfermedad y es casi seguro que la bacteria acabaría con nuestro sector a medio plazo», ha advertido Sanfeliu. Extrapolando las cifras de la evolución experimentada en Florida, en 7,5 años desde su posible entrada, la producción de naranjas, mandarinas y limones quedaría reducida a la mitad y a los 15 años la citricultura pasaría a ser un cultivo residual. La estructura minifundista y las más estrictas regulaciones europeas en materia medioambiental y de fitosanitarios –que prohíben los piretroides y neonicotinoides usados contra la D. citri– dejarían menor margen para la reacción a España que el que ha tenido Brasil o Florida.

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La Unió Llauradora ha informado de la presencia en el sur de Francia de una nueva especie de mosca blanca no presente en nuestra agricultura, Alerucanthus spiniferus (Quaintance) que afecta a 102 especies vegetales, entre ellas los cítricos, y que actúa con gran voracidad.

Esta plaga de cuarentena detectada en junio en el país vecino, con origen en el sudeste asiático, se ha localizado por el momento en 14 municipios –y otros 5 más en espera de confirmación– de la región francesa de Occitania.

La Unió ha pedido tanto a la conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana como al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) que actúen «para evitar que la plaga entre en nuestro territorio y en caso de que no lo hagan y se introduzca en nuestros cultivos pedirá una responsabilidad patrimonial porque supondría nuevamente un sobrecoste para los productores que no pueden asumir y sobre la cual no tienen responsabilidad».

Carles Peris, secretario general de esta organización agraria, ha indicado al respecto que «se pone en evidencia que los controles fitosanitarios en frontera son ineficientes como venimos denunciando desde hace tiempo y no tenemos herramientas suficientemente eficientes –ni fitosanitarias ni de lucha biológica– para hacer frente a la amenaza de una nueva plaga». 

 

Inspecciones en origen

Asimismo, ha insistido en la necesidad de implantar las inspecciones en origen «para que cuando alguien quiera exportar a la UE se establezcan automáticamente controles rigurosos y eficaces y que cumplan la misma normativa que se les exige a los productores valencianos».

La Unió Llauradora ha recordado que en la actualidad «el campo valenciano ya sufre un aumento considerable de los costes de producción debido al control y lucha contra plagas, entre ellas otras moscas blancas, por el incremento del número de aplicaciones de productos fitosanitarios». Además, en España, no hay productos fitosanitarios específicos para su control, «por lo cual se deberían usar materias activas autorizadas por el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios para el control de moscas blancas y tenemos cada vez menos para usar». En caso de detección se tiene que aplicar el programa de erradicación aprobado por el MAPA.

La nueva plaga de cuarentena de la mosca blanca espinosa afecta a todas las variedades de cítricos, pero también a viña, caqui y peral, además de ornamentales como el rosal.

Produce elevadas cantidades de melaza que cubren a hojas y frutos, y como sucede en el resto de los ataques de otras moscas blancas, «el hongo de la negrilla se puede instalar sobre la melaza, reduciendo la respiración y la fotosíntesis de la planta». Provoca, al mismo tiempo, defoliaciones que debilitan el árbol y afectan gravemente la producción con daño en los frutos «puesto que los ataques de esta mosca pueden reducir el cuajado».

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La Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) ha iniciado las gestiones para reclamar a la Comisión Europea (CE) «pruebas documentales y un sistema de verificación» de que Sudáfrica está cumpliendo en sus exportaciones de naranjas al mercado comunitario con el prescriptivo cold treatment regulado en 2022. Intercitrus reacciona así «ante la evidencia de que las medidas establecidas hasta el momento son insuficientes para que el principal proveedor extracomunitario de cítricos a la UE deje de exportarnos esta peligrosa plaga», por lo que reclama que, además, «el tratamiento de frío vigente se amplíe a todos los cultivos que son hospedadores del insecto, como lo son también las mandarinas y pomelos».

