Frutales de hueso

El Gobierno de la Región de Murcia ha alertado que la coyuntura actual supondrá el incremento de costes de producción de la fruta de hueso un 30%, debido al aumento del precio de los fertilizantes, productos fitosanitarios, abonos, gasoil, plásticos, cartón o la electricidad, a lo que se añaden los problemas de exportación derivados de la invasión rusa de Ucrania, o el aumento de la competitividad de los mercados internacionales.

Así lo ha puesto de relieve el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, tras reunirse en Cieza con representantes de Apoexpa y Fecoam con motivo del próximo inicio de la campaña de fruta de hueso y ante la incertidumbre generada en el sector por el aumento de costes y los problemas de distribución.

Luengo ha señalado que «llevamos meses avisando de que la situación podría ser insostenible para los profesionales del campo, que estaban asumiendo unos costes desorbitados tratando de que no afectaran al bolsillo del consumidor y sufriendo continuos ataques, por lo que cada vez se hace más necesario dotar de seguridad a los agricultores y exportadores que se están enfrentando a numerosos problemas e inconvenientes en este momento de la campaña».

En relación a las previsiones de la campaña de hueso de 2022 en la Región de Murcia, la producción de fruta de óptima calidad se cifra en las 400.000 toneladas (t). Cabe apuntar que la campaña de 2021 finalizó con 373.069 t, destacando el melocotón (300.958 t) y el albaricoque (54.739 t), además de la ciruela y la cereza. En cifras de exportación, esta Comunidad Autónoma se reafirmó como el primer exportador de albaricoque y el segundo de melocotón de España. El 92% de las exportaciones se destinó al comercio europeo, siendo los principales destinos Alemania, Francia e Italia, por este orden.

En relación a las lluvias que se han producido en la Región de Murcia en las últimas dos semanas,  el consejero ha explicado que «las primeras estimaciones que tenemos nos indican que están siendo bastante positivas para el campo, ya que no ha llovido de manera torrencial, si bien podría conllevar consecuencias por el gran número de días consecutivos de precipitaciones y con ausencia de sol». Para finalizar diciendo que un ejemplo de ello podría ser «la dudosa polinización de las variedades que están en floración por la falta de vuelo de los polinizadores, así como el aguado del polen, que hace que su transporte sea más difícil».

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El Grupo Operativo (GO) ‘Adaptación del Sector de los Frutales de Hueso al Cambio Climático’ ha llevado a cabo en los últimos dos años diversos trabajos de investigación encaminados a ofrecer respuestas a las anomalías en las producciones debidas a factores climáticos y a la inadecuada adaptación de variedades de frutales de hueso. Entre los objetivos del proyecto se encontraban la identificación y caracterización de áreas geográficas concretas idóneas para el cultivo sostenible y eficiente de frutales de hueso en la situación actual y futura, así como la de grupos varietales adecuados para su implantación y cultivo en las áreas y zonas idóneas, seleccionadas previamente y adaptadas a las previsiones de escenarios de cambio climático. Los centros de investigación CEBAS–CSIC e IMIDA de Murcia han sido los responsables de los trabajos realizados para alcanzar estos objetivos fijados.

Para la identificación y caracterización de zonas productoras de fruta de hueso a partir de sus características climáticas se ha llevado a cabo un estudio previo en el que se han seleccionado estaciones agrometeorológicas de diferentes redes, con series históricas lo más amplias posibles, desde el año 2000 hasta el 2020, y que fueran consistentes, tanto en la cantidad como en la calidad de sus registros meteorológicos. Como consecuencia de ello se han seleccionado 270 estaciones ubicadas en zonas regables que abarcan la Ribera del Ebro, desde La Rioja media hasta Lleida; el Litoral Mediterráneo, desde Castellón hasta Granada, y la zona del Suroeste, que abarca las provincias de Sevilla, Huelva, Badajoz y Cáceres.

A partir de los registros horarios de las variables medidas (temperatura y humedad relativa del aire, velocidad y dirección del viento, radiación global incidente, evapotranspiración de referencia y precipitación) se han efectuado estudios estadísticos y geoestadísticos para agrupar la superficie de cultivo de frutales de hueso en cinco regiones climáticas homogéneas con diferencias entre ellas, que «hemos calificado como muy cálida, cálida, intermedia, fría y extremadamente fría», ha comentado Manuel Caro, responsable del SIAM–IMIDA.

 

Indicadores generados

En relación a los indicadores que se han generado para la caracterización del comportamiento actual de las especies y variedades de frutales de hueso frente al impacto del cambio climático, Caro ha asegurado que «a partir de los registros horarios de las estaciones se han determinado, de forma estadística, variables tales como la fecha de inicio de acumulación de frío, dinámica y periodo de acumulación y acumulación semanal y total de frío, la aparición de efemérides de bajas temperaturas que pueden ocasionar daños por heladas o eventos de temperaturas elevadas anómalas en el periodo de letargo invernal y floración que pueden ocasionar problemas en el desarrollo fenológico». Además, «con estos índices se han generado una serie de mapas en los que se puede apreciar la evolución espacial y temporal de cada uno de los indicadores por semanas, fundamentalmente la acumulación de frío y la existencia de efemérides agrometeorológicas que se pueden producir por bajas o altas temperaturas».

