Seguros

Las principales organizaciones profesionales agrarias de la Comunitat Valenciana –la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), La UNIÓ de Llauradors i Ramaders y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos del País Valencià (UPA-PV)– han lanzado en un comunicado conjunto un mensaje muy crítico a la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), órgano dependiente del Ministerio de Agricultura, y a la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de Seguros Agrarios Combinados (Agroseguro) «por no ajustar el seguro del caqui ni a la realidad vegetativa del cultivo ni a las necesidades reales de los agricultores».

El sector productor valenciano reprocha «la negativa» de ENESA y Agroseguro a su reivindicación de «prolongar del 20 de febrero que dicta la disposición vigente hasta el 31 de marzo el periodo de contratación del seguro del caqui». Según apuntan estas tres asociaciones, «la actual fecha resulta excesivamente prematura porque muchos productores aún no han cobrado las liquidaciones de la última cosecha debido al retraso del pago por parte de determinados operadores y porque en estos momentos todavía hay numerosas explotaciones donde no se han finalizado ni siquiera las labores de poda, lo que evidentemente dificulta la previsión de un aforo de producción a asegurar».

Por su parte, el director de ENESA, Miguel Pérez, ha rechazado un cambio en la fecha de contratación «alegando que se produciría un solapamiento del riesgo con el periodo de suscripción». A pesar de ello, las organizaciones agrarias han constatado que en otros seguros «sí se da esta circunstancia sin mayor problema y destacan el ejemplo de la cobertura de los cítricos ante el riego de pedrisco y cuyo plazo de contratación no acaba hasta el 15 de septiembre, es decir, en un momento mucho más flexible en el que el productor ya puede efectuar una estimación aproximada de su producción».

AVA-ASAJA, LA UNIÓ y UPA-PV auguran que si ENESA y Agroseguro mantienen sus trabas y su falta de sensibilidad hacia los productores, unido a la grave crisis de rentabilidad que atraviesa el cultivo del caqui y las restricciones de movilidad derivadas de la Covid-19, «podrían ocasionar un descenso en los niveles de contratación del seguro del caqui donde, sin duda, el principal damnificado de ello sería el agricultor».

En cambio, «agradecen y elogian» la medida que la conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana ha tomado por la cual «todas las pólizas que los asociados suscriban a través de sus organizaciones profesionales agrarias se beneficiarán de una subvención adicional del 20%».

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Las indemnizaciones del seguro agrario para compensar los siniestros en frutales (melocotón, albaricoque, ciruela, manzana de mesa y de sidra, nectarina, paraguayo, platerina y pera) han alcanzado los 132,4 millones de euros durante el 2020, un 15% más que el año anterior, según los datos recogidos por Agroseguro. El total de superficie afectada por las inclemencias meteorológicas ha ascendido a 46.940 hectáreas.

Agroseguro ha informado en un comunicado que productores asegurados de 25 provincias españolas han recibido compensación durante el año 2020, aunque Lleida es la que ha percibido las mayores indemnizaciones, con 40,4 millones de euros, en su mayoría ocasionadas por daños en melocotón, tanto por pedrisco como por helada. Esta misma fruta ha acumulado la mayor parte de los pagos del valle del Ebro, con 15,7 millones en Huesca y 6 millones en Zaragoza. En el caso de La Rioja (5,6 millones) y Navarra (2,4 millones), las indemnizaciones han sido destinadas a compensar, principalmente, daños en pera.

En el suroeste peninsular, los productores asegurados de Murcia y Albacete han recibido 29,3 y 6,5 millones, respectivamente,  en indemnizaciones, destinadas sobre todo a cultivos de albaricoque y melocotón afectados por pedrisco, mal cuajado y helada. En Alicante (2,1 millones) y Valencia (1,6 millones), el albaricoque es el que ha percibido las mayores indemnizaciones. Por su parte, Extremadura ha rozado los 20 millones de euros, para producciones de melocotón y ciruela de Badajoz (14,9 millones) y Cáceres (4,6 millones), mientras que los productores asegurados de León han recibido 1,1 millones de euros para compensar daños en manzana producidos por las heladas del mes de marzo.

