Grupo de Mejora Genética de Frutales del CEBAS–CSIC. Excelencia ligada a la investigación

En pleno Campus Universitario de Espinardo, en Murcia, se encuentra el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Aprovechamos nuestra estancia en la capital murciana, donde Revista de Fruticultura ha asistido al III Congreso de Fruta de Hueso, para acercarnos hasta sus instalaciones y conocer al detalle los trabajos de investigación que realiza el grupo de Mejora Genética de Frutales, que se encuadra dentro del Departamento de Mejora Vegetal, y que está integrado por 7 investigadores, 4 postdoctorales, 8 estudiantes y 5 técnicos.

A nuestra llegada al centro nos ha recibido el investigador Federico Dicenta, jefe del Grupo de Mejora Genética de Frutales, seleccionado como Grupo de Excelencia de la Región de Murcia, de los cuales solo hay 20, escogidos por la Fundación Séneca y la Agencia Nacional para la Evaluación de la Calidad (Aneca). «Un grupo de mejora clásica y con una visión muy aplicada sobre el sector, y una producción científica y de material vegetal importante», con estas palabras ha definido Dicenta su grupo. A la espera de que se fuesen incorporando a la conversación otros miembros del equipo, nos ha explicado cómo funcionan y están estructurados indicando que «en nuestro grupo tenemos tres grandes líneas de investigación que son los programas de mejora en tres ‘Prunus’, almendro, albaricoquero y ciruelo, que es lo que nos ha dado el sello de calidad a nivel nacional e internacional. Los dos primeros son muy antiguos, con variedades en el mercado tanto en España, con diversos contratos de viveros que las multiplican, como en todo el mundo. «Más reciente es el programa del ciruelo japonés, que lidera David Ruiz, en colaboración con el IMIDA (Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario)», con el que además hemos constituido una estructura que el CSIC denomina unidad asociada, en la que tenemos cinco programas de mejora de los ‘Prunus’ más importantes, algo que no sucede en ningún otro lugar del mundo. Nosotros aportamos almendro y albaricoquero y la mitad de ciruelo y ellos la otra mitad de ciruelo, más melocotonero y cerezo. Ellos tienen una actividad más aplicada y nosotros combinamos esta con la científica. Formamos un buen equipo».

Los programas de mejora se fijan en función de las demandas del sector, ya sea el vivero, el productor o el consumidor. Dos son los conceptos que se buscan con una nueva variedad: rentabilidad (que dependerá de la especie, por ejemplo, en albaricoquero o ciruelo la da la extraprecocidad) y sostenibilidad en el tiempo. «Las variedades son nuestro tema estrella, es lo que ve el sector. Ahora mismo en albaricoquero y almendro, tenemos una serie de variedades con muchos contratos», ha indicado el investigador que ha recalcado que «si bien vender estas variedades supone un retorno importante para el CSIC en visibilidad y dinero, no es el objetivo, sino una consecuencia; no es un tema comercial».

Otra demanda del sector, sobre todo de los viveros, es la planta certificada. Aunque en cítricos ha sido una necesidad y ya es obligatoria, en frutales hasta ahora no lo es y no había tanto interés, pero «ante el crecimiento de los viveros, la introducción de nuevas enfermedades como Xanthomonas o Xylella, esto va a cambiar; o se multiplican las plantas en viveros serios con material vegetal bien localizado, bien etiquetado, o será un caos», ha manifestado Federico Dicenta, que nos ha explicado que por ello hace dos años empezaron a trabajar «para sacar material certificado y, aunque ha habido varios cambios en la legislación, ya hemos conseguido de la Oficina Española de Variedades Vegetales el sello de planta certificada para nuestras variedades de almendro, que están disponibles para los viveros. Pronto estarán disponibles los albaricoqueros y ciruelos.. Ya tenemos lista de espera. A los viveros les interesa la planta certificada, sobre todo, para exportación. Tener una trazabilidad del material vegetal y unos controles periódicos, en lugar de ser una dificultad es un beneficio absoluto, sobre todo a nivel de sanidad vegetal».

