Viticultura

Científicos del departamento de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Cádiz, en colaboración con la Universidad de Castilla–La Mancha, han convertido residuos orgánicos en energía limpia y compuestos útiles para la industria. En concreto, han combinado los lodos que se obtienen al tratar las aguas residuales con las vinazas resultantes de la destilación del vino para generar hidrógeno renovable, con un posible uso en pilas de combustible para producir electricidad o inyectado en redes de gas, y ácidos grasos volátiles, que pueden servir como materia prima en industrias químicas, cosméticas y agroalimentarias.

La novedad del trabajo radica «en el uso de ozono como pretratamiento antes de someter los desechos a fermentación oscura, una modalidad de digestión anaerobia, como se conoce al proceso biológico en el que ciertas bacterias descomponen la materia orgánica sin presencia de luz ni oxígeno». El estudio demuestra que, «al aplicar este gas a los lodos antes de mezclarlos con las vinazas, aumenta significativamente la producción de hidrógeno limpio».

Con este proyecto se promueve además la economía circular, dando uso a residuos que se producen en un entorno próximo, lodos de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Guadalete y desechos del vino de la bodega González Byass, ambos en Jerez de la Frontera. «Habitualmente las vinazas se envían a la EDAR, donde se tratan junto con las aguas residuales, pero en este trabajo se hace una gestión alternativa que las revaloriza a través de los nuevos subproductos resultantes», ha señalado a la Fundación Descubre, José Luis García, investigador de la Universidad de Cádiz y responsable del estudio.
 

Ozonización

La aplicación de ozono en el tratamiento de residuos había arrojado resultados positivos en experiencias previas, como la desarrollada por miembros del equipo investigador con lodos de depuradora y restos de aceituna de mesa. «La ozonización se podría comparar a inyectar burbujas de oxígeno en un acuario. Este gas rompe las moléculas grandes de los desechos orgánicos para generar fracciones más pequeñas y solubles, facilitando la labor de las bacterias durante la fermentación oscura», ha apuntado García.

Los científicos probaron diversas variantes para mejorar el rendimiento del proceso. «Evaluamos la posibilidad de tratar ambas matrices en conjunto o por separado, y concluimos que el escenario más favorable era hacerlo con la dosis de ozono que se optimizó para el lodo y mezclarlo después con las vinazas», ha comentado María Eugenia Ibáñez, investigadora de la Universidad de Cádiz y coautora del estudio.

Los resultados, detallados en el trabajo ‘Enhancing dark fermentative biohydrogen and VFA production via ozone pre–treatment’, publicado en la revista Bioresource Technology, revelaron que «en el caso de los lodos, una dosis específica de ozono (0,018 g por gramo de sólido) optimizó significativamente la producción de hidrógeno verde y ácidos grasos volátiles». En cambio, «para las vinazas resultó contraproducente la oxidación excesiva».
 

Transformar biomasa en energía renovable

Los expertos comparan este trabajo con el de una biorrefinería, porque ambos tienen como objetivo transformar biomasa, es decir, residuos orgánicos, en energía renovable y compuestos químicos de valor añadido. «Al igual que en una refinería de petróleo, intentamos obtener combustible, en nuestro caso el biohidrógeno, pero también subproductos valiosos, los ácidos grasos volátiles, susceptibles de utilizarse en otros procesos industriales», ha indicado García.

Las aplicaciones derivadas de este estudio son diversas. Por un lado, como fuente de energía limpia, pues el hidrógeno se podrá inyectar en las redes de distribución de gas natural adaptadas, en otras específicas para su suministro o ser usado en pilas de combustible para generar electricidad. Por otro, como reactivo en procesos industriales, especialmente en refinamiento petroquímico. En cuanto a los ácidos grasos, estos son aptos como materia prima para la obtención de bioplásticos, en la industria cosmética o para la elaboración de aditivos alimentarios y productos químicos especializados.

Este trabajo se enmarca en el proyecto ‘Integración de la biorrefinería anaerobia en el tratamiento de co–digestión de biosólidos y residuos agroalimentarios’, financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y fondos FEDER.