La mapificación realizada también permitirá establecer zonas homoclimáticas con características similares y conocer las características climáticas y agroclimáticas de una localización determinada. Toda esta información climática y agroclimática, unida a los estudios realizados en campo por otros equipos participantes en el proyecto, «permiten evaluar de forma bastante precisa la idoneidad del cultivo de cada grupo de variedades de estas especies en las zonas productoras de fruta de hueso», ha concluido el investigador.

 

Escenarios futuros

Según el 5º informe de evaluación del panel intergubernamental del cambio climático (IPCC), en 2014, se consideran diversos escenarios basados en las denominadas ‘trayectorias de concentración representativas’ (RCP por sus siglas en inglés). Estas trayectorias describen diferentes futuros climáticos en función de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI). Hay desde escenarios optimistas (RCP2.6) hasta muy pesimistas (RCP8.5). Esos números indican el forzamiento radiativo, en W/m2, para 2100 en comparación con 1750 (era pre–industrial) y es un índice correlacionado con el calentamiento debido a causas antropogénicas.

«La consecuencia más palpable de estos escenarios será el aumento de las temperaturas medias del planeta y una redistribución en el régimen de precipitaciones en mayor o menor medida según el escenario considerado. En el caso de nuestro país, hay numerosos estudios que indican que el cambio climático será más acusado en las regiones mediterráneas en las que el aumento de temperatura y la disminución de las precipitaciones anuales serán mayores», ha explicado José Alberto Egea, investigador del CEBAS–CSIC. «No se debe olvidar que otro de los efectos del cambio climático será el aumento de la frecuencia de eventos extremos: períodos de temperaturas anormalmente altas, sequías o fenómenos tipo DANA que son más difíciles de predecir a largo plazo, pero cuya influencia sobre la agricultura es evidente», ha apuntado.

La principal influencia en términos de adaptación es el cambio en las temperaturas ya que los frutales de hueso tienen unas necesidades de frío invernal para salir del letargo y producir óptimamente. «El aumento de las temperaturas medias podría hacer que algunas variedades en ciertas zonas dejen de cubrir sus necesidades de frío con lo que no serían aptas para el cultivo. Esto va a ser especialmente grave en las zonas que ya son cálidas, como el sureste español y donde muchas variedades cultivadas cubren sus necesidades de frío casi en el límite», ha indicado Egea. Por otro lado, «la menor frecuencia de heladas tardías debido al aumento de las temperaturas podría facilitar el cultivo de variedades más tempranas en áreas donde actualmente no se puede debido al alto riesgo de heladas durante la primavera».

El aumento de episodios de calor (períodos largos con temperaturas superiores a 25ºC durante el invierno) puede ser una fuente de estrés para los árboles y afectar a su producción o a la calidad final del fruto. Según David Ruiz, científico del CEBAS–CSIC, «la mala adaptación de una variedad, independientemente del riesgo de heladas, generalmente está asociada a una inadecuada satisfacción de sus necesidades de frío invernal. Se produce con demasiada frecuencia el cultivo de variedades con elevadas necesidades en zonas con escasa acumulación de frío. Ello provoca problemas en la floración y brotación, tales como caída de yemas florales, desincronización de yemas florales y vegetativas, floración escasa e irregular y deficiente brotación vegetativa que puede ocasionar serios problemas de cuajado y producción».

Por lo tanto, «la mejor forma de prevenir esta situación es una adecuada elección varietal, considerando por una parte las características agroclimáticas de la zona de cultivo, fundamentalmente la acumulación de frío y el riesgo de heladas y, por otro lado, las características de la variedad en lo relativo a sus necesidades de frío y fenología», ha señalado Ruiz. Asimismo, en algunas zonas con incertidumbres de adaptación «podrían aplicarse determinadas prácticas culturales, como tratamientos con productos bioestimulantes para favorecer la salida del letargo o incluso mallas de sombreo».

 

Definición de grupos varietales

Desde el GO se han establecido grupos de variedades, para cada especie, con características similares de necesidades de frío invernal. Así, se han fijado grupos desde muy bajas necesidades de frío hasta muy altas necesidades, y dada su correlación, con similar fenología en lo relativo a salida del letargo invernal y floración.

«Esta clasificación nos permitirá contrastar estos grupos varietales con las zonas climáticas caracterizadas en base a su acumulación de frío y riesgo de heladas y, por tanto, conocer el grado de adaptación de estos grupos varietales en las diferentes zonas climáticas en términos de satisfacción de necesidades de frío y ausencia de riesgo de heladas, lo que nos permitirá conocer si es una adaptación idónea, existe un riesgo moderado, riesgo alto o el cultivo no es recomendable», ha apuntado David Ruiz.