De esta manera se ha manifestado la presidenta de esta interprofesional, Inmaculada Sanfeliu, tras analizar el desarrollo de la presente campaña de importaciones del hemisferio sur, en la que «junto a la referida 'Thaumatotibia leucotreta' ha reemergido la amenaza de una segunda plaga cuya lucha es igualmente catalogada como ‘prioritaria’ por la regulación europea, la ‘Mancha negra’ '(Phyllosticta citricarpa' o Citrus Black Spot, CBS): a falta de afrontar los meses álgidos en lo comercial –agosto, septiembre y octubre– el país austral ya acumula 21 interceptaciones por esta enfermedad fúngica por las 28 de 2022». Tales cifras, según ha resaltado Sanfeliu, «solo pueden acreditar que la enfermedad –seguramente agravada por los recientes extremos episodios de lluvias– está desatada, resulta incontrolable y/o no la están combatiendo ni con tratamientos suficientes, ni con los fungicidas más eficaces».

La experiencia de 2022 –después de que entrase en vigor el cold treatment– y la situación generada ahora, «aconseja adoptar nuevas medidas, cambios en la normativa que aseguren un mayor grado de transparencia en la aplicación de lo regulado en cuanto a la ‘Falsa polilla’».

 

Incumplimiento ‘reiterado, premeditado y probado’

Durante el pasado año se pudo acreditar «un incumplimiento reiterado, premeditado y probado del tratamiento de frío por Sudáfrica», ha descrito la presidenta de Intercitrus. Por ello es necesario «implementar un sistema que permita verificar que éste se aplica tal y como marcan las normativas internacionales y fue recogido en su momento en el Diario Oficial de la UE». En concreto, la interprofesional ha reclamado que, antes de partir hacia el destino europeo, el operador concrete cuál será su puerto de entrada. Además, exige que «todos los contenedores incorporen las tres sondas de pulpa que deben medir y registrar la temperatura de la parte central de la fruta». En tercera instancia, «propone crear una plataforma virtual en la UE donde se almacenen los registros de las temperaturas de estas tres sondas de pulpa, descargadas, a su vez, del ‘data logger’ que cada contenedor de naranja originario de un país con ‘Falsa Polilla’ con destino a la UE está obligado a tener». Estos datos deberían quedar a disposición de las autoridades competentes de los Organismos Nacionales de Protección Fitosanitaria de los 27 Estados miembros de la UE. Estos registros, además, «deberían conservarse durante al menos un año, así como los certificados fitosanitarios emitidos en origen a fin de permitir un sencillo y automático rastreo de los lotes tratados».

La ‘Mancha negra’ también está regulada como organismo cuarentenario y prioritario en la UE –en el top 20 de todas las plagas agrarias y silvestres de mayor impacto económico y medioambiental– y «representa un grave riesgo para los países comunitarios productores de cítricos». Está considerada a nivel científico como «el patógeno fúngico más importante de los cítricos a nivel mundial y en las regiones citrícolas donde está presente son necesarios entre 4 y 6 tratamientos fungicidas al año para obtener un control aceptable de la enfermedad». Además, los hechos también han demostrado que este hongo se puede aclimatar al Mediterráneo. Así lo demuestra su presencia confirmada en 2019 en Túnez o ahora, tras detectarse en julio una partida de naranjas infectadas originarias de Egipto, «muy probablemente también en este segundo país norteafricano». El elevado número de interceptaciones en partidas sudafricanas en 2021 (43), 2022 (28) y 2023 (21, solo hasta julio) «prueba que sus exportadores incumplen la normativa ya que o no tratan suficientemente sus campos … y/o no lo hacen con los fungicidas de eficacia probada, seguramente por no incurrir en mayores costes, aunque ello signifique exportar a la UE fruta infectada», ha dicho Sanfeliu.

 

Medidas para evitar introducción de la ‘Mancha negra’

Por todo ello, Intercitrus reclama a la CE que «renueve, o más bien, intensifique las insuficientes medidas fitosanitarias actuales para evitar la introducción de la ‘Mancha negra’ en territorio de la UE». «Frente a los chantajes sin pruebas ni informes científicos solventes que los avalen el ejecutivo comunitario debe mantener una actitud firme y ordenar a los Estados miembros que incrementen los controles fitosanitarios en los Puntos de Inspección Fronteriza con el objeto de detectar la entrada de frutos afectados por esta enfermedad», ha insistido la presidenta de la interprofesional. Es más, esta asociación ha reclamado «recuperar un artículo en el reglamento comunitario que permita tomar a la UE el cierre automático cautelar de su frontera en caso de que se detecten más de 5 interceptaciones de partidas contaminadas, como existió en el pasado y se eliminó en su momento, por la presión sudafricana».