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El consumo moderado de vino se ha correlacionado positivamente con la prevención de enfermedades crónicas de alta incidencia, en base a mecanismos antiinflamatorios, antioxidantes y antiaterogénicos, entre otros. Existe una clara evidencia científica que relaciona estos efectos protectores del vino con su contenido de polifenoles, junto con un patrón de ‘consumo moderado’, principalmente con las comidas y en un entorno social.

La recogida de información relativa a los patrones de consumo de vino en particular y de dieta en general, se realiza a través de encuestas de frecuencia de consumo alimentario y registros de dieta de 24 h, que generalmente son autocumplimentados por los voluntarios de los diferentes estudios. Sin embargo, estos cuestionarios tienen sus limitaciones ya que dependen de la comprensión de las preguntas, de la memoria del usuario y de su capacidad de percepción del tamaño de ración de los diferentes alimentos que constituyen su dieta. Durante la última década, la información recogida a través de estos cuestionarios se está validando con ‘biomarcadores de consumo’ objetivos, analizados en muestras y fluidos biológicos, que corresponden a metabolitos derivados de determinados componentes de la dieta.

Los polifenoles de la dieta en general y del vino en particular, durante el proceso de digestión gastrointestinal son intensamente metabolizados a nivel hepático y por efecto de la microbiota intestinal, antes de ser excretados por la orina. 
 

Estudio de la ICVV

Un estudio, realizado por el grupo de investigación MedWine (Vino y Dieta Mediterránea) del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), en colaboración con investigadoras de la Universidad de La Rioja y del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR), en el marco del proyecto PID2019–108851RB–C22 (“Relación entre el consumo de vino, la dieta y la modulación del microbioma en la enfermedad de Alzheimer en una cohorte de La Rioja”), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, se ha centrado en la identificación de biomarcadores específicos de consumo regular de vino tinto.

Para ello se han combinado técnicas de metabolómica dirigida y no dirigida, aplicadas al análisis del perfil de metabolitos derivados de los polifenoles de vino, en muestras de orina humana. Para ello se ha contado con voluntarios de La Rioja (hombres y mujeres entre 52 y 78 años) que se han estructurado en dos grupos: consumidores habituales de vino y no consumidores, como grupo control. Para el análisis metabolómico se ha utilizado la plataforma de cromatografía líquida de alta resolución del Servicio de Análisis Instrumental del ICVV.

Los resultados de la aproximación mediante metabolómica no dirigida han permitido la anotación de dieciséis compuestos en muestras de orina de consumidores habituales de vino, que no se han detectado en la orina de los no consumidores. 

De forma complementaria, la aproximación de metabolómica dirigida ha permitido identificar metabolitos derivados del resveratrol, especialmente los derivados del metabolismo hepático, cuya concentración es significativamente más alta en la orina del grupo de consumidores de vino, lo que confirma el interés de estos metabolitos como biomarcadores objetivos del consumo moderado de vino. El grupo de investigación continúa con la validación y aplicación de los biomarcadores identificados en este estudio en diferentes poblaciones.

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El I Simposio de Vinos Mediterráneos reunió, el pasado 24 de marzo, a una veintena de bodegas de la cuenca mediterránea, con el objetivo de ser un punto de encuentro y debate para, compartiendo conocimiento y experiencia, definir y afrontar los desafíos y oportunidades del sector, siempre desde una apuesta clara por la investigación y la formación. 

Este evento surgió gracias al empeño personal de su comité asesor, dirigido por Juancho Asenjo (miembro de la Academia Internacional del Vino y Cavaliere dell‘Ordine della Stella por la República Italiana por su divulgación del vino italiano) y formado por Josep Roca (sumiller del reconocido Celler de Can Roca), Yiannis Karakasis (Master of Wine, Grecia), Gabriele Gorelli (Master of Wine, Italia), Gaston Hochar (director general de la bodega Château Musar, Líbano), Maria Snoussi (profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Mohamed V de Marruecos) y Delfí Sanahuja (director de enología de Perelada).

El congreso reunió a grandes bodegas de la cuenca mediterránea, procedentes desde Málaga hasta Marruecos, pasando por Italia, Grecia, Chipre, Turquía y Líbano, que configuraron un completo mosaico de la ‘filosofía mediterránea’ de entender la vida y, por ende, el vino.