Tanto la caracterización agroclimática, como el conocimiento de las zonas homoclimáticas y el establecimiento de grupos varietales será una información de indudable valor para el sector productivo, pero también para otros sectores como el viverístico y el de obtentores de variedades. A los productores les aportará una información esencial en la toma de decisiones de la elección varietal en función de la zona climática donde se encuentre la explotación, para que la adaptación de la variedad sea lo más idónea posible.

Además, el establecimiento de zonas homoclimáticas permitirá conocer qué otras zonas de cultivo en nuestro país tienen características agroclimáticas similares. Toda esta información permitirá a los productores minimizar riesgos en la elección varietal en lo relativo a su nivel de adaptación, al disponer de información de aspectos cruciales como la satisfacción o no de las necesidades de frío invernal de los diferentes grupos varietales y su riesgo de helada.

 

Prácticas eficientes y sostenibles

Otro de los objetivos del proyecto ha sido el diseño y optimización de sistemas, métodos y prácticas de cultivo eficientes y sostenibles para paliar las afecciones que provoca el cambio climático en los frutales de hueso; así como un análisis agroeconómico del impacto del cambio climático en el sector de frutales de hueso y viabilidad económica de las innovaciones en prácticas de cultivo conducentes a paliar sus efectos.

Jesús García Brunton, del IMIDA, ha explicado que entre los diferentes métodos o prácticas de cultivo eficientes «están los métodos singulares de cultivo resultado del manejo como la interacción de múltiples factores y más cuando por el cambio climático se están produciendo alteraciones climáticas incontroladas. En determinadas áreas, especies y variedades, su aplicación ayudará a mantener y optimizar la productividad de algunas especies frutales».

Otra de las herramientas serían los tratamientos con productos bioestimulantes para favorecer la salida del letargo. Según el investigador del CEBAS–CSIC, David Ruiz, «la aplicación de estos compuestos puede ser de gran utilidad en condiciones límite de acumulación de frío, como son muchas de nuestras zonas de cultivo de frutales de hueso. Los mejores resultados se obtienen con variedades cultivadas en zonas límite o frontera, pero debemos ser conscientes de que no sustituyen la acción del frío, ni rompen la latencia, solo ayudan a las yemas de flor que han alcanzado un determinado grado óptimo de satisfacción de sus necesidades en frío». Por esta razón, «solo deben utilizarse en relación al material vegetal cultivado, conociendo sus características de necesidades de frío, y en zonas o áreas límite», ha puntualizado García.

Por otro lado, están los métodos de protección física de modificación de las condiciones ambientales de los cultivos, especialmente mediante la utilización de mallas de sombreo. «Cuando los frutales se cultivan bajo malla antigranizo, las mismas estructuras de soporte pueden ser utilizadas para poner mallas de sombreo en el otoño–invierno. El fin es que los árboles dispongan de mayor cantidad de frío acumulado», han comentado los investigadores del IMIDA y CEBAS–CSIC. Para subrayar que «está comprobado que bajo la malla antigranizo se modifican los parámetros climáticos, particularmente la temperatura, que puede ser disminuida con mayor intensidad con las mallas de sombreo».

Lo importante es entender que todas las prácticas de cultivo interactúan entre ellas. «Ya desde el invierno y antes de la poda, debemos diseñar las prácticas culturales que durante el año aplicaremos, con el objetivo general de cultivar árboles equilibrados», ha incidido García Brunton. En este sentido, ha dicho que «el programa de fertirrigación, junto a la intensidad de poda y aclareo y su época, deben estar en consonancia con objetivos productivos reales e idóneos, y siempre considerando la variedad y portainjerto que se cultiva y teniendo en cuenta que los patrones vigorosos son más eficientes en el uso de agua y nutrientes».

En el proyecto se han podido comprobar que estas prácticas culturales de forma conjunta pueden tener un impacto positivo, pero siempre atendiendo a unas especificaciones muy concretas para su aplicación, «sin lugar a dudas este proyecto es un punto de partida para el perfeccionamiento de las técnicas culturales estudiadas», ha asegurado Jesús Gambín (ENAE).

La implantación de estas prácticas debe de atender a un buen conocimiento de las condiciones de adaptación de las variedades a las condiciones agroclimáticas. Habrá casos donde la falta de adaptación es de tal dimensión que no sea viable solución paliativa a este problema, pero en otros casos una utilización conjunta de las prácticas de una forma bien especificada y adecuada puede tener un impacto productivo positivo. «La viabilidad económica hace entrar en juego variables adicionales como la relación coste beneficio que implica un análisis aún más detallado, que debe de ser adoptada con cautela dentro de la estrategia empresarial de cada productor para analizar costes y potenciales beneficios», ha indicado Gambín. «Lo ideal siempre es no tener que recurrir a la utilización de estas prácticas de cultivo dado que se produce una correcta adaptación. Sin embargo, estas prácticas pueden hacer viable la producción en zonas que este proyecto ha considerado como de riesgo medio para la combinación de condiciones agroclimáticas y grupos varietales», ha matizado el experto.