Cabe destacar que el 2020 ha tenido una meteorología muy inestable. Ya en el mes de enero, la llegada de la borrasca Gloria fue el inicio de una serie de fenómenos climáticos extremos, como tormentas de pedrisco, heladas y gotas frías, que han afectado gravemente a las producciones de frutales, hasta acumular las mayores indemnizaciones del seguro agrario durante ese ejercicio.

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Uno de los sectores que más ha crecido es del de los cítricos

 

La contratación de seguros agrarios ha experimentado una evolución positiva durante el 2020, tanto desde el punto de vista de las pólizas contratadas, como de la superficie, producción y capital asegurados. Las pólizas ascendieron a 416.000, un 5% más que el ejercicio anterior, mientras que la superficie asegurada ha alcanzado los 7,8 millones de hectáreas, un 23% más.

Estos datos han sido facilitados por la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que ha señalado que «demuestran la implantación, cada vez más arraigada, de la cultura del seguro agrario».

Uno de los sectores que más ha crecido es el de los cítricos (8%). En volumen, la producción asegurada ha alcanzado los 41 millones de toneladas, que suponen un 7% más que en 2019. Y el capital asegurado ha marcado un nuevo récord, al superar los 15.200 millones de euros, 1.000 millones más que el año anterior, que representan un incremento del 7%.

Otras magnitudes del seguro se han mantenido en los mismos parámetros del año anterior. Así, el coste global de los seguros ha sido de 794,5 millones de euros que suponen apenas un 1% de incremento (783,4 en 2019).

Las subvenciones del MAPA alcanzan los 237 millones de euros (239 en 2019) y las indemnizaciones por los siniestros, según datos provisionales de AGROSEGURO, se sitúan en torno a los 585 millones, cifra ligeramente inferior a los 592 del año precedente.

El MAPA es firme defensor de los seguros agrarios y, por eso, ha trabajado para que los, recién aprobados, Presupuestos Generales del Estado de 2021 (PGE2021) incluyan un incremento muy considerable en esta partida. Así, con relación a los cinco ejercicios precedentes, la dotación destinada a subvencionar las pólizas del seguro se incrementa más de un 19%.

El presupuesto para este 2021 permitirá aumentar el apoyo a los asegurados, ya que se subvencionarán los recargos individuales derivados de una elevada siniestralidad o se dará un mayor apoyo a los agricultores jóvenes.

El ministerio ha indicado que las consecuencias de la borrasca Filomena «son una buena prueba de esta necesidad de disponer de una cobertura para daños inesperados e imprevisibles». Aunque aún se desconoce la cuantía total, dado que se sigue haciendo la evaluación, los cultivos más afectados han sido las hortalizas de invierno, además de los cítricos y los cultivos permanentes y de arbustos, por el peso de la nieve.

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El domingo 20 de diciembre finaliza el plazo para contratar la próxima cosecha del seguro de otoño de uva de vino, así como los módulos 1 y 2 del seguro de cultivos herbáceos extensivos para cereal de invierno, leguminosas y oleaginosas (cártamo y girasol) en secano, en todo el ámbito estatal, excepto en Andalucía y Canarias, según ha informado Agroseguro.

A lo largo de los últimos cinco años, la producción asegurada de uva de vino en España ha crecido un 28% (campañas 2016–2020) hasta superar los 3,2 millones de toneladas en la última cosecha, con un valor de producción superior a los 1.100 millones de euros.

Las indemnizaciones a viticultores asegurados en los últimos cinco años suman 224,3 millones de euros, con un número medio de siniestros superior a los 13.200 anuales. En 2017 y 2019, las heladas dejaron fuertes daños en zonas productoras como Ribera del Duero o Rioja. En cambio, 2016, 2018 y 2020 se han visto caracterizados por fuertes pedriscos, especialmente en Castilla–La Mancha y Comunidad Valenciana.