Intercitrus considera asimismo «lamentable» que «en lugar de hacer propósito de enmienda y tras tantos años acumulando rechazos, la CGA cuestione las analíticas realizadas de CBS, sabiendo que en lo que va de año Sudáfrica vuelve a liderar las interceptaciones por motivos fitosanitarios y acapara hasta el 42% de las confirmadas de las importaciones de cítricos en la UE (26 de 62 hasta julio)».

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La localidad portuguesa de Santarém ha acogido a principios de esta semana la reunión del Grupo de Contacto de Pera y Manzana de Italia, Francia, España y Portugal, perteneciente al Comité Mixto de Frutas y Hortalizas, en la cual se han analizado los datos de la campaña 2022/23 y las previsiones de la 2023/24, así como los problemas fitosanitarios relacionados con la producción, entre los principales aspectos.

En el encuentro, organizado por la Federación Nacional de Organizaciones de Productores de Portugal (FNOP) con la colaboración de la administración de este país, se ha abordado uno de los problemas que más preocupan a los productores de fruta de pepita de la Unión Europea (UE) y, en general, al sector comunitario de frutas y hortalizas y es la propuesta de Reglamento de uso sostenible de productos fitosanitarios. Presentada por la Comisión Europea en junio del año pasado, esta propuesta de Reglamento «prevé una reducción del uso de plaguicidas de un 50% de aquí al 2030 y del uso de fertilizantes de un 20%, sin que se haya evaluado de forma exhaustiva las consecuencias sobre el tejido productivo comunitario».

María Casoliva, representante de Cooperativas Agro–alimentarias de España, reclamó «que el reglamento se debe basar en un estudio de impacto científico, con objetivos y plazos realistas y no inspirarse en percepciones. Estamos dispuestos a seguir avanzando en la introducción de métodos de producción no convencionales, pero esto es una carrera de fondo, que debe ir adaptándose, al ritmo de puesta a disposición de soluciones fitosanitarias alternativas por la ciencia y por las administraciones que las autorizan y teniendo en cuenta las nuevas plagas y enfermedades –introducidas por importaciones de terceros países– y, en todo caso, estar acompañada de un apoyo económico público suficiente».

Los participantes fueron especialmente críticos con la definición que la Comisión ha ofrecido de ‘zonas sensibles’ donde los tratamientos quedarían prohibidos y la actividad agrícola dejaría de ser viable, especialmente en amplias zonas de los países mediterráneos, principales productores de frutas y hortalizas. También criticaron la doble vara de medir de la UE, impone condiciones y limitaciones a sus productores, pero no materializa el principio de ‘reciprocidad/cláusulas espejo’, quedándose estos preceptos en meras declaraciones de intenciones. Por esta vía «no salvaguardaremos la agricultura europea competitiva y la soberanía alimentaria de los consumidores de la UE, sino que provocaremos la fuga de la actividad agrícola a terceros países (menos sostenibles)», concluyó Casoliva.

Por parte española, también participó en la reunión una delegación de FEPEX encabezada por el presidente del Comité de Pera y Manzana, Joan Serentill.

España es a la vez exportador e importador de manzana y pera. La exportación de manzana en 2022 se situó en 106.109 toneladas (t) un 4% menos que el año anterior, según datos el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, procesados por FEPEX, por un valor de 90,8 millones de euros (–1,3%). La exportación de pera en 2022 se situó en 93.716 t, un 23% menos que en 2021, por un valor de 77 millones de euros (–27%).

Por lo que se refiere a la importación española de manzana, esta se situó en 2022 en 195.524 t, un 6% más que en 2021 por un valor de 150 millones de euros (–4%) y la de pera totalizó 63.341 t, un 5% menos que en 2021 por un valor de 57 millones de euros (–11%).

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Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha enviado una carta al Ministerio de Agricultura en la cual ha pedido a su titular Luis Planas que, como ha hecho Francia, se plante frente a las producciones hortofrutícolas importadas de países terceros que usan materias activas no autorizadas en Europa y que prohíba su entrada durante un año.

La organización agraria ha hecho esta petición por distintos motivos y, el primero, «es el de ser coherente con la política de la Unión Europea (UE) de desautorización del uso de ciertas sustancias activas respaldada en el argumento de evitar riesgos para la salud de los ciudadanos europeos». Para añadir, en este sentido, que «es incomprensible que se retiren del uso ciertos fitosanitarios en la producción europea y que luego nos los podamos encontrar en los productos que importamos. Eso es engañar a los consumidores».