 

Papel relevante de las innovaciones

Las plantaciones se realizan con horizontes temporales de 15 a 25 años, que es en donde se produciría la rentabilidad económica de la inversión, pero el cambio climático es imparable. «Una decisión que pudiera ser acertada en el momento que se concibió puede plantear problemas progresivamente a medida que el cambio climático va impactando», ha señalado Jesús Gambín. Por ello las innovaciones pueden jugar un papel relevante. El responsable del ENAE ha explicado que estas «se pueden clasificar en dos tipos, las que pretenden modificar ligeramente las condiciones agroclimáticas para permitir la viabilidad o reducción de riesgos en la producción como la utilización de estructuras de cubiertas que permiten aumentar la acumulación de frío o la protección contra el granizo, y que también afectan a la optimización de necesidades hídricas de los cultivos. Y aquellas que pueden ayudar al comportamiento fisiológico previsible del frutal mejorando la brotación y el equilibrio dentro de los ciclos anuales con el uso de bioestimulantes y de técnicas culturales de manejo».

La primera categoría de innovaciones al implicar una fuerte inversión requiere que el valor de las producciones sea importantes en términos de precios esperados en el mercado, perjuicio económico de la falta de calidad de la producción (daños por granizo), elevado coste del agua, etc. para su rentabilidad puesto que la inversión puede implicar una importante repercusión en el coste por kg producido y en los márgenes de los productores además del importante esfuerzo financiero que se debe de asumir a la hora ejecutar la inversión.

La segunda implica menores costes, dado que la repercusión del uso de bioestimulantes o técnicas de manejo orientadas a la adaptación tienen menor repercusión en términos financieros, aunque en cierto modo pueden afectar a procesos regulares de cultivo lo que siempre supone un coste. «La conclusión que hemos obtenido es positiva, aplicadas de una forma integral y alineadas con la estrategia empresarial del productor pueden ser rentables, aunque existe mucho por trabajar dado que en toda innovación existe un proceso de aprendizaje que es el que con el paso del tiempo optimiza productivamente la aplicación de innovaciones en prácticas de cultivo», ha concluido Jesús Gambín.

Además del IMIDA y el CEBAS–CSIC, el Grupo Operativo ‘Adaptación del sector de los Frutales de Hueso al Cambio Climático’ lo han integrado Fecoam, Anecoop, Cooperativas Agroalimentarias de la Comunidad Valenciana, Bitec, ENAE Business School y Basol Fruit. El proyecto está cofinanciado a través de una ayuda del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural–FEADER en un 80% y al 20% por fondos de la Administración General del Estado. El importe total de la subvención para su ejecución ha sido de 599.828,60 euros.

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Tras consultar los datos oficiales que marcan una disminución de la campaña de hueso este año, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos confía en que se puedan mejorar los precios en origen, ahora que empieza el grueso de esta. Según la organización agraria, los diferentes datos oficiales indican una caída de la oferta de fruta de hueso, a nivel europeo, de entre el 30 y el 40% respecto la media de los últimos cinco años y de entre un 15 y un 20% respecto a la del 2020, que ya fue corta, fruto de diferentes adversidades climáticas.

Unión de Uniones cree que se puede dar una rápida recuperación de la demanda con el aumento de la temperatura. Además, hay demanda, pero también escasez de oferta, por lo que defiende que «el agricultor perciba un precio de acuerdo a esta situación que no tendría por qué tener impacto en los precios al consumo, ya que tampoco pasa a la inversa».

La organización agraria recalca que hasta el momento, en las zonas productoras más tempranas de fruta de hueso, como la Comunitat Valenciana, donde la campaña está muy avanzada o a punto de finalizar en albaricoque, melocotón y nectarina, «los precios en origen no han compensado la pérdida de producción que han padecido». Esto se ha debido principalmente a adversidades climáticas como las heladas, que «han provocado pérdidas de alrededor del 50% de la media de producción de la zona». No obstante, el precio en origen no ha compensado la disminución de la producción, situándose por debajo del de la campaña pasada, afectando directamente a la viabilidad económica de los productores con explotaciones enfocadas principalmente al cultivo de esta fruta más temprana. Por delante de la escasez de la oferta, ha sorprendido la excepcional escasez de la demanda, una distorsión del mercado que ha afectado a los precios en origen, en este inicio de campaña.