Según los datos recogidos por Agroseguro, la superficie vitivinícola protegida por el seguro agrario ha aumentado un 25% en los últimos cinco años, superando las 473.000 hectáreas en la última campaña. El número de pólizas suscritas para la cosecha recién terminada fueron 31.390, casi 5.000 más que en 2015. Aunque Castilla–La Mancha posee la mitad de la producción nacional asegurada, con 1,7 millones de toneladas y un incremento del 22% en el periodo estudiado, los mayores incrementos de producción asegurada de uva de vino se han producido en el País Vasco (+111%), La Rioja (+65%) y Castilla y León (+49%).

 

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha informado que la gota fría del 5 de noviembre ha causado daños de gravedad en una superficie superior a las 800 hectáreas de cultivo, provocando más de 62 millones de euros en pérdidas de cosechas, sobrecostes de tratamientos para salvar el arbolado y reparaciones de las infraestructuras agrarias dañadas. De todas formas, los daños reales se podrán observar en unos quince días por lo que no se descarta que estos aumenten hasta los 80 millones de euros.

Los daños cuantificados solo en mermas de cosecha ascienden a 42 millones de euros, principalmente en La Ribera, L’Horta Sud, La Safor y La Marina. Los cítricos son el cultivo más afectado, con unas 15.000 hectáreas damnificadas y 20 millones de fruta que no llegará a los mercados, mientras que el caqui, que también se encuentra en plena campaña de recolección, tiene 4.000 hectáreas gravemente perjudicadas y sus pérdidas rondan los 12 millones.

Al desperdicio de estas producciones, la organización agraria ha agregado 5 millones que los productores afrontarán en concepto de tratamientos fungicidas y revitalizadores con el objeto de salvar la próxima campaña e incluso la vida del arbolado. Además, advierte del riesgo que corren cientos de parcelas, sobre todo de cítricos y caquis, porque si se mantienen anegados varios días pueden producirse problemas irreversibles de asfixia radicular.

En el apartado de infraestructuras agrarias, las estimaciones de AVA–ASAJA cifran en 15 millones los sobrecostes del sector agropecuario valenciano a la hora de reparar caminos, canalizaciones, márgenes, invernaderos, casetas y almacenes, instalaciones de riego, etc.

Por todo ello, la organización reclama a Agroseguro que agilice las peritaciones de los campos afectados y el pago de las correspondientes indemnizaciones porque muchos agricultores están descapitalizados para acometer las actuaciones necesarias sobre los cultivos y las infraestructuras de sus explotaciones.

Al mismo tiempo, AVA–ASAJA exige a la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana que se implique con la puesta en marcha de una línea especial de ayudas que permita a los productores de estas zonas más castigadas paliar parte de las pérdidas de cosechas, los sobrecostes por tratamientos, la reposición de arbolado, en su caso, y las reparaciones de las infraestructuras. Por lo que respecta al Ministerio de Agricultura también solicita medidas fiscales como la reducción del IBI Rústica, la condonación de las cuotas de la Seguridad Social y el módulo cero en la próxima declaración de la renta.

AVA–ASAJA ha aclarado que las lluvias han tenido consecuencias favorables en otras áreas agrarias, al recargar los acuíferos tras unos meses de sequía, limpiar los árboles y mejorar la calidad de los frutos. La reducción del volumen de determinadas variedades de cítricos y de caquis, debido al temporal, puede tener repercusiones comerciales que se traduzcan en una escasez de oferta y en un repunte de las cotizaciones en origen. 

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Este año las indemnizaciones a productores de uva de vino asegurados se elevan a 43,6 millones de euros por los siniestros producidos (un 17% más que en 2019) sobre un total de 98.851 hectáreas afectadas, según ha indicado Agroseguro, que ha hecho una nueva remesa de pagos de 35,5 millones, hasta alcanzar los 39,2 millones abonados, un 90% del total anual.

