viñedo

La UAGR denuncia el reparto injusto y peleará para que los criterios de adjudicación cambien en los próximos repartos

 

Ni una sola hectárea para los viticultores de La Rioja, salvo para quienes se hayan instalado en la actividad agraria en el último año y no tuvieran viñedo a su nombre. Además, quienes sí reciban permiso únicamente podrán plantar el 11,59% de lo solicitado. Ante este injusto e injustificado reparto, la UAGR peleará para que el Ministerio cambie los criterios de prioridad para próximos repartos.

Como ya denunció la UAGR en su momento, el Ministerio estableció como prioridad para acceder a las nuevas autorizaciones de plantación de viñedo que el solicitante fuera joven y no tuviera viñedo a su nombre. Para la Unión, este criterio penalizaba a los viticultores profesionales, especialmente a los jóvenes que se han instalado en el campo en los últimos años.

Una vez conocido el reparto se ha confirmado la denuncia de la UAGR, ya que el total de las hectáreas repartidas en la DOC Rioja (387) recaerán en este grupo de jóvenes que no tenían viñedo previamente. Dado el alto volumen de hectáreas solicitadas dentro de este grupo (3.339), cada solicitante apenas podrá plantar el 11,59% de la cantidad solicitada. Así pues, por un lado, los viticultores profesionales se quedan sin autorizaciones, mientras que la escasa cantidad asignada a quienes sí las han recibido pone en cuestión la viabilidad económica de su plantación.

En cambio, con otros criterios de reparto más justos, en estimaciones de la UAGR los jóvenes viticultores profesionales hubieran recibido el 100% de lo solicitado y, quizá, hubieran sobrado hectáreas para el resto de viticultores.

Por todo lo anterior, la UAGR, tanto en La Rioja, como ante el Ministerio a través de COAG, peleará para que los criterios de adjudicación cambien de cara a los próximos repartos.

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El pasado 21 de enero en Briones, se celebraba bajo el título 'Retos de la Viticultura Actual – Cómo cuidar los viñedos para que vuelvan a vivir 100 años' una jornada con gran éxito de participación. Por ello el cuidador de viñas y especialista Julián Palacios, organizador de la misma en colaboración con la Red de Investigación en Viticultura (Redvitis), se ha animado a celebrar una segunda edición el próximo lunes 22 de febrero.

A juicio de Palacios, en los últimos años, la viticultura se ha subido al carro del "low cost" y una de las consecuencias que estamos padeciendo es ver cómo "la vida de los viñedos se está acortando a pasos agigantados". Muchos viticultores plantan nuevos viñedos con la esperanza de que lleguen a vivir unos ¡25 años!, algo impensable hace no más de 3 o 4 décadas. ¿Qué está sucediendo? ¿Cuáles son las causas? ¿Cómo podemos ponerle remedio? Aportar respuestas es el objetivo de esta jornada.

Como en la edición anterior, la jornada se hará en la Sala de Conferencias de Vivanco (Briones, La Rioja) y contará con la participación de expertos del sector.

Una mesa de debate con los ponentes, moderada por L. Gonzaga Santesteban, cerrará la jornada.

Pueden encontrar el programa e inscribirse en www.julianpalacios.es

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Permitirá realizar acciones conjuntas de formación, divulgación, protección y promoción.

 

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) y la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV) han suscrito un convenio marco de colaboración que refuerza la relación entre ambas instituciones y en el que se reconoce a la Conferencia como interlocutor del Ministerio en materia de Denominaciones de Origen vitivinícolas. Este acuerdo permitirá planificar y llevar a cabo actividades conjuntas de formación, estudio y análisis, divulgación, protección y promoción en el ámbito del sector y de las figuras de calidad.

Estas acciones supondrán la colaboración de las Denominaciones de Origen y el Ministerio en programas de formación sobre cuestiones técnicas relacionadas con la normativa o la protección de las D.O., en actividades destinadas a aumentar la divulgación de aquellos asuntos que mayor interés generan en las Denominaciones de Origen y, por lo tanto, en sus bodegas y viticultores, en una mayor cooperación en la defensa de los derechos de propiedad intelectual de las D.O. y se traducirán también en la identificación y el desarrollo de acciones de comunicación y promoción de las figuras de calidad y de los vinos con D.O. El acuerdo dará cabida igualmente a la realización de estudios y análisis sobre aspectos y asuntos relacionados con las figuras y los vinos de calidad.

