La D.O. Ribera del Duero recoge un 12% más de uva que en la vendimia 2022

La vendimia de la Denominación de Origen Ribera del Duero ha concluido con un volumen recogido un 12% superior al registrado en 2022, que fue de 105.038.409 kilos. Al respecto, se ha cerrado la campaña con 117.619.302 kilos de uva recolectados, de los cuales 928.895 kg corresponden a uva blanca y 116.690.407 kg a tinta, la mayoría de ‘Tinta Fina’. 

La calidad de esta añada también se ha visto reflejada en el procedimiento de recogida de la uva ya que se ha optado por realizar la vendimia, principalmente, de forma manual. Así, este año se ha reducido la vendimia mecanizada a solo el 27,9% de la superficie total.

Una vez más, la Aplicación WebBacchus «se ha convertido en un aliado clave para el Área de Certificación del Consejo Regulador de la D.O». En este sentido, Cabe señalar que se trata de «una herramienta pionera, desarrollada y patentada por el Consejo Regulador de Ribera del Duero, en la que se apoyan ya otras Denominaciones de Origen, y que, de nuevo, ha acompañado a los equipos técnicos en las labores de control de la vendimia, así como los diferentes procedimientos que afectan a viticultores y bodegas». A pesar de ello,«la presencia de equipos ‘in situ’ también ha sido clave a la hora de realizar la campaña de este año, contando con aforadores, auxiliares de campaña, cordinadores y auditores». 

 

 

Climatología cambiante

Las condiciones meteorológicas de los últimos meses han hecho que tanto la evolución de los viñedos como la recogida de la uva se hayan visto afectadas de un modo especial. El clima tan pronunciado y cambiante marcó un inicio de ciclo vegetativo y un periodo estival protagonizado por la sequía, a la cual siguieron intensas lluvias y bajadas de temperaturas de la primera quincena de septiembre, seguidas de un extremo calor la segunda semana de octubre. 

¿Y cómo ha afectado este clima a los viñedos de la D.O. Ribera del Duero? El consejo regulador ha respondido que «de forma muy positiva, ya que las lluvias de septiembre han permitido que las uvas pudieran aumentar su tamaño y finalizar correctamente los procesos de maduración alcohólica y fenológica durante el mes de octubre». Esto, además, «ha ayudado a que viticultores y bodegas hayan podido escalonar nuevamente los tiempos de vendimia, recogiendo la uva en su punto óptimo de maduración». Y es que, pese a considerarla una de las cosechas más complejas y diversas, «se han alcanzado los equilibrios de maduración necesarios entre el grado alcohólico probable, la acidez natural y el pH, dando lugar a una uva en buen estado, tanto sanitaria como fisicoquímica, y con una calidad generalizada óptima».

Y como resultado, de esta añada «se podrán obtener vinos muy diferentes entre sí, con cualidades muy dispares dependiendo del terruño en el que haya evolucionado. Vinos blancos y rosados caracterizados por una gran intensidad aromática y frescura sin ser excesivamente alcohólicos, como sucederá también con los vinos tintos». Estos, a su vez, «se caracterizarán por su potencial aromático, su gran estructura y complejidad». Además, los buenos equilibrios fenológicos alcanzados en la maduración final «permitirán a los enólogos elaborar vinos de guarda que expresarán complejidad aromática, paso largo por boca y carnosidad».
www.riberadelduero.es

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