En la misma línea, además, la entrada de estos productos «genera una clara competencia desleal para los agricultores de la Unión Europea que no tienen los mismos mecanismos de lucha contra las plagas y que ven cómo aumentan también sus costes de producción». Además, «no queremos ni pensar en las consecuencias para las exportaciones españolas, si uno de estos productos importados tratados con productos prohibidos acaba siendo reexportado y se detectan trazas en su salida… puede ser un desastre».

Unión de Uniones ha puesto como ejemplo llamativo de la situación denunciada lo que está sucediendo con las alertas de residuos de Clorpirifos o Metil clorpirifos, «sustancias que ya no están autorizadas en la UE, detectados en frutas y hortalizas importadas y, sobre todo, de cítricos». Así, en 2022, se detectaron en la UE 193 casos de importaciones de frutas y hortalizas con presencia de esas materias activas cuyo uso está prohibido.

La organización ha explicado que este insecticida «se ha detectado, además de en cítricos, en otras importaciones de manzanas, bananas, frijoles, pimientos, tomates, coles, pepinos, pepinillos, melocotones o pistachos. Pero no se trata solo del Clorpirifos y Metil clorpirifos», han señalado. Asimismo, «hay varios fitosanitarios más prohibidos en la UE, que sí que se usan en países terceros y de los que aparecen residuos en otros productos importados». Por este motivo, ha solicitado que se realice un análisis de riesgo sobre las importaciones de productos procedentes de lugares en los que se usen sustancias no autorizadas en la UE y, en base, a los resultados que se obtengan, «se adopten las restricciones que se estimen necesarias para salvaguardar la salud de los consumidores y evitar la competencia desleal que distorsiona los mercados de nuestras producciones»

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El Reglamento (UE) 2019/1009, que entró en aplicación el 16 de julio de 2022, viene a regular la comercialización de cualquier tipo de fertilizante en la Unión Europea (UE) y permite incluir en el etiquetado de dichos productos el marcado CE. Esto garantiza que los fertilizantes cumplen con una norma armonizada a nivel europeo y permite la libre circulación para su comercialización en todos los países de la UE.

CAAE ha sido acreditado por ENAC, conforme a la normativa europea sobre productos fertilizantes de acuerdo con la norma UNE–EN ISO/IEC 17065, y autorizado por la Comisión Europea con el nº NB 2982 como organismo notificado para el Reglamento (UE) 2019/1009.

El responsable de insumos CAAE, Juan José Vicente, ha apuntado que con esta autorización «vamos a dar servicio a todas las empresas que fabrican o distribuyen fertilizantes en la Unión Europea con el marcado CE, las cuales necesitan obligatoriamente la intervención de un organismo notificado para la comercialización de determinados productos».

El Reglamento establece cuatro módulos de evaluación, requiriéndose la participación de un organismo notificado acreditado para la realización de una certificación independiente en tres de ellos, para garantizar el cumplimiento de los requisitos establecidos. Estos módulos se basan en un control interno de la producción más ensayo supervisado de producto (módulo A1); un examen UE de tipo (módulo B) y el aseguramiento de la calidad del proceso de producción (módulo D1).

La participación de CAAE como organismo notificado posibilita que los productos de fabricantes y distribuidores de fertilizantes puedan circular libremente por Europa con todas las garantías para la salud de las personas y el medio ambiente, haciendo más competitivas a las empresas, ofreciendo estándares de calidad y seguridad para productores agrícolas y consumidores finales. Al mismo tiempo, CAAE se convierte en la única entidad que puede ofrecer a los fabricantes de fertilizantes una certificación acreditada global para sus productos, como fertilizante UE con marcado CE y como fertilizante utilizable en agricultura ecológica bajo la Norma UNE 142500 conforme la norma europea de producción ecológica y bajo los estándares de los mayores mercados orgánicos mundiales como Estados Unidos (Norma NOP) o Japón (Norma JAS).

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Con el objetivo de proteger el olivar desde la sostenibilidad y la innovación, y conseguir obtener la máxima rentabilidad a los cultivos, Bayer ha puesto en marcha una estrategia integrada de protección de los olivos que ha presentado en el I Foro Ibérico del Olivar, celebrado el 21 de marzo en el Palacio de Congresos de Córdoba. Bajo el lema ‘Un equipo que te protege todo el año’, la compañía ha expuesto los principales pilares de esta campaña inspirados en sus valores estratégicos: innovación, sostenibilidad y digitalización. 