Asimismo, se institucionalizará el diálogo que el Ministerio y CECRV vienen manteniendo en torno a los principales temas que afectan al sector en general y a las Denominaciones de Origen en particular.

Mediante el presente convenio, firmado el pasado 11 de febrero, tanto el Ministerio como la organización que representa a las Denominaciones de Origen se dotarán de mejores herramientas y aumentarán su grado de coordinación para llevar a cabo iniciativas que permitan una mayor difusión de las figuras de calidad y de sus vinos. Compromiso, colaboración y voluntad de acción para la mejora de la protección y de la promoción de las D.O. y de los vinos de calidad son los valores que han llevado hasta la firma del presente acuerdo, cuya vigencia inicial será de un año y que podrá seguir vigente durante cinco años más. 

http://cecrv.eu/

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Se ha creado también una Comisión, vigilada por la Consejería, para que se cumplan los acuerdos

 

El sector vitivinícola regional firmó el viernes pasado un acuerdo para trabajar en esta campaña con un contrato tipo que supone el consenso entre productores y bodegueros. La firma del mismo se realizó en un acto celebrado en la Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente y presidido por la consejera Adela Martínez–Cachá.

También asistieron el director general de Producciones y Mercado Agrícolas, Fulgencio Pérez, y los representantes de las organizaciones agrarias Cog–Ir, Adea–Asaja y UPA, las bodegas cooperativas representadas por Fecoam y la Asociación de Empresarios de Vinos de Jumilla (Asevin).

La Consejería ha actuado como impulsora y mediadora en las relaciones entre las distintas organizaciones, «proponiendo y coordinando los encuentros para asegurar el diálogo y consecución de acuerdos entre el sector productor y el sector industrial», indicó la consejera, quien recordó que «desde julio se viene trabajando con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y mediando entre agricultores y bodegueros para crear un contrato tipo y establecer el precio de la uva, dando cumplimiento a la Ley de la Cadena Alimentaria, que se sacó adelante con el fin de que estuviera garantizada la posición de los viticultores». El sector genera en la Región 2.435 empleos directos, además de otros indirectos.

En este acuerdo, los bodegueros se comprometen a cumplir lo dispuesto en la ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, la formalización de un contrato escrito previo a la recepción de la uva para vinificación en sus instalaciones, utilizando el modelo recomendado por la Organización Interprofesional del Vino de España, que recoge el precio de la transacción y el plazo máximo de pago de 30 días.

El pago y las liquidaciones del producto se efectuarán en función de la calidad de las uvas, y por primera vez, se comprometen a tener en consideración los valores reflejados en el estudio 'Evaluación económica del cultivo de la viña en la Región de Murcia', realizado por el IMIDA, teniendo en cuenta las condiciones del mercado. Para conseguir una mayor transparencia de mercado y poder realizar un seguimiento y análisis del sector, se comprometen a suministrar información a la Consejería.

Los productores también se comprometen a cumplir las normativas de los distintos consejos reguladores de denominaciones de origen, en cuanto a calidad de las uvas entregadas y producciones máximas por hectárea. Aceptarán que las parcelas de D.O., cuyas producciones excedan los límites establecidos por los reglamentos de los consejos reguladores, sean descalificadas teniendo como destino la elaboración de vino de mesa. También utilizarán el contrato de compra-venta de uva para vinificación recomendado por la Organización Interprofesional del Vino.

 

Líneas de ayuda de la Consejería
Por su parte, la Consejería apoyará la rentabilidad y modernización del sector a través de las distintas líneas del Programa de Desarrollo Rural, que incluye el apoyo a la incorporación de jóvenes al sector, ayudas al viñedo en agricultura ecológica y medidas de agroambiente y clima; con el 'Programa de Apoyo al sector vitivinícola', que cuenta con actuaciones de ayuda a la reconversión de explotaciones, inversiones en bodegas para modernizar equipos y maquinaria y promoción de vinos en terceros países.

Además, aportará los recursos, estudios e informes que contribuyan a un mejor conocimiento del sector y a la adopción de acuerdos entre las partes productora e industrial; colaborará con la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) en materia de control del sector vitivinícola y en la creación de un sistema unificado de información, que incluirá un registro de operadores y la información que deben contener las declaraciones obligatorias para conseguir una mayor transparencia del mercado. La Consejería facilitará al sector industrial el estudio 'Evaluación económica del cultivo de la viña en la Región de Murcia', realizado por el IMIDA, para la evaluación de los costes de producción del cultivo de la uva.

