Cerca de 3.300 hectáreas distribuidas en más de 20 términos municipales, 63 operadores entre productores y comercializadores y una producción que puede llegar a los 20 millones de kg anuales. Están son las grandes cifras del cultivo del cerezo en las comarcas aragonesas de Calatayud y del Aranda (la principal zona de este cultivo en esta Comunidad Autónoma), y que se dieron a conocer durante la presentación en FIMA del proyecto de cooperación entre agentes del sector primario ‘Puesta en valor de la cereza de la comarca del Calatayud y de la comarca del Aranda’, para el periodo de ejecución 2017–2019, y financiado con fondos europeos (FEADER) y por el gobierno de Aragón. La orografía, el clima extremo y la tradición de la zona con este fruto hacen que este territorio sea idóneo para producir una cereza difícil de igualar por otras zonas españolas, como destacan sus promotores.

Grupo de trabajo
El proyecto ha creado un grupo de trabajo para redactar el pliego de condiciones de una Carta de Calidad cuya primera parte se espera redactar en breve. Este grupo (A.D.R.I. Calatayud–Aranda) está integrado por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), el Centro de Transferencia Agroalimentaria (CTA), Comunidad de Calatayud, Comarca del Aranda, Cooperativa del Niño Jesús de Añinon, Cerezas de Montaña del Valle Vicort (SAT Valle Vicort) de El Frasno y la organización agraria UAGA–COAG.

La base de esta iniciativa es la calidad y el reconocimiento, basada en la tradición, la altura, las variedades y la diferenciación. Además, la Carta de Calidad se centrará en la calidad ambiental, la calidad social y la calidad económica.

Se estima que el proceso podría terminar en el año 2019 con el registro de una marca de calidad territorial que acreditará su origen geográfico y su calidad diferenciada, que impulse la venta y el conocimiento por parte de la cadena agroalimentaria y los consumidores de esta fruta de hueso.