Junto a Perelada, participaron: 4Kilos, Casa Gran de Siurana, Gutiérrez de la Vega y Victoria Ordóñez, de España; Artemis Karamolegos, Lyrarakis, Mikra Thira y Troupis Winery, de Grecia; Masseria Li Veli, Petra, Planeta y San Salvatore 1988, de Italia; Château du Pibarnon y Mas Amiel, de Francia; Domaine Vicomte De Noue Marinic (Eslovenia), Château Musar (Líbano), Château Roslane (Marruecos), Corvus (Turquía) y Vouni Panayia (Chipre).

El showroom fue una oportunidad única, tanto de realizar una ‘instantánea’ del Mediterráneo hecho vino, como de probar referencias de bodegas y vinos que no se encuentran en el portfolio de las distribuidoras europeas. 
 

Amplio programa de conferencias

El simposio contó con un amplio programa de conferencias que creó una visión completa del Mediterráneo pasado, presente y futuro. Así, Josep Roca impartió una esclarecedora masterclass sobre la alta cocina y los vinos mediterráneos, destacando el papel vertebrador de la gastronomía en la cultura mediterránea. Josep también quiso dejar clara su posición respecto a los vinos desalcoholizados, reivindicando el vino más auténtico frente al tecnológico y apostando por un vino que se exprese a través del suelo y de la identidad del Mediterráneo, con historia, esencia y una mínima intervención, frente a los vinos cero o bajos en alcohol.

También se trató el reto del cambio climático, con la participación de Maria Snoussi, miembro del comité y profesora en la Facultad de Ciencias de la Universidad Mohamed V de Marruecos, y Nathalie Ollat, investigadora en el Instituto Nacional para la Investigación Agronómica de Francia y directora de LACCAVE. Ambas ponentes destacaron que solo comprendiendo los suelos y recuperando su actividad microbiótica, al tiempo que escogiendo las cepas que mejor se adapten al clima, podrá haber futuro en el Mediterráneo. 

Los asistentes pudieron sumergirse en la historia y evolución del vino en las distintas civilizaciones mediterráneas, con Romina Ribera, CEO de Glops d’Història, encargándose de la parte relativa a la tradición vinícola del Empordà y Gaston Hochar explicando su evolución.

Pero, ¿cómo se ven desde fuera los vinos mediterráneos? ¿en qué piensa el consumidor cuando piensa en un vino mediterráneo? David Allen MW, Wine director de Wine–Searcher, explicó cómo se perciben los vinos mediterráneos y qué retos han de superar en el futuro más inmediato, destacando el infinito abanico de variedades autóctonas que hay en esta zona y la riqueza y variedad de vinos únicos y diferentes que se han ido elaborando, manteniendo la tradición, desde hace muchos siglos.
 

Catas mediterráneas

En las sesiones de cata, Delfí Sanahuja realizó un completo recorrido de la bodega anfitriona a través de la una gran cata, en la que pudieron catarse 5 vinos, 5 variedades, 5 cosechas, que engloban las principales apuestas de Perelada en el Empordà y que conjugan los 5 valores esenciales para el enólogo en el vino mediterráneo: clima, terruño, variedades, territorio y el esencial factor humano.

Toni Gerez, maître y sumiller del restaurante del Castell Perelada, ofreció una experiencia enogastronómica a través de quesos y vinos mediterráneos, mientras que Juancho Asenjo acercó a los asistentes la identidad de la uva malvasía de las costas mediterráneas. 

Victoria Ordóñez, propietaria de la bodega malagueña homónima, realizó un recorrido por las variedades más destacadas en busca de los puntos en común que tienen los vinos mediterráneos, erradicando tópicos como su supuesta calidez.

Gabriele Gorelli MW y Yiannis Karakasis MW, ofrecieron una masterclass sobre las regiones destacadas de sus respectivos países, Italia y Grecia, descubriendo sus paisajes en un recorrido completo sobre sus diversas y ricas regiones, variedades locales y estilos diversos de vinos.

Convertido desde su primera edición en un referente para la proyección de los vinos mediterráneos, el éxito y la voluntad de seguir construyendo un futuro en común queda asegurado con una segunda edición de este Simposio de Vinos Mediterráneos, que se llevará a cabo en la región italiana de la Toscana.

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Bacchus 2025 ha publicado su listado completo de medallas. Un total de 570 etiquetas, entre vinos, vermuts y bebidas espirituosas, las mejores calificaciones de las 1.698 muestras participantes, han alcanzado los Grandes Bacchus de Oro, Bacchus de Oro y Bacchus de Plata.