Igualmente, apoyando a los programas de mejora, el grupo trabaja en temas trasversales a estos como, por ejemplo, los estudios de biología floral; la resistencia a enfermedades (principalmente virosis); biotecnología–marcadores moleculares; calidad del fruto y adaptación al cambio climático. Sobre la resistencia a enfermedades, el investigador ha señalado que «somos bastante competitivos en este tema. Así, hemos trabajado con la resistencia a la Sharka, y estamos empezando con otras enfermedades como el ACLSV (Apple Chlorotic Leaf Spot Virus), el Hop stunt Viroid y nuestro próximo tema estrella es la Xylella fastidiosa. En este sentido, formamos parte de una plataforma temática interdisciplinar, que es una apuesta del CSIC, sobre Xylella». La línea de resistencia a enfermedades la lidera Manuel Rubio.

‘Las variedades son nuestro tema estrella, es lo que ve el sector’

Los investigadores del grupo de Mejora Genética de Frutales del CEBAS–CSIC se han formado también en universidades y centros de investigación internacionales de reconocido prestigio como la Universidad de California (Estados Unidos), INRA (Francia), Universidad de Copenhague (Dinamarca), Universidad de Chile, East Malling (Reino Unido), Max Planck (Alemania) y la Universidad de Adelaida (Australia). «Esto nos permite conocer nuevas técnicas e intercambiar conocimientos, así como ampliar nuestras redes de contactos», ha comentado Dicenta.

Además de intentar captar recursos tanto regionales como nacionales e internacionales, el grupo de Mejora Genética de Frutales del CEBAS–CSIC tiene una elevada producción científica y de tesis doctorales, así como una gran actividad de transferencia al sector a través de conferencias, presencias en ferias y publicaciones de divulgación.

Las autocompatibles destronan a las tradicionales en almendro

A continuación, Federico Dicenta ha hablado del programa de mejora del almendro, un ejemplo de mejora clásica, que data de finales de la década de los ochenta, recordando que «cuando empezamos se trataba de un cultivo marginal, poco productivo, criado bajo la filosofía ‘invierto poco y recojo menos’ … hasta que los americanos comenzaron con campañas de promoción de la almendra en India o China favoreciendo el aumento de su demanda, que no se cubría con las hectáreas plantadas a nivel mundial y, en consecuencia, una subida de los precios, que después se han estabilizado, muy exagerada». Esto llevó a los productores españoles a plantar más almendros y a hacerlo en zonas cada vez más frías, en el interior del país.

Con el programa de mejora se buscan variedades de floración extratardía, para reducir al máximo la pérdida de la cosecha por las heladas, y que además sean autocompatibles, para permitir el cultivo monovarietal y favorecer el cuajado de frutos, incluso en condiciones climatológicas adversas.

Según el investigador, en la actualidad las variedades tradicionales como la ‘Marcona’ y la ‘Desmayo Largueta’ no son tan rentables para los productores como alguna de las autocompatibles. «Son solo un reclamo comercial pues, aunque se paga más por ellas, no se obtienen los mismos kilos que con una variedad autocompatible. Además, en zonas de riesgo de heladas, con la floración temprana, ya sabes que cada cierto tiempo te vas quedar sin cosecha, por esta razón el agricultor ha optado por variedades autocompatibles y, en las zonas donde sea necesario, de floración tardía», ha declarado. «Ahora mismo, estamos viviendo lo que puede ser un problema inverso a lo que ha sucedido en años anteriores; los mejoradores hemos obtenido muchas variedades de floración tardía, que se están cultivando en el Valle del Guadalquivir, porque son las nuevas. Nadie se plantea que pueda haber algún problema». Aunque el almendro es un árbol muy flexible, Dicenta es de la opinión que «las variedades se crean para un sitio determinado».

El programa de mejora del almendro del CEBAS–CSIC obtuvo primero las variedades ‘Antonieta’ y ‘Marta’, que con sus ventajas e inconvenientes están muy difundidas; posteriormente ‘Penta’ y hace más o menos un año ‘Makako’.

