Lograr que los viñedos sean más resilientes ante la sequía es uno de los retos a los que se enfrenta el sector vitivinícola, y la agricultura regenerativa puede ser una gran ayuda en este sentido. Por este motivo, el 4º Simposio de Viticultura Regenerativa, que se ha celebrado el 3 de junio en el Vinseum de Vilafranca del Penedès, organizado por la Asociación de Viticultura Regenerativa (AVR) con el apoyo de INNOVI, ha reunido a expertos y académicos para profundizar en aquellas prácticas regenerativas que pueden ayudar a mitigar el impacto de las sequías y a adaptar los cultivos a la crisis climática actual y futura. El acto, también retransmitido en streaming, lo ha presentado la periodista Margalida Ripoll, redactora–jefe de la revista Arrels, quien ha aprovechado para recordar que las plantas han sufrido mucho la sequía los últimos años en la zona del Penedés, situación que se ha visto agravada por la reciente tormenta de granizo tan solo dos días antes de la celebración de este evento.
La bienvenida a los asistentes ha ido a cargo del concejal de Promoción Económica y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès, Miquel Medialdea, y de la socia fundadora de la AVR y presidenta de INNOVI, Mireia Torres. Esta última ha recordado que la asociación se creó en 2021 para impulsar un cambio de paradigma en la gestión de las viñas y la implementación de la viticultura regenerativa con cinco socios fundacionales (Família Torres, Clos Mogador, Can Feixes, Jean Leon y AgroAssessor) y que en la actualidad cuenta con 110 asociados procedentes de 9 países. Asimismo, Torres ha señalado que el gran logro de la asociación hasta la fecha «ha sido conseguir la primera certificación específica de viticultura regenerativa», para añadir que «este año ya podremos encontrar vinos con este sello».
Respecto a las ponencias, estas se han dividido en dos bloques, uno académico para poner en contexto el cambio climático, y el otro más práctico pensando en el entorno y el planeta.
Visión científica
La encargada de abrir el bloque de carácter más académico, ha sido la Dra. Mª Carme Llasat, catedrática de Física de la Atmósfera de la Universitat de Barcelona (UB), experta en riesgos meteorológicos y cambio climático, que ha detallado la relación entre estos, la agricultura y los recursos hídricos en la región mediterránea. Aquí, en esta zona, «el aumento de temperatura es superior a las previsiones» y, además, se prevé un incremento de la duración de las rachas secas del 7% para 1,5ºC, una mayor torrencialidad y una reducción del agua dulce disponible junto a una mayor demanda de regadío». Por lo tanto, se presenta un escenario donde harán falta soluciones como las que aporta la agricultura regenerativa.
Para concretar esta situación en el sector de la viticultura, la Dra. Elena Baraza, profesora de Ecología en la Universitat de les Illes Balears (UIB) e investigadora del Instituto de Investigaciones Agroambientales y de Economía del Agua, ha centrado su intervención en las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático que se pueden adoptar. La situación es «difícil», ha afirmado, y ante ello hay que «mejorar los balances hídricos», optimizando la eficiencia en el uso del agua con un mejor manejo del paisaje, el uso de agua regenerada y sistemas de riego que sean «extremadamente eficientes». A su vez, hay que reforzar la capacidad de absorción del suelo y evitar la pérdida por evapotranspiración con técnicas como las cubiertas vegetales, la agroforestería o la mejora de la interacción con los organismos
que viven en el suelo, todas ellas propuestas que forman el núcleo de la agricultura regenerativa y cuya validez ha sido afirmada por estudios científicos. Además, la investigación en variedades resistentes a la sequía también será clave.
Dentro de las propuestas innovadoras para el futuro del sector, uno de los nuevos conceptos más destacados es la agroforestería vitivinícola, de la que ha hablado la bióloga y doctora en agroecología Laura Armengot. La agroforestería es la inclusión de plantas leñosas perennes y de animales en los cultivos. Una idea muy cercana a la agricultura mediterránea tradicional, que desde el siglo XIX se ha perdido para dar lugar a los monocultivos, un «desierto verde», ha dicho, que está empezando a cambiar para aprovechar los beneficios de este método, empleado durante siglos: mantiene la producción y la calidad, mitiga el cambio climático rebajando la temperatura, limitando la evapotranspiración y mejorando la biodiversidad, aumenta la fertilidad del suelo, limita el impacto de las plagas y permite diversificar los ingresos más allá de la viña con otros productos.
Visión práctica
Desde el punto de vista de los productores, el primero en intervenir ha sido Julián Palacios, fundador de Viticultura Viva, que ayuda a las bodegas a mejorar el equilibrio de las viñas y alargar la vida de las cepas. Palacios ha puesto el énfasis en cosas que «no queríamos ver» y en la agroecología. Regenerar los suelos es «esencial», ha manifestado, pero hay que evitar el «greenwashing» y entender la agricultura regenerativa en su totalidad, no solo con aquello que «está de moda». En este sentido también ha hablado de la poda de respeto, un elemento clave para la resiliencia tanto durante la formación de las cepas como para asegurar su supervivencia y de la importancia de recuperar las podas en verde, que se han dejado de hacer.
Conseguir conservar y aprovechar al máximo la poca agua que tengamos será uno de los principales caminos para la viticultura del futuro. De eso, precisamente, ha tratado en su ponencia el agricultor, ganadero y consultor Sergi Caballero, cofundador de la Cooperativa Mas Les Vinyes, que produce cordero, fruta y hortalizas. Para conseguir lo que ha llamado la «rehidratación del paisaje», ha afirmado, hay que «observar los patrones de la naturaleza», un proceso largo pero que da una «base sólida» para ir aprendiendo a relacionarse mejor con un planeta que está cambiando. Caballero ha destacado la importancia del humus, al que ha denominado como «el pegamento de la tierra», que impide la erosión y asegura que acumule el máximo de agua posible cuando llueve. Así pues, trabajar la tierra para mejorar la presencia de materia orgánica es crucial para una mejor salud del suelo y a restablecer la salud de los ecosistemas agrícolas, escogiendo la cubierta vegetal más adecuada para cada caso.
Ha finalizado este segundo bloque con Ángel Perurena, jardinero especializado en manejo holístico, permacultura y agricultura regenerativa y sintrópica. En su búsqueda de una manera de producir alimentos que esté en armonía con la naturaleza, está llevando las ideas de la agroforestería regenerativa a la jardinería. En su charla ha indicado que «el agua se puede cultivar», para añadir que «jugando con la estratificación, desde la cubierta vegetal a los árboles podremos captar más agua, sembrar más agua y retenerla en los ecosistemas».
La clausura de la jornada ha ido a cargo del director de INNOVI, Eloi Montcada, y el vicepresidente de la AVR, Francesc Font. Montcada ha valorado el gran nivel de los ponentes y la manera llana en la que han explicado conceptos «que, a veces, pueden ser muy complejos». Por su parte, Font, cofundador de AgroAsessor y autor de varios libros sobre regenerativa, ha afirmado que «estamos convencidos que todos los cambios para mejorar lo que nos viene encima empieza por nuestros viñedos y por nuestros suelos».
www.viticulturaregenerativa.org