Tomàs Cusiné, presidente de la D.O. Costers del Segre

Entrevista
Tomàs Cusiné, presidente de la D.O. Costers del Segre

‘En Costers del Segre nos planteamos que toda la producción sea ecológica’

35 bodegas, 4.182 hectáreas, 6.787.000 botellas, un 28% destinadas a la exportación. Es la radiografía de la Denominación de Origen de vinos Costers del Segre, el paraguas que agrupa la viticultura de la cuenca del río Segre en Lleida, sus siete subzonas. Tomàs Cusiné Barber, propietario de Tomàs Cusiné, Castell del Remei y Cérvoles Celler, es su presidente.

 

¿Qué define a la Denominación de Origen Costers del Segre?

Es una zona productora de vinos con un origen prefiloxérico, desde el punto de vista de zona vinícola de siempre. Zona variada, dispersa, polifacética, muchos territorios con el río Segre como hilo conductor. Evidentemente, con muchos climas diferentes.

Es una denominación de contrastes, de llanura y de montaña.

Tenemos entre los 200 y los 1.200 metros de altitud, difícilmente se puede hablar de microclima en todas sus altitudes. Es una denominación de origen diversa que agrupa los vinos en las subzonas de la ribera del Segre.

Esa diversidad hace que sea de las primeras vendimias en España y en ocasiones de las últimas en Cataluña.

Puede ser así algunos años. Cuando yo termino todo el mundo hace días que ha acabado. Aquí tenemos un clima continental que nos une.

¿Cómo está evolucionando la producción ecológica? ¿Toda la producción podría ser ecológica?

En Costers del Segre nos planteamos que toda la producción sea ecológica. Evidentemente, es la denominación con más botellas en producción ecológica en Cataluña. Es la que tiene más porcentaje de viña en manos de bodegueros. Hay pocas bodegas que compren uva. Son contadas. Es una denominación de origen con ganas de expansión internacional.

Es un tema que ya se ha puesto sobre la mesa en Costers del Segre, nos lo planteamos seriamente. El inconveniente es que el agricultor le cuesta bastante irse al cultivo ecológico porque es de menos producción. Agricultores a los que les quedan pocos años para jubilarse prefieren no empezar. Y en las zonas del Prepirineo, con un clima más húmedo y sin regadío hay dificultades porque las enfermedades requieren más control.

¿Qué porcentaje tienen en producción ecológica?

En botellas alrededor de un 90%. Toda la producción de Raimat es ecológica y supone más del 50% de la denominación. Nosotros (Tomàs Cusiné, Castell del Remei y Cérvoles Celler) tenemos un porcentaje alto y algunas bodegas llegan al 100%.

En algunas denominaciones extensas se ha abierto el debate de la escisión. Costers del Segre tiene siete subzonas. ¿Se ha planteado en alguna ocasión?

Ahora no. Se habló en su momento de crear una denominación de origen del Pirineo de Lleida, pero es un tema que está muy frío. Es muy complicado. Hay pocas hectáreas. Lleida es una de las provincias con más paisajes. En Cataluña la cantidad de microclimas es brutal. También la identidad como denominación de origen es complicada. Pueblos a 150 kilómetros de distancia y de altitud entre 200 y 1.200, esto marca diferentes características para los vinos, aunque sí tienen un denominador común: son vinos potentes, que tienen aromas, grados alcohólicos altos y un clima continental que agradece el agua.

¿Cómo ha sido la vendimia?

Este año ha sido complicada porque ha habido pocos kilos. Muy seca. No llovió en el invierno pasado, ni en primavera, ni en verano.... Y a 42 grados una semana seguida en mayo. La cosecha se está adelantando constantemente. Yo he empezado la vendimia el 16 de agosto, hace dos años también, antes no se empezaba en agosto.

¿Cómo van las ventas en la denominación?

No es un momento eufórico. Hay cierta tristeza en el mercado.

¿Se ha notado la euforia de la salida de la pandemia?

Se notó tres meses. Todo el mundo compra con mucha precaución, miedo y con tranquilidad. No hay euforia de consumo. Todo el mundo habla de inflación y crisis y eso influye en el consumo.

La D.O. ha trabajado con el colectivo ‘Cultures Trobades’ en la recuperación de variedades antiguas.

Por parte de Costers del Segre hemos aprovechado una iniciativa que se hizo hace unos años en la zona de La Noguera de recuperación de variedades antiguas. Extrajeron campos madre de viñas recuperadas de diferentes zonas perdidas. Se buscaban variedades ancestrales. En su momento se hicieron unas colecciones, unas bibliotecas de viñas. Colaboramos manteniendo y promocionando la colección. Estamos trabajando la variedad tinta ‘Trobat’.

¿Qué bodegas apuestan por ‘Trobat’ y cómo lo hacen?

Tenemos 10.000 cepas plantadas de ‘Trobat’, que darán sus frutos. Ya la hemos embotellado, pero solo como muestra. Estamos pendientes de que se pueda legalizar en dos o tres años. Estamos investigando y realizando pruebas.

Las bodegas que han plantado esta variedad son Costers del Sio, Mas Blanch i Jové, Vinya els Vilars, Vall de Baldomar, Lagravera, Raimat, Cercavins–Flavià y L’Olivera. Cérvoles Celler, l’Olivera, Mas Blanc i Jove y Raimat, conjuntamente con el INCAVI, crearon un grupo operativo para investigar.

¿Qué tiene de peculiar esta variedad tinta?

Es muy tardía, muy dura de piel, muy redonda. Es muy resistente. Tiene un porte muy fuerte como cepa y bastante color. Es una variedad con poca acidez, con un pH bastante elevado. Posiblemente no sea de largas crianzas, estamos investigando. Es un vino fresco, que se identifica con el territorio. Puede tener recorrido. Estamos contentos. En tres años podemos tener los registros y salir al mercado con un vino nuevo.

El enoturismo es una fuente de ingresos importante para las bodegas. ¿Qué se hace en la ruta del vino de Costers del Segre?

Hemos trabajado la formación digital y turística en todas las bodegas. Buscamos que sus puntos de información expliquen sus vinos y la ruta completa. Nos acompañan en la ruta restaurantes y también el sector turístico de Lleida.

Promover el patrimonio vinícola es uno de los objetivos de la Fundació Castell del Remei, impulsada por una de sus bodegas Castell del Remei. Fue un asentamiento de la edad de bronce, una hacienda romana, una almunia árabe, propiedad del condado de Urgell, del obispado de Solsona y de la familia Girona, impulsora de grandes transformaciones en Cataluña, entre ellas el Canal d’Urgell en Lleida.

Castell del Remei tiene la virtud de tener un entorno emocional. Fue una colonia agrícola y muchas personas recuerdan que vivieron o trabajaron allí. Es un punto cultural y un atractivo turístico del territorio.

Rosa Matas.

Publicado en Enoviticultura nº78

 

 

 

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