A la pregunta de ¿cuándo se está seguro de que se ha acertado con una variedad?, Federico Dicenta ha afirmado que «la variedad buena es la que se queda, la que no se arranca, y no la más plantada. O cuando al cabo de muchos años el productor te envía la foto de su plantación y te comenta lo contento que está. Este es seguro el caso de nuestra variedad ‘Penta’». Se trata de una variedad extratardía, que florece un mínimo de dos semanas después que las tardías ‘Ferragnés’, ‘Guara’, ‘Marta’, etc.; que cuaja muy bien, tiene muchas flores; que es fácil de podar, y se adapta muy bien a la reducción de marcos incluido el de alta densidad. «Es una variedad con un retorno siempre positivo, y que se está plantando mucho. A esto hay que añadir que su fruto, aunque de tamaño pequeño (1 g), es muy dulce, muy bueno para comer, la industria –leches de almendra, snacks y confitería– está encantada. Es verdad que hay otras variedades en esa época de floración, pero por su capacidad productiva ‘Penta’ no tiene rival. Y no lo digo yo, lo dicen los propios productores» ha recalcado con orgullo el investigador.

Viendo el éxito de la ‘Penta’, el grupo de Mejora Genética del CEBAS–CSIC pensó que esta necesitaba un “novio”, una variedad que floreciera en la misma época para salvar la helada, de buenas características y productiva, pero que madurase diferente para permitir al productor escalonar. Dicenta ha recordado que «mi idea era buscar una que madurase antes, pero ‘Penta’ ya lo hace muy temprano. Al final, encontramos una que maduraba entre 7 y 9 días después, ‘Makako’». El investigador nos ha indicado que ‘Makako’, que en sí no es una variedad nueva sino una selección del centro, está teniendo una gran aceptación, a pesar de que en la actualidad no hay fincas en producción, «pero sí hay en varios centros de experimentación. Han visto el árbol madre, las características y se fían de nosotros. Creo que va a remplazar la oferta de ‘Lauranne’, que es de una excelente calidad, pero florece diez días antes que ‘Penta’ y diez días son muchos. Y en un futuro no sé si reemplazará a ‘Penta’, porque es un árbol más vigoroso y al viverista le gusta más trabajar con ‘Makako’. Existen muchas opciones productivas y hay sitio para la almendra grande, la pequeña, la larga, la redonda, la blanda, la dura, etc. Hay que saber buscar y que luego el mercado sea capaz de absorberla. Al final, cuando juegas a muchas cartas alguna aciertas y nosotros jugamos a muchas cartas».

Las nuevas plantaciones son grandes, de una sola variedad, sobre patrones GF o Garnem y con un enorme recorrido. Eso permitirá al gran productor ofrecer partidas grandes, con una calidad estable año tras año. Dicenta ha señalado que «participamos en un Grupo Operativo sobre la calidad de la almendra murciana, liderado por Pedro José Martínez García. Cuando nos reuníamos con los productores, estos preguntaban que cómo podía ser que se pagase más la almendra americana si era de peor calidad y no sabía a nada. Mi respuesta era que, independientemente de su sabor, cuando el turronero compra un saco de americana sabe qué variedad compra, y que es la misma del año pasado y del próximo. No es amarga ni tiene piedras metidas ni aflatoxinas, así que poneros las pilas, les decía».

Por otro lado, el investigador tiene claro que el diseño y manejo de la plantación es una de las asignaturas pendientes en el almendro. Según Dicenta, hay muchas opciones, entre ellas la alta densidad. «Es una opción, pero cada uno tiene su norma. Yo todavía no he visto un trabajo científico que demuestre cuál es mejor. Respecto a la poda, personalmente me quedo con el trabajo de los americanos, de Roger Duncan, sobre ensayos de fincas de 20–30 ha a lo largo de varios años, con una estimación de costes de producción, ¿cuánto me cuesta la poda?, ¿cuánta producción saco? Y ellos concluyen que, en sus condiciones, cuanto menos poden mejor. Que el árbol está feo, no pasa nada, no se trata de un concurso de belleza, sino que han de obtener el máximo rendimiento económico por ha», ha apuntado. Para añadir que «si fuese un inversor que no conoce el almendro, apostaría por la alta densidad, porque bien asesorado y con maquinaria lo tendría todo automatizado y los costes de producción serían, en un principio, menores. Eso sí, con una variedad para alta densidad; no todas sirven».