En el evento, Bayer ha presentado sus principales productos para la protección del olivar: insecticidas, fungicidas, bioestimulantes y herramientas digitales, como 'Cropping View' para Olivo, que gracias a su tecnología de última generación, ayudará a optimizar la aplicación de productos fitosanitarios para el control de los repilos en los cultivos.

Las nuevas soluciones biológicas, las principales amenazas del cultivo (las malas hierbas o plagas y enfermedades) y la importancia de la tecnología para ayudar a mejorar la precisión en los tratamientos son algunos de los principales aspectos que se han tratado.

En este sentido, Antonio Trapero, del grupo de investigación de Patología Agroforestal, de la ETSIAM de Córdoba, ha hablado sobre el control biológico de las enfermedades del olivar. «El control biológico es el futuro ante la emergencia de algunas enfermedades del olivar y la reducción de fungicidas. Existe una necesidad urgente de buscar alternativas biológicas», ha indicado.

Por su parte, Laura Duarte, Campaign Activation de Bayer en Zona Sur, ha presentado Serenade® Aso como una solución biológica innovadora que detiene el desarrollo de patógenos. Además, una vez aplicado al cultivo, Serenade® Aso «forma una barrera física que evita que los microorganismos se asienten en los tejidos vegetales, actuando también como inductor de las defensas naturales de las plantas». Duarte también ha apuntado que el sector se enfrenta a varios retos a nivel normativo y, ante este nuevo contexto, consideran que la digitalización es clave y por ello «presentamos Cropping View para Olivo, la herramienta digital que se encargará de garantizar el máximo rendimiento del olivar. Gracias a su tecnología de última generación, los agricultores conseguirán optimizar la aplicación de productos fitosanitarios para el control de los repilos».

La situación actual del control de la mosca del olivo en España ha sido otro de los temas que se han tratado en el I Foro Ibérico del Olivar, una actualidad que ha explicado el doctor en Biología del laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Jaén, Manuel José Ruiz

Soluciones como Serenade, Sivanto, Flipper, Bayfolan Aktivator y Cropping View han ocupado un lugar destacado en esta jornada. Para F. Javier Pérez, Grower Marketing Manager Bayer Iberia, «Sivanto marca la diferencia en el control de mosca del olivo ya que es un insecticida que actúa por contacto e ingestión principalmente en estado juvenil y se distingue por una propiedad única, el cese rápido de la alimentación, que determina una velocidad de acción tres veces superior a los estándares de referencia».
 

Principales conclusiones

Entre las principales conclusiones que se pueden extraer tras este encuentro, Pérez ha argumentado que «hemos podido comprobar que estamos ante un entorno retador para los olivicultores, pero también muy dinámico e innovador. Las nuevas amenazas, como la Xylella, unidas a los problemas de plagas y enfermedades ya existentes, junto con las nuevas políticas verdes europeas que limitan el uso de productos fitosanitarios, invitan a introducir nuevas herramientas en el cultivo, como los productos biológicos y las herramientas digitales».  

En esta línea, J. Perez ha reiterado que «desde Bayer seguimos apostando por la innovación con productos químicos como Sivanto Prime para el control de la mosca del olivo, con productos biológicos como Flipper, Serenade Aso y Bayfolan Aktivator e introduciendo herramientas digitales como CroppingView que ayudan a técnicos y agricultores a tomar decisiones sobre la necesidad de tratamientos».

Por lo que respecta a Flipper y Bayfolan Aktivator, Manuel Ruiz, Market Development Agronomist de Bayer en la Zona Sur, ha destacado la protección y estimulación natural de ambas fórmulas teniendo en cuenta que «no poseen actividad residual, se degradan rápidamente en el medio ambiente y tienen una rápida absorción y mejora la sanidad del cultivo».