Esta entidad ha señalado que el pedrisco del verano es el responsable del 75% de los daños, «muy por encima de los siniestros por heladas o sequía». La mayor parte de las tormentas se produjeron a finales del periodo estival, y las indemnizaciones se están abonando en un plazo medio de 29,7 días tras el cierre de las peritaciones, que en buena parte de los casos se anticipa incluso a la fecha en que los viticultores habrían recibido el pago por sus cosechas.

Respecto a la próxima cosecha, el periodo de suscripción del seguro de otoño de uva de vino ya se ha iniciado, y estará en vigor hasta el próximo 20 de diciembre.

Por comunidades autónomas, Castilla–La Mancha, con 13,1 millones de euros, es la región que ha sufrido los mayores daños por las tormentas, que han afectado a más de 42.600 hectáreas. Las provincias de Cuenca (con 4,8 millones), Ciudad Real (4,1 millones) y Albacete (2,6 millones) acumulan las mayores indemnizaciones.

La Rioja y la Comunidad Valenciana han alcanzado los 6,6 millones en indemnizaciones cada una. En el caso de la región levantina, supone la mayor indemnización por daños de la última década, y un 90% más que el pasado año. La provincia de Valencia concentra prácticamente todos los siniestros (6,5 millones de euros), una buena parte de los cuales se abonaron durante septiembre para paliar los daños por pedrisco en la comarca de Requena–Utiel.

Por su parte, Badajoz recibirá la mayoría de las indemnizaciones de Extremadura, que alcanzan los 4 millones de euros. El listado de las regiones con más indemnizaciones lo cierran Cataluña (con 3,1 millones, fundamentalmente por las heladas registradas en Tarragona y Lleida), País Vasco (con 2,9 millones por daños de pedrisco en Álava) y Aragón (con 2,4 millones de euros, tanto por pedrisco como por heladas).

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Las indemnizaciones correspondientes a los fruticultores asegurados se elevan este 2020 a 129,14 millones de euros por los siniestros ocurridos durante el año sobre un total de 46.500 hectáreas. Agroseguro ha abonado una nueva remesa de indemnizaciones de 9,37 millones de euros, por lo que el total pagado supera los 95 millones, es decir, casi un 75% del total.

La inestabilidad climática experimentada a lo largo del año, en especial las intensas y reiteradas tormentas de pedrisco, que dieron comienzo en el mes de marzo y han continuado a lo largo del verano, son el fenómeno meteorológico que más ha afectado a las producciones frutícolas de España. Este riesgo acumula una indemnización de 89,31 millones de euros.

Por comunidades autónomas, Cataluña, Región de Murcia, Aragón y Extremadura son las que han experimentado las peores consecuencias, superando los 110 millones de euros (un 85,7% del total nacional).

Cataluña es la que más daños aglutina en fruta, con indemnizaciones de 39,59 millones de euros, de los cuales más de 29 vienen provocados por los reiterados pedriscos de la primavera y el verano. El melocotón (con casi 31 millones) es el cultivo más afectado.

A continuación, la Región de Murcia suma cerca de 30 millones de euros en indemnizaciones, de los cuales alrededor del 50% son consecuencia de las tormentas de pedrisco. Albaricoque, melocotón y nectarina acumulan prácticamente la totalidad de los siniestros.

Aragón es la siguiente comunidad autónoma en cuanto al volumen de indemnizaciones en fruta, con 21,83 millones de euros. Sin embargo, se trata del segundo territorio donde las tormentas de pedrisco han ocasionado más daños, 19,5 millones de euros. De nuevo, el melocotón ha sido el cultivo que más ha sufrido las consecuencias de la intensa actividad tormentosa del año (en concreto de la primavera y el verano).

En Extremadura, la indemnización total se eleva a más de 19,5 millones de euros, de los cuales cerca de 13 millones son achacables a las tormentas de pedrisco. Melocotón y ciruela son, en este caso, las frutas que se reparten las mayores indemnizaciones.

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Agroseguro ha comenzado –prácticamente al tiempo de la vendimia–, a abonar las indemnizaciones a los productores de uva de vino por los siniestros ocurridos durante la campaña 2020, con 2,23 millones de euros, correspondientes en su totalidad a productores de la Comunidad Valenciana. El resto de los pagos, hasta los 44,25 millones de euros previstos, se irán realizando a medida que se vayan alcanzando las fechas de final de garantías.