 

La ciruela se mantiene y la cereza mejora
Por lo que concierne a la ciruela y la cereza, localizadas fundamentalmente en Extremadura, la primera se mantiene y la segunda mejora sus producciones respecto el año pasado, pero aún no se equipararía a los kilos obtenidos en un año normal, fruto de las lluvias primaverales y de las heladas acaecidas. En melocotón y albaricoque también cae la producción respecto el año pasado, que ya fue corto en comparación a la media de los últimos cinco años.

En Cataluña, las heladas han afectado a principales zonas productoras como Lleida, donde se espera una caída de la producción de un 40% respecto a un año normal en albaricoque y melocotón y nectarina. La zona del Segrià, principal comarca productora de albaricoque de Lleida, la más afectada con pérdidas del 70% aproximadamente de la producción en este cultivo. En cereza, la afectación que tuvieron las lluvias primaverales ha dañado sobretodo las variedades más tempranas, pero el cultivo también lo fue por las heladas, aunque en menor grado, provocando entre un 20 y un 30% de pérdidas de producción.

Unión de Uniones considera que la pérdida de kilos en los árboles «implicará una mejora de su calidad e insta a las personas consumidoras a aprovechar la excelente calidad de la fruta, apostando por un consumo de proximidad y temporada y como actitud para apoyar a los fruticultores españoles y luchar contra la España vaciada».

La organización pide que las empresas del sector en España defiendan unos precios acordes con la situación de la oferta y que permitan compensar la pérdida de producción que ha padecido el productor a causa de los daños climatológicos de esta campaña.

Asimismo, insta a las CC. AA. a realizar un seguimiento meticuloso de las pérdidas padecidas con el objetivo de contribuir a «una fiscalidad justa» y que tenga presente las pérdidas padecidas de cara a la tributación del IRPF 2021, para los agricultores que tributan por el sistema de módulos del IRPF.

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El Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (DARP) de la Generalitat de Catalunya ha ordenado el pago de 473.281 euros a los agricultores afectados por el virus de la sharka M en las Tierras del Ebro. Se trata de indemnizaciones por el arranque de plantaciones de melocotonero y nectarino afectadas por el virus durante este último verano. Las prospecciones de campo han sido realizadas por personal técnico del Servicio de Sanidad Vegetal (SSV) con la colaboración de la Agrupación de Defensa Vegetal (ADV) de la zona afectada.

Vista la situación fitosanitaria actual de esta plaga, que afecta gravemente a los frutales de hueso de determinados municipios de las Tierras del Ebro, hay que tomar medidas de prevención y lucha en contra. Es por este motivo que, además de las prospecciones intensivas y las medidas de lucha basadas en el arranque de las plantaciones afectadas, el Departamento de Agricultura concede ayudas a los agricultores a quienes se haya obligado a arrancar y destruir plantaciones de melocotonero y nectarina afectadas por el virus de la sharka M, destinados a subvencionar la implantación de cultivos no huéspedes de esta enfermedad. Estas ayudas para las parcelas obligadas a arrancar los años 2019 y 2020 han sido solicitadas por 19 agricultores y el importe concedido ascenderá a 79.000 €. Esta ayuda pretende continuar los próximos años en la zona como medida para evitar la propagación de este virus.

Asimismo, y para mejorar la sanidad vegetal en Cataluña y fomentar la gestión integrada de plagas, el DARP aumentará el próximo año las ayudas a las Agrupaciones de Defensa Vegetal. Las subvenciones, que este año han ascendido a 1.800.000 euros, aumentarán para las actuaciones del año 2021 a 1.900.000 euros, destinadas a las 120 ADV que hay actualmente en Cataluña. Próximamente, se publicará la nueva orden de bases de estas ayudas.

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La segunda edición del Foro Nacional de Fruta de Hueso, Xtrema Fruit, se llevará a cabo el próximo 5 de noviembre de este año completamente online, tras el éxito de su celebración por primera vez en 2018 en el auditorio Feval de Don Benito (Badajoz) con la asistencia de más de 500 profesionales. El evento se organizará a través de la plataforma Agromunity.com ante la imposibilidad de organizarlo de manera presencial por la pandemia de la Covid–19.

El evento, organizado por Agromarketing, cuenta con la colaboración de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX) y Alimentos de Extremadura, así como con el patrocinio de Bayer. 

En el programa técnico de ponencias se darán a conocer los últimos avances e innovaciones del sector de la fruta de hueso en España con especial incidencia en los productos que tienen importancia en Extremadura, como ciruelas, melocotones, cerezas, albaricoques o nectarinas. Cada una de las ponencias se presentarán a través de la plataforma en directo con una duración de 20 minutos cada una de ellas y los usuarios registrados podrán hacer preguntas.

Para la celebración de Xtrema Fruit 2020, la organización cuenta con la experiencia de la plataforma agrícola online Agromunity.com, que con más de un millar de profesionales agrícolas como usuarios registrados refleja el interés en el sector de los eventos organizados a través de la plataforma, que han tenido una gran repercusión en Europa y Latinoamérica.