España se ha alzado en lo más alto del podio, pero igualmente se ha consolidado Bacchus como el mayor escaparate iberoamericano a nivel mundial, con los vinos y espirituosos de México, Bolivia, Perú, Uruguay, Brasil y Portugal como protagonistas de su palmarés. Eslovaquia, República Checa y Moldavia y, en menor medida, Alemania y Australia, completan el podio internacional de este certamen.

Mención especial para los 50 Grandes Bacchus de Oro, etiquetas que superan los 93 puntos en la calificación por parte del panel de catadores de Bacchus 2025. Entre ellos, Ryzling Rinsky 2022, de la bodega Vladimir Tetur de la República Checa; Sinfo Rose 2024, de Bodegas Sinforiano; Beronia Gran Reserva 1982, de Bodegas Beronia; Vinyes de Can Sala, de Can Sala (Grupo Ferrer Wines) y Tradición Palo Cortado VOR’S de Bodegas Tradición, han obtenido el reconocimiento añadido como Mejor Vino Blanco, Rosado, Tinto, Espumoso y Generoso y de Licor de Bacchus 2025, respectivamente. Estos galardones los otorga la Federación Mundial de Grandes Concursos de Vinos y Espirituosos (VINOFED), en las categorías correspondientes. 

El Concurso Internacional Bacchus, lo organiza desde el 1996 la Unión Española de Catadores, y en su vigésimo tercera edición ha incorporado por vez primera a su registro a todo tipo de bebidas espirituosas. Además, un centenar de líderes de opinión nacionales e internacionales han evaluado en estricta cata a ciegas la totalidad de muestras participantes.
www.concursobacchus.es

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La Denominación de Origen Utiel–Requena ha presentado ‘Viñerón D.O. Utiel–Requena’, una distinción que se otorga a diferentes proyectos de vida implicados en primera persona para cuidar cada una de las fases, desde una viticultura respetuosa en el viñedo, hasta la elaboración y crianza en su bodega y la venta en los distintos mercados.

Locandia Estudio, encargado del diseño del logotipo creado para la ocasión, ha apuntado que «la diferenciación, el simbolismo y la versatilidad del diseño, ya que refleja tanto la tradición como la innovación y sostenibilidad de un territorio».

Además, en la presentación se ha destacado un viñerón modelo referente en la D.O. Utiel–Requena, Carlos Cárcel, pionero en este camino y firme defensor del origen, siendo su bodega la primera en inscribirse en la D.O. Utiel–Requena. «Si volviera a nacer, sin duda sería de nuevo vitivinicultor», ha afirmado, mostrando su pasión y devoción al oficio desde muy joven hasta la actualidad, ya jubilado y orgulloso de formar parte ya de esta figura.

También, ha resaltado y alentado a la nueva generación de viñerones a continuar, ya que «aunque a veces el panorama sea complicado, el esfuerzo en el viñedo siempre da sus frutos». Junto a él, han sido presentados los otros ocho viñerones inscritos en la actualidad en este nuevo registro: Benoît Dussart (Bodega Dussart Pedrón), Pablo Carrión (Escuadra Bodega y Viñedos), Ricardo del Valle (Bodegas del Valle), José Luis Murciano (Bru & JL Vineyards), Héctor Monteagudo (Vinea Clausa), Joan Gómez (Setvins de Muntanya), Rafael López (Bodega Sexto Elemento) y Alberto Pedrón (Bodega Sentencia). Los primeros vinos con la distinción ‘Viñerón D.O. Utiel–Requena’ serán de la cosecha 2024 y estarán en el mercado en breve.
https://utielrequena.org/

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El proyecto Biovidman ha llegado a su fin tras haber logrado unos resultados determinantes con respecto a la mejora de la futura disponibilidad de material vegetal certificado de las variedades de vid autóctonas de Castilla–La Mancha. Habiendo puesto el foco, especialmente, en conseguir su adaptabilidad al cambio climático e impulsar su potencial enológico, durante su ejecución se ha trabajado en la selección y preselección clonal de biotipos de ‘Bobal’, ‘Airén’ y otras variedades minoritarias. Precisamente, uno de los principales objetivos del proyecto era recopilar material vegetal antiguo de ‘Bobal’ con una mayor resistencia a la marchitez fisiológica, manteniendo unos buenos niveles de producción y calidad.