El presidente de la Interprofesional de aceite de oliva, Pedro Barato, ha clausurado este foro señalando que «el olivar, como cualquier cultivo leñoso, no tiene futuro si no hay agua. Es necesario establecer un plan estratégico para que este tipo de cultivos tengan un futuro más cierto, ya que no podemos depender de la meteorología, sobre todo, ante las situaciones de sequía que estamos padeciendo»

Por otro lado, ha indicado que «ante las normativas que se están imponiendo hoy en día desde Bruselas es fundamental hacer hincapié en la digitalización, investigación y biotecnología. Sin duda, hay que adecuar y realizar los estudios de impacto antes de legislar». www.bayer.com

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El Comité de Gestión de Cítricos (CGC) reclamó en septiembre a la Comisión Europea (CE) una investigación sobre el alcance de los incumplimientos registrados en cuanto a la aplicación del tratamiento de frío contra la ‘Falsa polilla’ en las importaciones europeas de naranjas de Sudáfrica. Ahora, según los datos de Europhyt del mes de febrero, se ha detectado la presencia de esta misma plaga, de la T. leucotreta, en mandarinas de Israel.

Todo ello ratifica lo que esta asociación ha venido insistiendo, que para evitar el riesgo de entrada de este patógeno de cuarentena, el cold treatment requiere el monitoreo de la temperatura de la pulpa de la fruta a través de, al menos, tres sondas, y «es indispensable que se alcance, en todo el producto, la temperatura programada durante el tiempo de tratamiento especificado; que debe imponerse a las importaciones de todos los países que tienen declarada esta plaga –a Sudáfrica pero también a Israel– y a todos los cítricos que pueden hospedarla, no sólo a la naranja –como decidió la UE– sino también a las mandarinas así como a los pomelos».

En noviembre, en el transcurso de una visita a Valencia de responsables de la CE, el CGC –en representación de Intercitrus– ya expuso «y mostró pruebas evidentes de cómo Sudáfrica había evitado cumplir lo publicado en el DOUE en junio de 2022».

Esta entidad ha añadido que «el tratamiento de frío realizado no fue tal porque no se ajustó a la normativa internacional a la que se refería el reglamento comunitario y la temperatura exigida no se aplicó sobre la pulpa del fruto, ni se monitorizó con las tres sondas especificadas». De esta forma, «se abarataron los costes de los envíos a la UE, se facilitó la logística de los contenedores, pero no se actuó con eficacia contra la plaga. Tal irregularidad ayuda a entender que en octubre se detectara ‘Falsa polilla’ en una partida de naranjas sudafricanas revisadas en un puerto europeo que, como las demás, portaba este certificado».

El CGC no entiende que, pese a tratarse del mismo patógeno y pese a lo señalado en un informe expreso por la EFSA (la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), la CE aplicase «un criterio distinto en el caso de Israel y confió en un ‘enfoque de sistemas’ alternativo para no imponer a sus cítricos el mismo tratamiento de frío que exigía a las naranjas de Sudáfrica». El mayor riesgo de transmisión en el caso del país hebreo, dada su producción y exportación mayoritaria, se daba con las mandarinas. Y así ha sido cómo, en el segundo mes álgido de su campaña de exportaciones a la UE –en febrero y como en años anteriores- «se ha hallado la temida plaga en una partida de mandarinas tardías», ha indicado el Comité.

Por todo ello, «la importancia de extender un tratamiento de frío eficaz y ‘real’ a todas las naranjas, mandarinas y los pomelos procedentes de países donde el patógeno esté presente se antoja crucial dados los volúmenes de importaciones de uno y otro país». Así, de enero a diciembre de 2022 Israel fue el tercer mayor proveedor de mandarinas, con exportaciones que ascendieron a 59.875 toneladas (t) y una cuota sobre el conjunto del 14,8%; en el mismo periodo y para este cítrico, Sudáfrica fue líder por delante de Marruecos, sumó 125.202 t y alcanzó una cuota del 30,9%. Sudáfrica también fue en 2022 el primer proveedor destacado de naranjas, con 383.042 t, una cuota del 43,6% muy por encima del segundo, Egipto (219.928 t).

El CGC reitera, en coincidencia con lo manifestado en su momento por el ministro español de Agricultura, Luis Planas, que la denuncia presentada por Sudáfrica ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra la UE por la aplicación del cold treatment a sus naranjas no tiene recorrido alguno. El país austral, a causa de esta misma plaga y sólo para esta campaña, «está obligado a aplicar este tratamiento (uno mucho más duro, de hecho) en sus exportaciones de cítricos a 20 países, incluido EE. UU., China, Japón, La India, Corea del Sur…. Contra ninguno de ellos Sudáfrica ha abierto un panel».

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