Con eventos agrícolas online como Xtrema Fruit se puede alcanzar a un mayor público objetivo y de diferentes latitudes convirtiéndose en una plataforma más flexible para las empresas que quieran estar presentes a través de diferentes formatos en la web, así como en la difusión en redes sociales, newsletter y medios de comunicación.

 
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Esta primavera se ha batido récords en días lluviosos y nublados, y ello está empezando a notarse en la agricultura valenciana. Tanto es así que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha atribuido al clima irregular importantes daños en los cultivos del caqui, cítricos y frutales de hueso como la nectarina y el albaricoque, sobre todo en comarcas interiores.

Esta organización agraria ha señalado que el caqui es la producción más perjudicada, ya que el clima ha provocado en los últimos días la caída al suelo de cuantiosos brotes, incluso antes de la apertura de la flor, que en los peores casos supondrá la pérdida de toda la cosecha de la próxima temporada. Así, en zonas generalizadas de Los Serranos, La Hoya de Buñol y La Costera hay explotaciones con afecciones entre el 70 y el 100% de los caquis. En cuanto a la principal zona productora –La Ribera Alta– los perjuicios son menos graves y se producen en las plantaciones más jóvenes y con la brotación más adelantada. Asimismo, “el clima puede estar detrás de la aparición de nuevas manchas en las hojas del cultivo, las cuales no necesariamente responden a la necrosis foliar del caqui, sino a fisiopatías aún por identificar.

Ante la situación extraordinaria generada, AVA-ASAJA ha pedido a Agroseguro, así como al Ministerio de Agricultura y a la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana, que incluyan la cobertura de estos daños “para evitar que los productores afectados pierdan los ingresos de todo el año debido a adversidades climáticas”. Por el momento, Agroseguro “está respondiendo a los asegurados que la póliza actual no permite indemnizar este tipo de perjuicios antes del mes de julio, por lo que la organización agraria reitera la necesidad de ampliar la cobertura de siniestros a todo el ciclo vegetativo.

La excesiva humedad, combinada con periodos calurosos, también está ocasionando daños por apertura de la piel –‘clavillat’ o ‘cracking’– en variedades tempranas de frutales de hueso, como nectarina y albaricoque, cuya recolección acaba de empezar. AVA-ASAJA ha advertido de que estos nuevos daños contribuirán a agravar una merma de producción que supera el 20% respecto a una cosecha normal.

Por lo que se refiere a los cítricos, esta anomalía climática ha incentivado problemas de cuajado en algunas zonas, pero todavía no adquieren un alcance preocupante para el sector. Además, por ahora, la incidencia de las plagas está siendo mínima.

AVA-ASAJA ha señalado que las precipitaciones acumuladas durante esta atípica primavera “tienen también efectos positivos, porque mejoran las reservas del agua embalsada y de los acuíferos, permiten ahorrar costes energéticos y de agua al haber menos riegos, y contribuye a incrementar las próximas producciones de cultivos valencianos como viña, almendro, cereales u olivar”.

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha valorado positivamente la rebaja de módulos decretada por el Ministerio de Hacienda en el sector agrario para la declaración del IRPF del ejercicio 2019 publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). A juicio de esta organización profesional agraria, resulta destacable, “el hecho de que el Gobierno haya establecido con carácter general una reducción para el sector de los cítricos y los caquis del 0,26 al 0,18, al igual que el año pasado”. A pesar de ello, ha lamentado “la disparidad de criterios empleada a la hora de aplicar esa mejora fiscal porque, habiendo sufrido la misma crisis de rentabilidad –en ambos casos, la peor campaña de la historia en términos de precios– hay términos municipales que ven reducido el módulo a hasta 0,13 mientras que la gran mayoría de poblaciones no se benefician de esa misma cuantía”.

Asimismo, en el caso de las frutas de hueso –melocotón, cereza y albaricoque – “existe una discriminación de localidades sin ninguna justificación clara por motivos de crisis de mercado o adversidades climáticas”. Es más, la reducción de módulos en este cultivo resulta insuficiente “para paliar las graves pérdidas padecidas en la campaña más ruinosa de las últimas tres décadas”. Tampoco entiende la organización agraria “la inclusión de tan solo tres municipios en la rebaja de módulos para el granado, cuando este cultivo está extendido en mucha más superficie valenciana”.

Por ello, AVA-ASAJA reclama al Gobierno central que incluya a todos los términos municipales de la Comunitat Valenciana en las ventajas fiscales máximas que contempla el decreto. Asimismo, la asociación hace hincapié en la necesidad de otorgar un especial tratamiento fiscal a aquellas localidades valencianas que sufrieron con mayor vehemencia los efectos de la DANA durante el pasado otoño. Entre las producciones olvidadas en esta rebaja fiscal cabe destacar las hortalizas y el kiwi –muchos de sus invernaderos fueron dañados precisamente por la DANA y, más tarde, con el temporal Gloria–.