Federico Dicenta también nos ha comentado que han iniciado una línea para ver qué usos puede tener la cáscara de almendra. «Aunque no se trata de una idea original– hoy ya se utiliza el tegumento, el mesocarpo, la cáscara, la poda–, hay que buscar una salida para los distintos subproductos de la almendra ante el aumento de la producción» ha subrayado.

El trabajo realizado por el científico murciano durante décadas ha recibido su premio. Así, como ‘reconocimiento a su destacada trayectoria profesional dedicada a la búsqueda de la excelencia en las variedades de almendra’ la Federación Nacional de Empresas Exportadoras de Almendra y Avellanales le ha distinguido con la medalla SAB–Almendrave. El encargado de entregar esta condecoración a Dicenta ha sido el presidente de la Spanish Almond Board–Almendrave, Pere Ferré, durante el V Encuentro de la Almendra y Avellana, celebrado a principios del mes de mayo en el Palacio González Campuzano de Murcia y al que acudieron más de 150 empresarios, productores y técnicos del sector de los frutos secos.

Asimismo, Dicenta ha comentado que recientemente un equipo internacional de investigadores, encabezados por Raquel Sánchez Pérez, que forma parte del Grupo de Mejora Genética de Frutales, ha logrado identificar el genoma completo de la almendra y desvelar cómo este fruto seco dejó de ser tóxico y amargo para convertirse en comestible y dulce. La Dr. Sánchez Pérez coordina un Grupo Operativo a nivel nacional para la erradicación de la almendra amarga.

Proyecto coordinado para el ciruelo japonés

A continuación, hemos conversado con David Ruiz, científico titular del CEBAS–CSIC y responsable del programa de mejora del ciruelo japonés (Prunus salicina Lindl.), en el que trabajan con el IMIDA. Según nos ha comentado, esta colaboración «supone un hito, ya que es el primer programa que llevamos a cabo de forma coordinada ambos centros. Ha sido un paso muy positivo, ya que ellos tienen experiencia en melocotón, nectarina y cerezo, mientras que nosotros en albaricoque y almendro, y decidimos apostar conjuntamente por este programa de mejora de ciruelo japonés, que es una especie complicada, ya de por sí, por la propia tipología de la flor que no tiene nada que ver con la del almendro o del melocotón a la hora de hacer cruzamientos, polinizaciones, etc.».

A nivel nacional, en los últimos 15–20 años, la situación del cultivo del ciruelo japonés ha sido problemática, con un descenso de superficie. Así, Murcia que era una gran productora de ciruelo japonés, «ya no lo es por diversos motivos como el seguir basando el cultivo en variedades tradicionales muy antiguas como ‘Red Beaut’, ‘Santa Rosa’, ‘Golden Japan’, ‘Angeleno’, ‘Fortune’, … que arrastran en algunos casos problemas de sanidad vegetal y en otros a nivel productivo; o la ausencia de variedades de maduración muy temprana, cuya disponibilidad en el mes de mayo se limita casi a ‘Red Beaut’ que madura a final de este mes», ha explicado Ruiz que ha destacado que «en zonas cálidas, como las del sureste español y de Andalucía occidental, existen condiciones climáticas que posibilitan producir ciruela en mayo, época en que no hay competencia en el resto de Europa, pero para ello hay que disponer de variedades de bajas necesidades de frío y de maduración temprana. Aquí se abre un hueco de producción importantísimo».

Otro problema que tiene la especie ciruelo en muchos casos, y que ha provocado en los últimos años un descenso de su superficie de producción, es una polinización inadecuada. Esto se debe a que la casi totalidad de variedades existentes son autoincompatibles, precisan polinización; eso significa que se necesitan dos variedades que florezcan al mismo tiempo, que sean intercompatibles e instalar colmenas con abejas; y a menudo ha subrayado el investigador del CEBAS–CSIC «no se han elegido bien las dos variedades cultivadas, o se han producido inclemencias meteorológicas en la época de polinización y las abejas no han funcionado».