De esta manera, «se ha conseguido avanzar en la conservación de la variabilidad genética presente en los viñedos castellanomanchegos, concretamente a través de la mejora de la disponibilidad del material vegetal de estas variedades». Sin embargo, aún es necesario que pase más tiempo para que las plantaciones piloto alcancen la edad adulta y sea posible realizar la toma de datos y la caracterización agronómica y enológica de los biotipos seleccionados. Así, «será posible sentar las bases para una futura validación de algunos clones de estas variedades, que estarán mejor adaptados a los efectos del cambio climático y, además, permitirán producir vinos de alta calidad enológica». 
 

Aplicabilidad tecnológica y comercial

Los resultados obtenidos en el ámbito de la selección clonal y la recopilación de datos técnicos permitirán desarrollar soluciones innovadoras para la viticultura regional. En primer lugar, se podrá poner a disposición del sector un material vegetal certificado más tolerante a los efectos del cambio climático, ya que se han logrado preseleccionar biotipos con mayor eficiencia en el uso del agua y más resistentes frente a la marchitez fisiológica. Ambos factores son clave para garantizar la sostenibilidad del viñedo frente a las temperaturas extremas y la sequía.

Además, se ha avanzado en la optimización de la calidad enológica de las variedades mediante la identificación de biotipos con buen equilibrio entre acidez, concentración fenólica y perfil aromático. Esto facilitará «la producción de vinos más estructurados y con mayor diferenciación en el mercado». En lo referente a la diversificación del viñedo con variedades minoritarias, la selección de biotipos de ‘Moravia Agria’, ‘Tinto Velasco’, ‘Mizancho’, ‘Moscatel Serrano’ y ‘Montonera del Casar’, entre otras muchas, abre nuevas oportunidades para producir vinos con identidad varietal única y potenciar la oferta de productos diferenciados.

Finalmente, «se ha establecido una base científica para futuras validaciones en campo, ya que los datos obtenidos servirán como referencia para contrastar los resultados de las futuras evaluaciones en las plantaciones piloto, acelerando el proceso de homologación de clones».

Desde el punto de vista de la aplicabilidad comercial, estos resultados también representan una oportunidad estratégica para mejorar la competitividad del sector vitivinícola, con impactos directos en el mercado. Así, «la próxima homologación y certificación de los clones que se han generado permitirá ofrecer material vegetal de calidad para su comercialización, adaptado a las nuevas condiciones agroclimáticas y con garantías sanitarias».

Además, la selección de biotipos con características enológicas diferenciadoras facilitará la producción de vinos con mayor expresión varietal, favoreciendo su acceso y posicionamiento en mercados (nacionales e internacionales) de mayor valor añadido y más exigentes. En cuanto a la revalorización de variedades tradicionales, la certificación de variedades históricas con buen rendimiento y calidad «permitirá recuperar su cultivo, dotando a las bodegas de nuevas herramientas para innovar y ampliar su oferta de productos».

Por último, la mejora en la sostenibilidad del viñedo permitirá su mayor rentabilidad, ya que «la introducción de clones más adaptados reducirá la dependencia del riego y los tratamientos fitosanitarios, disminuyendo costes y aumentando la eficiencia de las explotaciones vitícolas».

El Grupo Operativo de este proyecto ha estado formado por Vitis Navarra, la bodega La Niña de Cuenca y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla–La Mancha (IRIAF–IVICAM). El agricultor Lorenzo A. López Orozco también ha participado en esta iniciativa, siendo el responsable de su coordinación técnica. Biovidman ha contado con una ayuda de unos 157.000 euros, cofinanciados por la Unión Europea (a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural –FEADER–), por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y por la Junta de Comunidades de Castilla–La Mancha.

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Bodegas La Horra del Grupo RODA, situada en la Ribera del Duero, ultima los preparativos para la apertura de su nueva bodega, proyectada por Carme Pinós, Premio Nacional de Arquitectura 2021, con la colaboración de Vértice21 Ingeniería y la constructora Inexo. La inauguración oficial tendrá lugar el jueves 27 de junio.