Y se pondrá en marcha una comisión de seguimiento de los acuerdos, que presidirá la consejera y estará integrada por representantes del sector productor y del sector industrial. La Consejería actuará como órgano de conciliación y arbitraje para la resolución de desacuerdos y litigios que se planteen en el cumplimiento de los contratos.

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De cómo obtener viñedos equilibrados desde el punto de vista fisiológico para producir vinos de calidad nos hablará el profesor José Ramón Lissarrague, uno de los mayores expertos en viticultura de nuestro país, el próximo 23 de septiembre en Jerez de la Frontera, Cádiz.

Desde Enoviticultura os animamos a asistir a esta interesante jornada organizada por Asaja Cádiz y Vivai Cooperativi Rauscedo (VCR), producto distribuido en exclusiva por Agromillora.

 

El carácter de un vino y su calidad final dependen de los distintos componentes que lo integran y el equilibrio existente entre ellos. Estos componentes y sus precursores, presentes en la uva de manera previa a la elaboración del vino, se encuentran influenciados por una serie de factores permanentes difícilmente modificables, como son el clima o el suelo, y por otros elementos no permanentes definidos por la acción del hombre.

La tecnología de cultivo utilizada en cada caso nos permitirá obtener diferentes respuestas para un mismo viñedo: la superficie foliar expuesta, el potencial productivo fijado en la poda, la metodología de riego o el uso de cubiertas vegetales, son un claro ejemplo de herramientas que varían el balance cuantitativo y cualitativo, de los componentes de las uvas cosechadas.

Estos y otros aspectos, orientados a la obtención de viñedos equilibrados desde el punto de vista fisiológico, son el objetivo de la ponencia de José Ramón Lissarrague. Doctor Ingeniero Agrónomo, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y de numerosos Másteres de viticultura; compagina su labor como docente con una importante actividad de consultoría vitícola e investigación en bodegas de reconocido prestigio internacional.

Todo ello, le otorga un bagaje suficiente como para calificar a José Ramón Lissarrague como uno de los mayores expertos en viticultura que podemos encontrar hoy en día en España.

Desde VCR y ASAJA Cádiz no les cabe la menor duda que esta jornada no les dejará indiferentes, y que una vez más cumplirán con su objetivo: seguir siendo líderes en el mercado de la planta de vid no sólo por la calidad de su producto sino por el reconocimiento del servicio técnico que la envuelve.

Pueden consultar el programa aquí.

Las plazas son limitadas por lo que os recomendamos confirmar asistencia enviando un correo electrónico a: info@agromillora.com

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Vendimia en la DO Ribeira SacraArtículo publicado en Enoviticultura nº 32

 

De los viñedos situados en las laderas con una fuerte pendiente se obtienen las mejores uvas. Éste es el principio del que parte la viticultura vertical. La técnica aprovecha el terreno favorable para mejorar la calidad del vino. Los caldos obtenidos en estas bodegas adquieren las etiquetas ‘tops’. Los técnicos de las Denominaciones de Origen (DO) Montsant, Ribeira Sacra, Valdeorras y Bierzo, que hablan de este método, destacan «la importancia de maximizar la presencia de la radiación solar en las hojas de las viñas para incrementar la productividad sin disminuir la calidad del vino».
En los viñedos en los que se apuesta por los sistemas de cultivo vertical, la orientación y la recepción del sol son claves. De la radiación solar dependen: la fertilidad del viñedo, el desarrollo vegetativo, la producción, la precocidad en la floración, la duración de la maduración y el contenido en azúcares y color.
 

Montsant y los suelos de pizarra

En la comarca del Priorat (Tarragona), en las dos denominaciones de origen (Priorat y Montsant) se practica la viticultura vertical. Ambas producen vinos tintos, mayoritariamente de las variedades garnacha y cariñena. El presidente de la DO Montsant, Jaume Domènech, apunta que sus caldos «tienen un estilo diferente a los del Priorat, ya que poseen más carga frutal, un tacto más suave y menos concentración y mineralidad».
La DO Priorat se ha convertido en una de las regiones vitivinícolas de moda. Su secreto se encuentra en los suelos de pizarra licorella, una roca metamórfica sedimentaria con una textura muy fina. «La falta de lluvias y el entorno abrupto nos ofrecen unos vinos muy concentrados con una mineralidad especial», explica el presidente de la DO, Antoni Alcover. Como ejemplo de esta tendencia, Alcover habla de la bodega Costers del Priorat.
Costers del Priorat está ubicada cerca de la población de Bellmunt de Priorat. Allí, los viñedos se cultivan en terrenos muy pequeños, por lo que las producciones son escasas y los trabajos de manejo son totalmente mecánicos. Alcover define a los viticultores de la zona como “héroes” por las dificultades que supone el cultivo con la técnica de la viticultura vertical. En la finca de Costers del Priorat, hay 20 hectáreas de variedades de uva tinta. Las cepas más antiguas de la variedad garnacha alcanzan los 100 años. Recientemente, se han plantado viñas de Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon.
 