Otra dificultad es la incidencia del virus de la Sharka, que causa importantes daños en esta especie frutal. Si bien la sintomatología no es tan acusada como en albaricoque, hay muchas variedades que se deprecian comercialmente y, además, son una fuente de contaminación o expansión a especies como el albaricoque, como se ha producido en Murcia. «La ‘Red Beaut’ fue la que introdujo la Sharka en España» ha indicado Ruiz.

En 2011, ante esta situación complicada y pesimista en el cultivo del ciruelo, desde el CEBAS–CSIC e IMIDA decidieron iniciar el programa de mejora genética del ciruelo japonés «con el objetivo de conseguir nuevas variedades que aporten unas características mejoradas y que logren que este cultivo pueda ser rentable y sostenible». Al respecto, el científico ha subrayado que, en estos 7/8 años, «ya tenemos selecciones avanzadas de ciruela, pensamos que vamos por el buen camino. Los objetivos que perseguimos son claros: 1) conseguir variedades de maduración temprana (mayo y junio), un objetivo prioritario pues es una época en la que los mercados europeos están vacíos de ciruela, tenemos allí mucho potencial. 2) la autocompatibilidad floral; 3) la calidad del fruto, y la variabilidad de tipologías de piel oscura (de piel granate/roja/negra y pulpa roja, de piel negra/morada y pulpa amarilla) y sobre todo de pulpa roja que tiene una demanda creciente por parte del consumidor; 4) e introducir la resistencia al virus de la Sharka». Sobre este último aspecto, David Ruiz ha comentado que, al no existir en ciruelo variedades resistentes, están haciendo híbridos interespecíficos (plumcots) de cruces de albaricoquero y ciruelo para intentar trasladar las fuentes de resistencias del albaricoquero al ciruelo. Se trata de un objetivo ambicioso, pues no es fácil obtener interespecíficos, por lo que no esperan obtener resultados a corto plazo. Aun así, «ya disponemos de interespecíficos, pero posiblemente alguno de ellos hará falta volver a retrocruzarlo con ciruela para conseguir una producción de calidad óptima», ha señalado Ruiz, que también ha apuntado que «es una línea interesante y pionera en España, aunque no somos los únicos porque en EE. UU. ya se ha trabajado en interespecíficos».

En definitiva, el responsable del programa ha afirmado que «las perspectivas a corto y medio plazo son buenas, pues ya disponemos de selecciones avanzadas. Hemos diseñado unos buenos cruzamientos desde el principio que están dando resultados; por una parte, hemos conseguido generar mucha descendencia y evaluarla en poco tiempo porque ha entrado en producción muy rápido, y eso nos ha sorprendido porque al año de plantarla ya teníamos fruta; y estamos teniendo muy buenos resultados en la selección. Todo esto ha acelerado el proceso y es posible que en poco tiempo tengamos alguna noticia interesante en forma de nuevas variedades. Estamos muy satisfechos». Ahora están validando las selecciones más interesantes, sus características, injertándolas en patrones comerciales.

David Ruiz nos ha recordado que este programa de mejora del ciruelo japonés es el único que se está haciendo a nivel público en nuestro país, aunque existen otros a nivel privado.

