Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal ha presentado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y Biosistemas (ETSIAAB) de Madrid los resultados de su trabajo a través de la ponencia ‘Sobre el rejuvenecimiento del viñedo y su adaptación al cambio climático’. En ella, la empresa ha explicado las medidas que ha tomado en los últimos años en el ámbito vitivinícola con dos claros objetivos: reinjertar las viñas con el fin de rejuvenecer el viñedo y la adaptación de sus sistemas de cultivo para combatir las incertidumbres del cambio climático. En este evento han estado presentes José Manuel Palacios, director de la ETSIAAB; Alejandro Aznar, presidente de Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal; Vicente Sotés, catedrático emérito de la ETSIAAB; Francisco Hurtado de Amézaga, director general Técnico y de Producción de Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal; Pedro Ballesteros, ingeniero agrónomo y Master of Wine; y Luis Hurtado de Amézaga, director Técnico y de Producción de Marqués de Riscal en la bodega de Rueda.
Hurtado de Amézaga ha sido el encargado de exponer cómo Marqués de Riscal inició su política de reinjertos en el 1995, con los viñedos que la bodega tiene en la Denominación de Origen Rueda. El éxito de aquella primera intervención les impulsó en el año 1998 a aplicar esta técnica en los viñedos de la D.O.Ca. Rioja, aunque fue en el 2017 cuando la empresa decidió apostar definitivamente por este sistema. Desde entonces, ha reinjertado 180 hectáreas (ha) de viñedo, con grandes resultados.
La idea de reinjertar surgió tras observar que el viñedo plantado en torno a la década de los 70, no estaba dando los mismos resultados que el viñedo más viejo, plantado con anterioridad. Ante esta situación, ha explicado Hurtado de Amézaga, «se podía optar por arrancar el viñedo o bien reinjertarlo, algo que en aquel momento no estaba bien visto». Finalmente, se ha apostado por el reinjerto con madera de aquellos viñedos más antiguos que estaban dando buenos resultados. Una de las grandes ventajas de este sistema frente al arranque es que la vid cuenta ya con un sistema radicular de mayor edad, a la que se suma la calidad de la planta que se está reinjertando. Así, han logrado, en un corto espacio de tiempo, obtener vinos de calidad similar a los de sus viñas más viejas. «Podemos dar el trabajo por terminado porque el éxito en términos de calidad es rotundo», ha afirmado el director general de Marqués de Riscal.
De esta forma, no solo se prolonga la vida de los viñedos, sino que se incrementa su valor. Como ha comentado Pedro Ballesteros, «la viña vieja es inteligencia a disposición del ser humano» y ha añadido que «debería estar prohibido arrancar viña vieja, pues la viña tiene vocación de eternidad, es paisaje».
Medidas ante el cambio climático
Además, Luis Hurtado de Amézaga, ha contado los retos que la compañía tiene frente al cambio climático. Una de sus principales apuestas es el cultivo ecológico que pusieron en marcha hace 10 años. Este tipo de cultivo hace que la planta sea más resistente y resiliente ante las posibles adaptaciones que tenga que hacer frente a la incertidumbre climática: «nuestro objetivo es poner en marcha un tipo de cultivo que permita a nuestro viñedo vivir el mayor tiempo posible», ha apuntado el director técnico. Actualmente, Marqués de Riscal cuenta con 350 ha certificadas en ecológico en Rueda, 370 ha en Rioja y algo más de 100 en proceso de certificación. Todo un hito entre las bodegas españolas, ya que hay muy pocas que estén haciendo una apuesta tan decidida por el cultivo ecológico.
Por otro lado, la compañía tiene una fuerte apuesta por la agricultura regenerativa. El aumento de la biodiversidad en el suelo aumenta la cantidad de materia orgánica y carbono, evitando la erosión del suelo. No solo mejora la vida del suelo, sino la biodiversidad en las propias viñas, tanto animal como vegetal, gracias a cubiertas vegetales o incluso con árboles y arbustos que atraen a fauna beneficiosa para el viñedo. Con ello se controlan mejor las plagas de manera natural, sin necesidad de productos externos.
También es un punto importante para Marqués de Riscal garantizar la perennidad de la planta. El grupo bodeguero cuenta con 500 ha de viñedo viejo en Rioja Alavesa, garantía de calidad de sus vinos, y la poda es clave para conseguir que las plantas tengan una vida lo más longeva posible. Actualmente, están colaborando con la empresa italiana especializada en poda Simonit y Sirch, para recuperar técnicas tradicionales de poda que respetan el flujo de savia de la planta y minimizan las heridas ocasionadas, que son la puerta de entrada de enfermedades que pueden acabar con la vid. La perennidad de la planta permite que estos viñedos enraícen mejor y que colonicen un volumen de suelo mucho más importante. Esto supone que la planta sepa absorber más agua, absorba más nutrientes y, por lo tanto, en situaciones de estrés –como ha ocurrido en las últimas cosechas con el aumento de temperaturas–, estas plantas sean capaces de utilizar el agua y los nutrientes que han absorbido previamente, así como sus reservas para llevar a la uva a una madurez perfecta. De ahí la importancia de contar con viñedo viejo.
De cara a los cambios en el clima, también están teniendo en cuenta otros factores para que los viñedos del futuro puedan hacer frente a la incertidumbre climática: sistemas de conducción específicos, orientaciones más frescas y mayor altitud, o suelos con buen drenaje.