Bodegas La Horra nació en 2009 con el objetivo de elaborar vinos que reflejaran el paisaje de la Ribera del Duero burgalesa. La nueva bodega representa la tercera y definitiva fase de su desarrollo: un espacio concebido para la elaboración, crianza y embotellado de los vinos CORIMBO y CORIMBO I, elaborados con uva Tinta del País procedente de viñas en vaso de más de 25 y 50 años, respectivamente. Además, se presenta como una obra sobria y elocuente, excavada parcialmente en una ladera orientada al sur.

Su integración en el paisaje se basa en el esquema tradicional de las bodegas subterráneas de la Ribera del Duero, combinando raíces históricas con innovación contemporánea. El edificio, semienterrado, se beneficia de la geotermia para mantener una temperatura constante sin intervención mecánica. La cubierta, en forma de gran teja invertida de hormigón visto, se adapta a las curvas de nivel del terreno y acogerá un jardín de plantas autóctonas. Al sur, la bodega se despliega en estratos y rampas que favorecen la vinificación por gravedad y ofrecen una experiencia espacial fluida tanto para el equipo técnico como para los visitantes.

Sistema de ventilación pasiva

Uno de los elementos clave del proyecto es su sistema de ventilación pasiva, «inspirado en las zarceras tradicionales: chimeneas verticales que permiten renovar el aire y regular la humedad sin necesidad de maquinaria». Este enfoque, junto a la instalación de energía solar y el uso de materiales sostenibles como el ‘viroc’ y el hormigón encofrado con cañizo, «permite reducir al mínimo la huella de carbono».

La nueva bodega se sitúa en la parte norte de la finca, junto a un extenso pinar, y ocupa una superficie de 4.700 m², dedicados a la elaboración, crianza y embotellado. Las naves existentes, construidas en fases anteriores, funcionarán como centro logístico. La inversión total del proyecto asciende a 9,5 millones de euros.

Este espacio acogerá a partir de ahora la producción de los vinos CORIMBO y CORIMBO I, elaborados con uva Tinta del País procedente de viñas en vaso de más de 25 y 50 años, respectivamente.

https://bodegaslahorra.es

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La unidad de Reputación de la consultora de branding y diseño estratégico Morillas, con más de 60 años de experiencia y sede en Barcelona, ha presentado el primer estudio exhaustivo sobre la evolución actual del cava.

La investigación sobre la reputación de la marca se ha basado en una encuesta realizada a 400 consumidores de toda España, con especial atención a sus preferencias por las bebidas espumosas. El objetivo principal de esta investigación ha sido «comprender mejor las percepciones sobre el cava, tanto en Cataluña como en otras regiones, e identificar las tendencias que están moldeando el sector».

Los resultados han mostrado una mejora considerable en la percepción del cava como una opción de calidad, consolidándolo como un líder dentro del mundo de los espumosos, en un contexto de profundas transformaciones en el ecosistema vinícola. Además, el estudio ha evidenciado que el cava, en un mercado cada vez más diverso, «sigue manteniendo una posición sólida gracias a su capacidad de adaptarse a las nuevas demandas y tendencias emergentes, aunque todavía existe margen de mejora».
 

Desafíos para la industria

El informe también ha destacado varios desafíos que la industria deberá afrontar en los próximos años. Uno de los principales retos identificados es aprovechar el auge del vino blanco entre los consumidores. Además, los cambios en los hábitos de consumo y las nuevas preferencias en torno a las bebidas espumosas señalan la necesidad de adaptarse a un mercado cada vez más diversificado y exigente.

Joaquim Tosas, presidente de AECAVA, ha indicado que «la clave del futuro del cava es nuestra capacidad de innovar sin perder la esencia que nos hace únicos. Debemos saber evolucionar para seguir conectando con un público que busca nuevos valores, sin olvidar la calidad y la autenticidad que nos definen desde nuestros orígenes». Asimismo, el cava deberá garantizar un relevo generacional efectivo, «incorporando nuevas ideas e innovaciones sin perder las raíces que han caracterizado su calidad a lo largo de los años».

Otro aspecto relevante es que, a pesar de la amplia oferta de marcas en el mercado, con diferentes categorías y niveles de precios, la imagen general del cava como un producto de alta calidad no se ha visto afectada. El consumidor es consciente de la existencia de distintas opciones según sus preferencias personales. Esto refuerza la necesidad de «intensificar los esfuerzos para comunicar los valores del cava de manera más efectiva y diferenciarlo en un mercado cada vez más saturado y con una oferta más amplia».