Adaptación al cambio climático

Ruiz ha aprovechado para hablarnos del ‘Grupo Operativo Suprautonómico de Adaptación del sector de frutales de hueso al cambio climático’, conformado hace un par de años (en 2017), con un consorcio de empresas e instituciones en el que están parte de los principales actores del sector productivo y que cuenta como centros de investigación con el CEBAS–CSIC y el IMIDA. La finalidad de este grupo operativo es, en el contexto actual de un problema real que ya se está sufriendo como es el cambio climático, intentar desarrollar estrategias, con distintas aproximaciones, para mitigar sus efectos en el sector de la fruta de hueso. Así, los objetivos específicos perseguidos por este Grupo Operativo son los siguientes: a) Identificación y caracterización de áreas agroclimáticas y homoclimáticas, para un cultivo eficiente y sostenible en los escenarios actuales y futuros de cambio climático; b) Orientaciones productivas óptimas, mediante el establecimiento de grupos varietales en función de sus necesidades de frío invernal y adaptación a las condiciones climáticas actuales y futuras;  c) Desarrollo y optimización de sistemas, métodos y prácticas de cultivo que puedan mitigar los efectos negativos del cambio climático como, por ejemplo, la validación y optimización de productos bioestimulantes para la salida del letargo, o el uso de mallas de sombreo para incrementar la acumulación de frío; d) evaluación agroeconómica; e) Desarrollo de un Sistema Integrado de Información y Apoyo a la Decisión (DSS) mediante una aplicación online.

Bajas necesidades de frío en albaricoquero

Junto a David Ruiz, José Egea, que a pesar de estar jubilado sigue yendo al centro por ilusión, como él mismo ha reconocido, dirige proyectos como el programa de mejora del albaricoquero. Los principales objetivos a conseguir con las nuevas variedades son: bajas necesidades de frío invernal, precocidad de maduración, autocompatibilidad floral, resistencia a Sharka y elevada calidad gustativa. En Murcia, hay una zona muy extensa que trabaja y abastece el mercado temprano de albaricoque. El grueso de los albaricoques precoces se recolecta sobre el 1 de mayo, por lo que el mercado está saturado. Para aliviar esta situación y a petición del sector, desde el CEBAS–CSIC buscan ampliar el calendario productivo con nuevos materiales para la época del 15–30 de abril. No obstante, Egea ha manifestado que «en albaricoque nuestra máxima preocupación es que no disponemos de materiales con tan bajas necesidades de frío como ocurre en el melocotonero, donde sí hay variedades con necesidades de frío de 100 o 150 chill según el modelo Utah. En albaricoque, las que menos requieren tienen 500 chill; con estas variedades, en las áreas cálidas de la Región de Murcia, estamos empezando a notar los efectos perniciosos del cambio climático, pues el potencial productivo de una variedad está determinado por la adecuada satisfacción de dichas necesidades de frío».

Por este motivo, el investigador ha indicado que «nuestro objetivo clave hoy es obtener materiales que puedan afrontar esa situación. Sin embargo, su obtención es difícil pues no hay o hay muy pocos materiales de base; es decir, parentales capaces de transmitir ese carácter y eso unirlo a la calidad, etc. Afortunadamente, en el CEBAS–CSIC, hace tiempo que estamos trabajando en los problemas de necesidades de frío invernal, hemos ido a buscar variedades con 300 chill, 200, 150… Insisto, es difícil porque no hay material de base, pero nuestra inquietud nos está ayudando a avanzar y podemos decir que ya tenemos algún material que tiene una menor necesidad de frío, si bien todavía no es útil para sacar al mercado, que puede resolver esos problemas de inviernos extraordinariamente cálidos que se presentan». Han realizado muchos cruzamientos en esa dirección, para obtener variedades precoces, pero también disponen de otras líneas, como la que denominan Gourmet, de materiales de extraordinaria calidad gustativa, tipo ‘Moniquí’, aunque mejorada. Egea ha recordado que ellos descubrieron que esta variedad era autoincompatible y con un pistilo muy largo, que sin una buena polinización no produce, pero que por sus restantes buenas características empezaron a cruzar con otras. «Así, obtuvimos un grupo de individuos interesantes, pero sin el color exigido por la demanda». Lo que demandaba el consumidor europeo era sobre todo color, muchas veces sin llevar asociadas características de calidad adecuadas; por ello, como ha señalado Egea, «se enviaba ‘Moniquí’ a Europa y decían que no les gustaba. Pero eso ha ido cambiando. Ahora tenemos una buena calidad gustativa, pero con color.». Otra variedad de esta línea Gourmet es ‘Micaelo’. A demanda del sector, también han realizado investigaciones para mejorar la vida útil de los albaricoques, que cada vez viajan más lejos.