Ribeira Sacra: viñas como bonsais

En la zona vitivinícola de la Ribeira Sacra (Ourense), el hombre ha ganado a la máquina. En una zona de barrancos que van a parar al río Sil, con un suelo pobre y seco, el vino se cultiva en vertical. Fernando González, responsable la la Bodega Algueira, una de las que forma parte de la DO, asegura que «la técnica no impide que la calidad de los caldos sea excelente». Los vinos de la Ribeira Sacra se caracterizan por su mineralidad y cuerpo, fruto del desnivel de las viñas. En el caso de la viña Carballo Cobo en Sober (Ribeira Sacra de Lugo) el desnivel alcanza el 85%.
Desde la Bodega Algueira, González recuerda que la viticultura vertical tiene «el reto de ser sostenible». La bodega orensana cuenta con 4 hectáreas donde «crecen viñas pequeñas como bonsáis que tardan 20 años en desarrollar toda su producción». Las variedades de Godello y Mencía nacen de un suelo de pizarra descompuesto. «Las uvas se forman en racimos pequeños y piel dura».
El responsable de Algueira precisa que el viticultor debe ser consciente que «ha de vendimiar al hombro con un sistema mecanizado con el que obtendrá poca producción». González admite que el placer de la viticultura vertical favorece realizar experimentos según las parcelas. «La madera y la temperatura de la bodega definen la fermentación del vino», añade. La bodega elabora 20.000 botellas al año y dos de sus vinos recibieron 95 puntos en la última edición de la Guía Parker.
 

La recuperación del suelo en Valdeorras

En la comarca orensana de Valdeorras, la orografía y la escasa producción provocaron que se abandonaran muchas de las viñas de la zona. En este contexto, surgieron iniciativas como la de Rafael Palacios, que ha adquirido 19 hectáreas en la última década. En las fincas de los Palacios, situadas a una media de 700 metros de altura, se ha recuperado el suelo a través de una viticultura tradicional. En tierras formadas con rocas de granito, se cultiva la variedad Godello, identificada por una uva aromática de piel fina de la que se extraen vinos cargados de mineralidad y con acidez.
Las vides se cultivan en vaso con un sistema ecológico a poca profundidad, ya que las rocas de granito no permiten que penetren más las raíces. El dueño de la bodega, Rafael Palacios, reconoce que con «las variedades autóctonas el éxito no está garantizado». Por eso, Palacios resalta «la necesidad de controlar la temperatura del vino en las barricas para ayudar a que la fermentación sea estable con levaduras frágiles».
La bodega Los Palacios produce 200.000 botellas anuales, de las que un 60% se envían a la exportación. Esta cosecha genera cuatro vinos diferentes: Bolo, Louro do Bolo, As Sortes y O Soro. Para la crianza, se utilizan barricas de roble francés de 500 litros.
 

Las cepas con rendimiento limitado del Bierzo

Con 4.500 hectáreas, en la comarca leonesa del Bierzo, las viñas son antiguas, las fincas suelen tener menos de dos hectáreas y se encuentran en terrenos elevados. Hace una década, allí también se inició la tarea de recuperar viñedos aposentados en suelos arcillosos y minerales. El proceso de cultivo anterior a la vendimia se asemeja a la labor de un artesano, controlando en todo momento los azúcares de la uva, el color o el índice de polifenol para seleccionar el grado óptimo de maduración.
Uno de los ejemplos de esta tendencia es el vino Demencia Cachicán, producido en el Bierzo, y del que en 2013 solo se comercializaron 85 botellas. Uno de los creadores del proyecto, Bruno Arias, comenta que «nuestro objetivo era trabajar con una uva menos madura de la variedad Mencía que nos permitía llevar a cabo la fermentación a una temperatura más baja y evitar así los aromas herbáceos».
La vendimia en el Bierzo es especialmente dura porque se realiza a mano, ya que en las parcelas no caben los tractores y los desniveles son de vértigo. Estos condicionantes hacen que cada cepa solo ofrezca un rendimiento medio de 1,2 kilos. Para recoger la uva, se utilizan cajas perforadas de unos 10 kilogramos para que los racimos de uva lleguen en un estado adecuado al proceso de selección en la bodega.
 