Tosas ha añadido que «debemos seguir construyendo nuestra imagen como un producto que combina tradición e innovación, para que los consumidores continúen viendo el cava como una opción premium que ofrece un valor añadido frente a otras alternativas del mercado».

El estudio también ha revelado que el futuro del cava dependerá en gran parte de la capacidad de la industria para equilibrar tradición e innovación. Los datos muestran que dos tercios de los consumidores encuestados están a favor de una evolución del cava, siempre que esta no comprometa los valores y la esencia que lo han definido durante años.
 

Nuevas oportunidades

Esta predisposición a la adaptación abre nuevas oportunidades para integrar las últimas tendencias de consumo, desde la preferencia por la autenticidad hasta la búsqueda de experiencias innovadoras. El desafío será que el cava «logre conectar con una nueva generación de consumidores que buscan productos novedosos sin renunciar a la calidad y el prestigio que siempre lo han distinguido». Por ello, este producto debe seguir apostando por una estrategia de mejora constante, «incorporando las innovaciones más relevantes del mercado sin perder su identidad inconfundible».

Finalmente, el informe presenta recomendaciones estratégicas para consolidar la posición del cava en un contexto cada vez más competitivo y globalizado. Una de las sugerencias más destacadas «es capitalizar la revalorización de otros vinos, aprovechando el momento actual para crear un relato claro y coherente alineado con las tendencias del mercado».

https://aecava.com/

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La Cátedra AgroBank de la Universidad de Lleida (UdL) ha otorgado el Premio a la Transferencia de conocimiento a un proyecto que profundiza en el uso de fibras vegetales derivadas de los orujos de uva para eliminar las sustancias indeseables en los vinos, que ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Murcia y de la empresa Agrovin.

Este reconocimiento está destinado a grupos de investigación españoles con trabajos en un estado avanzado de desarrollo y pretende contribuir, precisamente, a acercar los avances que se producen en un marco académico y de investigación al mundo empresarial.

El proyecto galardonado pone de manifiesto que, en determinadas situaciones, es necesario eliminar algunos componentes del vino que pueden afectar negativamente a su calidad como, por ejemplo, un exceso de compuestos fenólicos, que pueden afectar a la astringencia, o incluso de residuos de plaguicidas. Para ello, hasta ahora se han utilizado compuestos como la bentonita y proteínas como la gelatina, caseína y ovoalbúmina. Sin embargo, los recientes cambios en la legislación han puesto en entredicho el uso de estos productos que, además, pueden estar implicados en alergias alimentarias como ocurre con el caseinato (leche) y la ovoalbúmina (huevo). En consecuencia, este estudio ha analizado la viabilidad de la utilización de fibras vegetales, más o menos purificadas y extraídas de los orujos de uva (un subproducto muy abundante de las bodegas), como productos con propiedades adecuadas para actuar en el afinado de los vinos, con un resultado muy positivo.

El proyecto ha sido llevado a cabo por los investigadores de la Universidad de Murcia, Encarna Gómez, Ana Belén Bautista, Francisco López y Lucia Osete-Alcaraz, así como por Ricardo Jurado, investigador de Agrovin.

La iniciativa, que celebra este año su VIII convocatoria y que cuenta con una dotación de 15.000 euros, ha recibido este año un total de 13 candidaturas, procedentes de universidades y centros de investigación de todo el país. La entrega del premio se realizó en el Rectorado de la Universitat de Lleida con la asistencia, además de los ganadores, de su Vicerrectora de Transferencia del Conocimiento, Olga Martín, el director de la Cátedra AgroBank, Antonio J. Ramos, y el director de Red de AgroBank, Carlos Seara.

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Autores:

J. Tello1, C. Royo1, E. Baroja1, E. García–Escudero1, J.M. Martínez–Zapater1, P. Carbonell–Bejerano1,2

(1) Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (CSIC, Gobierno de La Rioja, Universidad de La Rioja). Logroño, La Rioja, España.
(2) Department of Molecular Biology, Max Planck Institute for Developmental Biology, Tuebingen, Alemania.

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