Como en el ciruelo japonés, en el albaricoquero están trabajando en la autocompatibilidad floral, pues según ha explicado el investigador «hay muchas variedades precoces autoincompatibles que han dado disgustos, porque si las condiciones ambientales no son adecuadas, no hay polinización y frecuentemente no se tiene información suficiente sobre las variedades polinizadoras».

Respecto a la resistencia a Sharka en albaricoquero, José Egea ha comentado que «nadie ha profundizado tanto en este problema como nosotros. Estamos en una zona tradicionalmente de mucha Sharka. Gracias a que la gran mayoría de las variedades que hemos obtenido son resistentes al virus, este problema se ha reducido en parte al no propagarse. En caso de que un árbol esté infectado de Sharka y hay que quitarlo antes de que la enfermedad se propague».

Plataforma de difusión

Para dar a conocer las variedades frutales obtenidas en el CEBAS–CSIC y los conocimientos científicos adquiridos, los investigadores del Grupo de Mejora de Frutales han constituido la plataforma en Internet CEBASfruit®, que está en castellano e inglés. Federico Dicenta ha señalado que se «trata de una herramienta muy útil que nos da visibilidad, que surge para tener mayor cercanía con el sector frutícola, tanto a nivel de productor como de viveristas, y ofrecerle apoyo técnico». De la misma se encarga el ingeniero agrónomo Jesús López Alcolea. Su función principal es la puesta en funcionamiento de la transferencia, mantener una relación más estrecha con los viveristas y con los productores, además de gestionar los contratos y la expansión internacional, y el tema de la planta certificada. También, se utiliza la web del centro y el canal de youtube, para que se puedan ver las distintas variedades con las que trabajan en un video corto. «Es una visión más comercial de las nuevas variedades», ha señalado.

López Alcolea ha explicado que con esta plataforma «pretendemos plasmar la transferencia que hacemos y facilitar el máximo de información de las nuevas variedades que estamos obteniendo a fin de optimizar la elección varietal en los diferentes emplazamientos, sobre todo a causa del cambio climático. Si se abren nuevas opciones, nuevos territorios donde explorar, tanto en almendro como en albaricoquero y en un futuro en el ciruelo, hay que explotarlas al máximo».

Dicenta ha indicado que la plataforma CEBASfruit® está financiada con una parte de los royalties que paga el productor y que revierten en los grupos de investigación. En este sentido ha manifestado que «aunque cada vez más la transferencia está integrada en los proyectos de investigación, no hay presupuesto suficiente en estos para abordar una plataforma con la ambición de la nuestra. Es importante que la gente sepa que cuando paga un ‘royalty’ sirve para algo, le vale a él para tener la garantía de que está comprando algo de calidad y nos vale a nosotros porque lo utilizamos para seguir generando conocimiento y nuevas variedades».

Por último, hemos hablado con Pedro Martínez Gómez, doctor en Biología Molecular y Biotecnología por la Universidad de Murcia, que se ha especializado en desarrollar nuevas herramientas genómicas y bioinformáticas para conseguir frutales del género Prunus más resistentes por un lado a la sequía, a la escasez y cada vez menor calidad del agua que se agravará con el cambio climático, y por otro al ataque de virus, bacterias y hongos. «Me gusta enfocar la parte más científica pura y dura a nivel de objetivos de mejora, donde lo que hay es una incorporación de objetivos cada vez más complejos» ha precisado el investigador.

«Una de las ideas que tengo es ir incorporando metodología o propuestas del mundo de la filosofía analítica y el epianálisis para los programas de mejora», ha dicho Pedro Martínez, que «sirve para organizar las ideas en torno a cómo enfocar los nuevos diseños, que son las nuevas variedades, para cualquier lugar del mundo». Además, ha mencionado otros conceptos como la ‘Ciencia del Diseño’ donde la predicción constituye el objetivo principal de la mejora genética. Aspectos complejos que abordaremos con detalle en otra ocasión.

I.F. – S.P., Murcia.

Publicado en Revista de Fruticultura nº71

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