 

Adecuación inadmisible 
Por su parte, Unió de Pagesos (UP) ha afirmado que los ministerios de Agricultura y de Hacienda “se burlan del sector de la fruta dulce”, tras la Orden HAC/329/2020, de 6 de abril, publicada en el BOE. El sindicato ha recordado que “tanto los fuertes calores del verano pasado como la crisis de precios de los melocotones y nectarinas y de la manzana provocaron precios bajos en origen, así como una disminución de los frutos en el campo y en las centrales de confección”.

La adecuación publicada, “solo supone una reducción del 18,91% de los módulos del IRPF en fruta dulce, que pasa del 0,37 al 0,30”, según UP, que ha resaltado que los agricultores de la fruta están inmersos “en una grave crisis de precios desde el 2014 y, muy especialmente, los productores de melocotón y nectarina que, de las últimas seis campañas, solo pudieron cubrir costes de producción la del 2016 y del 2018”.

El sindicato ya había alertado al Ministerio de Agricultura que se debía tener presente la caída de ingresos que ha sufrido el sector, del 66% en fruta de hueso y del 40% en fruta de pepita, respecto al cálculo de los módulos tenidos en cuenta en la situación anterior a la crisis de precios desde el veto ruso, dada la situación de crisis de mercados del 2019 y los fuertes calores del verano. A estos factores hay que sumar “un incremento de costes laborales del 14,11%; el coste de la mano de obra en un 13,59%, a raíz del incremento del Salario Mínimo Interprofesional de 2018 2019 y del coste de la Seguridad Social en un 17,34%, así como un incremento del coste de la energía de más del 15%.

Unió de Pagesos exige a ambos ministerios “una rápida e inmediata actuación para corregir este tratamiento injusto del sector en la Orden HAC/329/2020, ya que de lo contrario conllevará, para las explotaciones de fruta dulce que tributan por módulos, una carga fiscales injusta e ilegal en el IRPF”. El sindicato también considera necesario que “se incremente el 10% los gastos de difícil justificación en la estimación directa agraria”.

También desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía se han mostrado decepcionados por la rebaja fiscal del Gobierno central para el sector agrario, una reducción del IRPF que la consejera Carmen Crespo ha calificado de “claramente insuficiente” y que “recrudece la ya difícil situación que atraviesan miles de nuestros agricultores y ganaderos por la crisis sanitaria del coronavirus”.

La consejera andaluza ha lamentado que, finalmente, haya imperado en el Gobierno “los impuestos y no las personas”, ya que el sector agrario se está enfrentando al impacto del coronavirus “después de todo un año 2019 de pérdidas e incertidumbre por la crisis de los precios, la imposición de aranceles, los daños causados por temporales y la competencia desleal de los productos procedentes de terceros países que llegan a nuestros puertos”. Así, por ejemplo, en el caso del olivar y la aceituna de mesa, donde la Junta pedía una reducción del 100% y tan solo se ha concedido el 50%, pese a la complicada situación que atraviesa el sector oleíocola, que ha tenido que recurrir al almacenamiento privado para frenar la caída de precios.

La orden publicada beneficia, a nivel estatal, a agricultores y ganaderos dedicados a los cultivos herbáceos, olivar, cítricos, frutales no cítricos, así como a los productores de ganadería extensiva, vacuno de leche y apicultura.

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La Asociación Empresarial de Fruta de Cataluña, Afrucat, ha anunciado que ha creado una bolsa de trabajo de gestión propia dadas las demandas que está recibiendo desde la semana pasada cuando alertó de la previsión de falta de mano de obra para trabajar en la próxima campaña de la fruta debido a los efectos del COVID-19.

El director general de Afrucat, Manel Simon, ha manifestado que «en un principio, abrimos un correo y nuestros teléfonos para poder recibir solicitudes de trabajadores, pero los cientos de respuestas a la llamada ha hecho necesaria una mejora en la gestión de esta información y hemos creado una base de datos de acceso restringido a nuestros asociados. Estamos en una situación de máxima alerta que puede afectar a la cosecha de la cereza que empieza en dos semanas y compromete toda la fruta de hueso». Y ha añadido que «estamos recibiendo diferentes perfiles para trabajar, entre los que también hay gente en situación irregular. La regularización de estos perfiles permitiría disponer de los entre 35.000-40.000 trabajadores extra que necesitamos para la próxima campaña sin infringir las restricciones de movilidad de trabajadores entre países».

Esta entidad también ha abierto esta base de datos a las empresas de colocación, que gestionan habitualmente la búsqueda de trabajadores para las labores del campo, a través de un documento que formaliza su funcionamiento y preserva el derecho a la protección de datos de los inscritos. El acceso a la bolsa de trabajo es a través de la página web www.afrucat.com

 

Autocares escolares para trasladar trabajadores
Asimismo, Afrucat ha indicado que está trabajando con la Delegación del Gobierno y la Subdelegación del Gobierno Central y con el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya y los Consejos Comarcales para conseguir la cesión del servicio de autocares que estas entidades tenían contratados para el desplazamiento de los escolares, y que permitirían la movilidad de todo el personal de las empresas frutícolas, al campo o a la central.