El año 2020 ha registrado un comportamiento meteorológico muy convulso, con episodios de gravedad en todo el territorio, como la borrasca Gloria, en el mes de enero, y numerosos temporales. Así, la primavera y lo que va de verano están resultando de una actividad tormentosa muy intensa, con reiterados pedriscos que comenzaron en fechas muy tempranas (desde marzo) y que están afectando a numerosas producciones agrícolas.

En el caso del viñedo, a nivel nacional fueron muy importantes las tormentas de finales de junio y del mes de julio. Estos episodios causaron daños en hojas, sarmientos y racimos de cultivo que ya se encontraba en un avanzado estado de desarrollo de su ciclo vegetativo. Por lo que se refiere a la Comunidad Valenciana, que es la zona con la que se han iniciado los pagos, fueron precisamente las tormentas del pasado 14 de julio las que más afectaron a la uva de vino, fundamentalmente a las explotaciones situadas en la comarca La Plana de Utiel-Requena, y sobre todo en Fuenterrobles, Jaraguas, Venta del Moro, Villargordo y Camporrobles.

Agroseguro ha indicado «el seguro de uva de vino es de los más consolidados en España, con un valor de la producción asegurada, en tendencia ascendente, de 1.074 millones de euros correspondientes a la cosecha 2020». En la actualidad, además, los plazos de abono de las indemnizaciones se reducen, de media, a 30 días desde la tasación por el perito, de forma que, «como sucede en esta ocasión, el agricultor recibe el ingreso antes del periodo en que hubieran recibido el pago por su producción de no haber sufrido siniestro».

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La directora general de Agricultura y Ganadería de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población del Gobierno de la Rioja, María Jesús Miñana, se ha reunido en la Comisión Territorial de Seguros Agrarios con representantes de la Delegación de Gobierno, organizaciones agrarias, la Entidad Estatal de Seguros (ENESA) del Ministerio de Agricultura, Agroseguro y el Consorcio de Compensación de Seguros para analizar los datos del seguro agrario en 2019, así como las novedades en las diferentes líneas aseguradas. Esta Comisión ha acordado la creación de un grupo de trabajo técnico para el estudio de la inclusión del mildiu como riesgo asegurable, según ha anunciado Miñana.

El mildiu, enfermedad fúngica de la vid, se expresa con mayor virulencia en determinadas campañas, como consecuencia de lluvias persistentes y temperaturas suaves, que en algunos casos pueden imposibilitar la realización de los tratamientos necesarios para su control. Así, este año se detectó la primera mancha el 3 de mayo, la aparición más temprana en La Rioja desde que se iniciaron los registros hace 47 años, y se extendió por toda la región en diez días. A partir de esa fecha, se han producido contaminaciones continuas con daños significativos.

La directora general de Agricultura y Ganadería ha subrayado que los retos en el seguro agrario se vinculan a la incidencia del cambio climático. Al respecto ha comentado que «en los últimos años el sector está sufriendo muchas inclemencias, desde la helada de 2017 y la sequía, hasta episodios de pedrisco, cada año más frecuentes y tempranos. Desde la Administración y las entidades aseguradoras debemos mantener nuestro apoyo al seguro agrario para que el coste de las primas no comprometa la viabilidad de las explotaciones al no poder asegurar».

La consejería de Agricultura y el Ministerio de Agricultura, a través de ENESA, aportan de media un 43% de subvención del recibo de prima, bonificación que se percibe de manera anticipada una vez que el agricultor contrata la póliza.

Miñana ha trasladado las inquietudes del sector agrario riojano como «un mayor apoyo y colaboración a las líneas más sensibles en el agro riojano, como el seguro de uva de vinificación y de explotaciones frutícolas; y el estudio de implantación de seguros renovables en líneas agrícolas». En la reunión ha estado presente Miguel Pérez, nuevo director de ENESA, quién ha reiterado el compromiso que esta entidad mantiene con el Gobierno de La Rioja.

