Durante dos días, en concreto el 26 y 27 de noviembre, unos 1.600 profesionales han intercambiado en Córdoba conocimiento y experiencias en el DATAGRI 2018, foro de referencia para el impulso de la transformación digital en el sector agroalimentario, organizado por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Cooperativas Agro–alimentarias de España, la compañía tecnológica HISPATEC y la ETSIAM de la Universidad de Córdoba. Los asistentes al evento han resaltado su relevancia como punto de encuentro entre agricultores, industria auxiliar, empresas tecnológicas y administración.
Durante el acto de inauguración de DATAGRI, el comisario europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, ha manifestado que la Unión Europea (UE) invertirá en «plataformas de integración digital agrícola» para acelerar el proceso de transformación digital del sector. Estas plataformas, ha explicado Hogan, harán accesibles los datos y permitirán a terceros desarrollar aplicaciones y conectar diferentes usuarios y aplicaciones a los desarrolladores. Equipadas con modelos de negocios apropiados, las plataformas agrícolas digitales pueden, en última instancia, «ser instrumentales en la creación de ecosistemas de innovación digital abiertos».
Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha subrayado el importante papel que deberán jugar la innovación y la digitalización como herramientas imprescindibles para la agricultura del futuro, que deberá ser más inteligente, sostenible y competitiva, para luchar contra el cambio climático y contribuir a la preservación del medio ambiente y la consecución de los objetivos de la Agenda 2030. Como ejemplo, el ministro ha mencionado la ventaja que ha supuesto la aplicación de la tecnología y la digitalización en la modernización del regadío español, que ha logrado reducir el consumo de agua en un 16% entre 2004 y 2015.
Respecto a la celebración de eventos como DATAGRI, el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Rodrigo Sánchez Haro, ha indicado que «la transformación digital no es una opción de futuro, es una obligación y es ya presente». Para añadir que el tejido agroalimentario, que supone el 8% del Producto Interior Bruto (PIB) y da empleo a 270.000 personas en Andalucía y concentra el 24% de las exportaciones de alimentos y bebidas de España, genera miles de datos diarios que «nos van a servir, a través de la digitalización, para aumentar nuestra eficiencia y dar una mejor y más rápida respuesta a los consumidores y al mercado en general».
Hacia el liderazgo español en este campo
Sobre lo que supondría que España liderará la transformación digital agraria, la directora de la ETSIAM de la Universidad de Córdoba, Rosa Gallardo, ha destacado varios aspectos. En este sentido ha indicado que «el primero es que beneficiaría el desarrollo y posicionamiento competitivo de nuestro sector. El segundo, y no menos importante para el conjunto de la sociedad, es que este liderazgo nos permitiría dar mejor respuesta a las principales demandas: alimentos en la cantidad y calidad adecuadas, lucha contra el cambio climático, mejor gestión del agua, freno al despoblamiento… Y, en tercer lugar, el liderazgo nos ayudaría a incidir mejor política con el objetivo de dirigir los esfuerzos hacia las necesidades reales de nuestro sector».
José Luis Molina, CEO de Hispatec, ha afirmado que estar en posiciones de liderazgo tecnológico, tanto en el desarrollo de tecnologías como en su aplicación práctica, siempre es positivo. Así, «las ventajas son múltiples y tenemos la oportunidad de convertirnos en referencia tecnológica a nivel mundial, a partir de realidades productivas y exportadoras ya muy potentes, como en frutas y hortalizas, porcino, aceite de oliva o vino. Nuestra realidad productiva y posición en el mundo nos pueden llevar a ser líderes mundiales en tecnología digital para agriculturas de alto valor en zonas templado-cálidas o cálidas».
Por lo que se refiere a la visión de los agricultores, el secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha dicho que no se espera que el proceso de transformación digital en el sector agrario tenga efectos apreciables en los próximos dos o tres años, pero en una década sus consecuencias serán muy profundas y afectarán a la productividad y calidad de los productos de las explotaciones, a los costes de producción y a otras variables del proceso de producción, como el impacto medioambiental. «En este sentido, tener un buen posicionamiento de salida, un liderazgo, es importante, pero es más importante que consigamos llegar a la gran mayoría de agricultores profesionales que producen nuestros alimentos para que estén preparados y adaptados para este intenso cambio», ha afirmado Blanco.
Por su parte, el vicepresidente de Cooperativas Agro–alimentarias de España, Juan Rafael Leal, ha subrayado que a nivel cuantitativo se espera un crecimiento anual del mercado de la transformación digital en el sector agroalimentario muy rápido. Así, ha puntualizado que «por ejemplo, en el mercado de robótica agrícola de un 24%, en drones de un 18% y en el de dispositivos para la agricultura de precisión de un 17%. España debe aprovechar esta oportunidad de crear valor, negocio y empleo porque nuestro país tiene grandes ventajas, como un sector agroganadero muy diverso e internacionalizado y podría ser un laboratorio de las tecnologías digitales con gran potencialidad de transferencia hacia otros países».