Esta es una de la medidas que Afrucat ha consensuado con Unió de Pagesos, la Federación de Cooperativas Agrarias de Catalunya (FCAC) y los sindicatos CCOO y UGT para incluirse en el protocolo de la campaña agraria 2020 que han trasladado a la subdelegación del Gobierno central en Lleida. Otras son: medidas sanitarias de prevención que se han de cumplir para una protección adecuada de los trabajadores; documentación que ha de servir para acreditar la actividad que se está llevando a cabo; elementos de protección individual necesarios y material de desinfección, y que se puedan activar en zonas con un alto volumen de actividad alojamientos turísticos para poder acoger a los temporeros.

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El Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, es famoso por la floración de los cerezos en primavera. Sin embargo, este año el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) prevé que esta se adelantará por la subida de temperatura que se ha producido durante el pasado mes de febrero.

La floración dura entre 12 y 14 días y es un momento de celebración para toda la comarca que festeja la Fiesta del Cerezo en Flor, declarada de Interés Turístico Nacional. Este 2020 se inaugurará en Jerte, el 27 de marzo, y se clausurará en Valdastillas, el 4 de abril.

Los cerezos se cultivan artesanalmente en bancales labrados en las altas montañas del Valle del Jerte, tradición que se transmite de generación en generación, y que repercute en la calidad y propiedades saludables de las cerezas y Picotas, ya que contienen 8 vitaminas, hierro, magnesio y calcio, gran cantidad de antioxidantes y fibra, además de pocas calorías. Solo hay cinco variedades certificadas con la D.O.P. Cuatro de ellas pertenecientes al grupo de las Picotas del Jerte de características similares: ‘Pico Limón Negro’, ‘Pico Negro’, ‘Pico Colorado’ y ‘Ambrunés’ y la única variedad con pedúnculo, la ‘Navalinda’.

Las Picotas del Jerte se distinguen por su sabor y dulzura. Son las únicas que se desprenden del árbol sin rabito, pero hay más características que las diferencian del resto: su textura carnosa y crujiente, su tamaño de un calibre menor –desde los 22 a los 26 mm– y su color. Su cultivo natural y su recogida y tratamiento tradicionales multiplican sus propiedades y permiten que lleguen a los mercados en el momento óptimo para el consumo. El 60% de la producción de Picotas del Jerte se exporta, sobre todo a países como Alemania y el Reino Unido.

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Las jornadas frutícolas del IRTA, en Mollerussa, han sido el escenario elegido por ADAMA para presentar Embrelia®, un nuevo fungicida preventivo y curativo, con actividad de contacto, translaminar y sistémico que hace frente a patógenos como el moteado y oídio en manzana y pera, así como a monilia y oídio en melocotón y nectarina. Todo ello gracias a una composición completa en base a una nueva materia activa, Isopyrazam (perteneciente al grupo de los SDHI), combinada con Difenoconazol (del grupo de los DMI).

Enric Porta, Regional Operational Marketing Manager de ADAMA en la zona del Valle del Ebro, ha manifestado que «Isopyrazam proporciona un mejor control preventivo de la enfermedad al actuar principalmente sobre la germinación y penetración de las conidias. También muestra un control curativo limitado. Por su parte, Difenoconazol presenta una fuerte actividad curativa además de su actividad protectora. Tiene también una actividad antiesporulante duradera contra moteado». Porta ha añadido que ambos modos de acción (SDHI y DMI) permitirán una adaptación más flexible a la situación de la enfermedad, de acuerdo con las condiciones climáticas y el nivel de presión de la misma.

Según ha señalado la compañía, Embrelia®, forma parte de la filosofía del programa Fruit.Net desarrollado por el IRTA, cuyo objetivo es desarrollar estrategias que optimicen el uso de los productos fitosanitarios y minimicen la presencia de residuos en el control de enfermedades, plagas y fisiopatías que afecten a los cultivos de la manzana, pera, melocotón y cítricos. Al respecto, Jordi Cambray, coordinador técnico de los comités de pera, manzana y melocotón del programa Fruit.Net, ha comentado que «este año hemos probado Embrelia® dentro de la estrategia para el control de Monilia. Sin resultados aún definitivos, puedo decir que la sensación es buena. Es un producto que encaja en nuestra filosofía de trabajo, teniendo un comportamiento similar respecto a la estrategia Fruit.Net».

Este producto tiene una excelente resistencia a la lluvia y es compatible con la producción integrada, suponiendo además una buena herramienta de gestión de resistencias. Estará disponible para la próxima campaña. 

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