En 2019, se contrataron en La Rioja 6.208 pólizas de seguros agrarios y aumentó el capital asegurado en un 3%, hasta alcanzar los 268 millones de euros. La uva de vinificación aumentó un 16% en superficie hasta las 28.500 hectáreas aseguradas. En fruta, se ha registrado una disminución del 4% en producción asegurada y en superficie, debido a la reducción de la propia masa de cultivo por los arranques de frutales por la incidencia del fuego bacteriano. El plan de seguros de frutales de 2019 cubrió 2.450 hectáreas de 561 asegurados. Precisamente la fruta y la uva de vinificación son las principales producciones agrícolas aseguradas en la Comunidad Autónoma, con una implantación superior al 63%.

El año pasado la indemnización de los seguros a los agricultores riojanos ascendió a 18 millones, de los que 9 millones han tenido por destino el sector del vino, 6 millones el frutícola, más de 660.000 euros a explotaciones hortícolas al aire libre y 420.000 euros a olivares.

En 2020, el final del invierno y la primavera se han caracterizado por ser muy lluviosos, lo que ha originado una humedad continua del suelo. Este hecho, unido a nueve episodios graves de tormentas con pedrisco, han provocado daños que suponen una previsión de indemnización de 15,6 millones de euros, de los que 8,1 millones de euros corresponden a la viña; 5,2 millones a la fruta; 1,2 millones a cultivos herbáceos extensivos; 838.000 euros a explotaciones hortícolas al aire libre y el resto a explotaciones de cereza y olivares, mayoritariamente.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA–ASAJA) ha asegurado que la tormenta de lluvia, viento y pedrisco que descargó el 14 de julio por la tarde es, en términos de superficie agrícola con elevada intensidad de daños, «la más devastadora de los últimos 30 años en la comarca Utiel–Requena». Tanto es así que, según una primera valoración de la organización agraria sobre el terreno, este temporal «ha golpeado 30.000 hectáreas de cultivo, de las cuales casi 15.000 registraban daños superiores al 70% de la producción, y ha arrojado unas pérdidas económicas de 30 millones de euros».

AVA–ASAJA ha explicado que la franja que se ha llevado la peor parte es la mitad oeste de la comarca de Utiel-Requena, sobre todo los municipios de Camporrobles, Fuenterrobles, Villargordo del Cabriel y Venta del Moro. El cultivo más castigado es la viña, «no solo por la destrucción de cosechas de cara a la próxima vendimia, sino también por las lesiones en la madera que dificultarán las labores de poda y repercutirán muy negativamente en la producción de los años siguientes». Además, el arrastre de tierras ocasionado por las precipitaciones torrenciales «ha tumbado estructuras de espalderas que sostienen las viñas, lo que obligará a los agricultores a realizar inversiones para replantar sus explotaciones».

Otros cultivos severamente afectados son el almendro y el olivar (con especiales daños en aquellos plantones jóvenes que han sido literalmente arrancados del suelo). En cuanto a las infraestructuras agrarias, además de las espalderas de viñedo, se aprecian graves desperfectos en caminos rurales, muros, márgenes de campos, instalaciones de riego, etc.

AVA–ASAJA ha solicitado a la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana que «facilite, a la mayor brevedad posible, tratamientos fungicidas que permitan cicatrizar las heridas en la madera y evitar así la introducción de hongos en el interior de los cultivos, si bien advierte de que, en muchas zonas bajas, a causa de la inundación de agua, no será posible entrar con maquinaria para realizar estos tratamientos con la debida rapidez y eficacia».

Además, ha reclamado a las distintas administraciones una serie de ayudas directas y medidas fiscales que permitan a los agricultores compensar parte de las pérdidas sufridas. Cabe recordar que en el cultivo de la vid el nivel de contratación del seguro no alcanza el 50% de la producción, por lo que AVA–ASAJA insiste a la Administración «en que haga una apuesta clara y decidida por los seguros agrarios». 

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