Características de las bodegas de viticultura vertical.
Nombre DO Ubicación Superficie Variedades
Costers del Priorat Priorat Bellmunt del Priorat 20 hectáreas Syrah, merlot y Cabernet Sauvignon
Bodega Algueira Ribeira Sacra Doade hectáreas Godello y Mencía
Los Palacios Valdeorras A Rúa 19 hectáreas Godello
Demencia Cachicán Bierzo Villafranca del Bierzo hectáreas Godello
 

La viticultura emocional

Además de la viticultura vertical, existe una moda reciente que se basa en la técnica para mejorar el cultivo de la viña. La localidad de la Dehesa de la Luna (Albacete) dispone de 82 hectáreas de viñedos plantadas en un clima continental (lluvioso en otoño y en invierno y caluroso y seco en verano). Este contraste alarga el proceso de maduración de la uva y la dota de aromas más complejos.
La Dehesa de la Luna se dedicaba al cereal y al ganado ovino. Desde 2001, se cultivaron viñedos. Siete años más tarde se incorporó al proyecto el especialista en viticultura José Ramón Lissarrague. En las cepas se combinan diferentes técnicas en función del clima y del suelo. Así, según las características se opta por diversos sistemas de conducción y de poda. A partir de 2009, se adaptaron variedades autóctonas (monastrell, garnacha, cariñeña o bobal). El método, que permite formar clones en algunas parcelas, se conoce como viticultura 3.0.
En esta misma línea se inscribe la iniciativa ‘Foodie’, destinada a fomentar la viticultura de precisión. Con la colaboración de ocho países (España, Alemania, República Checa, Austria, Italia, Polonia, Turquía y Letonia), se pretende recoger datos sobre la topografía, la orientación, la altitud, la pendiente o las condiciones del suelo a través de unos sensores instalados en las cepas. Este objetivo se logrará a partir de un software que generará resultados para optimizar el rendimiento de cada zona del viñedo.
Una vez realizado el análisis, los técnicos de las bodegas podrán decidir con más agilidad y rapidez sobre los tratamientos fitosanitarios que aplican, los nutrientes que se aportan o la elección del orden en que se realiza la vendimia según el estado de cada variedad y parcela.
 

Cosechas regulares y vinos diferenciados

El proyecto ‘Foodie’ también mitigará el impacto ambiental de la actividad vinícola. Los ensayos se iniciarán en la bodega gallega Terras Gauda, en la que se clonará una variedad de uva albariño con la intención de lograr cosechas regulares. De esta manera, se ensalzará la tipicidad de cada vino, enfatizando las características diferenciadoras y autóctonas. Al final, se trata de mantener la calidad y el ADN de cada caldo en todas las añadas, dejando de lado los factores externos que influyen y modifican el proceso de la vendimia.
Otra de las líneas de investigación del proyecto se centra en el estudio comparativo de dos manejos de cultivo: el desnietado y el aclareo. En el primer método, se elimina el tallo secundario que sale del sarmiento porque consume recursos de la planta y reduce la cantidad y la calidad de la uva. El aclareo consiste en la eliminación de los brotes que salen de nuevo que perjudican el crecimiento de los que ya tienen un racimo. El estudio busca conocer si la técnica influye en la acumulación de compuestos saludables. Para ellos, se vinifica por separado el mosto resultante de cada una de las variedades.
Aprovechar el terreno escarpado, controlar la radiación solar y aplicar un método manual de recogida de la uva son algunas de las técnicas utilizadas en la viticultura vertical para mejorar la calidad de los vinos. Son métodos artesanales que tienen como finalidad recuperar el cultivo de variedades abandonadas. Paralelamente, la viticultura emocional y la de precisión se benefician de las ventajas que otorga la tecnología para controlar de forma milimétrica la elaboración. En ambos casos, el propósito es resurgir el arte de producir vino.
 
David Rodríguez, Lleida.

 

 

 

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